viernes, 29 de febrero de 2008

Propaganda electoral


Hola a todos. Si una imagen vale más que mil palabras, una viñeta vale más que mil imágenes. Al menos es lo que vale la que hace unos días apareció en Canarias7 firmada por J.Morgan. ¡Vaya con este señor que ha penetrado en mi cabeza y me ha copiado el pensamiento! Coincido plenamente tanto en que la campaña electoral dura cuatro años, en que tienen quince días para comernos el 'coco', como en que tardan tres años para quitar los carteles de las farolas. Y está bien que puntualice porque otros carteles no los quita ni el viento ni el sol ni el agua y tenemos que tragarnoslos a perpetuidad. Bueno, tampoco es para estar en contra de la costumbre porque de verdad que las fotografías de candidatas y candidatos ayudan a levantar la moral, tan arregladitos y arregladitas, tan guapos y guapas, y tan sonrientes, que yo, que soy mal pensado, llego a creer que cuando se hacen la foto tienen un único pensamiento: "Vótame, que si salgo elegido me garantizo el sueldo los próximos cuatro añitos".


En otros tiempos, cuando la Democracia era un sueño, no habían elecciones, o casi. Estaban las elecciones de representantes en el llamado Sindicato Vertical (sindicato donde convivían patronos y trabajadores juntitos), y hasta hubieron otras elecciones que no puedo precisar si eran para el Ayuntamiento. Esta representación se hacía por tercios: tercio familiar, tercio sindical, y tercio de no se qué. Se votaba sólo para el tercio familiar y los demás representantes se cubrían a dedo. Recuerdo el eslogan de un candidato que decía: "Armando Molina va sólo", y a saber qué quería decir con este mensaje. Más o menos lo que ocurre en la actualidad donde los candidatos, siguiendo las consignas de sus partidos se supone, nos endilgan unas frases tratando de llevar nuestro voto a su huerto o a nosotros, como ovejas, a su redil.
¿Cumplen los candidatos honradamente lo que prometen? ¿Prometen los partidos con la verdad lo que piensan hacer? Difícil es saberlo pero más vale Democracia en mano que Dictadura volando. Que cada cual vote tratando de no equivocarse y que la suerte nos acompañe en la elección.
Te deseo un buen día.

jueves, 28 de febrero de 2008

Pirsi

Hola a todos. El día de Ntra. Sra. del Pino celebraba su santo y a su casa acudíamos a felicitarla y a gozar de su compañía y de su charla. Tenía la risa fácil, alegre y en su conversación no tenía sitio las malas noticias, las habladurías sin sentido, ni la queja aunque fuese justificada. Así nunca sabíamos de sus pesares, si es que los tenía, y sí de su permanente deseo de vivir. Mujer trabajadora quedó huérfana muy joven y a su cargo dos hermanos, hombre y mujer, a los que tuvo de asistir amorosamente como si fuese la madre perdida. Eran tiempos difíciles y seguramente pasaron lo suyo para salir adelante como otras tantas familias de aquel entonces.



La empezamos a llamar Pirsi no sé bien por qué ya que este nombre no es diminutivo de Pino, ni en su familia, que desde hace muchos años es la mía, hay antecedentes alguno. La conocí cuando hice amistad y luego noviazgo con mi mujer y de eso hace ya muchos años. Siempre me recibió junto a su marido y su hija con el cariño con el que se acoge a un hijo y recuerdo perfectamente cuando les dimos la noticia de la espera del primer bebé que nos venía en camino, la alegría inmensa que resplandeció en sus caras. La misma simpatía, el mismo amor, igual acogimiento para todos los demás sobrinos y para todos los hijos y nietos de los sobrinos que somos muchos. Fiel a las promesas del matrimonio éste fue roto con la muerte de la persona amada, tío Juan. Desde entonces vivió rodeada del cariño de su hija, yerno y nietos a los que adolatraba.



Era como una agenda viviente porque tenía especial predisposición para recordar cuanta fecha de nacimiento, de onomástica, de bautizo o de boda hubiera habido en la familia y en las amistades. No faltaba su llamada telefónica felicitando en estos días señalados, ufanándose de forma sencilla, como niña cogida en falta, por su buena memoria. Le gustaba hacer versos sencillos que iba escribiendo en hojas sueltas o en aquellos cuadernos que a veces le regalábamos, hasta que un problema en la vista le impidió seguir con este su pasatiempo preferido. Igual le ocurrió con la lectura y con el disfrute de la televisión pero no faltaba nunca, mientras pudo, a los acontecimientos familiares. No pudo disfrutar como hubiera querido viendo a su biznieta pero se alegraba al oir hablar de ella cuando postrada en cama de hospital, con los ojos cerrados, nos reconocía por el sonido de la voz y agradecía nuestras visitas.

Falleció ya con 90 años cumplidos tras una vida plena y voló su alma al Hacedor a quien cantó con estos sus humildes y sentidos versos:

Al Santo Cristo de Telde,
lo ví cuando era pequeña,
por Él no pasan los años,
porque yo lo sigo viendo
del mismísimo tamaño.

Te deseo un buen día.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Violencia

Hola a todos. Hoy tengo un mal día y la culpa la tiene la noticias de la radio. No, mejor dicho, una sóla noticia oída en RNE. Mira que trato de no dejarme impresionar por nada y de hecho llevo algún tiempo sin oir los telediarios ni hacer caso de las tertulias políticas. Pero me cogió a primera hora y me ha puesto de mal humor. La noticia es así de simple y así de trágica: en el día de ayer murieron en España víctimas de la violencia cuatro mujeres. ¡Qué de manifestaciones si fueran víctimas del terrorismo! Violencia de género la llaman. Terrible y cruel violencia de seres locos o enfermos, o las dos cosas a la vez, que ejercen sus malos instintos sobre seres más debiles. Una retahíla de sucesos que sirven sólo para engrosar las estadísticas, y mientras las sociedades que la padecemos estamos como inermes ante ellos. De poco han servido leyes especiales porque siguen llegando estas demostraciones de crueldad, aunque quiero creer que en otros casos sí han servido de algo. ¡Ojalá esta plaga desaparezca y no volvamos más a oir hablar de ella!


Ni punto de comparación lo que voy a comentar con la situación actual, aunque sí tiene algo que ver porque eran las mujeres y los niños los perjudicados. Me refiero a que en mi juventud podía verse por las calles, de camino de los cafetines a sus casas, a muchos borrachos. O a pocos y parecían muchos, no sé. Borrachos que luego pegaban o insultaban a sus mujeres. Lo cierto es que a falta de otras perspectivas, viviendo quizás sin ilusión, habiendo tomado seguramente parte en la guerra civil, con poco sueldo y una familia que alimentar, ¿qué se yo de motivaciones o de causas hacía que muchos hombres pasaran horas y horas en el mostrador del bar para salir como una cuba?


