jueves, 31 de enero de 2008

Isla hermana

Hola a todos. Lo prometido es deuda, y si la deuda es linda además es apetecible. ¡Jolines, qué bonita me quedó la frase...! Así que les voy a contar que el puente de Todos los Santos, en noviembre del año pasado, fue aprovechado por el grupo de mayores 'El Refugio' para viajar y dar un volteo por Tenerife y que a este viaje nos apuntamos mi mujer y yo, con una treintena de animosos excursionistas, deseosos de volver a ver esta isla tan bonita y de tan agradables recuerdos para nosotros de tantos viajes y estancias que habíamos hecho con anterioridad. Ahora se trataba de ir a la parte sur de la isla, con excursiones al norte, lo que nos llenaba de curiosidad. Empezamos el viaje el jueves en un agradable paseo en barco de la línea Armas pues la mar estaba estupenda. Como siempre la estampa de la capital y la costa de Anaga desde el barco es irrepetible por muchas veces que se vea. Después de desembarcar y como primer punto de visita estuvimos en la villa mariana de Candelaria, y adoptiva de mi sobrina Luzmari, dando el paseo correspondiente visitando la Basílica y contemplando las estatuas de los antiguos guanches alineadas en el paseo junto al mar.






Nos alojamos bien al Sur, en Costa del Silencio, municipio de Arona, cerca de las nuevas urbanizaciones de Playa de las Américas con sus hoteles a todo lujo para un turismo privilegiado. En esta parte de la isla la visión que se tiene del Padre Teide es singularmente atractiva aunque por la fecha no tenía su cumbre nevada. Lo que está muy bonito y estupendamente planificado es la zona de hoteles citados en donde con la guagua estuvimos dando unos paseos para conocerla.

El Sol quiere dormir en Las Cañadas del Teide


Los dos días completos que estuvimos, viernes y sábado, los aprovechamos para desde este punto hacer excursiones al Norte. El viernes estuvimos en El Sauzal, La Matanza y otros pueblos todos verdes y encantadores. Almorzamos en 'Los Garrafones' restaurante que por el buen servicio y buena pitanza (que rica la garbanzada) aconsejo a quienes se decidan a venir por aquí. De regreso la subida al Teide donde empezaba a ocultarse el sol y bajada por Vilaflor, el pueblo más alto de España -de lo que presumen los tinerfeños-, que a esta hora estaba como dormido. No pudimos por la hora subir al teleférico del Teide por lo que queda para otra ocasión. El sábado fue la visita al Loro Parque con especial detenimiento en los espectáculos de los animales que como los delfines cautivan al público, aunque a mi me gustara más las de las focas por simpáticas, sin olvidarme de las orcas. También estaban los pingüinos, éstos sin espectáculo pero tan pequeñines y bonitos, que nos mantenía con la mirada fija en el cristal. No vimos a los loros y sí a una pareja de tigres durmiendo la siesta y a unos chimpancés con sus monerías, y a otros animales enjaulados todos en medio de un vergel. Para completar el día y después de una parada en el mirador de Garachico, según creo capital que fue de la isla y arrasada por la erupción del Teide, dimos la vuelta a la isla por un paraje que no habíamos visto anteriormente, con pinares quemados en el último incendio del verano y con una vista incluso de la isla de la Gomera, llegando medios molidos al hotel.


Plaza del Adelantado en La Laguna


El día domingo estaba reservado para ir a La Laguna, ciudad universitaria, y a Adeje. Como siempre La Laguna nos encantó con su iglesia del Santo Cristo y sus calles peatonales por las que parece no pasar el tiempo. En Adeje bonito pueblo que no conocíamos aprovechamos para hacernos la foto que puedes ver en una escultura en honor de un guitarrista, creo, de la localidad. Luego el viaje de regreso otra vez sin problemas de mareo y muy agradable, y a esperar el próximo para contarlo.

Ah, la foto de mi blog, el monito y yo, fue tomada en el Loro Parque en esta excursión.


Te deseo un buen día.

miércoles, 30 de enero de 2008

Carnaval te quiero...










Hola a todos.









Preparando una noche loca

Ya vienen los carnavales
por la punta de la Isleta,

el que no tenga careta
se ponga una pañoleta.

Esta coplilla cantaban nuestros abuelos. En aquellos tiempos en que se tenían que conformar con mucho menos de lo que hoy exigimos, a todo lo más con una sábana blanca, y algo con que cubrirse un poco la cara preguntarían aquello de "¿me conoces mascarita?" He preguntado a mi hermana, Mary, por sus recuerdos del carnaval y poco me cuenta. Quizá es que hay poco que contar de la época de la posguerra, y me dice de la costumbre que había de hacer tortas de carnaval, del tamaño de una sartén y que se cortaban en trozos, y que junto con el arroz con leche se obsequiaba a las mascaritas que iban de casa en casa todas con sus puertas abiertas. También recuerda el ir con otras crías detrás de un primo nuestro quien, con ropa de nuestra abuela, Madrelola, y con un bolso de ésta en bandolera iba disfrazado de viuda con total regocijo de la chiquillería.




Los tiempos han cambiado que es una barbaridad y ya no se hacen las tortas, ni el arroz con leche, ni se tienen las puertas abiertas. Como tampoco tenemos los club de cultura y recreo de los que había uno en cada barrio, pues tampoco se prodigan mucho los bailes. En tiempos más recientes a los comentados por mi hermana acudíamos mi mujer y yo al Círculo Mercantil a los bailes de carnaval y lo pasábamos francamente bien. No íbamos ataviados al uso con ropaje de disfraz sino con algo sencillito que nos bastaba. Quien sí se vestía con mucho gusto y suficiente garbo era mi hermano Diego, con la complicidad de una costurera amiga que le hacía unos trajes primorosos. Además del que se ve en la fotografía recuerdo un año en que se disfrazó de la Madrasta de Blancanieves e iba en lo alto de una carroza, él que no es precisamente bajo de estatura, luciendo su palmito con su capa desde el cuello a los pies y una oronda manzana en la mano.


Cambió los carnavales con la venida de la democracia que gozamos, ya que desde un primer momento un grupo de animosos vecinos de La Isleta -ánimo don Manuel- se propusieron revivir las fiestas y lo consiguieron. Ello dio lugar a un cambio profundo donde se puso de manifiesto la imaginación y el desparpajo -algunas veces con mal gusto- del pueblo. Y así se recupera los concursos de murgas y comparsas, la gala de la elección de la Reina del Carnaval, la Gran Cabalgata, y el no menor Entierro de la Sardina con numerosas viudas que lloran y se desmayan -con suficientes esperríos pa'resucitarla-porque ha muerto la que ha dado consuelo a sus vidas en las últimas semanas. Y ya últimamente, para dar merecido realce a estas fiestas de la carne, la gala para la elección de la Reina Drag Queen ha venido a dar a estas fiestas de Las Palmas de Gran Canaria todo su valor añadido. Como lo da también el himno del Carnaval de Sindo Saavedra con el que cantamos "¡Carnaval, carnaval, carnaval te quiero!"

P.S. ¡Eureka! ¡Ya me han leído en Madrid. Que chachi, tío!

Te deseo un buen día.

martes, 29 de enero de 2008

Agáldar


Lo oí en RNE hace pocos días: "El vino mejora con el tiempo.

Por eso cuanto más años tengo más me gusta". Lo suscribo.


Hola a todos. Debo pedirte disculpas porque no te he contado la excursión a Tenerife en el puente de Todos los Santos con el Club de Mayores. Lo haré proximamente. El domingo con este club estuvimos en Gáldar y en Las Nieves, en Agaete. Nos acompañaba como guía, como en otras ocasiones lo ha hecho -pues la excursión es de la Banca March-, Gloria, una chica con sonrisa abierta, de hablar cadencioso y pausado como corresponde a las mujeres grancanarias, pendiente siempre de que todo salga bien y que pasemos un día de lo más agradable. Nos dice Gloria que por motivos de la Banca que suspende su ayuda a los jubilados -espero que sea sólo un paréntesis- nos deja. Pero sólo como guía porque no piensa dejarnos por completo y cuenta con nuestra invitación para acompañarnos cuantas veces quiera.




