El Blog de las mil cosas que uno puede hacer, pensar y sentir cuando se libera de la rutina laboral.
jueves, 31 de julio de 2008
Ligero sopor...
Otro tema. Hacía meses (un año para ser exacto) que no iba a tomar un baño a mi querida Playa de Las Canteras. Fui -mejor, fuimos los abuelos con los nietillos- antier y ayer. Sigue siendo cosa buena el ir unas pocas horas en este tiempo de verano, con un calor que aún no es agobiante gracias a los benditos vientos alisios y a la 'panza de burro', en la mañana, cuando todavía la playa no está muy concurrida. Estos días toca marea alta con unas olas que se dejan acariciar apropiadas para dejarse mecer en su continuo subir y bajar. Agua limpia y fría al entrar. Luego cuando el cuerpo se aclimata una delicia que nos invita a permanecer jugando con las olas. Y al rato, el paseo por la orilla o esa 'tumbada' sobre la toalla después de acondicionar la montaña con arena para la cabeza, y entrar en un ligero sopor...
Te deseo un buen día
miércoles, 30 de julio de 2008
Música y Danza
Otro día nos fuimos a escuchar la Gala lírica de la Joven Filarmónica Rusa. En este caso el espectáculo es sólo de sonido si bien también causa emoción ver a los jóvenes músicos tocando armoniosamente sus instrumentos. Y escuchar en vivo a los cantantes Edouard Tsanga y Anastasia Kalagina. Ambos estupendos, pero a mí, ¿qué quieres que te diga? me gustó enormemente la voz y la presencia de la joven. Mozart, Glinka, Rimsky-Korsakov, Tchaikovsky y Rachmaninov podían estar tranquilos viendo a tantos jóvenes interpretando sus músicas en Las Palmas de Gran Canaria.
Como ya te comenté hace poco, estuvimos en el Pérez Galdós a ver una ópera. A propósito te voy a dar un consejo gratis. Cuando vayas a una ópera (lo mismo vale para una zarzuela) procura enterarte de qué va el tema, porque yo, despistado como un grillo en una ferretería me pasé todo el primer acto con un "vivo sin vivir en mí". ¿Cómo diablos, me preguntaba, canta Fidelio, el personaje central de la ópera, con voz aflautada, si yo me espero un héroe teutón, representado por tenor de altos vuelos? En el descanso me enteré del truco: Fidelio no era Fidelio; era Leonore, la esposa de Florestán que era uno de los prisioneros del malvado gobernador de la prisión. (Para colmo este gobernador se llamaba Pizarro y en la traducción del cante se situaba las escenas en Sevilla. ¡Fuerte 'cacao', caballero!). Claro, la pobre Leonore, disfrazada de Fidelio, entra en el castillo con la sana intención de liberar al pobre Florestan; y encima, enamora, bien que a su pesar, a Marcelline la hija del carcelero jefe. Bueno, una vez aclarado el embrollo, pude disfrutar mejor de la música de Beethoven (la única ópera de este genio) y de la perfecta puesta en escena sobre todo cuando los prisioneros salen de los calabozos y levantan la pesada losa que tenían encima de ellos.
A la próxima ópera intentaré ir bien informado.
Te deseo un buen día.
lunes, 28 de julio de 2008
Buenos maestros
Porque Félix Reyes era de lo mejor. Excelente compañero, como magnífico padre de familia. En el trabajo estaba siempre dispuesto a transmitir cuanto sabía porque no quería quedarse para él solo su facultad de improvisar y de mejorar los procedimientos. En las salidas que hacíamos en grupo era el buen padre no sólo para sus hijos, sino para el resto de chiquillos que teníamos quienes íbamos con él y con su mujer Carmelina. Eran, los dos, el alma del equipo en aquellos memorables turnos de quince días que pasábamos en la residencia de Educación y Descanso en Santa Brígida. O en los períodos de vacaciones -sobre todo los de las Semana Santa- en que alquilábamos apartamentos en el Sur. En éstos, acostumbrábamos a coger uno más que pagábamos entre todos y que nos servían de lugar de reunión para tomarnos los 'pizcos' y jugar a las cartas o al domino. No faltaban sus hermanos, Paco y Adolfo, a los que mando desde aquí un fuerte saludo por los buenos ratos que me hicieron entre todos pasar.