En estos tiempos existen los botellones y las Autoridades están pendientes del fenónemo. Igualmente se combate por todos los frentes contra el tabaquismo hasta el punto de terminar pareciendo unos apestados los que fuman. En aquel entonces la que intentaba solucionar problemas concretos de adicción al alcohol era la asociación Alcohólicos Anónimos que a través de charlas y reuniones, donde cada uno para empezar se reconocía en público como alcohólico. Quizás hoy en día debieramos tener en cada Comunidad Autónoma una Asociación de Maltratadores Anónimos (en Valencia hay algo parecido) en donde a estos posibles asesinos le llegara la voz de la cordura cuando estén a tiempo de no cometer un asesinato.

Te deseo un buen día.

martes, 26 de febrero de 2008

Un libro: Memorias de un noventón.

"Se puede matar al soñador, pero no al sueño"

Abertany, David
Colaborador de Martin Luther King

Hola a todos. Permiteme que puntualice: a) Domingo José Navarro autor de "Memorias de un noventón" además de periodista era médico. Si te interesa su biografía puedes pinchar aquí. b) La primera lectura del libro es algo lenta por la cantidad de notas marginales que lo enriquece y complementa; la segunda es más amena y rápida. c) Fui a comprar este libro, para mí joya que debiéramos regalar a nuestros hijos, y en la librería del Cabildo me dijeron que la edición está agotada. Puede descargarse en la red desde la biografía antes citada.

Dicho lo dicho, que diría don Manuel Fraga, trataré de hacer un breve resumen de lo que para mí ha sido la obra. Opino que con la introducción de Francisco Morales Padrón que nos sitúa en la ciudad que da pie a las Memorias a principios del siglo XIX, hacia el año 1800, y las notas ya mencionadas de Eduardo Benitez Inglot, no hay miedo de perderse en la lectura.

Nos presenta el doctor Navarro en el primer capítulo de su libro una ciudad totalmente aislada sin carreteras ni caminos aceptables hacia el interior de la isla, con sólo unas veredas practicables para caballos o burros; ni siquiera una carretera que la uniera con el puerto, en donde sólo había una ermita de la Virgen y unas pocas chozas de pescadores y alguna casa o almacén más, siendo todo lo demás arena que llegaba prácticamente hasta Triana; sin comunicación con el exterior, donde el vigía de la Isleta podía estar meses y más meses sin avisar de la llegada de un buque nacional con el escaso correo; con fango e inmundicias, sin aceras, ni calles con nombres, ni casas numeradas; con obscuridad en las noches pues no tenían ni siquiera luz de petróleo en las calles... La calle de Triana, nuestra calle Mayor, era un conjunto de casas de pescadores y el Parque de San Telmo actual, un estercolero. Los habitantes de esta ciudad, que con tan negras tintas nos es dibujada, son tristes e indolentes y no se preocupan ni de su pasado ni de su futuro y solamente las fiestas de Navidad, Carnavales, Semana Santa, Corpus y alguna otra les hacían salir de su letargo. Granujas y borrachos; seis lúgubres monasterios y abundancia de clérigos y frailes completan el cuadro que de estos años nos presenta nuestro doctor.

Nos dice en la introducción al libro Morales Padrón que "sin duda Navarro, casi sin proponérselo, siente la necesidad de resaltar su momento y recurre para ello al subrayado del atraso y penurias de la capital a principios del XIX. Contrapone una y otra ciudad". Y esto es así porque poco a poco en los restantes capítulos nos va cambiando de cuadros hasta terminar con el que el buen médico nos muestra hacia 1883 en el que la ciudad despega con las obras de construcción del puerto de refugio. En estos veinte y tantos apartados va desgranando de su memoria hechos y costumbres del siglo que le tocó vivir. Así nos enteramos de las epidemias de fiebre amarilla y de cólera que diezmó a la población; de la plaga de langostas que arrasó con todo lo verde y del hambre que vino después; de costumbres de medicina y de curanderos y brujas; de la instrucción pública y de como se consiguió la enseñanza secundaria con la oposición de Tenerife. Nos habla de la indumentaria, de la folía y de la alimentación. (En la Notas aparece "la receta del puchero" escrita en verso por un poeta isleño digna de leída). Nos enteramos de cuando empezó el pleito insular -ya viejo según se puede ver- y de la creación del Gabinete Literario y de la construcción del Puerto de la Luz por el Ingeniero León y Castillo...



Foto de la Fedac


Creo que para terminar puedo insertar algo de la Conclusión de nuestro cronista: "La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria ... apareció como naciente oruga que había de crecer con precaria lentitud, para dormir después dilatados años convertida en inactiva crisálida. Hoy es una espléndida mariposa que llena de vida se eleva luciendo sus brillantes galas y su exhuberante energía".

¿Qué diría hoy don Domingo J. Navarro de su ciudad en este comienzo del siglo XXI?.

Te deseo un buen día.

lunes, 25 de febrero de 2008

Nuevos barrios

Otra sonrisa.

Dos novios de los de antes sentados en el recibidor de la casa de ella.
En el suelo a su lado medio dormita un perrito.

Al muchacho, con los 'muelles' un poco flojos , se le escapa un peillo.
Ella con voz melifua y alargando la palabra dice: "¡Chuuucho!"

Él pensaba: "Menos mal que le echa la culpa al pobre perro, que si no".

Al rato, otro peillo.
Ella nuevamente "¡Chuuucho!"

A la quinta o sexta vez ella exclama:

"¡Chuuucho quitate di'ahi que ese hombre te asfixia!"


Hola a todos. En los años 40 y 50 del pasado siglo alguien se dió cuenta que Las Palmas podía crecer por los terrenos situados por arriba de sus riscos y de ahí nacieron los barrios que luego serían conocido en conjunto como Ciudad Alta. Primero fueron las casas baratas bajo el mando económico del general García Escámez en Schamann con algunas casas diseminadas de particulares. Luego las de tres y de cuatro pisos, otro grupo de casas terreras, y muchas más construidas por los propietarios en los terrenos parcelados. En estos tiempos a nadie se le pudo ocurrir que el coche llegaría a ser algo de uso común pasado los años y por ello no se habilitaron calles amplias ni mucho menos plazas de aparcamiento. Paralelamente se construyó en el barrio de Escaleritas aunque aquí las casas de particulares vinieron mucho más tarde y además muchas de ellas en edificios altos como lo son el América, Virgen del Pino o Pegaso. Ambos barrios estaban separados por el Barranquillo de Don Zoilo hasta que las Chumberas finalmente los unió.

Desde mi casa en Schamann y en donde hoy están el Parque de las Rehoyas y las casas de los alrededores podíamos ver un terreno partido en dos por la carretera del Norte que subía desde Mata e iba a perderse por la Paterna hacia la recta de los Tarahales. En un lado un barranquillo que en tiempos de lluvía bajaba con agua porque aún estaba al descubierto. Junto a la carretera casas y chabolas. De éstas guardo un tétrico recuerdo de cuando una ardió totalmente y ví sacar los cuerpos calcinados de dos niños de su interior. Dios los tiene, seguro, en su Gloria. De las plantaciones de entonces quedan sólo unos árboles en Los Ruiseñores, la casa de los Betancores más arriba y algunas casas terreras de la antigua carretera. Se salvó de la construcción el terreno del parque porque estuvo ocupado por los militares, que si no... Y de la cruz de piedra que había en la loma de enfrente sólo queda el nombre en un polígono del llano. Arriba, a la derecha, el Lomo Apolinario completaba el cuadro.