Nos tenía reservada la sorpresa de ir a visitar el Parque Norte que es como el Loro Parque de Tenerife pero más pequeño y sin delfines. Está en una antigua plantación de plataneras hoy reconvertida en vivero no sólo de esta planta que da los sabrosos plátanos canarios, sino de preciosas flores y plantas ornamentales nuestras: papayos, anturios, capalareina, pompadour, helechos... que me llevan a la época de los patios y azoteas con cacharros y macetas. También cuenta estas instalaciones con animales para hacer las delicias de pequeños y mayores: loros y periquitos, monos pequeños, garzas y patos, un pony, una burrita de pocos días que no se separa de su madre, burros... Comimos aquí y luego el consabido baile. Si quieres venir, cosa que te aconsejo, te diré que está en la carretera a Sardina del Norte y está muy bien señalizado.



Por la mañana estuvimos deambulando por el casco de Gáldar alrededor de la iglesia de Santiago y el parque y la calle Capitán Quesada. Había gente encaminándose hacia la iglesia y varios hombres sentados a la puerta del casino que anunciaba las fiestas de carnaval. Este entorno ha ganado mucho desde que hicieran la circunvalación porque ya la carretera antigua no tiene el tránsito intenso que tenía y pocos coches circulaban por ser domingo. Mi padre nació aquí en Gáldar y también mis abuelos paternos. Recuerdo de venir algunas veces a la casa de mi tío que era casa canaria con bonito patio atrás. Poco más sé de esta ciudad de los Guanartemes salvo que, como toda la zona norte de la isla, estaba dentro de un cinturón verde de plataneras desde las faldas de la montaña al mar. Ah, y la Cueva Pintada que me comprometo a visitar.










Para hacer más distraida la excursión estuvimos en la Playa de las Nieves, en Agaete, con las mujeres de pescadores limpiando y vendiendo el pescado en la siempre improvisada lonja, los barcos en el muelle con sus vistosos coloridos, y el mar, con marea baja, dejando ver los callaos de la playa, y atracado al muelle esperando la salida, el barco de la Fred Olsen que nos invita a viajar a Tenerife.

Te deseo un buen día.

lunes, 28 de enero de 2008

Espejos de azabache


"Platero es pequeño, peludo, suave;

tan blando por fuera, que se diría todo de algodón,

que no lleva huesos.

Sólo los espejos de azabache de sus ojos

son duros cual dos escarabajos de cristal negro".


Hola a todos. Pancho vino a casa, regalo de los Reyes Magos a Lule, el 6 de enero. Pequeñito, casi indefenso. En estos días transcurridos del mes se ha hecho con todos nosotros y se ha convertido en señor y amo de la casa. Corretea por ella sobre todo al oír que la puerta de la calle se abre y mira a ver quien llega. Se pone sobre sus patas traseras y levanta su cabecita cuando estoy sentado esperando la caricia o las cosquillas. En este caso se tumba en el suelo panza arriba y puede estar largos ratos mientras le paso los dedos acariciándolo. Para agradecérmelo intenta mordisquearme la mano o bien se queda quieto pensando sabrá él que cosas. Le damos dos comidas al día y salta y brinca cuando le llega la hora esperando su ración. Mientras se tropieza entre las piernas de Loli, enredándola, en la cocina sabiendo que es aquí donde se encuentra su comida.


Tiene conmigo una partida en la que me va ganando por goleada porque ha tomado cariño a mis zapatillas. Las coge cuando están bajo la mesilla de noche, o junto a la cama de madrugada, o se pelea para quitármelas de los pies y llevarla a su cuna. Porque tiene su cuna de material plástico suave que suavizamos aún más con una pequeña manta. Dentro de unos días le pondrán la tercera vacuna y entonces podremos sacarlo al parque de paseo, donde seguro será la atracción de los más pequeños. Como ocurre con mis nietillos cuando vienen a casa y juegan con Pancho, y lo cogen y zarandean.


Viendo los ojos de Pancho me acordé de Platero. Juan Ramón Jiménez supo como nadie retratar con su prosa, o su poesía, a tan noble animal. Y para mí que en Pancho como en Platero "Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro". Aunque yo diría también que Pancho como Platero -"Tien'asero... Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo". Pero Pancho lo tiene en sus dientes y colmillos pequeñitos. Trinca lo que coge y a ver quién se lo quita, y nos mira como diciéndonos: ¡a ver quien puede más...! Y cuando nos acribilla con sus mordiscos, sobre todo a Lule y a mí, en manos o pies tenemos que regañarlo tratando de que aprenda. Otras veces, cuando escribo como ahora en el ordenador, se acurruca entre mis pies buscando calorcito o quizá para él dármelo.


P.S. Recibí tu comentario. El sentimiento de cariño que está ahí, grande como el mar, no necesita de olas de palabras para hacerse ver. De todas formas una carantoña de vez en cuando siempre será bien recibida. Besitos.


Te deseo un buen día.

viernes, 25 de enero de 2008

Catalina Park


Hola a todos. Orlando Hernández fue mi amigo desde niños en los Salesianos aunque de ello no tenga recuerdos claros. Sé que fuimos condiscípulos y poco más. Ya de mayores al vernos nos saludábamos efusivamente y hablábamos de los Salesianos, del tiempo y de otras cosas, pero sobre todo de lo que era su afición favorita, cuando no su pasión. Y ésta era el leer y escribir, sobre todo escribir obras de teatro, en las que, al menos en una, fui colaborador sirviéndole de apuntador en el teatro Pérez Galdós. De este autor de Agüimes pido en la biblioteca su libro Catalina Park. Sabía que lo había escrito pero hasta ahora no había sentido la necesidad de leerlo. En él con su prosa fluida nos va retratando el alma del parque más emblemático de Gran Canaria, situando el relato en los años en que el turismo masivo de nórdicos -las suecas- vino a modificar el modo de vida, paleto hasta entonces, de quienes habitábamos Las Palmas.




En este su libro, en dos párrafos como frescos de pintor de palabras, nos habla de Lolita Pluma, musa y señora indiscutible del Parque durante muchos años y de quién hoy tenemos en sitio de privilegio una estatua recordándonos su ser y su amor por los gatos. Transcribo:

"Ramalazo de luz. Rebosante de colorido, juvenil y ancestral como momia sin tiempo, pavoneándose entre las mesas, bajo los toldos del Catalina, apareció Lolita Pluma, la garbosa Gilda, que es la indiscutible Musa del Lugar. Hoy viene vestida de facisnante amarillo desde los zapatos trenzados como en miel de melocotón hasta el lazo de primosoro terciopelo que le cae en dos cintas sobre los hombros, desnudos y morenos..."

"Lolita Pluma pasa. Un arco iris de un solo color, de un arrebujo de color cada día invade desde el Parque hasta el final de Ripoche, haciendo estación a cada dos pasos en bares y esquinas, porque cuando ella se acerca todas las miradas y los requiebros la siguen, mientras que gentilmente muestra las últimas fotografías que le han publicado en la Prensa, el boceto del retrato que le ha prometido un amigo pintor, o brinda una fotografía en color de las que le han hecho los fotógrafos ambulantes y los turistas, y que ella cobrará a su justo precio. Y se venden, claro que se venden, porque llevarse un retrato de Lolita es como hacerse con uno de los souvenirs más duraderos del Catalina Park".

Este Parque de Santa Catalina está actualmente, en mi opinión, mal diseñado y peor definido. Es un retal hecho a trozos. Sigue casi igual la zona descrita por Orlando con las cafeterías, las terrazas, la peluquería, los bazares, la farmacia. En esta zona un amplio espacio habilitado para los mayores se llena diariamente de hombres que juegan partidas de domino o de ajedrez. No veo entre ellos a ninguna mujer quizá porque ellas tienen siempre ocupaciones en que entretenerse. La antigua dulcería 'La Alemana' sigue tal cual aunque ahora en lugar de dulces despachan cafés y cervezas y otras bebidas pues se ha transformado en una cafetería más con sus mesas y sillas donde pasar ratos sosegados viendo el caminar tranquilo de la gente, con alguna que otra carrera para coger la guagua. Siguen igual los quioscos y hecho de menos al pintor que veía años atrás en esta zona haciendo retratos, y lo que sí ha desaparecido es la horchatería que había en la esquina con la calle de Luis Morote, edificio hoy cerrado a cal y canto.