El buen humor y las trastadas del amigo Félix Reyes que se contagiaban a cuantos le rodeaban, eran por todos conocidos. Recuerdo cuando a Lolita, (¿ya te lo conté anteriormente?), que era la mujer de limpieza en la oficina, le puso una caja -en la que se subía a descolgar su bata- con la abertura hacia arriba y por poco se mata; o cuando quitaba el condumio de dentro de algún bocadillo y ponía en su lugar papel secante; o cuando a algún compañero que estuviera haciendo la mili le cosía el gorro del uniforme militar con una grapadora. Recuerdo un buen día en que fui con Reyes, sus hermanos y, compañeros -Manolo Betancor, Yoyo y otros- a un bar en Guanarteme después del partido de fútbol que ellos jugaban en Las Canteras por la Císer. Creo honradamente que fue el día en que yo he reído con más ganas. Bromas, jugarretas y chistes, antes, durante y después del almuerzo hacían imposible que yo pudiese contener las lágrimas que van unidas a la risa. En su tiempo libre y durante muchos años, Félix Reyes se dedicó a la Lucha Canaria (Pollo de los Arenales, le llamaban) en la que destacó como buen luchador.
Recuerdo todo esto leyendo el poema que me hace llegar el amigo y compañero Fernando escrito por él con el alma:
Amigo
Los recuerdos siguen vivos,
siguen latiendo emociones
y vuelven las sensaciones
de otros tiempos. Los amigos
que fueron y se esfumaron
son solo un leve recuerdo
en el que yo ya me pierdo.
Los olvidé y me olvidaron.
De todos, uno, en grandeza,
era el amigo que quieres,
en la alegría, en la tristeza;
en su amistad no había leyes,
era un hombre de una pieza.
Se llamaba Félix Reyes.
Fernando Hernández.
28 noviembre 2006.
Te deseo un buen día.
domingo, 27 de julio de 2008
Palabrerio canario
puedes pensar tranquilamente que el libro promete.
Si en las mismas seis páginas te encuentras con expresiones como:
puedes apostar lo que quieras que el libro está escrito por alguien de por aquí cerca.
El escritor o la escritora, vete tú a saber, en su cuento o novela corta nos muestra su gran saber de dichos, cosas y gentes de la Gran Canaria. Sitúa la acción entre Las Palmas capital y el pueblo de San Mateo a donde sube al velorio de su amiga de la infancia, Matilde, muerta a los cincuenta y ocho años. Cuenta nuestro escritor, o escritora, la historia en primera persona, en una conversación con la muerta que a veces queda sólo en un monólogo. Y así van apareciendo ante el cadáver los diferentes personajes de la comedia:
Y así va desgranando nuestro escritor, o escritora, los perfiles de los demás personajes: el cacique, la maestra -'la maestrita' dicho con tono socarrón-, el cura, el alcalde; las ricas de la ciudad; las chicas del campo que vienen a servir sólo por la comida, por algún regalo de ropa usada, "mantenidas y la voluntad" para que fueran aprendiendo algo...
viernes, 25 de julio de 2008
Amigos para siempre
Querido Fernando, como te dicen por teléfono quienes llaman para decidir cual es la mejor versión de la obra de la semana , te deseo lo mejor; y por supuesto a Araceli. Y, cómo no, a todo el equipo que hay detrás de vosotros. Y sepan que serán de este bloguero, mayor y jubilado, amigos para siempre.
P.S. Intenta escuchar el programa el miércoles y jueves próximo pues serán los últimos y contará con invitados. (95.1 del dial, 14 a 15 horas canaria) ¿Volveremos a oír la agraciada voz de Araceli? Seguro que sí.
Te deseo un buen día.
miércoles, 23 de julio de 2008
Café de Chinitas . Ballet
De los cuatro muleros
me roba el alma.
que van al río,
el de la mula torda
es mi marío.
la calle arriba,
si de tu cara sale
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.