Me pregunto como teniendo tanto terreno para construir se hicieron casas tan pequeñas; el hecho es que se construyeron casas de pisos en las laderas de lo que se llamaría primero los Arapiles y luego las Rehoyas. Arapiles era el nombre de la calle principal, partida en dos a lo largo y con dos niveles, que luego se arregló dejando a los primeros pisos medio enterrados. Como Arapiles era el nombre de otra calle en Guanarteme, de ahí el cambio a Santa Luisa de Marillac.

Otras casas que se hicieron en estos tiempos fueron las Ultrabaratas al final de Pedro Infinito. Eran casas pequeñitas, como de muñecas, sólo que en sus minúsculos dormitorios pusieron camas de piedra. En una de ellas vivía mi amigo Jerónimo, chaval con ánimo de superación, que leía cuanto le caía en mano a la luz de las velas por falta de luz eléctrica. Algunas de estas casas, no todas, estaban en el interior de un recinto, como los fuertes de las películas de indios y vaqueros lo que aún hacía de ellas parecer más un apartheid.

Recientemente y con otras miras la ciudad ha seguido creciendo y como siga así días vendrán en que la Basílica del Pino y la 'Catedral' de Arucas sean parroquias de barrio de una enorme capital, que como Saturno termine comiendose a sus hijos los pueblos, que sólo redundará en provecho de psiquiatras y psicólogos. De momento ya vemos que Tamaraceite, y casi San Lorenzo, han sido engullidos y los nuevos barrios de Siete Palmas, Hoya Andrea, Lomo los Frailes y Los Giles, y otras innumerables casas por la zona de Las Torres ocupan terrenos y más terrenos, eso sí con una nueva concepción del urbanismo con amplias avenidas y viviendas más o menos en condiciones. Y gracias a la bondad de alguien que ha cedido los terrenos necesarios para hacer el gran parque de la Mayodormía por estas zonas veremos algo de verde.



Le auguro a la isla un final donde las casas lleguen hasta el mismo pie del Roque Nublo, y en lo alto de este altar un coche al que los isleños acudan a reverenciar como dios indiscutible. ¡Exagerao que es uno!

Te deseo un buen día

sábado, 23 de febrero de 2008

Arqueología en Gran Canaria

Un chiste, una sonrisa.

El sargento: se llama cartucho
El recluta: carchuto.
El sargento: ¡cartucho!
El recluta: carchuto.
El sargento: ¡ cartucho !

Al cabo de dos horas: Mi capitán, el recluta ya sabe decir ¡carchuto!.




Hola a todos. Quedé el otro día en comentarte algo sobre el museo etnográfico que el Cabildo Insular de Gran Canaria ha construido y mantiene en perfecto estado en un pequeño edificio de una sola planta, bien diseñado y en armonía con el paisaje, donde está el Centro de Interpretación del Bentayga en la base de este Roque, símbolo, junto al Roque Nublo, de la isla. La casa, si así podemos llamarla, está semienterrada con el fondo a nivel de carretera y de un lugar de aparcamiento suficiente para una decena de coches. De la azotea sobresalen a modo de chimeneas tres claraboyas que permiten algo de luz natural al igual que unas ventanucas enrejadas desde las que pueden verse los almendros florecidos. Esta otra fachada da hacia un privilegiado paisaje con las montañas de la Aldea al fondo y donde los plásticos de los invernaderos semejan estanques llenos de agua a lo lejos, mientras que las montañas cercanas van cubriéndose por la neblina. No puedo asegurarlo pero quizá pueda verse también el mar. En un lateral y bajo una 'enlatada' un par de mesas y unas sillas invitan a tomar un refrigerio y a compartir en charla sosegada los sentimientos mientras la tarde declina. Justo en este punto comienza un camino que bordeando el Roque permite llegar no sé si hasta su cima porque el subir a ella está indicado para gente más joven que yo.

En el interior hay un museo arqueológico, bien que con pocas piezas, debidamente informadas, para que el visitante pueda hacerse una idea de los restos encontrados en estos barrancos de las cumbres centrales. En un mural se lee que "el Parque Arqueológico del Roque Bentayga se localiza en la zona centro de la isla de Gran Canaria, en una estribación montañosa que bordea la impresionante Caldera de Tejeda en su sector SW". También podemos leer que el primer cuidador del Museo Canario, Dr. Verneau, fue quién inició los trabajos de arqueología en estas cumbres en años en que la comunicación era bien difícil por falta de carreteras y vehículos. Habrá que imaginarse al buen doctor y a sus ayudantes a lomos de cabalgaduras bajo el sol sofocante o el frío intenso de las cumbres. Gracias al tesón de estas gentes podemos ver ahora vasijas, ídolos y pintaderas y piedras utilizadas como herramientas por nuestros antepasados. Hay un ídolo en madera encontrado en las cercanías de Juan Grande pero la mayor parte es de la zona en que nos encontramos. Se complementa como ya he dicho con información e incluso hay una reproducción del Bentayga.


Al leer la referencia al Dr. Verneau y al Museo Canario pensé en hacer una visita a esta Institución, visita postergada siempre por vagancia, y al museo me fui ayer por la mañana. Esto ya es otra historia que merece más visitas y algo de informacción para poder escribir de forma coherente y no divagar demasiado.


Te deseo un buen día.

jueves, 21 de febrero de 2008

Lo que vale un huevo frito

Plaza de don Benito en Schamann con el 'Muro de la Vergüenza'

Hola a todos. A veces coincido con Paco López que es un inmejorable amigo que siempre que nos vemos me saluda con mucho afecto. Me llama en broma Ángel Pérez y Camacho y no sé yo de donde saca estos dos apellidos que nada tienen que ver con los míos. Estuvo en los Salesianos conmigo y allí aprendió el oficio de sastrería que ejerció durante muchos años hasta su jubilación, primero en la calle Alceste y luego en el 'Muro de la Vergüenza' en Schamann. Debe tener unos diez años más que yo y en el colegio tuvo para mí como una especie de tutoría porque diez años de diferencia en edad temprana son muchos años; tocaba él la trompeta cuando yo tocaba el saxofón en la banda de música del colegio. Pasado los años, en mis tiempos de oficinista, fue mi sastre y a él acudía para que me hiciera, o me arreglara, pantalones y chaquetas, o me hiciera un 'terno' porque en esta época acostumbraba a vestir de guapo, y recuerdo que con cada nueva entrega me llevaba una corbata hasta hacer con ellas una pequeña colección que aún conservo.





