viernes, 24 de enero de 2014

En el Sur

Hola a todos.
En el Sur de la Isla los barrancos son distintos. Son como una piel arrugada y seca. Los arbustos y matorrales parecen vivir de prestado. La falta de agua, el exceso de sol, resquebraja las piedras que terminan siendo cantos rodados -teniques, callaos- en el fondo del barranco. En medio de las grietas crecen beroles y tabaibas. Las palmeras se enseñorean del paisaje y el silencio es inmenso. Y cuando la lluvia llega después de años de sequía los barrancos escupen con fuerza las aguas achocolatadas al mar si antes éstas no encuentran presas amorosas que las recojan en sus senos.

En uno de los barrancos, cercano a la internacional playa de Maspalomas, el Hombre ha unido su bien hacer a lo hecho por la Naturaleza y ha logrado unir las plantas autóctonas con otras traídas de diferentes lugares. El resultado es un vergel que bien merece una visita. Me refiero a los Palmitos Park, oasis impensable hace años en estos secarrales (como amablemente alguien de la vecina isla dice con hiel que somos en ésta). Pero los Palmitos Park es algo más que flora. Es también fauna. Y si la fauna del lugar es pobre en especies la fauna del parque es amplia porque han conseguido un estupendo zoo con animales diversos e interesantes y muchos de ellos de gran vistosidad.

Así tenemos las coloridas mariposas y los dulces delfines; el mono y el orangután, acróbatas; los papagayos, personajes de circo; las aves rapaces; los flamencos de bellos colores; los perros del desierto, pequeños iconos colocados en fila de cara al sol de la tarde; unos marsupiales primos hermanos de los canguros... y en una galería perfectamente preparada, a ambos lados, cientos de peces de mar y de agua dulce de formas y colores insospechados.

No lo dudes, si estás en Gran Canaria acude a este sitio para disfrutar de él. Si no, cuando vengas, tenlo presente en las preferencias que traigas en tu agenda de viaje: seguro que te gustará.














Te deseo un buen día.

lunes, 20 de enero de 2014

Puesta de sol

El mar, frente al hotel, es un mar teatral y espléndido estos días de otoño.
Crepúsculo de oro, crepúsculo de grana y de azul infinito.
Alonso Quesada 
Insulario

Hola a todos.
Nos fuimos a Maspalomas. Nos fuimos al Sur de la isla, emporio de belleza y de sol que llama ardientemente a turistas blancos y helados del norte que no pueden resistirse de ninguna forma a su reclamo resplandeciente. Estuvimos en Maspalomas y allí gozamos, en un atardecer tibio del invierno grancanario, de una puesta de sol. El astro rey, después de haber regalado sus rayos reparadores sobre los cuerpos desnudos de los turistas blancos, sobre los cuerpos desnudos de las turistas sonrosadas, en la extensa playa de cuerpos desnudos, se disponía a descansar. Y mientras bajaba a entregar su redondo cuerpo en el horizonte marino, iba dejándonos estelas luminosas de color...











Te deseo un buen día.

jueves, 16 de enero de 2014

El Huerto de las Flores

Hola a todos.
Si no has estado en el Huerto de las Flores, te invito amigo, amiga, a visitarlo. Si has estado, entenderás que te inste a volver a él. Me entenderás si fuiste y gozaste de su esencia, de su tranquilidad, de su fresca benevolencia. Si no has estado cuando vayas por primera vez te encontrarás con un sitio encantador que puede te parezca más bien un sitio encantado. Si vives en Gran Canaria, lector amigo, sabrás que este Huerto precioso lo tenemos nosotros aquí al ladito , en Agaete, el divertido pueblo norteño, mitad marinero y mitad agrícola, que con La Rama -celebración mundana y religiosa a la vez- festeja cada 4 de agosto a su patrona la Virgen de las Nieves, con la bajada de las ramas desde la arbolada Tamadaba hasta el mar al son de la música y del baile incansable de los 'papahuevos'.

Hemos vuelto hoy al Huerto. Hemos aprovechado una excursión con los compañeros de Universidad que habíamos programado para visitar los cafetales del Valle. (Cafetales que por sí mismo merecen otra entrada en este blog nuestro). Y no quisimos perder la oportunidad de disfrutar nuevamente de la sensación agradable de pasear por los senderos del huerto bajo la copa de árboles diversos. Nos cuentan que el huerto (de reducidas dimensiones que formaba parte de una finca mayor) es el resultado del amor de su antiguo dueño, señor José de Armas, que quiso tener un hueco en el que cultivar flores -de ahí su nombre- y en el que poco a poco fue plantando semillas y esquejes de árboles traídos desde lejanos y variados sitios por familiares y amigos que iban aquí y allá de viaje.

No solo se cultivaron lindas flores naturales en el Huerto. Otras flores, nacidas de poetas isleños (Tomás Morales, Saulo Torón y Alonso Quesada) fueron cultivadas y mimadas en el frescor y entre las sombras de los árboles en paseos silenciosos o en animados encuentros entre ellos, -juegos florales- con el beneplácito y participación del señor de Armas.

Por ello, amigo, amiga, te invito a visitar el Huerto de las Flores. Me lo agradecerás, sin duda alguna.












Te deseo un buen día.