Ay, Tarara loca.
Mueve, la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.
martes, 22 de julio de 2008
Nuestro timple
En el escenario y sobre una mesa adornada con un paño calado típico en Canarias, dos timples nos dan la bienvenida. Luego y para acompañar al autor del libro don José Luis Villar, un grugo folklórico compuesto por veinte personas que tocan guitarras, laudes, bandurrias y timples y cantan canciones nuestras, que se hacen llamar "Balcón del Guiniguada" y que son del Lomo Apolinario. Presenta al escritor con sentidas palabras un amigo de éste y nos dice que José Luis aunque catalán de origen es canario de adopción y que se unen con él nuestro Atlántico con su Mediterráneo. Habla de su libro el señor Villar y de como, observando el trabajo de los artesanos en el arte de construir el timple, con algunos que le dan algo de información y otros que se la reservan, va poco a poco conociendo el intríngulis para poder hacer un buen instrumento. Fruto de tanta paciencia, además de los timples que ha construido este barcelonés, son las 142 fotografías que componen el libro (el primero editado con técnicas paso a paso para la construcción del timple) comentadas cada una de ellas con sencillas y cortas explicaciones.
Me queda a mí después de leerlo, sobre todo, el conocer la importancia de la madera; de las buenas maderas que son necesarias para construir tan pequeños, bellos y sonoros instrumentos -timple de concierto o timplillo-: cedro rojo, palo santo, palisandro, ébano, pino blanco, cerezo, venidos de países tan distantes como Canadá, Estados Unidos, Tailandia, Ceilán o Guinea.
Junto al grupo ya mencionado que nos deleitó con malagueñas, seguidillas, mazurcas y otras canciones como 'No volveré; actuó el señor Héctor Morales, profesor de música que como gran virtuoso tocó para nosotros con su timple "Sombras del Nublo" y otras canciones canarias; tres señoras leyeron unos poemas; terminando el acto los del Lomo Apolinario con otros variados pasacalles. Lo digo: buen rato y muy emotivo que hizo que José Luis Villar al final del mismo -al firmar ejemplares de su libro- no pudiese esconder su emoción.
Deseando que el timple nunca nos falte, te deseo un buen día
lunes, 21 de julio de 2008
Palmeral en Fataga
domingo, 20 de julio de 2008
Mimo moruno
sábado, 19 de julio de 2008
Buen comienzo
Ya hemos seleccionado varias obras que nos gustaría ver. Para ello pienso ir hoy mismo a reservar los abonos. No se lo digas a nadie, (te lo digo a ti solito al oído), éstas son: un ballet con música y alma de Taiwan, otro de música andaluza llamado Sevilla y Cascanueces con música de Chaikovsky. Como verás variación no falta.
Anímate, ven a la Música, o al Teatro, o a la Danza y disfruta.
Te deseo un buen día.
jueves, 17 de julio de 2008
Tunos de temporada
Precisamente para comprar tunos me voy al mercado de Altavista. Este está situado cerca de mi casa en la llamada Ciudad Alta, en Las Palmas. Lleva abierto la tira de años, no sé cuantos, pero naturalmente menos que los ciento cincuenta con que cuenta el mercado de Vegueta, antiguamente el único en la capital. El de Altavista cuenta con muchos puestos de venta variada: de frutas; de quesos (sabrosos quesos de la cumbre, majoreros, herreños... de cabra, de cabra y oveja ¡qué sé yo!); de lindas flores; de pescado, sardinas, chicharros; de carne...; hay uno de chuches y otro de hierbas medicinales. Está siempre concurrido con las señoras haciendo compras, algunos caballeros que también compran algo y otros que, como yo, acudimos a ver el ambiente. Hoy me toca comprar tunos, como te digo, igual que el otro día. Pienso regalarlos a mi hermana por el día del Carmen ya que son muy apetitosos. Por aquí los tenemos de dos clases: está el tuno 'blanco' que es alargado y con cáscara gruesa de color verde o anaranjado y su interior es una mezcla de pulpa y pipas, algunas granditas que es mejor no tragar, y tenemos los tunos 'indios o chumbos', colorados, más pequeños que los blancos, más del pueblo, que dejados pelados a la intemperie una noche quedan de un dulzor extraordinario, con el líquido desprendido.