El colegio de los Salesianos guarda muchos de mis recuerdos. Durante años fui monaguillo y ayudaba a la primera misa que oficiaba el entonces director del colegio, don Andrés Yun Encina, cuando sacerdote y monaguillos nos poníamos dando la espalda a los fieles y cuando con una campanilla, realmente cuatro pequeñas campanillas en una, se indicaba los distintos momentos de la celebración. Recuerdo el tañir de las campanas de la iglesia y a la Virgen Auxiliadora en su camerino del altar mayor. Al estar en misa cuando los demás alumnos desayunaban nos daba a los monaguillos la ocasión de desayunar con el rico café con leche y pan de los curas lo que era un privilegio. Hice mi primera comunión en el colegio el día del fundador San Juan Bosco. Para esta ocasión nos daban a mi hermano Pedro y a mí permiso para ir a casa pero, en este día festivo, había para almorzar ¡huevo frito! y yo, con el correspondiente enfado de mi hermano, preferí quedarme en el colegio.


En la planta alta haciendo esquina y a la izquierda del frontis del colegio estaba el dormitorio del director y en la otra esquina la enfermería. Alguna fiebre alta tuve en una ocasión que me tuvieron en la enferm
ería unos días y de ello me quedó el recuerdo de unas bolas grandes, como mundos, que pasaban dentro de mi cabeza chocando unas con otras, y vuelta a empezar. Me acuerdo de un com
pañero, Rafael, que se sentaba junto a mí en el pupitre y que por ayudarle con las matemáticas me daba leche condensada de los botes que a él le llevaban. Recuerdo al burro de Pancho que tiraba del carro en donde nos traían los víveres; y a las lentejas con piedras y a los garbanzos con 'carne' (pequeños gorgojos) que comíamos; y cuando nos ponían sal gorda porque la comida había quedado sin ella, y la molíamos para utilizarla para darle sabor al agualuisa del desayuno en los siguientes días.
Y recuerdo cuando ayudaba en la festividad de la Virgen a colgar de las columnas estandartes de colores y cuando hacíamos, como si de un belén se tratara, la Batalla de Lepanto, con un mar de cartulina y unos barquitos de papel, batalla en la que la cristiandad venció al turco. Y cuando para fin de curso nos poníamos en las escaleras de entrada al colegio y un señor con un artilugio en donde metía su cabeza en un paño negro nos sacaba la foto para el recuerdo. Y también me acuerdo ¿cómo no? del día en que recibí un tortazo de aúpa de un hermano salesiano por una falta que aún hoy sigo creyendo que no cometí. En fín cosas de colegio.


Te deseo un buen día.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Bartolito el del Molino


Hola a todos. Me gusta tratar de adivinar lo que se esconde en los nombres de las calles y plazas de nuestra capital y pueblos. Dejando a un lado los de los políticos y militares que en mi opinión no debiera estar en ninguna vía pública, por aquello de la mudanza, creo que los nombres pueden ser agrupados en dos grandes grupos. Por un lado el nombre de cosas y de animales o de lugares más o menos cercanos a nosotros; por otra parte los nombres de mujeres y hombres dignos de ser recordados por sus obras o por sus vidas. Tenemos en Las Palmas, y seguro que también en el interior, nombres sencillos de calles que con una sóla palabra son suficientemente evocadores como Clavel, Reloj, Pelota; otros son largos y pomposos que necesitan más de una línea en el sobre si quieres mandar un mensaje por correo. Hay zonas que tienen sus calles con nombres agrupados por temas, como el barrio de Schaman con las obras y personajes del prolífico don Benito Pérez Galdós, y Pérez Galdós tiene su calle en la zona de Triana pero en este caso no está dedicada al escritor sino a un tío suyo militar.



En esta misma parte de la ciudad y perpendicular a Triana tenemos la calle de Domingo J. Navarro que según tengo entendido era periodista. Ayer devolví en la Biblioteca el libro Tirma, que se puede leer como curiosidad pero nada más, y tomé prestado el que tiene como título "Recuerdos de un noventón", de este autor. Lo subtitula "Memorias de lo que fue la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria al principio del siglo y de los usos y costumbres de sus habitantes" Estoy seguro que voy a saborear lo que en 201 páginas me vaya mostrando la evolución de esta mi ciudad "que hacia 1800 apenas daba señales de existencia y que en el siglo llegó a los 30.000 habitantes y donde ya se disfruta de alumbrado completo de petróleo..." y me pregunto como en un libro con tan sólo una lámina, la de la portada, con la palabra escrita, podrá trasportarme no al siglo pasado sino al anterior.




Si hoy escribo de calles es por una razón sencilla. El domingo estuve en la ciudad de los Caballeros de Gáldar y vi un rótulo, de calle pequeña, en cuesta casi inexistente, estrecha, que decía: "Paseo de Bartolito el del Molino". En seguida me entró la curiosidad y me puse a pensar quién habría sido este señor para merecer el honor de tener su nombre y profesión en tal calle. Subimos, mi mujer y yo, y vemos que este pasaje está decorado sencillamente con un banco, una pared de poca altura encalada y con unas piedras destacando en el blanco de la cal, unas humildes plantas en un parterre, y dos ruedas de molino situadas en ángulo, contra la pared, y junto a éstas, a la altura de los ojos para que pueda leerse bien, una placa con una hermosa dedicatoria:

"A Bartolomé Molina Santiago - Bartolito el del Molino - Hombre bueno. Entregado a los vecinos necesitados. Su bondad queda perenne en la memoria de todos". Pienso en la suerte de Bartolito. No es recordado por grandes gestas ni por impresionantes descubrimientos ni por componer música maravilosa, sino por su bondad. Me lo imagino fornido pero no alto acostumbrado al peso de los sacos de millo y tostado como el gofio que sale de su molino, apuntando los 'fiaos' imposibles de cobrar en tiempos de penuria y poniendo buena cara siempre a todos, porque la bondad se manifiesta sin grandes aspavientos. "¡Piedras de su molino en abrazos de armonía despertaban el amanecer y arrullaban el dormir de las tardes de Palma de Rojas!" canta la placa. Seguro que a quienes le conocieron, si aún viven, les hará evocar esta calle la nostalgia por los tiempos pasados.


P.S. A la memoria de mis mayores nacidos en Gáldar y como agradecimiento a esta Ciudad por saber honrar a sus hijos.


Te deseo un buen día.

domingo, 17 de febrero de 2008

Cuestión de fe


Saldo 96


Canten al Señor un canto nuevo,
canten al Señor toda la tierra.

Canten y bendigan al Señor.
Su salvación proclamen diariamente.








Foto de la Fedac


Hola a todos. El día amanece soleado y desde casa puedo ver el Pico de Osorio por la zona de Teror que se destaca en el azul del cielo. Tenemos hoy excursión con la Peña la Vieja, asociación con ganas de hacer cosas en favor de asociados e invitados, y nos vamos por la zona norte de la isla. Estas excursiones terminan pareciéndose como una gota de agua a otra gota así que no te voy a dar la paliza de narrarte las pocas peripecias del día. Quizás destacar que desde Agaete se veía la isla de Tenerife con todo su esplendor, separado por el mar 'picado' y sin una nube en el horizonte. Imagen así no había visto antes y no la pude fotografiar porque no se hizo parada en el Puerto de las Nieves. Otra vez será, espero.

