jueves, 31 de julio de 2008

Ligero sopor...

Hola a todos. Supongo, con mi clarividencia y mi buen saber que últimamente están a tope, que cada bloguero al igual que cada escritor en su medio, se cree el ombligo del mundo. Yo no voy a ser menos y así entiendo que mi blog, mejorando lo presente, es el mejor. Lo noto cuando lo pienso, o sea cuando anticipo la jugada y me planteo qué escribir; Lo noto cuando lo escribo y mis dedos se mueven por el teclado como si estuviese tocando un nocturno de Chopín; cuando lo publico y rezo para que alguien lo lea; pero sobre todo cuando alguien -familiar, amigo conocido, amigo no conocido, me envía un comentario. Entonces me lleno de orgulloso deleite y 'pincho' el comentario para leerlo, pensando, claro está, qué camino tan corto me queda que recorrer para ganar el premio Nobel. ¡Pues no faltaba más!

Otro tema. Hacía meses (un año para ser exacto) que no iba a tomar un baño a mi querida Playa de Las Canteras. Fui -mejor, fuimos los abuelos con los nietillos- antier y ayer. Sigue siendo cosa buena el ir unas pocas horas en este tiempo de verano, con un calor que aún no es agobiante gracias a los benditos vientos alisios y a la 'panza de burro', en la mañana, cuando todavía la playa no está muy concurrida. Estos días toca marea alta con unas olas que se dejan acariciar apropiadas para dejarse mecer en su continuo subir y bajar. Agua limpia y fría al entrar. Luego cuando el cuerpo se aclimata una delicia que nos invita a permanecer jugando con las olas. Y al rato, el paseo por la orilla o esa 'tumbada' sobre la toalla después de acondicionar la montaña con arena para la cabeza, y entrar en un ligero sopor...

Te deseo un buen día

miércoles, 30 de julio de 2008

Música y Danza

Hola a todos. Me estoy dando últimamente un 'empajón' ¿se decía así? de Música y Danza. Bueno, un atracón si lo prefieres, aunque sarna con gusto no pica. Te conté lo del Ballet Nacional y, aún con regustito dentro del cuerpo, nos fuimos otra vez al Parque Santa Catalina a ver el Ballet de Tokyo. Este día estaba algo cansado, el telón del fondo y laterales eran de color negro y en ocasiones tenía que hacer esfuerzos para no dormirme con la música. Que me perdonen por Dios. De todas formas gocé como un enano porque era música de jazz, de un prestigioso compositor que las grabó en directo en los años cincuenta y sesenta -Duke Ellington- y lo que me perdí en ocasiones era la danza. No obstante sí pude ver a la perfección al menos varios cuadros preciosos que me gustaron a rabiar. Uno con bailarinas y bailarines, japoneses al parecer, muy jovencitos moviéndose casi con alas en el escenario. Otro, una hermosa flor: una joven con traje de color rojo rodeada por bailarines colocados en el suelo como si fueran los sépalos o pétalos; éstos se levantaban y agachaban mientras la chica del traje rojo bailaba; era una preciosa estampa que para mi desconsuelo no pude fotografiar.



Otro día nos fuimos a escuchar la Gala lírica de la Joven Filarmónica Rusa. En este caso el espectáculo es sólo de sonido si bien también causa emoción ver a los jóvenes músicos tocando armoniosamente sus instrumentos. Y escuchar en vivo a los cantantes Edouard Tsanga y Anastasia Kalagina. Ambos estupendos, pero a mí, ¿qué quieres que te diga? me gustó enormemente la voz y la presencia de la joven. Mozart, Glinka, Rimsky-Korsakov, Tchaikovsky y Rachmaninov podían estar tranquilos viendo a tantos jóvenes interpretando sus músicas en Las Palmas de Gran Canaria.



Como ya te comenté hace poco, estuvimos en el Pérez Galdós a ver una ópera. A propósito te voy a dar un consejo gratis. Cuando vayas a una ópera (lo mismo vale para una zarzuela) procura enterarte de qué va el tema, porque yo, despistado como un grillo en una ferretería me pasé todo el primer acto con un "vivo sin vivir en mí". ¿Cómo diablos, me preguntaba, canta Fidelio, el personaje central de la ópera, con voz aflautada, si yo me espero un héroe teutón, representado por tenor de altos vuelos? En el descanso me enteré del truco: Fidelio no era Fidelio; era Leonore, la esposa de Florestán que era uno de los prisioneros del malvado gobernador de la prisión. (Para colmo este gobernador se llamaba Pizarro y en la traducción del cante se situaba las escenas en Sevilla. ¡Fuerte 'cacao', caballero!). Claro, la pobre Leonore, disfrazada de Fidelio, entra en el castillo con la sana intención de liberar al pobre Florestan; y encima, enamora, bien que a su pesar, a Marcelline la hija del carcelero jefe. Bueno, una vez aclarado el embrollo, pude disfrutar mejor de la música de Beethoven (la única ópera de este genio) y de la perfecta puesta en escena sobre todo cuando los prisioneros salen de los calabozos y levantan la pesada losa que tenían encima de ellos.



A la próxima ópera intentaré ir bien informado.



Te deseo un buen día.

lunes, 28 de julio de 2008

Buenos maestros

Hola a todos. Cuando comencé mi andadura laboral en DISA con catorce añitos recién cumplidos no sabía yo hacer una o con un canuto caña. Así que mis recién conocidos compañeros tuvieron que hacer de buenos maestros para que aprendiera los rudimentos de los trabajos en una oficina, ya sabes: pasar el paño a las mesas, cambiar el agua a las escupideras, rellenar los tinteros, poner timbres (no los que suenan sino los que se pegaban en las facturas), etc. Eran buena gente y tuvieron grandes dosis de santa paciencia. No voy a citar a todos sino a unos pocos y que me perdonen los demás para los que también va mi cariño. Recuerdo a tres, por cercanía, que cogieron caminos distintos: Santiago Hernández, vislumbró el mundo, vio que cruzar el 'charco' para echarse fuera del aislamiento que nos supone la isla era necesario, y optó por pedir traslado a Madrid, y allá se fue pudiendo hacer realidad sus sueños de recorrer mundo; José del Pino tuvo su definitivo encuentro muy pronto con la muerte y murió en el entreacto de una jornada laboral, en horas del almuerzo, siendo joven y dejando viuda y dos hijos; Félix Reyes estuvo con nosotros mucho tiempo aunque no viviera lo suficiente para poder jubilarse, ya que una cruel enfermedad se lo llevó con los mejores.


Porque Félix Reyes era de lo mejor. Excelente compañero, como magnífico padre de familia. En el trabajo estaba siempre dispuesto a transmitir cuanto sabía porque no quería quedarse para él solo su facultad de improvisar y de mejorar los procedimientos. En las salidas que hacíamos en grupo era el buen padre no sólo para sus hijos, sino para el resto de chiquillos que teníamos quienes íbamos con él y con su mujer Carmelina. Eran, los dos, el alma del equipo en aquellos memorables turnos de quince días que pasábamos en la residencia de Educación y Descanso en Santa Brígida. O en los períodos de vacaciones -sobre todo los de las Semana Santa- en que alquilábamos apartamentos en el Sur. En éstos, acostumbrábamos a coger uno más que pagábamos entre todos y que nos servían de lugar de reunión para tomarnos los 'pizcos' y jugar a las cartas o al domino. No faltaban sus hermanos, Paco y Adolfo, a los que mando desde aquí un fuerte saludo por los buenos ratos que me hicieron entre todos pasar.