El resto del Parque ha quedado desarbolado. A un lado las casas diseñadas por Néstor, una para Oficina de Turismo y otra, Fataga, para venta de artesanados canarios hoy convertida en bar casi siempre sin clientes al parecer. Al otro lado un parque infantil con pavimento que no 'pega' con el resto del recinto. Y en medio un espacio de nadie dejado seguramente para eventos como el que tiene lugar en estos días de carnavales. En medio de una y otra parte del parque, como para hacer más visible la separación, un trozo de calle con adoquines queriendo recordar el pasado sirve para que las guaguas se bamboleen a su paso. Y hasta la fuente que en este lugar daba unión al conjunto fue cambiada de lugar, seguramente porque ya no hay tartanas con caballos en los alrededores a los que el murmullo del agua haría más refrescante el día.

Te deseo un buen día.

miércoles, 23 de enero de 2008

Juan Sebastián de Elcano




Hola a todos. Fui a ver y a despedir al buque escuela español Juan Sebastián de Elcano al muelle de Santa Catalina, de donde me dijeron partiría tras su escala en Las Palmas de Gran Canaria, y no me fue posible el hacerlo. Mi información era errónea pues partió desde la base naval y sólo pude verlo de lejos ya al final del Muelle Grande. Así que mi intención de hacerle fotos se frustró, (tampoco el día con calima permitía florituras), y por ello tomo prestadas dos instantáneas estupendas que veo en la web, de Lalo Izquierdo y Oscar Mtnez. Forcada, reporteros de RTVE que ilustran este escrito. Buscando el nombre del buque escuela en internet hay una estupenda información, no sólo del buque sino del navegante español nacido en Guetaria, Guipúzcoa, que fue el primero en dar la vuelta al mundo. No sólo mi amiga wiki sino otros estupendos artículos te puede ilustrar mucho más que lo que yo pudiera hacerlo, buscando el nombre de este marino. Sólo resaltar que este buque en sus ochenta años de vida ha estado muchas veces en nuestro puerto por lo que podemos decir de él que es un amigo.

Mientras espero la llegada, que no se produce, rebobino en mi memoria y me veo siendo un colegial con el grupo de clase y un maestro seglar, don Rafael, que nos lleva de paseo por el Muelle Santa Catalina. El recuerdo es borroso como corresponde a mis pocos años en aquellos días. De más tarde, hará unos cincuenta años, sí tengo recuerdos más fiables. Trabajaba ya en la empresa petrolífera y tenía que ir a Administración de Arbitrios del Cabildo, y a Puertos Francos, a presentar los papeles necesarios para el levante de las mercancías: gasolinas y gasoil, lubricantes y butano, que nos venían de la refinería en Tenerife, y el embarque de los bidones y bombonas vacías que retornábamos. El muelle era un espigón todo recto que partía desde los edificios Elder y Miller, consignatarios de buques extranjeros, y terminaba en un pequeño faro que aún se conserva. A una parte y otra del muelle, en su entrada, estaba el edificio del Club Náutico y una marquesina que se utilizaba para el desembarque de pasajeros que venían en falúa desde los trasatlánticos. Estaba también el edificio de la Junta de Puertos con su fachada de azulejos, y había, a lo largo del muelle unas casetas para los consignatarios de barcos de cabotaje. Recuerdo el nombre de barcos ¿de
madera? de los que iba a presentar documentación: Paloma, Guanchinerfe, Herbania... Un propietario de barcos con mucho prestigio en el Puerto fue don Antonio Armas Curbelo de quien seguramente, a la larga, ha quedado la actual Naviera Armas que une por mar las islas del archipiélago.



Muelle Santa Catalina y Club Naútico - Foto de la Fedac

En años más recientes la incorporación del Jet Foil que unía Gran Canaria con Tenerife primero, y con Fuerteventura después, hizo que el muelle fuera cambiando de aspecto. También al cambio ayudó las obras de la avenida marítima y por último la construcción del centro comercial. Pero como todo esto es historia reciente y está a la vista de todos, pues no lo cuento.


P.S. La revista digital independiente Altura de Valleseco ha incluido en la web mi escrito sobre este precioso municipio lo que es de agradecer.

Te deseo un buen día.

martes, 22 de enero de 2008

Fragmentos de la memoria

Hola a todos. El primero de los viajes que hice a la Península lo iniciamos mi mujer y yo justo el día de mis cuarenta cumpleaños. Fue un viaje de esos que organizan las agencias con duración de una semana o poco más para ir en avión desde la isla, hacer luego unos recorridos por pueblos y ciudades alrededor de donde nos alojamos, ir con más o menos prisa dependiendo del guia a todos sitios, y traernos souvenirs de los lugares visitados. Para los años que ya tengo cumplidos estimo que hemos hecho pocos viajes, pero puedo decir que todos ellos han aportado su granito para hacer la montaña de recuerdos que atesoramos. Cada uno aporta su anécdota. Como por ejemplo la vez que estuvimos en el Parque del Retiro en Madrid y montamos en una tartana tirada por un 'brioso' caballo; el pobre corcel aquel día debía ir algo flojo de estómago y los gases que expelía seguramente llegaban hasta el otro extremo de la capital del Reino; no sabíamos como respirar ni como disimular hasta que el recorrido llegó a su fin junto al estanque del parque.








Otras anécdotas tienen mejores efluvios. En este primer viaje citado nos llevaron por tierras leridanas hasta Andorra la Vella, y por el camino todo nuestro entusiasmo estaba en encontrar ríos de los de verdad. Porque hasta entonces habíamos visto ríos en películas y reportajes, tanto en cine como en televisión, pero teníamos la ilusión de ver el agua corriendo entre montañas y oír el ruido de la corriente. ¡Y vaya si lo conseguimos!. Esta tierra es pródiga en agua; tiene varios ríos y afluentes, y además su vegetación, con cientos de árboles frutales que se iban presentando ante nuestra vista, es francamente hermosa. También de este viaje guardamos un cálido recuerdo de la Seo de Urgel donde en el restaurante de un pequeño hotel nos sirvieron unos exquisitos canelones, calentitos en un día frío de Semana Santa, que debían estar preparados para resucitar a los muertos. Y, cómo no, el recuerdo de Andorra con sus montañas nevadas y el río Valira, (donde hice pis, por el frío), discurriendo por entre las casas con techos de pizarra a dos aguas no lo podremos olvidar.


Otro viaje, años después, nos llevó al paraíso de Asturias. En éste estuvimos quince días moviéndonos a nuestro aire visitando, además de Covadonga y sus lagos, otros pueblos de montaña y de mar. En uno de éstos llamado Llanes vimos un cartel anunciando algo que nos llamó la atención: el descenso en piraguas por el río Sella. Yo había visto, pues se celebra todos los años el primer domingo de agosto, la retrasmisión en la tele de la regata que se hace en este río con cientos de personas siguiéndolo por sus orillas. Y nos ilusionó la idea de emular a estos deportistas, así que a la mañana siguiente nos fuimos a uno de los puntos de partida que tienen río arriba, en Arriondas, y provistos de sendos chalecos salvavidas y picnic que nos facilitaron, y después de las oportunas explicaciones, nos fuimos a navegar como marinos de agua dulce avezados. La excursión río abajo, incluyendo las paradas que hicimos, duró unas cinco o seis horas tiempo más que suficiente para gozar del agua que bajaba lentamente, con algún que otro rápido que nos empujaba la piragua y nos la viraba de sentido poniéndonos con la proa hacia la montaña. Llegamos sanos y contentos hasta el lugar de arribada cerca de Ribadesella sintiendo el silencio que nos rodeaba durante el trayecto y con los ojos llenos del verdor de las dos orillas.