Más bien quería hablar hoy del sentimiento religioso, o folklórico-religioso, que anida en el fondo del ser humano y que con un trasfondo cultural aprendido de generación en generación nos hace ejecutar acciones colectivas o íntimas de muy diversa consideración. Así la pelea entre pueblos vecinos diciendo "mi Virgen es más importante que la tuya" o "mi Virgen es la patrona de...", encumbrando a una y poniendo en lugar inferior a otra como si las dos advocaciones marianas no hicieran referencia a la única Madre de Jesús.

Adoramos a la Virgen en la isla bajo variados nombres. La del Carmen, virgen marinera, la del Rosario en Vegueta, la de la Soledad de la Portería y la de los Dolores, la Virgen Auxiliadora de los cristianos... y en los pueblos del interior, con vocación arraigada en todos los grancanarios, están la Virgen de Guía y la Virgen del Pino en Teror, y con menos seguimiento quizá la de la Cuevita en Artenara, teniendo seguramente cada pueblo y cada pago su propia devoción pasada de padres a hijos.

La Virgen del Pino es la patrona de Gran Canaria y su fiesta se celebra en el mes de septiembre. En la víspera de su festividad miles de personas se desplazaban caminando hasta su Basílica en una romería religiosa y festiva en honor a la Madre y los caminos que conducen hasta Teror desde Las Palmas o Santa Brígida o Arucas y de tantos otros sitios veían pasar a jóvenes y menos jóvenes hacia el Santuario. Una costumbre -algo bárbara según se mire y que ignoro si se sigue practicando- era ir de rodillas desde la entrada de la iglesia hasta los pies de la Virgen en su trono. Actualmente la peregrinación sigue cada 7 y 8 de septiembre, pero el autómovil ha cambiado para bien o para mal costumbres y el 'Pino' no podía estar al margen de los cambios.

De forma colectiva también se manifiesta la fe y así, "cuando la sequía se prolongaba en el tiempo y la falta de agua rayaba la extrema necesidad, se recurría a la Virgen del Pino, que era trasladada desde Teror hasta la parroquia de la localidad afectada. Además de por la sequía, las peregrinaciones han tenido otras causas a lo largo de la historia de esta virgen". Tengo entendido que cuando la guerra civil y con motivo de embarcar los soldados de la isla hacia el frente 'bajó' la Virgen a Las Palmas. Yo sí puedo recordar dos ocasiones en que esta bajada se produjo. Una, reciente, cuando también trajeron al Cristo de Telde a la Catedral, no recuerdo con que motivo. La otra, anterior en el tiempo, fue cuando el Padre Peyton iba predicando el rezo del Santo Rosario por muchas partes del mundo bajo el lema: 'La familia que reza unida permanece unida'. En esta ocasión pasó la Virgen, ya en Las Palmas, por la carretera de Chile o de Las Torres, con un acompañamiento impresionante, y unos días más tarde se congregó una gran multitud frente al Hotel Santa Catalina para escuchar al predicador y rezar junto con él el rosario.

Ya para terminar mi largo 'rollo' de hoy te voy a contar cuando en mis tiempos de Joven de Acción Católica nos dió por organizar una peregrinación de la juventud a Teror. En mi grupo, en Schamann, se nos ocurrió cargar con una Cruz de madera, bastante grande y pesada, que había en la Iglesia de los Sagrados Corazones, turnándonos para llevarla. Lo que no consigo recordar es que fue lo que hicimos luego con ella.


P.S. Lo entrecomillado lo copié de la red. Si quieres leer más pincha aquí.


Te deseo un buen día.

viernes, 15 de febrero de 2008

No sé si atreverme

Hola a todos. Cuando intento escribir de un tema serio y como en este caso de un hombre tan importante como Alfredo Kraus me entra desasosiego. Porque ¿qué puedo aportar yo a la memoria de este grancanario universal que mis posibles lectores no conozcan? Siendo mis conocimientos sobre su persona y su obra tan limitados, que seguramente caben en una sóla línea, no sé si atreverme a seguir o poner ya el saludo final que acostumbro a mis 'rollos'. Además si te entra el gusanillo de la curiosidad puedes pinchar como yo en mi amiga wiki y verás cuanta información obtienes.





Por otra parte si mi admiración por el tenor es sincera y disfruto oyendo sus canciones, ¿porqué no decir en agradecimiento lo que el corazón más que la cabeza me vaya indicando?. Tengo en mi casa unos pocos CDs de Alfredo Kraus, muchos menos de los que debiera, con canciones de ésas que a todos nos gustan, y también con romanzas del género chico español la Zarzuela; tal el caso de Doña Francisquita y Luisa Fernanda que como otras zarzuelas, más por desidia que por otra cosa, no vemos en el Pérez Galdós cuando la temporada se celebra en Las Palmas. También cuento con otro CD con arias de ópera aunque de esta disciplina conozco bien poco.





Con su voz armoniosa lleva a nuestros sentidos toda la melodía de canciones populares, que el pueblo llano ha hecho suyas porque del pueblo nacen. En Siboney o en Aquellos Ojos Verdes canta al amor; en Granada, Valencia o Islas Canarias canta a colectivos que se sienten identificados por estas canciones; en Lamento Borricano nos lleva más allá del Océano; en Amapola, Princesita o Ramona realza a la mujer. Todas estas canciones y cuantas más están en mis CDs me encantan, pero entre todas ellas hay una que no me canso de escuchar porque es tal la emoción que se desprende de ella, a lo mejor porque el tema así lo lleva, que siento que está cantada con el corazón. Me refiero a Alfonsina y el Mar con letra llena de desesperanza y no de alegría precisamente que termina siendo un canto a la vida.

Hicieron bien las Autoridades cuando lo decidieron, y los canarios todos debemos sentirnos orgullosos, de que el Auditorio de Las Palmas, en la Playa de las Canteras de la ciudad que le vió nacer, lleve el nombre de Alfredo Kraus, hombre universal con raices canarias, y ¡cómo no! la gran, estatua situada a los pies del Auditorio, grande porque grande era el hombre y el tenor, que su ciudad dedica a su hijo predilecto.

Te deseo un buen día.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Cines en la ciudad





Cine Cuyás - foto de la Fedac
Hola a todos. Estoy intentando escribir sobre los cines en Las Palmas en tiempos pasados y me estoy haciendo un lío de todos los demonios porque no sé como abordar un tema tan fácil sin caer en la pedantería de nombrar todos uno a uno. Leí que al estrenarse la película Tirma en el año 1955 había en Las Palmas 19 salas de proyección. Hago un recuento de nombres y localización de los que se me vienen a la memoria, sin contar los de los centros comerciales ni los Galaxi (ya cerrados) por ser recientes, y me encuentro con una lista de 26. Dicho así son números fríos que no dicen nada de nada. Nada de los sentimientos, emociones, amoríos, amores consolidados, y de los ratos de ocio y de placer, o de dolor, o de miedo, y de descanso despues del trabajo, que varias generaciones tuvieron en estos cines. (Por cierto, me gustaría saber si ya se ha publicado un libro sobre este tema que estaban escribiendo -quizás Rafa me lo pueda decir- libro que será sin duda curiosa lectura para los apasionados de la historia chica de esta ciudad).