El buen humor y las trastadas del amigo Félix Reyes que se contagiaban a cuantos le rodeaban, eran por todos conocidos. Recuerdo cuando a Lolita, (¿ya te lo conté anteriormente?), que era la mujer de limpieza en la oficina, le puso una caja -en la que se subía a descolgar su bata- con la abertura hacia arriba y por poco se mata; o cuando quitaba el condumio de dentro de algún bocadillo y ponía en su lugar papel secante; o cuando a algún compañero que estuviera haciendo la mili le cosía el gorro del uniforme militar con una grapadora. Recuerdo un buen día en que fui con Reyes, sus hermanos y, compañeros -Manolo Betancor, Yoyo y otros- a un bar en Guanarteme después del partido de fútbol que ellos jugaban en Las Canteras por la Císer. Creo honradamente que fue el día en que yo he reído con más ganas. Bromas, jugarretas y chistes, antes, durante y después del almuerzo hacían imposible que yo pudiese contener las lágrimas que van unidas a la risa. En su tiempo libre y durante muchos años, Félix Reyes se dedicó a la Lucha Canaria (Pollo de los Arenales, le llamaban) en la que destacó como buen luchador.


Recuerdo todo esto leyendo el poema que me hace llegar el amigo y compañero Fernando escrito por él con el alma:


Amigo

Los recuerdos siguen vivos,
siguen latiendo emociones
y vuelven las sensaciones
de otros tiempos. Los amigos

que fueron y se esfumaron
son solo un leve recuerdo
en el que yo ya me pierdo.
Los olvidé y me olvidaron.

De todos, uno, en grandeza,
era el amigo que quieres,
en la alegría, en la tristeza;

en su amistad no había leyes,
era un hombre de una pieza.
Se llamaba Félix Reyes.




Fernando Hernández.
28 noviembre 2006.


Te deseo un buen día.

domingo, 27 de julio de 2008

Palabrerio canario

Hola a todos. Si empiezas a leer un libro y en las seis primeras páginas te encuentras, perfectamente colocadas en oraciones totalmente entendibles, un torrente de palabras de rancio sabor canario y que son éstas:


retahila, repollinada, requintadas, birriento, sarandajo, jirivilla, requilorios, esconchabado, las quimbambas, asmado, engrifado, abatatado, las cholas, rehilete, palanquina, desmangallada, pachorra,

puedes pensar tranquilamente que el libro promete.


Si en las mismas seis páginas te encuentras con expresiones como:


sirvienta p'adentro, caldo verguillas, reboso de gente (mucha gente), ojos como chernes, como dejándose caer, me habían hecho gallinas (los zapatos nuevos), al fin y al fallo, no me iba de belingo, es un guineo, una gallina con gogo


puedes apostar lo que quieras que el libro está escrito por alguien de por aquí cerca.


El escritor o la escritora, vete tú a saber, en su cuento o novela corta nos muestra su gran saber de dichos, cosas y gentes de la Gran Canaria. Sitúa la acción entre Las Palmas capital y el pueblo de San Mateo a donde sube al velorio de su amiga de la infancia, Matilde, muerta a los cincuenta y ocho años. Cuenta nuestro escritor, o escritora, la historia en primera persona, en una conversación con la muerta que a veces queda sólo en un monólogo. Y así van apareciendo ante el cadáver los diferentes personajes de la comedia:


" ¡Mi ahijado Manolo! Lo vi de raspafilón, allá a la entrada, y me dio reparo aquella cara de angustia, como si tuviera angurria y no supiera donde ir, perdido más amarillo que un bufo..."


"... otra mujer del pueblo se acercaba. La cara de siempre, tan vista siempre en el campo: cutis tan atezado que ya ni era cutis, sin edad, ojos profundos más que hundidos... y los brazos... tan característicos de los campos nuestros".


("¿Por qué (morir) en el campo, Matilde? ¿Por qué volviste al campo?")
"--Volví porque necesitaba mis raíces, saber, comprobar que había un pueblo, una tierra donde viví mi infancia, mi primera luz..."



Y así va desgranando nuestro escritor, o escritora, los perfiles de los demás personajes: el cacique, la maestra -'la maestrita' dicho con tono socarrón-, el cura, el alcalde; las ricas de la ciudad; las chicas del campo que vienen a servir sólo por la comida, por algún regalo de ropa usada, "mantenidas y la voluntad" para que fueran aprendiendo algo...

"Cuantas madres campurrias tuvieron que deshijarse como una platanera, por librar a sus hijas del fantasma de la escasez, del hambre casi segura..."
"mandarlas a servir a la ciudad, en una rara esclavitud social bajo la tiranía de la señora, que muy rara vez se humanizaba en sus relaciones con estas pobres víctimas inocentes..."
No se anda con paños calientes nuestro autor, o autora, con las señoronas ricas de la ciudad. Como tampoco dice flores del cacique:
"(Vaya, nuestro pueblito caía en la clasificación primera: regalón. Quién iría a decirlo en tiempos de nuestro don Cacique particular, que hasta tenía que decidir si a la maestra nueva, o al cura nuevo, se le hacía el vacío o no: dependía también de quién estuviera de alcalde, alcalde asimismo impuesto por don Cacique, faltaría más.)"
Promete mucho el libro, cuento o novela, de nuestro escritor, o escritora. Voy por la página 44 y son en total 135. Podría seguir copiando párrafos en los que el humor socarrón del isleño sale a relucir, y otros en los que el autor, o autora, del libro canta al campo o al agua:
"La magua del agua, el poso de sequía que todos llevamos dentro...
"aquí cuando cae la lluvia, cuando nos bendice la más humilde garujilla, alzamos las caras para sentirla mejor, como para que nos bendiga uno a uno, para que la bendición nos cale hasta la médula a través de todos nuestros poros ancestralmente sedientos..."
No aguanto más la duda y voy a la contraportada del libro. Nuestra autora, no autor, nació en Las Palmas de Gran Canaria y aquí ha vivido, ha creado familia, ha colaborado en prensa y radio y ha publicado varias obras. Recientemente, su ciudad la nombró Hija Predilecta con todo merecimiento. Nuestra autora, María Dolores de la Fe Bonilla. Y esta novela corta, de la que posiblemente he abusado al copiar tanto párrafo para ti, la tituló "Isla Espiral".
Te deseo un buen día.

viernes, 25 de julio de 2008

Amigos para siempre

Hola a todos. Cuando comencé con esta divertida distracción en que se ha convertido la escritura de mis sentimientos en un blog escribí uno hablando de lo que para mí suponía el espacio musical "Clásicos Populares". Hoy, ocho meses después, vuelvo al tema con una triste noticia puesto que el programa está llamado a su fin. Ya a final del año pasado tuvimos que oír como nos dejaba Araceli, nuestra amiga presentadora que con su risa siempre pronta daba el punto del sabor inigualable a la comida espiritual que representaba los cincuenta y cinco minutos de músicas y anécdotas varias. Nos faltó su voz desde primero de este año y nos quedó sólo la de Fernando, su compañero presentador con el que hacía un dúo que ni los mejores cantantes de todas las épocas podían superar. Nos dice Fernando Argenta que el jueves próximo será el último programa después de tantos años de emisión. (Nada más y nada menos que treinta y dos). Los comentarios de los oyentes habituales son de pena, sorpresa, algunos de rabia, y de dolor. No en vano es casi imposible abandonar a los amigos. Y Araceli y Fernando, -Fernando y Araceli-, lo han sido para muchos miles de entusiastas de la música clásica que con ellos se hacía música ligera al oído. Me uno desde este humilde blog del acontecer diario a los sentimientos de pérdida y, el próximo miércoles, desde el balcón de mi casa, o desde una ventana, ondeará de dos a tres de laa tarde (hora canaria) un pañuelo blanco de despedida. Al igual, estoy seguro que será así, que en balcones y ventanas de miles de casas en toda España. Será un reconocimiento a una labor didáctica y de distracción que 'ajolá' vuelvan a emitir.