Te deseo un buen día.

lunes, 21 de enero de 2008

Incomunicación

Hola a todos. He visto otra película de Ingmar Bergmann, esta vez Gritos y Susurros. Si la anterior que comenté, El Séptimo Sello, tenía como argumento la prórroga que el caballero pide a la Muerte que viene en su busca y la reta a una partida de ajedrez para adquirir más conocimiento sobre Dios, el de esta otra es la incomunicación, la enfermedad y el dolor. Gira alrededor de tres hermanas, una de ellas en fase terminal de una penosa enfermedad, que se reunen después de años de no verse. Estas hermanas que en su infancia juegan y ríen y se hablan al llegar a la madurez se encuentran sin poder comunicarse entre sí. Acompañan a las tres una criada que es la única que tiene un trato humano para con la moribunda hablándola, acariciándola y acunándola. Y no es que las hermanas no se quieran. Es que a pesar de ello no consiguen romper el hielo que les impide mantenerse unidas.

Tema complejo tratado con habilidad por este maestro de la fotografía. La película, salvo algunas escenas rodadas en el jardín de la casa o en otros lugares recordando el pasado, tiene lugar dentro de la vivienda en habitaciones con color rojo en paredes y suelos. Contrasta así el color blanco de los vestidos de las hermanas y el camisón de la enferma, y sobre todo los primeros planos de las caras de las protagonistas -de las cuatro- reflejando recelo, pasión, amor y dolor. No es recomendable esta cinta para personas que no quieran ver el dolor reflejado en cara de nadie porque las escenas en que la enferma fallece dan escalofríos.

Para cambiar de algo tan triste a otra cosa más alegre, tengo previsto ir esta tarde al muelle de Santa Catalina a despedir al buque escuela español Juan Sebastián de Elcano de visita en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria. Ya te contaré.

Te deseo un buen día.

domingo, 20 de enero de 2008

¡Venga, más baile!

Hola a todos. Es cosa buena las asociaciones de vecinos y otros grupos que brindan a asociados y a invitados actividades que nos ayudan a pasar buenos ratos; claro que, también por nuestra cuenta y sin necesidad de ir con otros, podemos pasarlo estupendamente bien, pero la convivencia, el trato con otra gente muchas veces personas desconocidas, hace que se amplíe el horizonte de nuestra humanidad. Tal es el caso de la Asociación de Vecinos Peña la Vieja con la que ayer tuvimos la oportunidad de hacer una excusión a Maspalomas. No fuimos a bañarnos en esta maravillosa playa sino que nos quedamos en tierra seca. Hicimos una primera parada en el mercadillo donde cientos de turistas, en ropa veraniega a pesar de estar en el mes de enero, recorrían el recinto en los distintos puestos comprando aquello que le era curioso o necesario. Nosotros, los de aquí, que no sabíamos bien a donde nos llevaría la excursión íbamos con ropa suficiente para desafiar el biruje que se mete en las cumbres de la isla, así que quienes parecíamos chonis fuera de lugar eramos los grancanarios. A todas éstas, con un calor propio del mes de agosto -exagerando- bajo un cielo sin una nube y con el sol esplendoroso de estas latitudes, me decido a comprar una camiseta de algodón de color blanco inmaculado y luego un pantalón corto haciendo juego con mi nueva indumentaria. Pensaba yo que seguramente me parecía a un conocido personaje de ficción del cine y que posiblemente pudiera encarnar a Indiana Jones en Maspalomas.


  • Bromas aparte, conservo en casa la fotografía de cabecera, de fecha 01-09-57, de mi primera ida a Maspalomas, tenía entonces dieciséis años y la inmensidad de la playa junto al faro, y su soledad, me deslumbraron; aun no era época de turismo masivo y como edificios se contaban el faro y el bar de la Viuda de Franco, éste de obligada parada para los camioneros que desde Arguineguín transportaban el cemento de la fábrica hacia Las Palmas. Nada de los hoteles y apartamentos actuales, ni de la procesión de gentes que en un continuo ir y venir va desde la playa de Maspalomas a la del Inglés. El entorno ha cambiado para mejor o para peor según se mire. Quizás un turismo más selecto y menos edificación hubiera sido preferible. Pero ¿quién le pone puertas al campo?, lo que está, está, y hay que distrutarlo.
Y eso es lo hicimos dando vueltas alrededor del Faro donde hoteles de nueva planta dan con sus estrellas empaque al lugar y que ha propiciado la avenida hacia la playa de las Meloneras, con la brisa del mar siempre acariciándonos. La Villa del Conde, hotel donde han querido reproducir un pueblo grancanario está muy bien aún cuando la 'iglesia' esté fuera de lugar. Y como de diversión se trataba nos fuimos a almorzar al Aeroclub, tres guaguas, ciento cincuenta o ciento sesenta excursionistas, de los que muchos aún en buena forma dimos cumplida cuenta no sólo del almuerzo, rancho de primer plato y pescado en el segundo, sino al baile que vino a continuación. Cuatro horas de música -"dos pasitos p'alante María, dos pasitos p'atrás"- como diría mi sobrina Oti, nos alegró el alma a la vez que nos hizo mover el esqueleto.


Te deseo un buen día.

viernes, 18 de enero de 2008

Mercado de Vegueta


Hola a todos. Atendiendo a mis deseos de ir a desayunar chocolates con churros al Mercado de Las Palmas, o de Vegueta, hemos cogido la guagua, mi mujer y yo, que nos deja en la Alameda. Bajamos por la Plaza de las Ranas y calle Lentini, a estas horas siempre con gente que vienen y van a sus quehaceres, y ya en la esquina con Triana donde estuvo el Puente de Palo vemos que han colocado un mural que reproduce este símbolo del pasado de nuestra ciudad. Le llaman además antiguo puente comercial López Botas y es porque este puente no sólo servía de enlace entre las dos orillas del Guiniguada sino que tenía bazares, cafés y otras tiendas. Digno de verse era cuando las lluvias hacía correr el barranco y el agua achocolatada entraba en los comercios.

Ya junto al mercado, en la calle Mendizábal, hoy medio peatonal, nos damos una vuelta y decidimos en cual entrar de las varias churrerías que hay. Porque esta plaza de mercado tiene muchas puertas, unas para ir al interior y otras de comercios al exterior entre los que vemos barbería, estanco, bares, y una zapatería -no venta de zapatos sino arreglos- donde hay colgados muchos trabajos artesanales, botas, sombreros, cuchillos y otros arreos, lo más probable útiles para cacería. Al otro lado de la calle luce un comercio de venta de flores con su exposición en la acera de ramos y plantas insinuándose para que las compremos; lo dejamos para el final, y eso, al final salimos escaldados porque nos cobran por un ramito de siemprevivas -rebajado y todo- cinco euros, o sea 832 de las antiguas pesetas. ¡Chacho que soy un jubilado, tú! Alrededor de la plaza se nota el ajetreo con presencia de furgones que descargan mercancías y hombres con carretillas que las transportan, aunque es seguro que éste ha de ser mayor cuando en horas de la madrugada prepare cada cual su puesto de venta.

En el interior se nota, nada más entrar, la limpieza y la buena colocación de los puestos amplios y vistosos. Fue arreglado el Mercado recientemente y se ha hecho con mucho gusto. Frutas y verduras, artísticamente colocadas por casi todos los comerciantes, dan con su colorido ganas de ir probándolas unas detrás de otras. Tunos chumbos, plátanos canarios, piña tropical, aguacates, naranjas, manzanas, peras, papayas y mangos... en fin toda una gama de frutas, y ristras de ajos y de cebollas, y cuanta verdura pueda uno pensar. En uno de los puestos como decoración tienen un buen número de utensilios antiguos: cocinilla, plancha, hierro para planchar, un aparato de radio, etc. No faltan los puestos de pescados y de carnes, los primeros con ricas sardinas y brecas y hasta una morena enroscada. Y en un pasillo una muy bien conseguida estatua que está dedicada a la mujer que lleva su compra a casa.