Calle Viera y Clavijo y "Circo Cuyás años 1905-1910 - foto de la Fedac



Los veintiseis cines estaban repartidos por barrios, y en el centro de Las Palmas, y en el Puerto, desde el Torrecine en San José-Vegueta, hasta el Victoria en la Plaza del Pueblo en la Isleta (y otro aún más arriba), y el cine Sol y dos más en la Ciudad Alta. En el Sol, -hablo de los años en que la entrada valía siete perras gordas y se formaba un guirigay cuando se iba la luz o salía en pantalla "Diez minutos de descanso para cambio de bobina- y en otros muchos, se vendían afuera chochos y 'chuflas', pirulines y caramelos, polos de hielo o trocitos de helado entre dos galletas y calamares asados ; cerca del Royal teníamos la horchatería Los Alicantivos y junto al Goya La Moderna donde podíamos saborear 'cortes' mayores de nata con fresa, y de otros variados sabores. Claro que para ello había que tener dinero que no siempre abundaba y por ello en ocasiones íbamos al muelle de Las Palmas a comprar recortes de galleta, en otra heladería, que nos vendían en cartuchos de papel. Pero la palma sin duda se lo llevaba el San Roque porque una hermosa palmera canaria, larga como un silbio, estaba justo en la puerta del cine y delante de la taquilla.

Mención aparte merece el Pabellón Recreativo por tres razones que recuerdo: en este cine tenían con frecuencia sesión continua por lo que podíamos ver una película tras otra, y volver a ver la primera, sin tener que salir; tenía fama por tener pulgas; y fama también por los 'planes'. Un plan era una relación entre chico y chica sin miras al matrimonio y sí al tocamiento; y una chica que era un plan, o sea una chica fácil, era considerada mal por la Sociedad bienpensante y bien por los galanes. Los cines como el Pabellón servían de válvula de escape a la sexualidad reprimida de la época, y todos los cines se prestaban a caricias y besos más recatados de los novios, para lo que se buscaba los asientos de la última fila. En los tiempos de la dictadura era obligatorio exhibir en todos los cines el No-Do, Noticias y Documentales, en los que siempre salían bien librados el Generalisimo y sus ministros, aquél, siempre de pantano en pantano, inaugurándolos por lo que la socarronería popular terminó llamándole Pancho el Rana.

Estoy seguramente mezclando épocas distintas, yendo atrás y adelante, y a lo mejor la narración queda algo liada, pero quiero terminar, con lo que hoy no pasa de ser anécdota, de que en las iglesias, en misas de los domingos y junto con la hoja parroquial, se repartía una octavilla a cada fiel con las películas en cartel, y la calificación moral de cada una, marcada desde el cero o uno para las permitidas a todos los públicos hasta el 4R (cuatro con reparos) para las más sórdidas o descaradas o de amores prohibidos como la titulada Arroz Amargo de Silvana Mangano que fue un hito en la historia del cine en Las Palmas. Porque en aquellos entonces lo normal era un único y casto beso justo antes de la palabra FIN. Quizás otro día me atreva a recordar títulos de películas que se exhibían en estos cines en estas épocas pasadas.

PS: Marisol ¿te acuerdas de cuando ibas al cine Parroquial en Escaleritas?


Te deseo un buen día.

martes, 12 de febrero de 2008

... porque si no me lo dan...







Hola a todos. Chacha, ¡estoy de un subidón de alegría que no te lo vas a creer! Anoche casi no duermo porque estaba de nervioso como un niño al poner su zapatito la noche de Reyes. Es que estoy tan excitado tú, y lo que me espera, porque faltan dos meses para el Día del Libro y hasta ese día no me confirman el premio. Vaya, para que te enteres te lo cuento: resulta que en Mesa y López (Mesa para los amigos) me dan un folleto con actividades varias en las islas y me entero, bendito el día, que el Ayuntamiento de Arucas convoca un concurso de relatos cortos "Rescatando la Memoria". Mira tú, con lo memorión que me he vuelto, no te digo; voy entonces y escribo unos de mis 'rollos' que en comparación los Episodios Nacionales de nuestro don Benito se quedan en nada. Y hoy, fecha memorable para la Historia, he ido a Arucas, a la Casa de la Cultura, a presentar mi relato con una emoción... ¡pa'qué te cuento!.

Te diré que la Casa de la Cultura está en una bonita casa de esas que a uno le gustaría tener para vivir. Tiene varias estancias acondicionadas para salas de lectura -aquí tienen la Biblioteca Municipal- y una habitación con sillas preparada para charlas y otras actividades, todo ello alrededor de un coteto patio donde un drago y algunas plantas canarias ayudan a la belleza de la madera en puertas y en una barandilla del segundo piso. La casa no es grande y cuando llegamos está en silencio. Al poco llegan algunos turistas que como nosotros aprovechan para hacer fotos que te pongo hoy en mi blog, pues como te digo el sitio es bonito a rabiar. Desde aquí no se divisa la iglesia, ¡la Catedral tú!, que está cerquita puesto que estamos en la calle Gourié en el mismo centro de la Ciudad. Ya fuera sí saco una fotografía de esta calle con la torre de la iglesia al fondo y un par de ellas en la calle cercana con vistas al parque de las flores. Y como cae una maravillosa lluvia entramos Loly, Esther y yo, en la Tasquita de Toñy, tan rica ella y pequeñita como la sala de estar de mi abuela, te acordarás tú, y con unos taburetes primorosos como los cortados y el trocito de tortilla de papas que nos sirvieron.

Bueno Reina te dejo. Reza por mí y encomiéndame al poeta que te gustaba tanto y que como sabes dejó escrrito:

"Aunque soy un poco travieso,
quisiera un premio señores,
que fuera de los mejores
precisamente por eso".

"Porque si no me lo dan,
tendré un disgusto,
y gracias a Santa Rita
si no me rompen un hueso
precisamente por eso".

Besitos. Te deseo un buen día.

lunes, 11 de febrero de 2008

Paseando a...

Hola a todos. Hace unos pocos años pude ver una película que para catalogarla diría yo simplemente que es humana. Se títula "Paseando a Miss Daisy" y la trama es la de una dama, con dinero suficiente, que contrata a un chófer para llevarla a recorrer diversas ciudades y en este contexto tiene lugar una conversación continuada entre ámbos que nos va descubriendo el carácter de los dos, con paisajes que van cambiando según se hace el recorrido. La dama en cuestión tiene una enfermedad terminal y quiere darse el gusto de este paseo y al final descubrimos... no, no te lo digo por si tienes oportunidad de verla. Cuento todo esto porque me he acordado de la historia mientras me ocupo de pasear a Mr. Pancho después de que al perrito le han puesto las vacunas correspondiente.