Querido Fernando, como te dicen por teléfono quienes llaman para decidir cual es la mejor versión de la obra de la semana , te deseo lo mejor; y por supuesto a Araceli. Y, cómo no, a todo el equipo que hay detrás de vosotros. Y sepan que serán de este bloguero, mayor y jubilado, amigos para siempre.



P.S. Intenta escuchar el programa el miércoles y jueves próximo pues serán los últimos y contará con invitados. (95.1 del dial, 14 a 15 horas canaria) ¿Volveremos a oír la agraciada voz de Araceli? Seguro que sí.



Te deseo un buen día.

miércoles, 23 de julio de 2008

Café de Chinitas . Ballet






Hola a todos. Te comentaba que la guinda al pastel de la pasada semana fue el magnífico espectáculo que presenciamos el viernes, del Ballet Nacional de España. Me jeringa usar adjetivos en mis 'rollos' indicando que las cosas o acontecimientos son buenos, agradables, guays, etc. porque cuando los necesito de verdad están, como si dijéramos, pasados. Pero si ahora escribo magnífico es que el espectáculo es magnífico. Punto. No sé que más decir. Fueron con mucho los noventa minutos en que yo más me he afanado para captar la luz, la música, el baile, el taconeo, el cante, la letra... Para ver los telones que iban cambiando según cambiaban los números o para darme cuenta del traje de volantes. De la voz de la cantaora, de las palmas y percusión, de la voz grave del cantante, del rasgueo de las guitarras. De los músicos. Del conjunto. O de las individualidades; como cuando bailan soleares (o lo que sea) encima de una mesa de un metro cuadrado. Los telones reproducen otros originales de Salvador Dalí. La voz en off del genial pintor, o de alguien que le imita a la perfección. Las canciones, ocho populares, de Garcia Lorca. La Tarara, Los cuatro muleros, Sevillanas, Nana del Galapaguito, Seguiriya del Destino... Coreografía estupenda, vestuario precioso. Juego de luces con vídeos creados posiblemente con ordenador. Cantan:

De los cuatro muleros
que van al campo,
el de la mula torda,
moreno y alto.

De los cuatro muleros
que van al agua,
el de la mula torda
me roba el alma.

De los cuatro muleros
que van al río,
el de la mula torda
es mi marío.

¿A qué buscas la lumbre
la calle arriba,
si de tu cara sale
la brasa viva?



Termina El Café de Chinitas y pienso que es la terminación de la primera parte. La hora y media había pasado en un suspiro. El público puesto en pie agradece el espectáculo y, con pena, marchamos. Por el camino a casa, casi sin querer, voy tarareando otra de las canciones oídas en la noche:

La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.

Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.

La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.

Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.

Ay, Tarara loca.
Mueve, la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.

Te deseo un buen día.




martes, 22 de julio de 2008

Nuestro timple

Hola a todos. Te cuento. Iba deambulando por la calle de Triana, golisniando en los escaparates y me tropiezo con un cartel que anuncia la presentación de un libro. Me pica la curiosidad pues el libro lleva por título "Construye tu timple" y tomo buena nota de que será tal día en el Círculo Mercantil de Las Palmas. Así que aquí nos tienes en la Sociedad donde tan buenos bailes de carnaval y de fin de año disfrutamos en tiempos pasados. Sigue siendo este club de la Plaza de San Bernardo un club señor, con abundantes y magníficos cuadros colgados de sus paredes, la vitrina con placas de reconocimientos por la labor desarrollada y la lista de los Presidentes en tantos años de andadura. Sigue funcionando su pequeño bar restaurante, espero que con tan buenas 'tapas', whiskies y vinos como antaño. Lo que encuentro cambiado, a peor, es el salón de baile; ha desaparecido aquel techo tan alto y los palcos y corredores que daban prestancia al salón. Ignoro las causas, aunque, no hay mal que por bien no venga ya que ahora ha quedado como un saloncito encantador apropiado para actos como el de hoy, con casi lleno entre amigos y curiosos.



En el escenario y sobre una mesa adornada con un paño calado típico en Canarias, dos timples nos dan la bienvenida. Luego y para acompañar al autor del libro don José Luis Villar, un grugo folklórico compuesto por veinte personas que tocan guitarras, laudes, bandurrias y timples y cantan canciones nuestras, que se hacen llamar "Balcón del Guiniguada" y que son del Lomo Apolinario. Presenta al escritor con sentidas palabras un amigo de éste y nos dice que José Luis aunque catalán de origen es canario de adopción y que se unen con él nuestro Atlántico con su Mediterráneo. Habla de su libro el señor Villar y de como, observando el trabajo de los artesanos en el arte de construir el timple, con algunos que le dan algo de información y otros que se la reservan, va poco a poco conociendo el intríngulis para poder hacer un buen instrumento. Fruto de tanta paciencia, además de los timples que ha construido este barcelonés, son las 142 fotografías que componen el libro (el primero editado con técnicas paso a paso para la construcción del timple) comentadas cada una de ellas con sencillas y cortas explicaciones.

Me queda a mí después de leerlo, sobre todo, el conocer la importancia de la madera; de las buenas maderas que son necesarias para construir tan pequeños, bellos y sonoros instrumentos -timple de concierto o timplillo-: cedro rojo, palo santo, palisandro, ébano, pino blanco, cerezo, venidos de países tan distantes como Canadá, Estados Unidos, Tailandia, Ceilán o Guinea.

Junto al grupo ya mencionado que nos deleitó con malagueñas, seguidillas, mazurcas y otras canciones como 'No volveré; actuó el señor Héctor Morales, profesor de música que como gran virtuoso tocó para nosotros con su timple "Sombras del Nublo" y otras canciones canarias; tres señoras leyeron unos poemas; terminando el acto los del Lomo Apolinario con otros variados pasacalles. Lo digo: buen rato y muy emotivo que hizo que José Luis Villar al final del mismo -al firmar ejemplares de su libro- no pudiese esconder su emoción.


Deseando que el timple nunca nos falte, te deseo un buen día

lunes, 21 de julio de 2008

Palmeral en Fataga


Hola a todos. Hacía la tira de años que no íbamos a Fataga, algo así como cuarenta un poquito menos. Nos acordamos del aquel día, caluroso como se corresponde a un día de solarejo en el Sur, porque en aquella ocasión nos hinchamos a comer albaricoques. Recordábamos eso sí que la carretera era una cinta de asfalto con vueltas y más vueltas hasta dar con el pueblito. Lo que no teníamos en mente, yo al menos, era el profundo barranco -esos barrancos secos con laderas altas pidiendo agua por compasión que tenemos en Gran Canaria- que nos acompaña mientras la guagua sube y sube hasta llegar al punto en que ya le toca bajar. Pienso cómo será la visión de estas montañas en invierno cuando las nubes nos regala el agua a borbotones con el tiempo de sur. Seguro que será bonito ver el agua encajonada en el fondo del barranco yendo hacia el cercano mar. En ese fondo de barranco que ahora luce con palmeras que parecen enanas vistas desde arriba y que aparecen tímidamente al principio hasta llegar a un punto en que se convierten en un magnífico palmeral.


Fuimos el sábado con la 'Peña la Vieja', asociación de vecinos con ánimo para ir al fin de la isla si hace falta. Antes habíamos estado en Maspalomas, clásicas paradas en el mercadillo y junto a la Charca, con lo que el trayecto no se nos hizo muy pesado. No paramos en Fataga así que tuve que conformarme con ver la iglesia y las pocas casas, todas blancas, que forman el pequeño pueblo. Por el camino la visión de palmeras quemadas víctimas del incendio del pasado año que se aferran a la vida. A poco más de un kilómetro llegamos al complejo rural que era nuestro destino; hotel, restaurante, granja, piscina, etc. Tiene el sugestivo nombre de Molino de Agua y está en medio de más palmeras con vistas a las impresionantes cumbres.