A Pepe Castellano - Voz de 'Pepe Monagas'

Andrés Déniz 'el Ratón' era un hombre que vagabundeaba durante años en los alrededores; uno de tantos peculiares personajes que de tanto en tanto da la ciudad y por ello tiene una calle dedicada a su memoria en la trasera del Mercado, esquina con la calle de la Pelota; iba siempre descalzo, pies sucios y con costras, y con una americana grande para su talla llena de condecoraciones de hojalata. En otro lateral de la Plaza una placa en bronce realzada nos recuerda a José Castellano quien dio su voz y deje de canarión para la grabación de Las Memorias de Pepe Monagas, en una versión inigualable.

Te deseo un buen día.





miércoles, 16 de enero de 2008

Músicos callejeros


Hola a todos. He ido a la biblioteca provincial, junto al Hoyo en el Parque San Telmo, y he hecho el doble recorrido de ida y vuelta por la calle de Triana. Es cerca del mediodía y tanto el parque como Triana y las calles peatonales que están en los alrededores lucen sus mejores galas. Gente ajetreada, al golpito, con el aplatanamiento propio de los grancanarios, van y vienen cada uno a sus cosas. Los bancos están ocupados, casi todos por personas que como yo no tienen otra cosa que hacer que ver pasar el tiempo pues son de la llamada tercera edad. Con disimulo voy mirando a unos y a otros y haciendo elucubraciones sobre lo que piensan. Quizá sea éste un buen ejercicio para un profesional de la mente pero yo no consigo hacerme ni la más ligera idea que lo que preocupa a cada uno. A lo mejor es que nadie tiene preocupaciones y sí ocupaciones, o no, y todos están aquí para gozar de esta mañana de invierno isleña.


San Telmo, Triana, Plaza de las Ranas se han consolidado en los últimos años como uno de los sitios con más afluencia de gentes en Las Palmas. El hecho de tener la estación de guaguas en el parque, ser desde hace bastantes años peatonal la calle, y estar en la plaza la biblioteca Insular, aparte de ser camino hacia la catedral y Vegueta, habrán tenido mucho que ver para que esto sea así. Observo que entre nosotros, los canarios, hay algunos turistas, no tanto como sería normal contando con que la isla en un destino turístico todo el año. Y entre unos y otros desde hace tiempo podemos encontrar a quienes tratan de conseguir un dinerillo con sus habilidades. Así tenemos el mimo caracterizado de estatua que pasa ratos sin moverse salvo que suene la moneda que alguna persona le pone. También he visto, como un recuerdo del pasado a un señor que con su caja de madera, bolsa para materiales y cepillo en mano trata de ganarse la vida con un oficio que casi ha desaparecido: el de limpiabotas. Y alegrando con sus sones, al estilo de calles en ciudades tan cosmopolita como la nuestra, no podían faltar en Triana los músicos callejeros, en solitario o en grupos. Unos con violín, otros con acordeón y algún instrumento de países andinos, y otros, todo un conjunto, con contrabajo, saxo y acordeones.

Te deseo un buen día.

martes, 15 de enero de 2008

De La Laja al Muelle (2)





Hola a todos. Mi mujer y yo nos situamos en el punto de partida para la segunda parte del paseo donde lo dejamos hace casi un mes. Con el Teatro Pérez Galdós a nuestra derecha y la Plaza de Mercado de Vegueta a la izquierda, con las torres de la catedral sobresaliendo por encima de las casas, la primera impresión es que el entorno ha ganado después de las obras emprendidas para mejorar el teatro y sus alrededores sin el agobio que representaba el scalectri que había en esta zona anteriormente.




El mercado de Vegueta (que de siempre se conoce como de Las Palmas) fue inaugurado, según leo en la inscripción que figura en el frontis en el reinado de Isabel II en 1858; es de una sola planta formando un cuadrado y hoy luce junto a la piedra de cantería un color rojo anaranjado que resalta mucho. Dejo para otro día el visitarlo y desayunar en alguno de los bares que están abiertos hacia la calle con chocolate y churros. En cuanto al teatro Pérez Galdós, en el que también estaré próximamente para una obra programada, sé que anteriormente se llamó Tirso de Molina y que el edificio principal actual se construyó tras un incendio del anterior. Debo decir porque es cierto que me parece acertado el tratamiento hecho recientemente para su ampliación pues esta parte nueva del conjunto no desmerece en absoluto, aunque es de otro estilo, con el edificio que los grancanarios conocíamos de siempre.



Después de recrearnos en este lugar y echar un vistazo hacia los riscos de San Roque y de San Nicolás, que se ven bajo nubes que amenazan lluvia, nos dirigimos hacia el Puerto. En esta parte del paseo tenemos a nuestra derecha el mar con barcos fondeados fuera de la bahía, y a la izquierda casas y más casas pues en los terrenos ganados al mar por esta zona no se dejó ni un trocito para espacios verdes. Al frente y acompañándonos durante todo el recorrido tenemos las montañas de la Isleta y cobijada por éstas el hermoso y siempre ajetreado Muelle de La Luz y Las Palmas. Veo el antiguo Muelle Grande, hoy sobrepasado con mucho por el Reina Sofía, pues estas instalaciones portuarias no han dejado de crecer desde hace décadas y existe el propósito de hacerlas seguir creciendo. En el Muelle Grande era habitual la presencia de los grandes trasatlánticos de la Cunar Line que hacían viaje de Inglaterra a África del Sur, y así podíamos ver las estampas del Queen Mary o del Queen Elizabeth entre otros. Hoy los grandes barcos tienen su atraque en otro muelle más cercano a la ciudad.






El día no invita mucho a salir al parecer y sólo nos sobrepasan dos o tres personas en bicicleta y hay pocos paseantes. Algunas gaviotas se dejan ver, y sin prisas llegamos hasta la escultura dedicada al deporte autóctono de la Vela Canaria que aprovechamos para fotografiar. Ya a esta altura del camino, y en el arcén central que divide en dos la autovía, hay plantadas hasta donde se pierde la vista palmeras 'hawaianas' que dan un toque precioso al paisaje, y además los edificios se van espaciando permitiendo algunos puntos más de verdor. Pasamos por otra escultura, alta, de hierro retorcido que no sé si tiene algún significado, y llegamos a la zona del muelle deportivo donde podemos ver decenas de embarcaciones atracadas. Desde hace unos cuantos años, desde aquí parten en octubre cientos de pequeños barcos que hacen la travesía del Atlántico hasta un puerto de América Central.





En esta parte de la Avenida se instaló en 1974 un carril para pruebas del tren vertebrado con el que se quería unir Las Palmas con la zona turística de Maspalomas, en el sur de la isla. Recuerdo el debate abierto en la prensa y en las fuerzas vivas de la ciudad para ver los pros y contras del proyecto. Al final todo quedó en nada y de él solamente he podido rescatar en http://www.guaguas.com/ una fotografía que inmortaliza el empeño. Pasito a pasito llegamos a la Playa de las Alcaravaneras, hoy desierta y con toda la arena mojada, cerca de la que podemos ver una tercera escultura, ésta regalo del Colegio de Ingenieros Industriales, y pasando luego por el club Naútico (que en su frontis tiene un enorme cuadro de su anterior edificio, hoy demolido, que merece la pena ver), llegamos esta vez sí, hasta nuestro destino en el muelle de Santa Catalina.

Te deseo un buen día.

domingo, 13 de enero de 2008

Valleseco


Canta la copla en Canarias:

En Valleseco tengo un amor



Rosa se llama mi bella flor

Virgen del Pino, Virgen María
si ella me olvida, yo moriría...




