miércoles, 4 de junio de 2008

Lanzarote 4 - Virgen de los Volcanes

Hola a todos. Hay buena química entre los componentes del Club de Mayores 'El Refugio', todos ya en la tercera primavera, y ello se pone de manifiesto en el trato amable de unos para con los otros, en las sonrisas al saludar y en la deferencia a los más mayores. Pero en la víspera del regreso, cuando volvíamos de la excursión de la mañana, se desató en la guagua un momento de jolgorio. Todo fue que Paco, del Agua de Firgas, recordó unos chistes picantones como la pimienta de la... y la risa salía a carcajadas llegando desde la punta de atrás de la guagua hasta el asiento de Juan Cruz que era nuestro chófer. Y además de los chistes media docena de acertijos a cual más complicado, en una pugna entre Paco y Sergio. Y luego Paco nos dice que tiene una página web con nombre 'paquitoculitoreonditopuntocom', pero que no se acuerda en donde se pone la arroba, así que no podemos entrar en su página para leer más de sus chistes.

Claro, que veníamos de visitar el Monumento al Campesino. Yo había visto en fotografías y al natural esta escultura creada por César Manrique que se alza en un punto de la carretera, con unas pequeñas casitas detrás, pero lo que no imaginaba era la preciosidad de restaurante que se esconde debajo de las casas. Aprovechando las burbujas volcánicas se ha habilitado un amplio espacio, otra vez blanco y negro jugando a compartir suelos, paredes y techos, con la luz de Lanzarote iluminando el recinto donde helechos, capalareina y otras plantas aportaban el verde del contrapunto perfecto. En una galería, volcánica por supuesto, aprovechando oquedades, se ven expuestas piezas de alfarería. En la puerta del restaurante un bien aprovechado rincón luce con una pila llena de agua con culantrillo de un verde brillante, y las gotas del agua van cayendo en el vaso de aluminio colocado sobre la talla; y completa el cuadro un lebrillo en el piso inferior del mueble. Ya dentro, en un pequeño mostrador se degusta el exquisito vino conejero, y atrás en unas habitaciones habilitadas al efecto se pueden adquirir botellas del mejor vino de Lanzarote y artesanía para el recuerdo. No es extraño por tanto, que nuestros Paco y Sergio, animaran luego el cotarro en la guagua.



Habíamos estado anteriormente en Tinajo, parte seca y quizás más pobre de la isla, donde se encuentra el club de deportes La Santa Sport, que visitamos, y desde donde puede verse el archipiélago Chinijo. Luego, de regreso, estuvimos en la iglesia de la Virgen de los Dolores o Virgen de los Volcanes. Se dice como cierto que cuando la erupción de 1736 la lava amenazaba el pueblo y llevaron la imagen de la Virgen pidiendo su intercesión. El magma paró en su recorrido y en ese punto se construyó una ermita, hoy la iglesia, que junto con una cruz recuerdan el milagro. Es por ello que los lanzaroteños la tienen como su bendita Patrona.

Terminamos al mediodía en Teguise, en el restaurante Acatife que está en una casa señorial, como señorial es esta Villa. Techo alto con vigas y cubierta de madera, de tea seguramente, un pequeño patio con un mostrador y plantas, y algo así como una docena de cuadros, de arena volcánica la mayoría, de Manolo Perdomo, en las blancas paredes. En una vitrina una fotografía de los Príncipes de Asturia, don Felipe y doña Leticia, rodeados del personal del restaurante deja constancia de su visita. Los entremeses, la comida, y el vino, tinto de Castilla o Malvasía blanco de Lanzarote, nos hace brindar, y al final una gentil señorita que nos había atendido en las mesas nos obsequia frutas: plátanos, naranjas, manzanas, en una cereta que portaba en sus manos.

Te deseo un buen día.



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