Los compro hoy, al igual que otros días en el puesto de Pepe y Sarito, primero entrando al mercado a mano derecha. Me atiende la pareja, -gente que si no son de campo lo parecen por su buen color y sincera sonrisa-, con gran amabilidad. Me indican que los tunos que tienen a la venta (blancos y coloraos) provienen unos de Maspalomas -allá por donde la NASA- y de Jinámar los otros. Sea de donde fueren son buenos y no voy a quedar en mal lugar con mi regalo. Y además, vienen limpitos de púas, no como antes, cuando joven que iba con los amigos a coger tunos con las manos o como mucho ayudándonos con una caña abierta a modo de pinza para alcanzar los del centro de la tunera que eran los mejores. Éstos sí que tenían púas que quitábamos barriéndolos con las piedras o con las hierbas. Eran, eso sí, los tunos 'coloraos' que podían dejarte 'tupío' si comías más de la cuenta. Los otros eran cosa de gente rica.
Te deseo un buen día.
martes, 15 de julio de 2008
MI pequeño mueble
Te deseo un buen día.
lunes, 14 de julio de 2008
Bocadillos de sardinas
No existía entonces la actual autopista al Sur y para llegar al Lazareto nos llevaron por la carretera que pasaba por Telde. Nos pelaron al rape, o muy cortito, nos dieron uniforme de salida y mono de trabajo y nos llevaron a los barracones en donde estaban las literas. Recuerdo a un recluta, fuerte él con musculatura de gimnasio, que llevaba una maleta grande en la que tenía pintada una calavera como símbolo externo de que nadie tocara sus pertenencias. Recuerdo asimismo los entrenamientos para conseguir que marcáramos el paso todos al mismo tiempo siguiendo el ¡un dos!, ¡un dos!, del cabo o sargento correspondiente. Parece que fue anoche mismo cuando tuve que fregar cacharros y más cacharros tras la cena en una noche en que me tocó tal oficio, y el recoger de papeles, basuras y colillas en los espacios entre los edificios con el viento que hace en esta zona de fijo, y claro, también me acuerdo de cuando nos hicieron subir corriendo por la ladera de la montaña que está en la península de Gando. Nada grave por otra parte. Fuimos un día a la zona militar del aeropuerto a bañarnos en la pequeña playa reservada para oficiales, y en las pistas tuvimos que trabajar alguna que otra vez para su construcción acarreando carretilla, piedra o lo que fuese.
Desde el primer sábado me dieron permiso para ir a casa. teníamos eso sí que saber saludar y tener el uniforme a punto y las botas bien brillantes. ¡Qué buenas botas usted las que nos daban con el uniforme! Tras la Jura de Bandera fui destinado a Las Palmas durante un tiempo a la Escuadrilla de Honores. Seguramente tenía yo buen porte aunque era flaco como un pejín pero a lo mejor daba el tipo contra tanto peninsular que venía con estatura bastante inferior a la mía. Con la Escuadrilla, aparte de un paseo de madrugada -despertándonos con toque de zafarrancho- que nos dieron saliendo del acuartelamiento en el Paseo de Chil y regresando al mismo después de dar la vuelta por Tamaraceite (unos veinte kilómetros, quizás); participé en guardar calles en la procesión del Corpus y en alguna otra -en ese entonces se usaba tal costumbre: los soldados, todos guapos con uniforme de gala, colocados uno casi a lado del otro en las aceras para rendir honores, y también me llevaron a desfilar a recibir y despedir al entonces ministro de Industria que era un general cuyo nombre no me viene a la cabeza.