Hola a todos. He de reconocer con pena mi desconocimiento casi total de un municipio de las medianías de Gran Canaria y mi desapego para con él, entendiendo como tal el que este bello pueblo haya sido para mí, hasta ahora, sólo sitio de paso y no de estancia. Está situado en el centro norte de la isla y se puede llegar desde Las Palmas pasando por uno de los pueblos cercanos: Arucas, Firgas o Teror. Es paso obligado o al menos preferente para ir al municipio cumbrero de Artenara y al majestuoso Pinar de Tamadaba. Municipio tranquilo que en la edición de mi diccionario en 1987 contaba con sólo 4.423 habitantes; es tradicionalmente agrícola y ganadero, con excelentes frutos entre los que se cuenta la sabrosa manzana 'francesa' que hace honor al no menos sabroso queso tierno, y según me hizo ver un antiguo alcalde, don Rogelio, cuenta con abundantes acuíferos mostrándome orgulloso la etiqueta de una botella de agua de Firgas, de gran consumo en la isla, que dice ser del manantial La Ideal II en Valleseco.
El porqué del nombre, Valle y Seco, es algo inconcebible y al parecer tuvo su origen en un error administrativo, porque no hace falta caminar mucho para darse cuenta de tal desatino. Aunque según otra versión de gente del lugar se debe a que está en medio de Madrelagua y de Las Madres que sí son mucho más afortunadas en agua. Está entre barrancos y montañas, y la humedad puede verse y sentirse. Hace frío en invierno y calor en verano como ocurre en cualquier sitio que se precie, haciendo bien el eslogan que dice que Gran Canaria es un continente en miniatura. Cuenta con sitios preciosos como su 'Laguna', hondonada que en días de lluvia almacena agua, y que en tiempo seco se usa o se usaba como hipódromo con carreras de caballos programadas. Es digno de mencionar 'Cueva Corcho', cruce de carreteras que nos lleva con dirección a Tejeda y que no es raro encontrar con densa niebla, y que era paso obligado de muchas de las excursiones que hace ya tantos años organizaban los clubs de cultura y recreo de la Capital. Entre sus barrios nombraré al que tiene por nombre Lanzarote (igual que la isla hermana) que está camino a las cumbres y que nos permite una visión panorámica de casi todo el municipio que va quedando a sus pies. También El Zumacal es un pago que ha ido creciendo en los últimos años y que une casas antiguas con otras de reciente construcción.

Precisamente hoy hemos estado con nuestros buenos amigos, Lali y Juan, que compraron casa en El Zumacal que puede tener el siglo de existencia, y que la mano amorosa de sus nuevos propietarios han ido modelando, y adaptando para hacer un verdadero hogar. Luce en un espléndido salón comedor, (apropiado en mi opinión para escenario principal de una bonita novela), una chimenea donde arden leños de buena madera que mantienen la vivienda con un calorcito que contrasta con el frío de este día de invierno. Día por lo demás muy agradable, sin lluvia ni viento, y poco nublado. Cuenta la casa con un magnífico ejemplar de castañero, frondoso y corpulento de tronco, cuyas ramas sobrepasan con mucho la azotea. En su interior además del salón, el pasillo y rincones aparecen decorados dando la sensación de que nada sobra y nada falta, aun cuando me comenta la pareja de amigos sus intenciones de seguir mejorando todo lo mejorable. Como una figura decorativa, pero ésta con vida propia y activa, una hermosa perra de tres años y nombre Lua, de pelaje precioso a dos tonos, y que recuerda los perros de la Plaza de Santa Ana en Las Palmas, termina por darnos, a mi y a mi familia que me acompaña, la más grata de las bienvenidas. Y como siempre nombro el comer y el beber, ¡no faltaría más!, un apetitoso cocido madrileño -gracias a doña Josefa madre de nuestra anfitriona- con vino tinto, ayudó a terminar, si algo quedaba con el frío que pudiéramos tener.


Te deseo un buen día.

viernes, 11 de enero de 2008

Langostas
















Hola a todos. Si fuera yo a presentarme a elecciones para Presidente del Gobierno de España pondría en mi programa electoral -ya se sabe que prometer es fácil- que todo ciudadano tendría el derecho irrenunciable de gozar de al menos tres mariscadas en su vida. '¡Cosa asiada, caballeros!' como diría Pepe Monagas. Yo he tenido la oportunidad de saborear dos y espero por la tercera, y puedo asegurar que es cosa divina más si está regada como debe ser con un apropiado vino y si cuenta entre sus ejemplares de mariscos con una excelente langosta.





Foto de la Fedac

Volviendo la vista atrás y cambiando de tercio me veo en el precioso edificio de la calle de Triana, número 91 (hoy 89). donde trabajé allá por los años de 1955 al 58 más o menos. La calle no está hoy tan cambiada a como la veo en mi memoria aunque naturalmente nuevos edificios han venido a sustituir a otros, y el llamado mobiliario urbano, o sea las farolas, bancos, papeleras y piso no son los que eran o no existían en absoluto, y además en aquel entonces no era calle peatonal, ni falta que hacía, porque casi no circulaban coches. Hay al menos un par de elementos decorativos, que nos han llegado, dignos de mencionar: el águila situada en la esquina con la calle Travieso donde había, creo, una sombrerería, y el reloj, hoy parado definitivamente a las 12 en punto, y al que le ha salido un competidor. También tenemos como elemento nuevo el grupo escultórico dedicado a don Juan Negrín, médico, político y Presidente de la República. Y uniendo pasado con presente la muestra de los railes, descubiertos a nuestra curiosidad, del tranvía -y luego la 'Pepa'- que unía Las Palmas con el Puerto desde finales del siglo XIX hasta avanzado el XX durante la posguerra.

En uno de los años citados anteriormente, quizás en 1956, fue cuando tuvo lugar en Canarias la invasión de langostas provenientes del cercano África. Lo recuerdo porque veía a estos bichos en un patio de la oficina comiendo todo lo verde de un árbol que allí había. Si no fuera porque es una tragedia para el hombre de campo, sería bonito que se repitiera tal plaga otra vez para que las nuevas generaciones vieran cosa linda a la par que terrible. Estos bichos devoran cuanto de vegetal encuentran a su paso y se trasladan volando en gigantescas nubes. Se decía -cosa seguramente incierta- que venían formando pelotas enormes en el mar en donde las de abajo morían. Para combatirlas se hacían hogueras por todas partes a ver si el humo las ahogaba, y se hacía todo el ruido posible tocando cacharros, calderos, sartenes y cuanta cosa pudiera servir para armar escándalo. Ignoro cuanto tiempo duró y si llegó o no a todas las islas, aunque supongo que esto último tuvo que ser así.




P.D. He incluido en el tarjetero la web acercando el mundo por considerarla interesante. Te la recomiendo.

Te deseo un buen día.

miércoles, 9 de enero de 2008

Los gatitos




Hola a todos. A mitad de la calle Doctor Chil junto a la iglesia de San Francisco de Borja, y frente al Museo Diocesano, en una casa del antiguo barrio de Vegueta, con muros anchos, techos altos, grandes habitaciones y patio central estuvo durante un tiempo el Seminario de la Diócesis Canariensis. Luego y debido al número grande de seminaristas el obispo Monseñor Pildain se propuso la construcción de un nuevo edificio, que a la postre fueron varios, en Tafira Baja. Recuerdo que para obtener algunos fondos que ayudaran a la construcción se hicieron durante un tiempo cuestaciones en las iglesias para que los fieles contribuyeran con su óbolo a tal proyecto. Supongo que hubo dinero de otros patrocinadores pues con lo que podían donar los pobres de entonces no hubiera sido suficiente para el pago de solares, materiales y mano de obra.




Se pudo ver al fin, entre palmeras y otros árboles, dos espléndidos edificios que servían de aulas y dormitorios separados por uno más pequeño que era la iglesia. La constante deserción de alumnos para el seminario y el ansia de universidad que teníamos los grancanarios, terminaron por hacer que estos edificios fueran el embrión de los que hoy afortunadamente tenemos para Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Así la participación del pueblo con sus humildes limosnas revirtieron en hacer lo que el mismo pueblo quería, y que se consiguió -todo hay que decirlo- pese a la oposición de una parte importante de prensa y de próceres de la isla hermana de Tenerife, que pensaban que un adelanto en la educación superior de aquí iba en detrimento de la Universidad de La Laguna de allá.

Y hablando de seminaristas recuerdo la estampa urbana que éstos protagonizaban al ir de paseo, o a jugar a fútbol, por calles y plazas de Las Palmas. Iban de dos en dos en filas, bajo la atenta mirada de un profesor, vestidos con lo que era uniforme del clero, o sea con la sotana. Era ésta de color negro, larga del cuello a los pies, con botones a todo lo largo, que con el tiempo sería sustituida poco a poco por el clerigman, que era más apropiado según los progresistas pues constaba de pantalón, chaqueta con crucesita pequeña en el ojal y un alzacuello de color blanco, para resaltar su condición de sacerdote.