Llegamos poco antes de las dos de la tarde y el almuerzo fue al aire libre en las mesas situadas a la sombra. Buena comida y buen ambiente como es tradicional. Después unos chapuzones en la piscina, hamaca y recorrido para conocer algo las instalaciones y ver los animalitos que tienen. Estábamos tan entretenidos que ni nos fuimos al baile que organizaron en un salón con suelo de madera. El hotel cuenta, si no entendí mal, con nueve habitaciones y además unas cuantas cabañas. El sitio parece ideal para perderte unos días (posiblemente mejor en época de poco calor), y además tienes la posibilidad de darte una vuelta en coche hasta el cercano pueblo cumbrero de San Bartolomé de Tirajana.


Por si te interesa te doy los datos en la red: http://www.molinodeagua.es/ e info@molinodeagua.es
Aquí en este hotel rural podrás, por ejemplo, leer tranquilamente aquel libro casi olvidado que tienes para una ocasión especial.
Te deseo un buen día.



domingo, 20 de julio de 2008

Mimo moruno


Hola a todos. La verdad es que no sabía por donde continuar mis impresiones sobre la actualidad y al final me inclino por contarte la excursión de hoy. Fuimos a Santa Cristina que es un enclave privilegiado situado a medio camino entre Moya y Guía. En el sitio hay un cartelón puesto por el Cabildo Insular que nos habla de las características del lugar, y así me entero que al lugar le llaman El Brezal y que es un área montana de las medianías del norte de Gran Canaria, siendo su altitud de unos 600 metros sobre el nivel del mar y que ocupa una extensión de 107 hectáreas; que los agentes erosivos han dado lugar a un relieve accidentado y complejo caracterizado por la intercalación de lomas y barrancos; que el paisaje alterna terrenos aterrazados para el cultivo, retazos forestales y eriales con matorrales y prados; que la influencia de los alisios y la altitud permite encontrar manchas de cardonal-tabaibal, acebuches y lentiscos, y que es la mejor muestra que queda en la isla de faya-brezal y que en las cotas más altas tenemos masas forestales de coníferas y eucaliptales.



Con lo anterior, extractado del cartel indicador, puedes hacerte una idea de la belleza y placidez del sitio. Hoy además gozamos de un tiempo primaveral -a pesar de que el almanaque dice que estamos en verano- puesto que a unas nubes bajas que dejaron caer unas minúsculas gotas que no llegaban ni a mojar se sucedía espacios de sol, no picón, que junto a un airecillo fresco nos permitía estar sin problema alguno. El objetivo del grupo, Club de Mayores El Refugio, era hacer una paella para los ciento y algo de excursionistas. Se instalaron y encendieron las paelleras con sumo cuidado. Los maestros arroceros cumplieron muy bien sus deberes -que se traían muy estudiados- y así pudimos saborear de las tres paellas que hicieron, con mariscos y muslos de pollo. No se olvidaron de una ensalada previa y naturalmente no faltó la cerveza, ni los refrescos ni algunas botellas de tintorro. Estos y las golosinas compradas en Moya en la tradicional parada nos dejaron a tope.

La gente iba cada cual a su aire. No estábamos solos en Santa Cristina los del Club de Mayores sino que fueron llegando también muchas familias en las que el encanto de los niños y jóvenes nos hacían compañía. Nosotros estábamos desparramados en pequeños grupos, jugando unas señoras -supongo que al bingo- con cartas de la baraja; cuatro caballeros estaban enfrascados con el domino; los más hablaban o paseaban, salió a relucir un laúd con cantaores más o menos desafinados y mientras unos y otras íbamos según nos apetecía al pequeño bar instalado en la explanada a tomar café. Justo en este bar, bien colocaditas, unas macetas querían venirse con nosotros a casa. Así que dos señoras compraron anturios, nuestra amiga Mari Carmen (de la época de los 'pateos' por caminos reales con los padres de scouts) compró una maceta con hierba huerto, y nosotros nos trajimos una preciosa planta que llamamos mimo y que alguien nos dijo que se llama mimo moruno o zarcillos de la reina.
Bueno, ya te contaré de las actividades de la semana recién terminada: cine, ópera, presentación de un libro, ballet, y otra excursión al Sur-ayer sábado- a un hotel rural en Fataga. Te anticipo que la guinda al pastel de tantas agradables tareas de un jubilado fue el espectáculo bello del Ballet Nacional de España el viernes a la noche.

P.S. El domingo día 27 llevan en procesión la pequeña imagen de Santa Cristina desde el lugar donde la tienen todo el año hasta el Brezal. Seguro que será muy bonita la romería.

Te deseo un buen día.

sábado, 19 de julio de 2008

Buen comienzo

Hola a todos. Aunque el refrán diga que el inglés no quiere buen comienzo, para mí que un buen principio de las cosas es parte del éxito. Es claro que después puede torcerse e irse al garete lo que comenzó con buenos augurios. Ya lo dice el otro refrán: "bien está lo que bien acaba". Así que buen comenzar y buen terminar y que Dios sea con nosotros. Tal el caso, quiero creer, de la temporada 2008-2009 de actividades culturales. En estos días tenemos, para ir abriendo boca, en el Parque de Santa Catalina y en el de la Música el 13º Festival de Teatro y Danza, y hemos tenido días atrás en la Plaza de Santa Ana y en el Auditorio (y en pueblos del interior) el 17º festival de Jazz; el propio Auditorio y el Teatro Pérez Galdós tienen a punto su programación de música y ópera, y a éstos se suma la del Teatro Cuyás. Nos enteramos a tiempo y asistimos, Loli y yo, al espectáculo y cóctel que el Cabildo Insular ofreció al público para la presentación del programa del Teatro. Dentro de éste pudimos ver una cuidada selección de imágenes de la temporada recién terminada y luego otras de la próxima a nacer con reconocimiento, por parte de presentador y artistas que salieron al escenario, de todos los que hacen posible las funciones del teatro: los de los focos, de taquilla, acomodadores, atrezo, etc. Fuera, en el amplio patio y obsequiados con alguna bebida, canapés y dulces, seguimos viendo la muestra de la temporada que comenzará en septiembre, con la actuación de varios estupendos cómicos. Entre éstos uno que nos dice que cualquier obra necesita de imaginación: imaginación del autor, imaginación del director e imaginación del público. Otro, con teatro de guiñol incluido, nos va leyendo el amplio programa y entre medio de todo ello la música en vivo de dos pequeñas orquestas -una en la presentación y otra en el cóctel- que amenizan estupendamente todo lo contado.


Ya hemos seleccionado varias obras que nos gustaría ver. Para ello pienso ir hoy mismo a reservar los abonos. No se lo digas a nadie, (te lo digo a ti solito al oído), éstas son: un ballet con música y alma de Taiwan, otro de música andaluza llamado Sevilla y Cascanueces con música de Chaikovsky. Como verás variación no falta.


Anímate, ven a la Música, o al Teatro, o a la Danza y disfruta.


Te deseo un buen día.

jueves, 17 de julio de 2008

Tunos de temporada

Hola a todos. La llegada del verano nos trae además del calor, no muy fuerte en estas islas afortunadas, otras cosas. Por ejemplo las vacaciones de miles de chiquillos a los que hay que buscarles entretenimiento. Pero no es éste el tema de hoy. Quiero hablarte, y quisiera saber decirte, cuánto disfruto yo en estas fechas con las frutas. Sabido es que por aquí tenemos los puestos llenos de apetitosas muestras de frutos durante todo el año, pues últimamente nos las traen cruzando el charco de sitios como Chile. Pero la frutita 'del país', esos ejemplares de olorosas y dulces ciruelas de Tejeda, de albaricoques de Fataga, de 'peritas sanjuaneras', de higos, brevas, uvas, nísperos y melones que nos llegan con el anuncio del verano es otra cosa. Las de pa'fuera son buenas, no lo niego, pero uno, ¿qué quiere que te diga? siente las cosas de la Gran Canaria como las más hermosas del mundo. Y la fruta, claro, entre esas cosas. ¿Qué me dices del buen plátano canario y de los papayos y papayas, y de las sandías? Y ¿qué te puedo contar yo de los tunos que tú no sepas...?