Luego en Combustibles, en labores de oficina, que no me libraba de tener que llenar, dándole a una manivela de surtidor manual, los sedientos depósitos de gasoil de guaguas que debían tener estómagos como Gargantúa pues no se llenaban nunca. De las 'imaginarias' (guardias nocturnas) si me libré, pues los afortunados canarios que seguíamos en nuestros trabajos ganando un sueldo, podíamos pagar a los soldados peninsulares por hacer el servicio por nosotros, práctica permitida o al menos ignorada por la oficialidad. Habían dos, gallegos ellos que hicieron su agosto; y había uno, no sé de que región, que tenía aversión al agua y no se bañaba ni que lo mataran. Para ello -además de las duchas- contábamos en Combustibles y Transmisiones del pequeño muelle que permitía zambullidas en el agua de la marea. Me las perdí yo entonces por no saber nadar. Un recuerdo cariñoso para los oficiales Comandante Mauro y tenientes Vilariño e Iglesias, joven éste recién salido de la Academia, y para los suboficiales sargentos de primera Sosa y Peña es de obligado cumplimiento.
Y un recuerdo sabroso para paladar, vista y olfato el de aquellos bocadillos que comíamos a media mañana en la cantina de Transmisiones, medio pan, de los grandes panes de Aviación (ricos donde los hubieran) con apetitosas sardinas con aceite, -dentro del 'chusco'-, que eran una bendición de Dios.
Te deseo un buen y opíparo día.
sábado, 12 de julio de 2008
De ayer y de hoy
Hoy, más de un siglo después, las circunstancias son otras y el lugar se ha convertido en un sitio amable y limpio. Seguro es que si doña Agustina lo ve desde un agujerito en el cielo no lo conoce. Cerca están el colegio de las Dominicas, el Conservatorio de Música, el CICCA, la iglesia de San Francisco y la Alameda, y en la misma plaza hay varias terrazas donde los viandantes pueden sentarse a reponer fuerzas o a charlar mientras toman un 'cortado' o un aperitivo. También está el Hotel Madrid vinculado a la historia chica de la ciudad, y a la Historia de España, pues en este establecimiento estuvo el General Franco en la noche en que salió para ponerse al frente del Alzamiento Nacional. Al ser paso para la Plaza de las Ranas, para la calle de Triana o para la Catedral y Vegueta, y además contar con la terminal de guaguas hacia la zona alta de la ciudad y el Puerto, sin olvidarnos del Risco de San Nicolás, es sitio bien concurrido durante casi todo el día. Tengo la 'inmanía', que diría Pepe Monagas, de intentar ver los rincones de la ciudad como si yo fuese un turista despistado en visita de recreo. Y creeme, querido lector, que este sitio merece la pena. El Gabinete Literario, tiene su fachada principal de amplios ventanales y dos cúpulas, de color blanco, dando hacia la plaza y puede verse más allá de la estatua y fuente de Bartolomé Cairasco de Figueroa sobre un redondel siempre florecido, mientras las palmeras canarias parecen hacer guardia perenne ante el edificio.
Volviendo al ayer, o más bien al antier. Cuenta Néstor Álamo que el abuelo de doña Agustina, La Perejila, no veía con buenos ojos los galanteos a sus dos hijas Frascorrita y Pinito. Éstas para poder hablar con sus pretendientes idearon la siguiente estratagema:
"Mira, Sionilla, si tú vez que pasa por 'ahy' el novio de "Sita" Pino vas y 'dises': mi ama, por 'ahy' pasa cilantro, ¿quiere su merced? Y si el que pasa es el mío 'dises' tú: "Sita" Frascorra, por 'ahy' pasa perejil: ¿quiere?"
"Cilantro evacuó el sitio fastidiado -sigue diciendo Néstor- pero no el novio de Frascorra, y así terminó el invento diciendo las alcahuetas: "Sita" Frascorra, por 'ahy' viene
Así que ya sabemos por donde le entra el agua al coco, o al menos de que le viene el nombrete a nuestra vatesa, como también la llama el genial autor de Sombras del Nublo.
P.S. Dibujo tomado del libro de Néstor Álamo.
viernes, 11 de julio de 2008
En tiempos de...
Así podemos leer esta Improvisación de don Mariano Moreno y Magdaleno, tío de doña Agustina y clérigo poeta:
repara cómo brinca,
la hija del vecino,
la bella Joaquinilla.