Así que ya me tienes paseando a... o a Pancho paseándome. De momento sólo en el parque de Buenavista cerca de casa, al que lo saco por la mañana cuando los miembros de la 'cofradía' se reunen cada uno con su perrito. Pancho se ha convertido en un precioso cachorro y es la atracción sobre todo de los niños, que se acercan con algo de miedo algunos, a acariciarlo aunque también los mayores se paran y lo acaricia mientras hacen algún comentario. Pancho va mirando a todas partes como queriendo descubrir el mundo y cuando otros perrillos se le acercan, sobre todo los mayores que él, queda quieto, a veces 'espatarrao', a ver que ocurre dejándose mimar. A veces son dos o tres animales los que vienen y entonces se forma una barahúnda de todos los demonios.







Este parque de Buenavista es ya algo viejo como lo demuestran los árboles, ya creciditos que en él dan sombra y sensación de estar en el campo. Hace años estuvo aquí el vivero municipal y ahora está como dividido en zonas bien delimitadas; en una parte del mismo se encuentra el campo de fútbol 'Pepe Goncálvez' y tras una zona de palmeras que sirve de paso a los grandes edificios que están al lado, viene otro lugar más abajo con una fuente. En este sitio se impartían clases de taichí y el rumor del agua y de las hojas de los árboles permitían la concentración. Sigue un solar preparado para el juego de petanca y el de parque infantil, y luego un poco de terreno con césped donde los perros se solazan y al lado, en alto, una cancha de tenis donde imparten clases sobre todo a niños. Siguen a continuación un patio cuadrangular y las canchas de futbito y baloncesto terminando en otro lugar que personas aparentemente sin techo han tomado como su hogar.


El parque está bien aprovechado por la gente de los alrededores, y de fuera. Desde pequeñines en cochitos de críos a cargo de las mamás o de las abuelas, hasta personas de noventa y tantos años que van a desentumecer los huesos al sol de la tarde, pasando por chavales a hacer deporte o niños en bici, o señoras con los auriculares puestos para entretenerse mientras caminan deportivamente o de forma pausada. En las canchas desde hace unos meses, los domingos por la mañana, se reúne un buen número de personas que a simple vista parecen ecuatorianos o de algún otro país latinoamericano, a jugar un partido de fútbol mientras sus compatriotas les aplauden a cada jugada. En fin un parque para todos.


Te deseo un buen día.

domingo, 10 de febrero de 2008

Almendros en flor


Hola a todos. Empiezo pidiendo disculpas a mis innumerables fans que estaban esperando como agüita de mayo por mi relato sobre el siempre triste entierro de la Sardina. Mi dolor era tan profundo por tal irreparable pérdida (momentánea pues ya es sabido que don Carnal vuelve siempre con más ánimo) que fui a buscar consuelo en la belleza del campo. ¿Y qué mejor sitio para estas fechas, ya avanzado el invierno, que donde florecen las blancas o rosadas flores del almendro?
Sabía de una quedada (o sea de una reunión en un determinado lugar) de un grupo de amigos recientes, amigos que se han hecho al soco de una común afición por la fotografía, a través de internet, concretamente de flicker, y conseguí la invitación para ir mi mujer y yo pues sabía que el destino era Tejeda, en el centro de la isla, y más concretamente la llamada ruta del almendro ya que por estas inmediaciones abunda este bonito árbol, que no sólo sirve de adorno, sino que además nos da deleitosos dulces como el mazapán o el bienmesabe que los artesanos de este bello pueblo saben hacer.
Nos fuimos a San Mateo donde habíamos quedado y poco a poco fueron apareciendo los componentes del grupo menos los que iban directo a Tejeda. En el mercadillo compramos queso, semicurado con gofio de la Cumbre, que como se comprobó luego estaba de agute, aceitunas del país y chochos, y pan de matalauva; llevábamos vino en el bolso así que ya teníamos resuelto nuestro almuerzo. Los cerca de veinte integrantes del grupo de retratistas, mujeres y hombres, nos fuimos por el pueblo a poner a punto el objetivo de nuestras cámaras, haciendo cada cual las fotos que su olfato le iba indicando. Entiéndase que no se trata de una competición sino de un encuentro de amigos donde nadie esconde el objeto de su predilección y comparte lo capturado.
Al cabo de un buen rato comienza una ligera lluvia que presagia daños mayores pues teníamos mala predicción del tiempo, y un poco con las orejas gachas nos vamos hacia Tejeda. Ya desde aquí empiezan a verse almendros en los márgenes de la carretera aunque no son abundantes y al llegar al cruce que conduce a la cumbre por Cueva Grande o por Las Lagunetas tomamos esta última carretera. Esta zona -de Las Lagunetas- siempre me ha hecho pensar en un nacimiento con sus casas esparcidas por las montañas, sus paredes rocosas, el musgo y las plantas; pena es que en lugar de burros y pastorcillos abunden los coches de tracción mecánica. ¡Pero qué se le va a hacer! La lluvia va arreciando lo que obliga al uso continuo del limpiaparabrisas y a que el ánimo decaiga.
Llegamos a la Cruz de Tejeda y ni siquiera pudimos salir del coche por la lluvia así que seguimos hacia el pueblo. En éste las gotas parecian granizos y casi nadie se atrevió a sacar la cámara de fotos por temor a que el agua las estropeara. Nos metimos en un restaurante a hacer tiempo y a tomar un refrigerio y mientras, la lluvia y el sol parecían jugar al escondite. Al final para nuestro gozo venció el astro rey y pudimos deambular a nuestro gusto por las calles mojadas yendo, poco a poco, en dirección a la iglesia. Otra vez el rito de la fotografía al gusto de todos con preferencia a los almendros (muchos con las flores por el suelo debido a la lluvia), al Roque Bentaiga, a las casas, las calles, la plaza, la iglesia... Alrededor de ésta está el llamado rincón de Néstor, dedicado al inolvidable autor de canciones canarias entre las que destaca la del Roque Nublo, y también hay un museo con esculturas de Abraham Cárdenes, que exhibe hoy preciosas pinturas de Elisa Calleja con motivos de lo más variado de nuestras islas.

Para no cansarte te diré que seguimos hacia el pie del Bentayga y allí nos deleitamos con los almendros de la zona, junto al bien cuidado y pequeño museo etnográfico que el Cabildo Insular tiene a disposición de los visitantes, del que a lo mejor algún día te cuento algo. Y también te contaré del frío que pasamos en un mirador por los Pinos de Gáldar para obtener cada uno la foto del Bentayga bendecido por los rayos del sol.
Ven a Tejeda, me lo agradecerás.

Te deseo un buen día.

viernes, 8 de febrero de 2008

Lecturas de ayer

Hola a todos. De la biblioteca provincial, la del Hoyo, he traído para leer el libro Tirma de Juan del Río Ayala escritor nacido en Las Palmas en 1904. Estoy en un tercio de la lectura de esta obra que no es muy extensa y ya me hago una idea de que es un canto al vencido, o sea a nuestros aborígenes, y todo lo contrario al castellano invasor. Está escrita en versos y preparada según veo para ser representada en teatro. En el año 1954 Silvana Panpanini actriz italiana y otros actores y actrices de España e Italia vinieron a Gran Canaria para rodar la película del mismo título, que no gustó en absoluto, ni en su estreno en el Festival de San Sebastián, ni al público en general y que no se mantuvo en cartel más de dos semanas. Referido a la película leo que "del tema en sí hay bien poco que decir. No queda apenas nada del bello poema de Juan del Río Ayala. (Porque) exigencias cinematográficas en su mayor parte incomprensibles, lo dejaron convertido en una historia de amor sin nervio (...) apoyada en el más imprescindible andamiaje histórico y dramático".



