Hola a todos.
Tengo para mí que algunos políticos, no todos por fortuna, son cachondos. Si atendemos a las noticias que nos llegan y a lo que se deduce de los acuerdos que adoptan, no puede uno dejar de pensar que actúan, a veces, como si el pueblo soberano les importara un pimiento. Veamos un ejemplo cercano. El Parlamento de Canarias aprobó hace pocos días el nuevo catálogo canario de especies protegidas, ¡con el que deja sin protección especies hasta entonces protegidas! Perdonen el trabalengua. ¿Y para qué? Para no perder una importante operación económica con la construcción del muelle de Granadilla de Abona en Tenerife. Se va por tanto al garete los recursos presentados por grupos ecologistas que habían conseguido que instancias superiores paralizaran la construcción. Imagina uno que es fácil legislar. Si pegamos la nariz a un drago centenario -es un suponer- y éste no nos deja ver el bosque, y si el drago es especie protegida, ¡ya está: queda desprotegido el drago! ¿Qué es una especie única que debiéramos conservar? ¡Qué importa! Lo primero es lo primero y a las plantas, y a las algas, y a los sebadales... que les den.
Te deseo un buen día.
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