Pues bien, paseando los seminaristas de dos en dos como queda dicho, con tal sotana y color, la gente cuando los veía decían "ahí vienen los gatitos" en alusión cariñosa a todos ellos.

Te deseo un buen día.

lunes, 7 de enero de 2008

El trasero

Hola a todos. Me estoy aficionando a escuchar diariamente la radio, sobre todo la Uno y la Clásica de Radio Nacional de España. En el programa matinal escuché hace unas semanas una entrevista y en ella una recomendación que hacía el entrevistado. "Todos debemos, decía, escuchar diariamente buena música, leer un poema, ver un buen cuadro y si podemos (vaya mala uva caballero, pensé yo) decir algo interesante". Opino que el buen hombre se olvidó de recomendar también tener, al menos una vez a la semana, una buena sesión de cine.

En cuestión de cine, creo que la frase más conocida es la que dice Maureen O'hara al final de la película 'Lo que el viento se llevó'. Fué aquella exclamación patética y desgarradora con la que afirmaba convencida: "¡A Dios pongo por testigo que nunca volveré a pasar hambre!". Para recordar esta sentencia al completo hube de pedir ayuda pues solamente me acordaba de las primeras palabras. No me ocurre lo mismo con otra frase, que recuerdo bien, ésta no tan rimbombante, ni llena de desgarro, sino dicha con la seguridad que da la vida al hombre que está de vuelta de todo. La pronuncia el escudero Juan en la película 'El séptimo sello' y es de una contundencia y simplicidad total: "Por más vueltas que le demos, el trasero siempre lo tenemos detrás".

Fuí a ver 'El séptimo sello' en un festival de cine que tuvo lugar en Las Palmas, en el cine Cuyás, hace unos 50 años. En 1957 fué dirigida Por Ingmar Bermann y narra como argumento central la vuelta de un caballero y su escudero, Juan, después de pasar diez años en las Cruzadas, a su castillo en Suecia. Como complementos la epidemia de peste, los flagelantes, los predicadores, el malhechor, el pueblo, la superviviente de la epidemia, la condenada por traer la peste, los juglares, el marido engañado y, la Muerte. Sobre todo la muerte porque está presente en toda la narración. Ya desde los primeros fotogramas, que nos hacen intuir que vamos a ver excelentes fotografías, el caballero encuentra a la Muerte y reta a ésta a una partida de ajedrez en su afán de tener más tiempo para aprender sobre Dios y la Eternidad.

Conviene ver la película atentos a las fotografías, que son en blanco y negro, y al diálogo. Después de 50 años conserva todo su frescor y tiene escenas muy bien logradas como las de los juglares, María, José y el pequeño Miguel en el campo, y sobre todo el recorrido de caballero y acompañantes a través del bosque. La muerte es compañera inseparable de la vida y así se la ve una y otra vez acompañando a unos y a otros, como cuando corta el árbol al fingido suicida para llevárselo.

Es una obra que he conseguido en DVD en la Biblioteca Provincial, y que no me ha defraudado en absoluto al verla nuevamente después de tantos años.

Te deseo un buen día.

domingo, 6 de enero de 2008

Panchito


Hola a todos. La televisión nos ha traído a nuestras casas, entre otras cosas, frases que de tanto repetidas calan en el colectivo y a fuerza de ser oidas llegan a ser común para todos. Desde la pregunta alegre de Fofó, el payaso amigo de los niños junto con Fofito y Miliquito, cuyo grito de guerra era ¿Cómo están ustedessss?, pasando por las graciosas piruetas de Chiquito de la Calzada y su hablar un poco trambucao, y hasta las que popularizó el Duo Sacapuntas en el programa de Chicho "Un, dos, tres" que repetían "veintidós, veintidós, veintidós" y preguntaban a renglón seguido aquello de ¿Cómo está la plaza? para contestar a continuación "La plaza está abarrotá".


Recordaba esto anoche en la madrugada del día de Reyes. Porque ¡Triana está abarrotá!. Triana y sus calles y plazas aledañas. Tenía curiosidad por verlas porque me habían hablado de este acontecimiento que se ha ido consolidando en los últimos años, como colofón a los encargos a los Reyes Magos, y al que no había ido anteriormente. Llegamos al Hoyo en la guagua y pasamos primero por el Parque San Telmo donde están colocadas las casetas que la Fedac instala con productos de artesanía canaria. Cientos de personas se agolpan en ellas y tras curiosear un rato seguimos hasta la calle de Triana esperando no poder ni caminar. Sentímos un poco de desilusión porque si se podía y es que este año, ¡precisamente este año!, habían puesto los chiringuitos de ventas en la trasera, en la calle Francisco Gourié, cosa que no sabíamos y que por ello nos perdimos. Fuimos caminando despacio entre mucha gente, viendo como los comercios iban cerrando sus puertas pues ya pasaba de la medianoche, y comprobando que cada uno iba tranquilamente a lo suyo. Ya al final por la calle San Pedro y la biblioteca y la Alameda de Colón empezamos a ver muchos vasos con bebidas, mucha gente joven, (algunos/as tan jóvenes que debieran estar esperando a los Reyes dormiditos), muchos haciendo pis en las esquinas... Pero todo dentro de una absoluta normalidad y sin problemas.


Hoy día de Reyes todos en casa hemos visto cumplimentadas nuestras peticiones porque de todos se han acordado. Y si no que se lo pregunten a mi hija Lourdes, que desde pequeñita acariciaba un deseo no satisfecho hasta hoy: tener un perrito. Y hoy para su alegría inmensa le han traído a Panchito, un cachorrillo precioso de color marrón, negro en hocico y orejas, entre marrón y negro en los ojos, y de raza carlino. No cabe en sí de gozo, y por supuesto este regalo ha sido la dicha de chicos y mayores sobre todo de Miri, Javi y Carlos, mis nietillos, que no han parado de jugar con él. Y para el que ya han buscado tutor para sus salidas porque... ¡cómo yo estoy jubilado...!


Te deseo un buen día.

sábado, 5 de enero de 2008

Larga vida

Hola a todos. ¡Larga vida al Movimiento Scout!

Larga vida.
Porque los niños y niñas nacidos hoy, los de ayer, y los de mañana han de tener la oportunidad de permanecer a un Movimiento que es algo más que una agrupación. Es un modelo de vida basado en la amistad, el respeto, el trabajo, la diversión, el compañerismo, la vida al aire libre, el compromiso, el atender los unos a los otros, el ayudarse... Virtudes que están por encima de ideologías y de doctrinas, donde caben todos y todos son bien recibidos. Porque el escultismo celebró con tarta de cien velas su primer siglo de existencia desde que en agosto de 1907 celebrara su primer campamento de la mano de su fundador Badem Powell. Porque en este tiempo como en la multiplicación de panes y peces se han multiplicado, primero los niños, y luego niños y niñas que han disfrutado de sus esencias. Porque hacen falta compromisos como éste para que el mundo sea un poco mejor.



Y larga vida al Grupo Scout 105 Bentaya que a medio camino con el escultismo mundial ha cumplido sus primeros 50 años de existencia, plenos de reuniones, campamentos, objetivos, charlas, diversiones, y por el que han pasado, según censo, unas cuatro mil personas, mejor decir personillas pues casi todos los que entran están en su primera juventud cuando no en su niñez. Y por ello y como continuación a diversos actos organizados para celebrar la efemérides anoche tuvo lugar un acto entrañable de hermanamiento, en un local de la capital con asistencia de más de dos centenares de personas, casi todos antiguos scouts del grupo y algunos padres, donde la alegría no venía dada por la cena, ni por la música, ni por los globos ni por nada ajeno al maravilloso encuentro de amigos, de amigas, que entre abrazos, besos, comentarios, se reencontraban y rememoraban su paso por el Grupo, recordando unos una anécdota, quien un campamento, quien el amigo común que no ha venido y viéndose cada uno con sus años actuales, como se veían cuando eran niños y niñas.


