Recordé entonces las veces que he visitado, pocas para mi gusto, estas tierras. En Zaragoza he estado dos o tres veces y recuerdo sobre todo la primera. Me llevaron en una de esas excursiones organizadas -la primera que hacía a Península- a esta ciudad, con visita a la Basilica del Pilar y a su plaza, y a la iglesia de la Seo que está justo al lado de la Basílica que según recuerdo era muy antigua. Estuvimos mi mujer y yo dentro de la Basílica admirándola y arrodillándonos ante la Pilarica, patrona de España, y nos mostraron cerca de la puerta principal una bomba caída en la guerra civil sin producir daños por intervención divina, nos dijeron, a esta preciosa catedral. Recuerdo de otro viaje, viniendo desde Teruel y por la tarde, el aspecto precioso de la Basílica con el sol dando en sus cúpulas que brillaban no sé si porque tienen algún material como azulejos o por alguna otra causa. Yendo por la autopista desde Tarragona veiamos a lo lejos unas montañas con el color muy obscuro casi negro. "Los Montes Negros" pensé en voz alta y el guía me corrigió diciendo "No, son los Monegros" y efectivamente era este paraje desértico que vimos desde la guagua y donde ahora parece existir el proyecto de hacer una ciudad turística y de ocio tipo Las Vegas. Pero lo más grandioso para mí fue el encontrarme con el río Ebro. Era Semana Santa y pasaba con mucha agua lo que era un espectáculo grandioso para un isleño sediento como yo.
Río Ebro
En Teruel estuvimos en otro viaje desde Cuenca. Nos llevaron a Albarracín ciudad con calles muy empinadas donde todo es cuesta y en un restaurante de la localidad nos sirvieron de almuerzo un plato típico que son las migas. Migas de pan que según leo "son preparadas y comidas a las cinco de la mañana, antes de la salida del sol y con una fresca de mil demonios"; es un plato que puede llevar muchos "ingredientes y condimentos: algunas veces chorizo, otras tocino, otras los mismos riñones troceados, jamón, huevo, uvas... En fin un arco iris de sabores y aromas", como que era comida para el "pastor de tez morena, surcada por arrugas que marcan el trayecto de toda su vida al cocinarlas". Ya en la capital nos llevaron a ver la estatua de los Amantes de Teruel, Isabel y Juan Diego, muertos por amor y cuyas momias se conservan supuestamente en la iglesia de San Pedro, y también a ver la catedral y otros edificios de estilo mudéjar.
Cascada Cola de Caballo en Ordesa
P.S. Lo entrecomillado copiado del libro "Guia de los platos tradicionales de España" de Rodrigo Mestre.
Te deseo un buen día.
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