Hola a todos. Ayer, o más bien antier, nuestra querida Perejila dejó escrito estos versos y gracias a ellos podemos hacernos una idea de este trozo de la ciudad de entonces:
De la plaza de Cairasco
se fueron las ilusiones
porque al pasar nos revuelve
la gran peste a cagajones.
Los cocheros borrachones
pegados al Gabinete...
Debe ser un gran zoquete
el que la orden les dio,
que el jardín se convirtió
en asqueroso retrete.
Hoy, más de un siglo después, las circunstancias son otras y el lugar se ha convertido en un sitio amable y limpio. Seguro es que si doña Agustina lo ve desde un agujerito en el cielo no lo conoce. Cerca están el colegio de las Dominicas, el Conservatorio de Música, el CICCA, la iglesia de San Francisco y la Alameda, y en la misma plaza hay varias terrazas donde los viandantes pueden sentarse a reponer fuerzas o a charlar mientras toman un 'cortado' o un aperitivo. También está el Hotel Madrid vinculado a la historia chica de la ciudad, y a la Historia de España, pues en este establecimiento estuvo el General Franco en la noche en que salió para ponerse al frente del Alzamiento Nacional. Al ser paso para la Plaza de las Ranas, para la calle de Triana o para la Catedral y Vegueta, y además contar con la terminal de guaguas hacia la zona alta de la ciudad y el Puerto, sin olvidarnos del Risco de San Nicolás, es sitio bien concurrido durante casi todo el día. Tengo la 'inmanía', que diría Pepe Monagas, de intentar ver los rincones de la ciudad como si yo fuese un turista despistado en visita de recreo. Y creeme, querido lector, que este sitio merece la pena. El Gabinete Literario, tiene su fachada principal de amplios ventanales y dos cúpulas, de color blanco, dando hacia la plaza y puede verse más allá de la estatua y fuente de Bartolomé Cairasco de Figueroa sobre un redondel siempre florecido, mientras las palmeras canarias parecen hacer guardia perenne ante el edificio.
Volviendo al ayer, o más bien al antier. Cuenta Néstor Álamo que el abuelo de doña Agustina, La Perejila, no veía con buenos ojos los galanteos a sus dos hijas Frascorrita y Pinito. Éstas para poder hablar con sus pretendientes idearon la siguiente estratagema:
"Mira, Sionilla, si tú vez que pasa por 'ahy' el novio de "Sita" Pino vas y 'dises': mi ama, por 'ahy' pasa cilantro, ¿quiere su merced? Y si el que pasa es el mío 'dises' tú: "Sita" Frascorra, por 'ahy' pasa perejil: ¿quiere?"
"Cilantro evacuó el sitio fastidiado -sigue diciendo Néstor- pero no el novio de Frascorra, y así terminó el invento diciendo las alcahuetas: "Sita" Frascorra, por 'ahy' viene
Así que ya sabemos por donde le entra el agua al coco, o al menos de que le viene el nombrete a nuestra vatesa, como también la llama el genial autor de Sombras del Nublo.
P.S. Dibujo tomado del libro de Néstor Álamo.
Te deseo un buen día.
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