Precisamente para comprar tunos me voy al mercado de Altavista. Este está situado cerca de mi casa en la llamada Ciudad Alta, en Las Palmas. Lleva abierto la tira de años, no sé cuantos, pero naturalmente menos que los ciento cincuenta con que cuenta el mercado de Vegueta, antiguamente el único en la capital. El de Altavista cuenta con muchos puestos de venta variada: de frutas; de quesos (sabrosos quesos de la cumbre, majoreros, herreños... de cabra, de cabra y oveja ¡qué sé yo!); de lindas flores; de pescado, sardinas, chicharros; de carne...; hay uno de chuches y otro de hierbas medicinales. Está siempre concurrido con las señoras haciendo compras, algunos caballeros que también compran algo y otros que, como yo, acudimos a ver el ambiente. Hoy me toca comprar tunos, como te digo, igual que el otro día. Pienso regalarlos a mi hermana por el día del Carmen ya que son muy apetitosos. Por aquí los tenemos de dos clases: está el tuno 'blanco' que es alargado y con cáscara gruesa de color verde o anaranjado y su interior es una mezcla de pulpa y pipas, algunas granditas que es mejor no tragar, y tenemos los tunos 'indios o chumbos', colorados, más pequeños que los blancos, más del pueblo, que dejados pelados a la intemperie una noche quedan de un dulzor extraordinario, con el líquido desprendido.



Los compro hoy, al igual que otros días en el puesto de Pepe y Sarito, primero entrando al mercado a mano derecha. Me atiende la pareja, -gente que si no son de campo lo parecen por su buen color y sincera sonrisa-, con gran amabilidad. Me indican que los tunos que tienen a la venta (blancos y coloraos) provienen unos de Maspalomas -allá por donde la NASA- y de Jinámar los otros. Sea de donde fueren son buenos y no voy a quedar en mal lugar con mi regalo. Y además, vienen limpitos de púas, no como antes, cuando joven que iba con los amigos a coger tunos con las manos o como mucho ayudándonos con una caña abierta a modo de pinza para alcanzar los del centro de la tunera que eran los mejores. Éstos sí que tenían púas que quitábamos barriéndolos con las piedras o con las hierbas. Eran, eso sí, los tunos 'coloraos' que podían dejarte 'tupío' si comías más de la cuenta. Los otros eran cosa de gente rica.

Te deseo un buen día.



martes, 15 de julio de 2008

MI pequeño mueble

Hola a todos. Le tenía un cariño especial pues al fin y al cabo era mi primer mueble. Me lo hice yo mismo con un poco de habilidad, cuatro tachas y un martillo. Imagínatelo. En mis tiempos en la tienda de ultramarinos Cruz Mayor, cuando tenía doce o trece años en los lejanos entonces de 1953 a 1955, aún se utilizaban los cartuchos de papel pues todavía no se había popularizado las bolsas de plástico, ni los envases de este material, y las mercancías que entraban en la tienda lo hacían, casi todas, en cajas de madera. Recuerdo haber pedido, para mi pequeño mueble, ¡qué listo que era, caramba! una caja de sidra Zarracina, cuadrada vista desde arriba, y de poco alto -cosa de quince o veinte centímetros-, y otra caja rectangular, ésta más o menos del doble de alta, que encajaba perfectamente en la anterior. Uniéndolas y con cuatro martillazos quedaron listas para el uso que a mí me apetecía: una librería. En la parte baja (dentro de la caja de coñac Fundador, puse mis libros y tebeos varios; en el estante superior, con los lados y el techo de la caja de sidra, los libritos pequeños que entonces eran mi gran tesoro. Me quedó un mueble de 'agute' que conservé algunos años. Luego vinieron mejores tiempos y otras librerías han venido a sustituirlo, pero, aquél, mi pequeño mueble, ha quedado en mi corazón como una conquista temprana.

Te deseo un buen día.

lunes, 14 de julio de 2008

Bocadillos de sardinas

Hola a todos. El servicio militar pasó por mí como el rayo de luz por el cristal sin romperme ni rasgarme. La 'mili' era obligatoria para los mozos varones o podía ser voluntaria. Entendámonos: voluntario ni a comer, se decía, pero si no hacías la 'mili voluntaria', generalmente en Aviación, te podían mandar a Hoya Fría en Tenerife a hacer el período de instrucción y luego a cualquier isla distinta de la tuya, o a África en las provincias españolas del Sáhara, El Aaiún, Sidi Ifni o Cabo Jubi -en algún puesto metido en pleno desierto-, o a lo mejor te mandaban a la Península o a las plazas de Ceuta o Melilla. Así que, los que por alguna razón queríamos quedarnos en Gran Canaria, teníamos la opción de entrar en el cuerpo de Aviación, ejército más nuevo, más simpático (supongo), menos bregado, con un tiempo de servicio mayor, compensado por poder ir a casa con el célebre 'pase de pernocta' a dormir. Así que el período de instrucción en el que yo participé con no sé cuantos reclutas más lo hicimos en Gando, en unos terrenos y edificios que al parecer fueron construidos para Lazareto en tiempos de peste en la isla, y que sirvió como campo de concentración para prisioneros de guerra en tiempos de la contienda que enfrentó a españoles contra españoles en 1936-1939.

No existía entonces la actual autopista al Sur y para llegar al Lazareto nos llevaron por la carretera que pasaba por Telde. Nos pelaron al rape, o muy cortito, nos dieron uniforme de salida y mono de trabajo y nos llevaron a los barracones en donde estaban las literas. Recuerdo a un recluta, fuerte él con musculatura de gimnasio, que llevaba una maleta grande en la que tenía pintada una calavera como símbolo externo de que nadie tocara sus pertenencias. Recuerdo asimismo los entrenamientos para conseguir que marcáramos el paso todos al mismo tiempo siguiendo el ¡un dos!, ¡un dos!, del cabo o sargento correspondiente. Parece que fue anoche mismo cuando tuve que fregar cacharros y más cacharros tras la cena en una noche en que me tocó tal oficio, y el recoger de papeles, basuras y colillas en los espacios entre los edificios con el viento que hace en esta zona de fijo, y claro, también me acuerdo de cuando nos hicieron subir corriendo por la ladera de la montaña que está en la península de Gando. Nada grave por otra parte. Fuimos un día a la zona militar del aeropuerto a bañarnos en la pequeña playa reservada para oficiales, y en las pistas tuvimos que trabajar alguna que otra vez para su construcción acarreando carretilla, piedra o lo que fuese.


Desde el primer sábado me dieron permiso para ir a casa. teníamos eso sí que saber saludar y tener el uniforme a punto y las botas bien brillantes. ¡Qué buenas botas usted las que nos daban con el uniforme! Tras la Jura de Bandera fui destinado a Las Palmas durante un tiempo a la Escuadrilla de Honores. Seguramente tenía yo buen porte aunque era flaco como un pejín pero a lo mejor daba el tipo contra tanto peninsular que venía con estatura bastante inferior a la mía. Con la Escuadrilla, aparte de un paseo de madrugada -despertándonos con toque de zafarrancho- que nos dieron saliendo del acuartelamiento en el Paseo de Chil y regresando al mismo después de dar la vuelta por Tamaraceite (unos veinte kilómetros, quizás); participé en guardar calles en la procesión del Corpus y en alguna otra -en ese entonces se usaba tal costumbre: los soldados, todos guapos con uniforme de gala, colocados uno casi a lado del otro en las aceras para rendir honores, y también me llevaron a desfilar a recibir y despedir al entonces ministro de Industria que era un general cuyo nombre no me viene a la cabeza.


