Hola a todos.
Una ciudad es, muy posiblemente, lo que sus transportes públicos. Y en este sentido, Edimburgo es una ciudad diez. No sé bien por qué pero de tantas cosas que me agradaron durante mi estancia en esta amplia y hermosa ciudad los taxis y las guaguas dejaron en mí un recuerdo agradable fraguado desde un primer momento. Tienen en común taxis y guaguas colores vivos, distintos casi en cada unidad, que no dan la sensación de uniformidad tan común en otras ciudades.
Las guaguas, casi todas de dos pisos, circulan con majestuosidad de jirafas por entre el resto de automóviles a quienes miran desde su altura. A nosotros, turistas de a pie, nos valen para recrearnos en los edificios que vamos dejando atrás con sus tejados a dos aguas y las clásicas chimeneas. Subidos al segundo piso vemos a la gente pasar y pasear con esa desenvoltura que da los primeros días del verano salpicados a veces por una lluvia benefactora. Hay que ir a la guagua con el importe justo del viaje, pues el conductor no maneja dinero alguno, y te puedes beneficiar de un bono por día para hacer cuantos recorridos necesites en una jornada en un medio de transporte cómodo y limpio sin 'apretujones'.
Los taxis, sobre todo los pequeños, me cautivaron. Parecen chicos al carecer de portaequipajes traseros pero son muy cómodos, amplios y rápidos. Ves uno y te recuerda un pequeño sarantontón de colorines. Podría decirse que no hay dos pintados con los mismos colores, así que juntándolos, podríamos tener un perfecto arco iris sobre el asfalto de la ciudad.
Te deseo un buen día.
3 comentarios:
Una preciosa semblanza de una preciosa ciudad. ¡Felicidades!
Son varias las ciudades europeas donde el transporte público funciona de maravilla. A mi me gusta para los desplazamientos algo largos el metro.
En mi reciente viaje a Viena pude comprobar su exacto funcionamiento. Saludos
Qué buena cuenta has dado de todas las fotografías que hiciste, y qué buenos recuerdos cuando leemos tu blog.
Muchos besos de tu nuera y tu nieta.
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