miércoles, 14 de mayo de 2008

Mayo florido

Hola a todos. Teníamos en Las Palmas la bonita costumbre de engalanar las fachadas de las casas al llegar el mes de mayo con una cruz de flores, seguramente, porque el día tres de este mes se celebra la Exaltación de la Santa Cruz y era la forma en que el pueblo le rendía homenaje. Esta costumbre, como otras, con el paso de los años ha ido desapareciendo y no sé si, en algún barrio o en los campos, alguna hacendosa ama de casa conserva la tradición. Las cruces no eran grandes y con unas pocas flores, siemprevivas, lluvias, geranios, quedaban preciosas; flores que teníamos en los patios o azoteas, mimadas por nosotros mismos, humildes y hogareñas.


Mayo es el mes de las flores, y a pesar de que el tiempo parece estar medio loco con tanto cambio que le achacan, la primavera deja sentir sus quereres y brotan de los capullos los sépalos y pétalos de cientos de colores. Basta dar una vuelta por las calles con jardines o ir a los parques debidamente cuidados. En los de Doramas, Santa Catalina y en el del Castillo de la Luz, las rosaledas destacan por su intensidad de vivos colores y cada rosa se afana por ser la más bonita. Si vas con detenimiento y además llevas la cámara de fotos puedes encontrarte con no saber a cual de ellas retratar o mirar.


En racimos o solitaria, en parejas o en grupos de flor hecha y de capullo a punto de reventar, la rosa es la reina de las flores pero no es la única cautivadora. Las calas y las azucenas, los claveles, las margaritas, las espinas del Señor, la bandera española, todas, juegan con mil colores, de blanco unas, de rojo o amarillo otras, de dos o más colores variados éstas, de granate aquéllas.





Ayer, festividad de Fátima, estuve en una iglesia que tenía jarrones de azucenas y calas en el altar mayor y junto a la Virgen. Hermosos ramos, para honrar a Dios y a su Madre, que destacaban entre los cirios y las luces encendidas, acompañaban a los rezos de los fieles.


También las floristerías lucen con fuerza en estos días; lirios, gerveras, orquídeas, sterlizias, anturios, rosas, claveles... Todo un conjunto de ramos luciendo a la espera de quien quiera llevarlas a casa. La pena, es que para adornar nuestras viviendas haya que cortarlas, pero así son las cosas; creo que fue a Valle Inclán a quien preguntaron en una ocasión si no le gustaba las flores, pues no veían ninguna en su casa; respondió el escritor más o menos así: "Si, me gustan mucho al igual que los niños; pero a éstos tampoco les corto la cabeza..."


Te deseo un buen día.

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