Luego en Combustibles, en labores de oficina, que no me libraba de tener que llenar, dándole a una manivela de surtidor manual, los sedientos depósitos de gasoil de guaguas que debían tener estómagos como Gargantúa pues no se llenaban nunca. De las 'imaginarias' (guardias nocturnas) si me libré, pues los afortunados canarios que seguíamos en nuestros trabajos ganando un sueldo, podíamos pagar a los soldados peninsulares por hacer el servicio por nosotros, práctica permitida o al menos ignorada por la oficialidad. Habían dos, gallegos ellos que hicieron su agosto; y había uno, no sé de que región, que tenía aversión al agua y no se bañaba ni que lo mataran. Para ello -además de las duchas- contábamos en Combustibles y Transmisiones del pequeño muelle que permitía zambullidas en el agua de la marea. Me las perdí yo entonces por no saber nadar. Un recuerdo cariñoso para los oficiales Comandante Mauro y tenientes Vilariño e Iglesias, joven éste recién salido de la Academia, y para los suboficiales sargentos de primera Sosa y Peña es de obligado cumplimiento.


Y un recuerdo sabroso para paladar, vista y olfato el de aquellos bocadillos que comíamos a media mañana en la cantina de Transmisiones, medio pan, de los grandes panes de Aviación (ricos donde los hubieran) con apetitosas sardinas con aceite, -dentro del 'chusco'-, que eran una bendición de Dios.


Te deseo un buen y opíparo día.

sábado, 12 de julio de 2008

De ayer y de hoy


Hola a todos. Ayer, o más bien antier, nuestra querida Perejila dejó escrito estos versos y gracias a ellos podemos hacernos una idea de este trozo de la ciudad de entonces:

De la plaza de Cairasco
se fueron las ilusiones
porque al pasar nos revuelve
la gran peste a cagajones.
Los cocheros borrachones
pegados al Gabinete...
Debe ser un gran zoquete
el que la orden les dio,
que el jardín se convirtió
en asqueroso retrete.


Hoy, más de un siglo después, las circunstancias son otras y el lugar se ha convertido en un sitio amable y limpio. Seguro es que si doña Agustina lo ve desde un agujerito en el cielo no lo conoce. Cerca están el colegio de las Dominicas, el Conservatorio de Música, el CICCA, la iglesia de San Francisco y la Alameda, y en la misma plaza hay varias terrazas donde los viandantes pueden sentarse a reponer fuerzas o a charlar mientras toman un 'cortado' o un aperitivo. También está el Hotel Madrid vinculado a la historia chica de la ciudad, y a la Historia de España, pues en este establecimiento estuvo el General Franco en la noche en que salió para ponerse al frente del Alzamiento Nacional. Al ser paso para la Plaza de las Ranas, para la calle de Triana o para la Catedral y Vegueta, y además contar con la terminal de guaguas hacia la zona alta de la ciudad y el Puerto, sin olvidarnos del Risco de San Nicolás, es sitio bien concurrido durante casi todo el día. Tengo la 'inmanía', que diría Pepe Monagas, de intentar ver los rincones de la ciudad como si yo fuese un turista despistado en visita de recreo. Y creeme, querido lector, que este sitio merece la pena. El Gabinete Literario, tiene su fachada principal de amplios ventanales y dos cúpulas, de color blanco, dando hacia la plaza y puede verse más allá de la estatua y fuente de Bartolomé Cairasco de Figueroa sobre un redondel siempre florecido, mientras las palmeras canarias parecen hacer guardia perenne ante el edificio.



Volviendo al ayer, o más bien al antier. Cuenta Néstor Álamo que el abuelo de doña Agustina, La Perejila, no veía con buenos ojos los galanteos a sus dos hijas Frascorrita y Pinito. Éstas para poder hablar con sus pretendientes idearon la siguiente estratagema:



"Mira, Sionilla, si tú vez que pasa por 'ahy' el novio de "Sita" Pino vas y 'dises': mi ama, por 'ahy' pasa cilantro, ¿quiere su merced? Y si el que pasa es el mío 'dises' tú: "Sita" Frascorra, por 'ahy' pasa perejil: ¿quiere?"



"Cilantro evacuó el sitio fastidiado -sigue diciendo Néstor- pero no el novio de Frascorra, y así terminó el invento diciendo las alcahuetas: "Sita" Frascorra, por 'ahy' viene o por 'ahy' va . Y Perejil se quedó el muy grave don Manuel y por extensión todos los suyos hasta estos floridos instantes".


Así que ya sabemos por donde le entra el agua al coco, o al menos de que le viene el nombrete a nuestra vatesa, como también la llama el genial autor de Sombras del Nublo.

P.S. Dibujo tomado del libro de Néstor Álamo.
Te deseo un buen día.

viernes, 11 de julio de 2008

En tiempos de...

Hola a todos. Doña Agustina González y Romero, malllamada "La Perejila" tal como nos cuenta Néstor Álamo en su libro de biografías, bien pudo haber sido una de nuestras tatarabuela. Nació, vivió y murió la poetisa en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (1820-1897) , sin que su vida fuera un jardín de rosas. Nos dice su biógrafo que "el tránsito terreno de doña Agustina fue más que desnivelado dentro de una uniformidad de línea; soledades, incomprensiones, desdenes bajo piélago de pasiones con que ella se autolesionaba". No es de extrañar que de su boca saliera -y luego fueran recogidos en papel- los versos como púas conque arremetía contra aquellos que trataban de molestarla. Versos afilados que iban también contra los parientes que la arrojaron a la calle. En el libro, Néstor une a la figura de la bardina, como él la llama a veces, otros muchos personajes contemporáneos de ésta. La mayoría dedicados también a hacer ripios y sonetos por lo que me queda la impresión de que en aquellos lejanos entonces, la gente, sin otros menesteres ni entretenimiento en los que ocuparse, se divertían componiendo poesía satírica.

Así podemos leer esta Improvisación de don Mariano Moreno y Magdaleno, tío de doña Agustina y clérigo poeta:

"Observa cómo salta,
repara cómo brinca,
la hija del vecino,
la bella Joaquinilla.

Mira, mira que besos
se deja dar la linda.
¡Cómo la hostiga el mozo,
cómo chusco la obliga...!

Más ¡ay! Que ya la tiende,
¡Adiós! ya está tendida;
caramba, que la jode,
¡Abur... ya está jodida..."

Más o menos lo que nos cuentan hoy en televisión, pero con rima. Aunque hay otras, naturalmente, con no tanta 'mala uva'. Como ejemplo ésta del bohemio Roque Morera a la muerte de un amigo:

"Mil veces te oí decir
de la noche en el misterio:
'Gocemos, que de dormir
hay tiempo en el cementerio'"

Pero volvamos con doña Agustina. Según leo, fue a partir de 1868, cuando ya estaba cerca de los cincuenta, cuando 'le entró el diablo en el cuerpo'. A partir de entonces arremetía contra todo bicho viviente. Pero tiene poesías llenas de sensibilidad y de pena como este fragmento de la titulada ¡AY!, que fue escrita tras la muerte de una niña, que Néstor Álamo nos permite ver que bien pudo ser su hija:

.......
"Virgen del Carmen Santísima,
dale tregua a mi dolor;
tú que me la arrebataste,
no me dejes morir, no,
de esta agudísima pena
que me arranca el corazón.

Hija de toda mi alma,
no puedo ser feliz yo
desde el terrible momento
que cesó tu dulce voz".
...........................

Otras muchas poesías he podido leer y disfrutar en el libro. Pasar más de éste al blog sería una calamidad y seguro que no te vendría bien. Más bien pensado... ¿Por qué no acabar con este ripio?