Mira, mira que besos
se deja dar la linda.
¡Cómo la hostiga el mozo,
cómo chusco la obliga...!
Más ¡ay! Que ya la tiende,
¡Adiós! ya está tendida;
caramba, que la jode,
¡Abur... ya está jodida..."
Más o menos lo que nos cuentan hoy en televisión, pero con rima. Aunque hay otras, naturalmente, con no tanta 'mala uva'. Como ejemplo ésta del bohemio Roque Morera a la muerte de un amigo:
"Mil veces te oí decir
de la noche en el misterio:
'Gocemos, que de dormir
hay tiempo en el cementerio'"
Pero volvamos con doña Agustina. Según leo, fue a partir de 1868, cuando ya estaba cerca de los cincuenta, cuando 'le entró el diablo en el cuerpo'. A partir de entonces arremetía contra todo bicho viviente. Pero tiene poesías llenas de sensibilidad y de pena como este fragmento de la titulada ¡AY!, que fue escrita tras la muerte de una niña, que Néstor Álamo nos permite ver que bien pudo ser su hija:
.......
"Virgen del Carmen Santísima,
dale tregua a mi dolor;
tú que me la arrebataste,
no me dejes morir, no,
de esta agudísima pena
que me arranca el corazón.
Hija de toda mi alma,
no puedo ser feliz yo
desde el terrible momento
que cesó tu dulce voz".
...........................
Otras muchas poesías he podido leer y disfrutar en el libro. Pasar más de éste al blog sería una calamidad y seguro que no te vendría bien. Más bien pensado... ¿Por qué no acabar con este ripio?
un 'viento' se le escapó
y Serafín preguntó:
-¿Qué fue eso, Magdalena?
-¡Ay, Serafín! no lo sé;
un aire fétido fue
de las regiones mierderas,
que como son tan ligeras
se me escapó para usté..."
P.S. El nombrete de "La Perejila" le viene a doña Agustina por parte de padre, ya que a éste le terminaron llamando 'el perejil' por un hecho gracioso que viene narrado en el libro, y que a lo mejor en otro blog te lo copio.
Te deseo un buen, y ventilado, día.
jueves, 10 de julio de 2008
Pobre pescador
En donde sí había música de la de verdad era en el Restaurante La Tropical, junto a la fábrica de cerveza de este nombre en la carretera del Centro, por encima de la cárcel, en Barranco Seco. Como restaurante era muy bueno el sitio con una terraza espléndida y como sala de baile era genial. Lo regentaba un amigo mayor que yo, Domingo, buen conocedor del oficio, quien conseguía que los sábados a la noche se le llenara el local para gozar de una buena cena y del bailoteo correspondiente, y no digamos nada de las noches de San Silvestre. Por cierto, que había un mal chiste en aquellos tiempos con esta conversá: "¡Si bebes, acabas con la salud!". "No importa, -contestaba el borracho-, después sigo con la Tropical".
Y a propósito del bar Vigo. En la Avenida de Las Canteras, justito al lado, y en el suelo, había hasta hace poco una preciosa estatua del 'Pescador limpiando el pescado'. Se veía al hombre rodilla en tierra con un cuchillo en su diestra y el pescado en su mano izquierda, y unas piezas en el suelo, quitando las escamas. La pasada noche de san Juan bendito, cuando los fuegos y la tradición llevaron a miles de personas a la playa, alguien, seguramente con unas copas de más y falta total de civismo, rompió o arrancó la estatua. Y al pobre pescador lo tendrán pendiente de curar su heridas en los talleres municipales. Espero para muy pronto su reposición. Que así sea.
Te deseo un buen día.
lunes, 7 de julio de 2008
Motero peleón
Alguien, con dos dedos de frente, tal como un miembro del grupo de mayores hizo el domingo, recrimina a algún motero esta ocupación innecesaria y éste, el motero, se revuelve airado y en el colmo del despropósito amenaza al final de la discusión diciendo: "la próxima vez no vendré a hablar como una persona". Y naturalmente uno piensa que poco trabajo le va a costar, pues de persona, al menos de persona con buenos modales, tiene bien poco.