Para ello se contó además de con la memoria, con una excelente muestra de fotografías y de vídeos, fotos todas iguales y todas distintas pues en ellas se ven siempre rostros sonrientes de unos y de otros, con o sin uniforme, con o sin su foulard, con o sin su gorro, pero con la felicidad reflejada en las caras. Y pudimos ver sitios que algunos iban recordando de campamentos pasados, mientras iban dando gritos de exclamación al verse retratados con unos cuantos años menos. O veíamos fotos de las caminatas por caminos reales. O de sitios diferentes visitados en tantos años por los distintos contingentes de scouts que cada año da vida al Grupo. Y además se contó con la siempre inestimable labor de Luifer, Juamma, Rosa y demás scouters, coordinador y equipo que lleva las riendas en la actualidad. Y no lo digo porque en este acto, a mí al igual que a otros varios me dieran un diploma que reconoce unos méritos que el Grupo agradece. Méritos que en mi caso son injustificados puesto que el Grupo no me adeuda nada, sino que soy yo el deudor puesto que ha dado a mis hijos años de alegría y afecto.

Te deseo un buen día, y buena caza.

viernes, 4 de enero de 2008

De coletas, piercing y otras cosas


Hola a todos. "¡Esta juventud no es como la de antes!" Es la frase que se escucha desde que Caín y Abel vinieron a ocupar el puesto de sus padres. Ya entonces Adán y Eva que vieron como sus hijos se dedicaron uno al pastoreo y el otro a la agricultura, en lugar de darse la gran vida, pensaron que sus vástagos no eran como ellos. Y tenían razón, cada nueva hornada de adolescentes y jóvenes se parecen a las de sus padres como un huevo a una castaña.Y no es que sean mejores ni peores. Es sencillamente que son distintos porque distintas son sus circunstancias.

Por ejemplo, ¿cuándo ha tenido una juventud como la actual tantos cacharros electrónicos? ¿cuándo tantas posibilidades de viajar? ¿cuándo han salido de paseo de medianoche para el día? Es una juventud que goza de más privilegios que sus antecesores porque, aunque la vida está 'jodida' en términos generales, puede gozar de un mayor nivel de preparación, tiene unas distintas relaciones sexuales con otras perspectivas en cuanto al matrimonio, y la permisividad de que disfruta es mayor que en cualquier otro momento. Y eso a pesar de que algunos representantes de la Iglesia pongan el grito en el cielo. Tienen los jóvenes eso sí un verdadero problema a la hora de encontrar trabajo y dejar la casa de los padres, pero estas circunstancias incluso les sirven para ser diferentes. Claro que no se puede generalizar y hoy como ayer hay casos y casos.

Pero hay algo que de alguna forma unifica siempre a los jóvenes. Y en esto tampoco escapamos los mayores. Es la indumentaria y sus complementos. Recuerdo en mi época cuando las pobres mujeres, sobre todo las más metiditas en carnes, tenían que disimular su figura con la faja. Y como tenían que usar zagalejos para no transparentar nada. Y recuerdo cuando empezaron ellas a usar pantalones y a salir con éstos a la calle. ¡Qué escándalo! Los de siempre gritaban en contra de tales usos depravados. Hoy en día van por la calle las jovencitas con pantalones tan cortos, tan cortos, que dejan fuera, a la vista, carne y ropa íntima sin que ello rasgue ninguna vestidura. Y sus mamás y abuelas usan el pantalón sin miedo alguno a que les consideren bichos raros. Y tal ocurre también con los varones. Yo, sin ir más lejos y por un pique con mi nietillo me he dejado una coleta, y me iba a poner un piercing en la oreja cosa que no pudo ser por mi medicación. Pero todo se andará. Y que no se extrañe nadie si imitando a quienes me van diciendo por la calle que el elixir de la eterna juventud está en inhibirse, en pasar de etiquetas, de miedos al que dirán, de qué pensarán de mí, termino con un hermoso tatuaje o con el pelo teñido a la última moda: rojizo, de colorines, con mechas...

Te deseo un buen día.

jueves, 3 de enero de 2008

Tamadaba



Hola a todos. En la calle Doctor Déniz, en la Plazuela, hay una casa o caserón cerrada desde hace bastantes años que me recuerda mi época de aprendiz. El contrato de aprendizaje era la forma de contratación laboral para los chicos que nos iniciábamos en el trabajo y tenía dos modalidades, de 14 a 16 años y de 16 a 18. Pues bien en esta casa que aun se conserva tenía su sede, supongo, el Frente de Juventudes y a ella acudíamos un grupo de trabajadores porque en tal época existía la obligación de asistir los aprendices -y las empresas dar el oportuno permiso- a clases del Espíritu Nacional. Estoy hablando de años de la Dictadura y era normal el hacerlo.


Pues bien de estos años recuerdo mi primera visita a Tamadaba, pinar privilegiado situado en el noroeste de Gran Canaria, una de las mayores alturas de la isla, y con magníficas vistas sobre el valle de Agaete y la isla cercana de Tenerife. No sé en que mes me llevaron (supongo que en mayo o junio) pero sí recuerdo el como. Fuimos en un camión, seguramente del ejército, con su parte trasera, todo lo que no era la cabina, abierta, y unas tablas colocadas de lado a lado como asientos sin respaldos. Tampoco sé como se portaron mis posaderas y mi espalda pero es fácil imaginar que no terminarían en muy buenas condiciones, habida cuenta de lo lejos que está el pinar de la Capital con las tres mil vueltas en carretera que había para llegar a él. También recuerdo que llevaba un pullover sin mangas a cuadros y camisa de manga corta con lo que el frío se me iría haciendo notar según íbamos subiendo.



De todas maneras aquel frío, si lo tuve, no fue nada comparado con el que pasé hace unos pocos años en un campamento en el mes de febrero. Campamento de "padres" en un grupo scout, en el que después de los actos tradicionales con el "fuego de campamento", canciones, etc. de los chicos, los padres quedamos con un asadero acompañado por guitarras y timples. El problema vino para mí ya de madrugada. Resulta que no iba preparado con ropa térmica ni saco de dormir ni nada, y se me fue pegando un frío de todos los demonios con el que parecía que me iba a dar el telele. Ello ocurrió en la noche del sábado para el domingo, y no desgraciadamente para amanecer el lunes, en que una capa blanca adornaba la cumbre central de la isla lo que nos impidió de gozar en directo de una hermosa nevada que había caído.

Fotos obtenidas en Fedac

Te deseo un buen día.

martes, 1 de enero de 2008

Flor de Pascua


Hola a todos. Mientras me entretengo con el ordenador en casa veo sobre una mesa junto a las figuras del Misterio de Navidad una flor de Pascua. Su color rojo vivo entremezclado con el verde de las hojas dan una nota de color contra el claro de las cortinas. Es una flor llamada a desaparecer casi cuando termine estas fiestas pues parece que las plantan para que dure poco. Es una flor sencilla y nos acompaña, tanto en casa como en plazas y rotondas en cuanto diciembre se asoma al almanaque. En este año recién estrenado, dentro de once meses, volveremos a repetir la tradición y nos haremos con este bonito símbolo navideño que, al contrario que el Árbol de Navidad, no necesita de bolas ni de guirnaldas ni de luces para ser bello.


Otro tanto ocurre con decenas de flores que podemos ver a diario paseando -pateando- la ciudad. Son en su mayoría flores humildes a las que casi no prestamos atención pero que, en un gesto de agradecimiento a la vida, nos deleita con multitud de formas y colores. El ir en coche y con la preocupación de llegar no nos deja tiempo para ver las cosas sencillas: la flor, la luz, las nubes... Otra cosa es ir sin prisas caminando y deteniéndose allá donde nos parece. Es una de las grandes ventajas del desocupado que permite admirar viendo y no pasando de largo.


Está bien querer a las flores con el renombre de la rosa, de la hortensia, del jacinto. En las floristerías podemos encontrar cuantas queramos para hacer preciosos ramos que nos alegren la vivienda. Pero las florecillas, esas que nombro y que no tienen nombre al parecer, son las que a mí más me alegran. Y en nuestra ciudad, y en Gran Canaria toda, podemos encontrarla con poco que miremos a la Naturaleza con amor.


Te deseo un buen día.