"A Magdalena, la hermosa,
un 'viento' se le escapó
y Serafín preguntó:
-¿Qué fue eso, Magdalena?
-¡Ay, Serafín! no lo sé;
un aire fétido fue
de las regiones mierderas,
que como son tan ligeras
se me escapó para usté..."

P.S. El nombrete de "La Perejila" le viene a doña Agustina por parte de padre, ya que a éste le terminaron llamando 'el perejil' por un hecho gracioso que viene narrado en el libro, y que a lo mejor en otro blog te lo copio.

Te deseo un buen, y ventilado, día.


jueves, 10 de julio de 2008

Pobre pescador

Hola a todos. Casi al lado de la iglesia del Cristo, en Guanarteme, cerquita de la avenida de Las Canteras, hay un pequeño bar o tasca, Bar Vigo, que presume con todo honor de ser especialistas en caracoles y pulpos. Mira tú por donde, a mí que me da arrebatos cada vez más frecuentes de hacer cosas que me acerquen en lo posible a mi lejana juventud, me apetecía últimamente comerme al menos una tapa de caracoles, con cerveza como está mandado, y a este bar me condujeron mis pesquisas. Bueno, ya sé el sitio y ya estuve en él haciendo una primera visita de aproximación. Ya te contaré a que saben los bichos éstos que por lo pronto tienen el apellido de Picantes. Toda esta 'matraquilla' de comer éste, espero que manjar, me vino de pronto recordando la cervecería La Salud que estaba situada hace muchos años en la calle Canalejas en Las Palmas, allí donde hoy están actualmente las oficinas de la ONLAE. En esta cervecería eran tradicionales las tapas de caracoles que acompañaban a su estupenda cerveza. Recuerdo que tenía al entrar como un pequeño patio en donde una fuente alegraba la estancia a los parroquianos, un mostrador y unas mesas y sillas. Creo recordar (en esto mi memoria falla) que tenía lo que hoy se llama música en vivo, o sea, un músico amenizando las tardes, pero, por favor, no me lo creas. Quizá sólo sea éste un falso recuerdo producto de mi añoranza.



En donde sí había música de la de verdad era en el Restaurante La Tropical, junto a la fábrica de cerveza de este nombre en la carretera del Centro, por encima de la cárcel, en Barranco Seco. Como restaurante era muy bueno el sitio con una terraza espléndida y como sala de baile era genial. Lo regentaba un amigo mayor que yo, Domingo, buen conocedor del oficio, quien conseguía que los sábados a la noche se le llenara el local para gozar de una buena cena y del bailoteo correspondiente, y no digamos nada de las noches de San Silvestre. Por cierto, que había un mal chiste en aquellos tiempos con esta conversá: "¡Si bebes, acabas con la salud!". "No importa, -contestaba el borracho-, después sigo con la Tropical".



Y a propósito del bar Vigo. En la Avenida de Las Canteras, justito al lado, y en el suelo, había hasta hace poco una preciosa estatua del 'Pescador limpiando el pescado'. Se veía al hombre rodilla en tierra con un cuchillo en su diestra y el pescado en su mano izquierda, y unas piezas en el suelo, quitando las escamas. La pasada noche de san Juan bendito, cuando los fuegos y la tradición llevaron a miles de personas a la playa, alguien, seguramente con unas copas de más y falta total de civismo, rompió o arrancó la estatua. Y al pobre pescador lo tendrán pendiente de curar su heridas en los talleres municipales. Espero para muy pronto su reposición. Que así sea.



Te deseo un buen día.

lunes, 7 de julio de 2008

Motero peleón

Hola a todos. Fue el caso que el domingo al regreso de una excursión a Tenerife, con el Club de Mayores "El Refugio", venía el barco bien cargadito de gente. Y como en otras ocasiones había un grupo de moteros, ropa negra, chupa o como se llame, gafas de sol, botas o zapatones, cual ejército uniformado para pasar revista. No les falta a estos mozos y mozas el casco grande con el que por obligación de la DGT han de cubrir sus cabezas. A nadie, que yo sepa, molesta su indumentaria como tampoco su afán por divertirse yendo en grupo de una a otra isla a pasar uno o varios días de asueto con sus motos. Lo que chincha, valgan verdades, es que en ocasiones se crean los amos del mundo. A buen seguro que no son todos pero, para muestra, con un botón basta. Cuando ellos viajan los demás pasajeros hemos de ver como muchos de los asientos en el barco quedan 'ocupados' por cascos que presumiblemente van a ser luego ocupados por una persona. Pasa el tiempo, cada casco sigue guardando su sitio mientras su dueño está sabe Dios donde, pasa un hombre o una mujer -a veces con niño- buscando donde sentarse, y los cascos impertérritos dicen ¡quieto allá, ocupado!

Alguien, con dos dedos de frente, tal como un miembro del grupo de mayores hizo el domingo, recrimina a algún motero esta ocupación innecesaria y éste, el motero, se revuelve airado y en el colmo del despropósito amenaza al final de la discusión diciendo: "la próxima vez no vendré a hablar como una persona". Y naturalmente uno piensa que poco trabajo le va a costar, pues de persona, al menos de persona con buenos modales, tiene bien poco.


Quedó aquí el incidente, o anécdota, y, claro, me acordé de nuestra poetisa doña Agustina González, 'La Perejila', que a buen seguro rápidamente hubiera contestado al mentecato con uno de sus sonetos tal como ella respondía a quien osara llamarla por su nombrete:

¿Perejila?
En tu boca mierda estila,
hija de padre cabrón:
Ya se te cayó la flor,
pronto te vendrá la fruta;
que si ahora eres tan puta
¿qué serás cuando mayor?

Por lo demás todo bien. Tiempo fresco en La Esperanza y en La Laguna (unos vinitos tinto de La Matanza, tomados en una tasca, eran gloria pura) y tiempo de sol en Candelaria, que daba envidia viendo a las criaturas en el mar, con fuerte oleaje, dándose los chapuzones correspondientes.

Y sin ánimo de aburrirte, y poniéndome pesado, ahí van estos malos 'poemas', míos, que hoy son algo obligados:

Si yo fuese Perejila
la de los versos de oros,
pa'l motero sacaría
unos pedos muy sonoros.

Era nuestra Perejila
mujer de armas tomar,
y al motero mandaría,
es seguro, ir a cagar.

El motero era muy chulo,
y también muy pendenciero,
y al parecer tenía
los modales de un arriero.

No llevaba este motero
en su cabezota el casco;
ni en sus pies, ¡manda carajo!
que los tendría hacia arriba
por ir cabeza pa'bajo.

Si fuese yo Perejila
diría a nuestro motero:
ve tranquilo, ve despacio,
no amenaces..., ni hacia arriba
escupas, como un borracho.

Te deseo un buen día.

sábado, 5 de julio de 2008

Néstor Alamo

Hola a todos. Seguí mi corazonada y compré en unos grandes almacenes un compacto, que contiene dos DVDs y un libreto "Edición-homenaje en el centenario de Néstor Álamo Hernández, nacido en Santa María de Guía en 1906", titulado Néstor Álamo y la canción canaria. A ningún canario adulto se le esconden las canciones de este genial autor y conoce, estoy seguro, Sombras del Nublo, Isla Mía y Adiós, Canaria Querida, ya que éstas entroncan con el alma del canario sea cual sea la isla de su nacimiento. Y porque además estas canciones, radiadas en cientos de ocasiones, nos han acompañado a casi todos los nacidos en estos peñascos atlánticos, en el pasado siglo, sin llegar nunca a sernos aburridas ni extrañas.