Quedó aquí el incidente, o anécdota, y, claro, me acordé de nuestra poetisa doña Agustina González, 'La Perejila', que a buen seguro rápidamente hubiera contestado al mentecato con uno de sus sonetos tal como ella respondía a quien osara llamarla por su nombrete:
¿Perejila?
En tu boca mierda estila,
hija de padre cabrón:
Ya se te cayó la flor,
pronto te vendrá la fruta;
que si ahora eres tan puta
¿qué serás cuando mayor?
Por lo demás todo bien. Tiempo fresco en La Esperanza y en La Laguna (unos vinitos tinto de La Matanza, tomados en una tasca, eran gloria pura) y tiempo de sol en Candelaria, que daba envidia viendo a las criaturas en el mar, con fuerte oleaje, dándose los chapuzones correspondientes.
Y sin ánimo de aburrirte, y poniéndome pesado, ahí van estos malos 'poemas', míos, que hoy son algo obligados:
Si yo fuese Perejila
la de los versos de oros,
pa'l motero sacaría
unos pedos muy sonoros.
Era nuestra Perejila
mujer de armas tomar,
y al motero mandaría,
es seguro, ir a cagar.
El motero era muy chulo,
y también muy pendenciero,
y al parecer tenía
los modales de un arriero.
No llevaba este motero
en su cabezota el casco;
ni en sus pies, ¡manda carajo!
que los tendría hacia arriba
por ir cabeza pa'bajo.
Si fuese yo Perejila
diría a nuestro motero:
ve tranquilo, ve despacio,
no amenaces..., ni hacia arriba
escupas, como un borracho.
Te deseo un buen día.
sábado, 5 de julio de 2008
Néstor Alamo
En el libreto viene una bien documentada biografía de Néstor Álamo, primogénito en una familia de pequeños propietarios rurales y comerciantes de su pueblo natal, autodidacta, que comenzó a trabajar muy joven y que se introduce en los círculos culturales de la ciudad frecuentando la Escuela Luján Pérez y haciendo amistad con Pancho Guerra, con los pintores Néstor Martín y Santiago Santana, con Víctor Doreste, Manolo Millares, Paquita Mesa y otros artistas de lo que se denominó indigenismo que era una revalorización de lo autóctono en la isla de Gran Canaria. Viene igualmente una relevante síntesis de su labor periodística y de investigación, y como escritor, y de su labor durante muchos años en los que estuvo como secretario y asesor cultural del entonces Presidente del Cabildo don Matías Vega, siendo afanes suyos, la puesta en marcha de la Ofrenda a la Virgen del Pino, dando forma a lo que era tradición de siglos de ir por todos los caminos de la isla a honrar a la Patrona a Teror, y el que se hiciera el edificio que quedaría llamado Casa de Colón, en Las Palmas, centro americanista y museo con actividades culturales varias.
En los DVDs está, entre otras, la grabación del concierto celebrado el 15 de julio de 2006 en el Auditorio Alfredo Kraus por la Orquesta y coros de la Filarmónica de Gran Canaria y la participación de destacados intérpretes entre los que no podía faltar Mary Sánchez, voz inigualable que dio vida a casi todas las canciones de Néstor Álamo según se iban dando a conocer. Canciones con orquestación de importantes maestros a propósito de esta ocasión especial y que a buen seguro sonarían en el Auditorio esplendorosas, mejor incluso a como suenan en la reproducción del DVD. Naturalmente en el libreto viene un capítulo titulado "Los orígenes de la canción canaria" y otro con las primeras grabaciones discográficas de Néstor.
Es buen momento para hacerse con este interesante trabajo y lo aconsejo sinceramente a todos los amantes de las cosas de Canarias, y de la música canaria en particular.
Y a propósito. He pedido el libro con prólogo extenso de Néstor Álamo sobre la Poesía de Agustina González y Romero, 'La Perejila', del que ya contaré algo de mis impresiones, y del que como muestra transcribo la presente:
A un zapatero que le gritó "Perejila":
jueves, 3 de julio de 2008
La fuente
Porque voy callado
me dicen las gentes
que soy reservado.
¡Malhaya mi suerte
¿Qué quieren que diga
si nadie me entiende?
Hola a todos. Saqué a Pancho en horas de la noche. El día había sido desapacible, aunque era principios del verano, con un viento cargado de humedad. Cuando salimos no había amainado y no se estaba muy a gusto en el parque. Las pocas personas que aún permanecían en él hablando en círculo con los perritos atados con sus correas, se despidieron, y cada cual tomó su camino. Me vi solo con Pancho y seguimos dando el paseo. Recorrimos el césped en donde le gusta correr y nos encaminamos hacia la parte en donde se encuentra la fuente. Las altas palmeras mecían sus ramas como abanicos en manos de gigantes. Las copas de los árboles se movían en todas direcciones poniendo encajes de luz y sombras al tapar alternativamente las farolas. En el centro del círculo, a la luz de los faros instalados en el fondo del estanque, un único chorro de agua sube con fuerza a poca altura, y luego baja como si de una cabellera de plata se tratara. El estanque es circular, recién puesto para dejar menor sitio con el agua, y a su alrededor continúan estando las ocho puntas de la estrella que formaba el conjunto de la antigua fuente. Es una fuente sencilla, sin cantería y sin más adorno que las ocho puntas. Pienso que quedaría preciosa con flores plantadas en el lugar dejado por el agua, donde han colocado piedrecitas blancas. A mí me gusta la fuente porque es la que está en el barrio y el sonido y el juego del agua me da la bienvenida casi siempre que vengo al parque. Porque no siempre, ignoro la razón, está la fuente en funcionamiento. Y me da pena verla mustia, entonces, pidiendo el agua que la hace estar fresca.
Te deseo un buen día.
martes, 1 de julio de 2008
Saulo Torón, versos humildes
Leo las poesías de la primera a la última y llego a una conclusión clara: este libro no es para tenerlo en prestado sólo quince días. Merece los honores de tenerlo en casa, en un huequecito, a mano para tomarlo con mucha frecuencia. Cuando se tenga sosiego o cuando se busque porque falta. Porque como se dice en el prólogo y citando un artículo de 1920 Saulo Torón es poeta "de los versos humildes". Vivió toda su vida en la isla y en su obra, el mar, junto al que vivió, es cantado en multitud de versos.
"El mar es a mi vida
lo que al hambriento el pan;
para saciar mi espíritu
tengo que ver el mar".
.......................................
"Yo he visto al mar alzarse
soberbio de altivez;
y luego, humildemente,
tenderse ante mis pies".
Pero no sólo canta al mar. En Poemas del Barrio son cantados la tienda de la esquina, el faro de la Isleta, los bancos del paseo, la barca pescadora, el borracho...
"Rodeado de un enjambre
de chicuelos traviesos,
el borracho del barrio -el más borracho-
porfiado avanza con andar grotesco".
..........................................
"¡Pobre borracho loco,
despojo absurdo, trágico y grotesco,
que tu vida malgastas
para que en mofas te lo pague el pueblo!
Borracho empedernido,
casi estoy por llamarte compañero.
Tú te embriagas de vino,
yo me embriago de ensueño..."
El libro no tiene desperdicio. En su dilatada vida de casi noventa años (1885-1974) pudo Saulo Torón dedicar tiempo y meditación a escribir junto a sus amigos los poetas Tomás Morales, Alonso Quesada y el pintor Néstor. No faltan versos a la familia, otros íntimos, de melancolías y recuerdos, y a la vieja ciudad:
"Rincones queridos
de la ciudad vieja,
refugio del alma
que en vosotros sueña".
.................................
"¡Quién pudiera al tiempo
parar en la senda,
para arrebatarle
lo que se nos lleva:
la paz, la alegría,
la infantil esencia!...
¡Todo lo que el ánima
ahora recuerda
en estos rincones
de la ciudad vieja!...
Y en versos cortos agrupados bajo los títulos de Los Últimos Acordes y Frente al Muro nos deja Saulo parte de su sabiduría:
Te deseo un buen día.