En el libreto viene una bien documentada biografía de Néstor Álamo, primogénito en una familia de pequeños propietarios rurales y comerciantes de su pueblo natal, autodidacta, que comenzó a trabajar muy joven y que se introduce en los círculos culturales de la ciudad frecuentando la Escuela Luján Pérez y haciendo amistad con Pancho Guerra, con los pintores Néstor Martín y Santiago Santana, con Víctor Doreste, Manolo Millares, Paquita Mesa y otros artistas de lo que se denominó indigenismo que era una revalorización de lo autóctono en la isla de Gran Canaria. Viene igualmente una relevante síntesis de su labor periodística y de investigación, y como escritor, y de su labor durante muchos años en los que estuvo como secretario y asesor cultural del entonces Presidente del Cabildo don Matías Vega, siendo afanes suyos, la puesta en marcha de la Ofrenda a la Virgen del Pino, dando forma a lo que era tradición de siglos de ir por todos los caminos de la isla a honrar a la Patrona a Teror, y el que se hiciera el edificio que quedaría llamado Casa de Colón, en Las Palmas, centro americanista y museo con actividades culturales varias.

En los DVDs está, entre otras, la grabación del concierto celebrado el 15 de julio de 2006 en el Auditorio Alfredo Kraus por la Orquesta y coros de la Filarmónica de Gran Canaria y la participación de destacados intérpretes entre los que no podía faltar Mary Sánchez, voz inigualable que dio vida a casi todas las canciones de Néstor Álamo según se iban dando a conocer. Canciones con orquestación de importantes maestros a propósito de esta ocasión especial y que a buen seguro sonarían en el Auditorio esplendorosas, mejor incluso a como suenan en la reproducción del DVD. Naturalmente en el libreto viene un capítulo titulado "Los orígenes de la canción canaria" y otro con las primeras grabaciones discográficas de Néstor.

Es buen momento para hacerse con este interesante trabajo y lo aconsejo sinceramente a todos los amantes de las cosas de Canarias, y de la música canaria en particular.

Y a propósito. He pedido el libro con prólogo extenso de Néstor Álamo sobre la Poesía de Agustina González y Romero, 'La Perejila', del que ya contaré algo de mis impresiones, y del que como muestra transcribo la presente:

A un zapatero que le gritó "Perejila":

"Permita Dios, zapatero,
que si 'perejil' dijeres
tengas tantos padeceres
que meniarte nunca puedas".
"Perro con rabia te muerda,
fiebre lenta te consuma,
y mueras echando espuma
puesta al pescuezo una cuerda".
"Que te entren convulsiones
tan fuertes y repetidas
que estés tres meses sin sueño,
cuatro meses sin comida,
y por último, atrabanco,
zapatero remendón,
hijo de puta averiada,
nieto de abuelo cabrón,
que te quedes ciego y manco
y tullido en un rincón".


Te deseo un buen día.

jueves, 3 de julio de 2008

La fuente

Secreto (Saulo Torón)

Porque voy callado
me dicen las gentes
que soy reservado.

¡Malhaya mi suerte
¿Qué quieren que diga
si nadie me entiende?

Hola a todos. Saqué a Pancho en horas de la noche. El día había sido desapacible, aunque era principios del verano, con un viento cargado de humedad. Cuando salimos no había amainado y no se estaba muy a gusto en el parque. Las pocas personas que aún permanecían en él hablando en círculo con los perritos atados con sus correas, se despidieron, y cada cual tomó su camino. Me vi solo con Pancho y seguimos dando el paseo. Recorrimos el césped en donde le gusta correr y nos encaminamos hacia la parte en donde se encuentra la fuente. Las altas palmeras mecían sus ramas como abanicos en manos de gigantes. Las copas de los árboles se movían en todas direcciones poniendo encajes de luz y sombras al tapar alternativamente las farolas. En el centro del círculo, a la luz de los faros instalados en el fondo del estanque, un único chorro de agua sube con fuerza a poca altura, y luego baja como si de una cabellera de plata se tratara. El estanque es circular, recién puesto para dejar menor sitio con el agua, y a su alrededor continúan estando las ocho puntas de la estrella que formaba el conjunto de la antigua fuente. Es una fuente sencilla, sin cantería y sin más adorno que las ocho puntas. Pienso que quedaría preciosa con flores plantadas en el lugar dejado por el agua, donde han colocado piedrecitas blancas. A mí me gusta la fuente porque es la que está en el barrio y el sonido y el juego del agua me da la bienvenida casi siempre que vengo al parque. Porque no siempre, ignoro la razón, está la fuente en funcionamiento. Y me da pena verla mustia, entonces, pidiendo el agua que la hace estar fresca.

Te deseo un buen día.

martes, 1 de julio de 2008

Saulo Torón, versos humildes

Hola a todos. Tomo prestado en la Biblioteca Pública el libro Poesía Completa de Saulo Torón. En el prólogo de Juan Manuel Bonet escribe refiriéndose al poeta: "Durante muchos años, este nombre, sonoro sobre el sonoro Atlántico, no fue para mí sino eso, un nombre. Un nombre en las antologías y en los manuales; el nombre de un poeta allá lejos, en su orilla". Me gustaría saber si el prologuista sabía, o suponía al menos, que para la mayoría de los nacidos acá en la orilla de Saulo Torón, este nombre, era y sigue siendo sólo eso, un nombre. El nombre de una plaza recoleta en la emblemática playa de Las Canteras. Todo lo más sabíamos que era un poeta y a lo sumo algún enterado sabía que había nacido en Telde, ciudad de Gran Canaria. De su obra, de su poesía, yo entono el mea culpa y me meto en el saco de la mayoría desconocedora.



Leo las poesías de la primera a la última y llego a una conclusión clara: este libro no es para tenerlo en prestado sólo quince días. Merece los honores de tenerlo en casa, en un huequecito, a mano para tomarlo con mucha frecuencia. Cuando se tenga sosiego o cuando se busque porque falta. Porque como se dice en el prólogo y citando un artículo de 1920 Saulo Torón es poeta "de los versos humildes". Vivió toda su vida en la isla y en su obra, el mar, junto al que vivió, es cantado en multitud de versos.



"El mar es a mi vida
lo que al hambriento el pan;
para saciar mi espíritu
tengo que ver el mar".
.......................................
"Yo he visto al mar alzarse
soberbio de altivez;
y luego, humildemente,
tenderse ante mis pies".


Pero no sólo canta al mar. En Poemas del Barrio son cantados la tienda de la esquina, el faro de la Isleta, los bancos del paseo, la barca pescadora, el borracho...


"Rodeado de un enjambre
de chicuelos traviesos,
el borracho del barrio -el más borracho-
porfiado avanza con andar grotesco".
..........................................
"¡Pobre borracho loco,
despojo absurdo, trágico y grotesco,
que tu vida malgastas
para que en mofas te lo pague el pueblo!
Borracho empedernido,
casi estoy por llamarte compañero.
Tú te embriagas de vino,
yo me embriago de ensueño..."


El libro no tiene desperdicio. En su dilatada vida de casi noventa años (1885-1974) pudo Saulo Torón dedicar tiempo y meditación a escribir junto a sus amigos los poetas Tomás Morales, Alonso Quesada y el pintor Néstor. No faltan versos a la familia, otros íntimos, de melancolías y recuerdos, y a la vieja ciudad:


"Rincones queridos
de la ciudad vieja,
refugio del alma
que en vosotros sueña".
.................................
"¡Quién pudiera al tiempo
parar en la senda,
para arrebatarle
lo que se nos lleva:
la paz, la alegría,
la infantil esencia!...
¡Todo lo que el ánima
ahora recuerda
en estos rincones
de la ciudad vieja!...


Y en versos cortos agrupados bajo los títulos de Los Últimos Acordes y Frente al Muro nos deja Saulo parte de su sabiduría:



"Marinero,
pon la esperanza en tu barca;
la voluntad en sus remos".
...
"Burrito de carga,
hermanito mío,
qué vida tan larga!"

Te deseo un buen día.