Silvana Panpanini en el papel de Guayarmina



Casas baratas

Al tomar prestado este libro desenrollo del ovillo de la memoria las lecturas que teníamos en Las Palmas, al menos los de pocos teneres que diría Pepe Monagas; estaba para el uso del gran público "El Caso" periódico semanal de noticias truculentas; el "Marca" para los aficionados al fútbol; "La Codorniz", de Álvaro de la Iglesia, revista satírica que se permitía el lujo de meterse con el poder establecido (porque a lo mejor tenían cuña); el "TBO" y otros cuentos de humor y de hazañas bélicas y de super héroes: "Pedro Alcázar y Pedrín" "El Capitán Trueno" "Supermán". En el terreno de la novela popular habían dos géneros indiscutibles con dos autores de renombre. Corín Tellado era la autora preferida de las novelas de amor de las que debió escribir cientos con una imaginación desbordante para tejer historias, que siempre eran seguramente las mismas y siempre distintas, porque estuvo muchos años con una obra por semana y eso a pesar de la censura. Marcial Lafuente Estefanía era el rey de las novelas del Oeste americano con peleas entre indios y vaqueros, o entre éstos entre sí, peleándose siempre por las tierras, las cabezas de ganado, o por el predominio de ganaderos sobre ovejeros; de este autor recuerdo la novelilla (llamarla novela me parece mucho) titulada "Quince días de vacaciones" en la que narra las juergas de un grupo de cowboys que van de vacaciones y están esos días sin pegar ni un sólo tiro.

Teníamos en las Casas Baratas de Schamann, además de la Plaza del Mercado, un grupo de tienditas en los que había barberías, tiendas de comestíbles -como la de Angelito con las libretas para ir apuntando las deudas que se pagaban a fin de mes y que cuando se acababan los ingresos en las familias se acababa el fíao- en las que se compraba mantequilla a granel envuelta en papel de envolver y arenques ahumados que se excibían en barricas, y algunos bazares en los que se vendían de todo: brillantina, colonias, hilos y agujas de coser, regalos varios y demás menudencias. A uno de estos bazares -el de Amparito- iba yo, por encargo de mi hermana Mary a alquilar novelas de Corín Tellado y otras veces de las del Oeste para mí, porque Amparito tenía un sistema que funcionaba a las mil maravillas: se cambiaba una novela por otra, al precio de media peseta, con lo que estos "librillos" transmisores de 'cultura' iban rotando de mano en mano hasta que de tantos cambios ya quedaban en desuso.

Después vendrían otros libros y otros gustos pero eso ya es otra historia.

Te deseo un buen día.

jueves, 7 de febrero de 2008

Cosas de perros

Lo he leído no recuerdo donde:

Hasta el hombre más importante
se tiene que sentar sobre sus posaderas.


Hola a todos. La mañana amanece sonriente con el sol asomando por la mar que nos separa de Fuerteventura y un pajarillo subido en lo alto de la antena sobre la casa de al lado trina de júbilo. En la ciudad todavía sin la 'panza de burro' que vendrá más tarde, un acontecimiento inesperado perturba, o más bien produce curiosidad, entre los vecinos que salen de sus casas. Hay algo nuevo, inusual, en calles, plazas y jardines e incluso en centros comerciales y en edificios públicos y de empresas privadas. Al pronto los y las trabajadoras que acuden a sus trabajos no dan con aquello que les produce la extraña sensación que sienten; tampoco las amas de casa en su diario recorrido hacia la plaza o el supermercado; ni los niños que esperan los autocares para el colegio; ni los jubilados que deambulan... Es una situación desconocida, aunque no alarmante, y que los habitantes de la capital acogen con despreocupación.





De pronto alguien más avispado que los demás o con más suerte da con el motivo de la irregularidad. Como si de flores en primavera se tratara o de setas en el bosque en invierno, una jauría de perros ¿bardinos? ¿de presa canario? están por todas partes como si de repente los perros de la Plaza de Santa Ana hubieran tenido crías y todos los canes, de todas las islas, hubieran venido a celebrar el acontecimiento. Los ciudadanos de a pie -sobre todo los que de la prensa diaria estamos divorciados- cavilamos sobre el acontecimieno buscando explicaciones: unos pensamos que es para tapar algún agujero en tal plaza poniendo al perrito encima; otros que es propaganda de un avispado vendedor de 'perritos calientes'; otros que los tales perros, de yeso o escayola, al parecer, y pintados con formas y colores distintos, los están preparando para el decorado del carnaval, 'canis canariensis', del año que viene.


Al fin alguien da una explicación no creíble diciendo que es en señal de protesta de quienes nos mandan porque tienen nuestro mandato. Alucinamos porque hasta ahora éramos los mandados los que siempre hacíamos algo para mostrar nuestra disconformidad con lo que nos mandan, eso sí casi siempre con pancartas hechas y escritas en sábanas blancas. ¡Nunca con perros! ¿A quién se le ocurre? Luego la noticia se va ampliando y nos dicen que donde deciden han decidido algo que nos perjudica o cuando menos nos mortifica. Porque han decidido ¡bendito sea Dios! quitar los perros del escudo de Canarias y ¡hasta ahí podíamos llegar! "Es el primer expolio de los que vendrán sin remedio si no nos oponemos y hay que buscar medidas", pensaron los prohombres. Medidas largas para el mástil y más largas para la bandera dijeron...


Hoy de los perros quedan unos pocos para muestra; el mástil sólo, sigue en su sitio esperando compañera; la bandera... ¿dónde está? ¿dónde estará la bandera...? En serio soy que los que piensan que quitar los perros del escudo de la Comunidad Canaria es como quitar las columnas con el Plus Ultra del escudo de la Nación. Aunque ahora, y para que rabien los que votaron a favor de tal medida, podemos decir que tenemos dos escudos en la Comunidad, porque como dice un periodista nuestro de los políticos, "son como niños", y por no ponerse de acuerdo vemos escudos sin perros y con perros.


Te deseo un buen día.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Pasacalle en Triana





Los monstruítos hace 24 años









Dicho popular:

Tiene más mala suerte que el pupa,

que se cayó p'atrás y se rompió la cuca.


Hola a todos. Lo dicho, que tengo más mala suerte que el pupa. Te cuento: resulta que me decido a ir al pasacalles anunciado en la calle de Triana y allá que se va media isla; resulta que me compro un par de botes de polvos de talco y lo mismo se le ocurre a todo el mundo; y resulta que levanto un bote y dejo caer un pizco polvo por encima de alguien que pasa y to'quisque que va y hace lo mismo. Y claro así al cabo un rato ya no había nada claro. Como dijo uno de los congregados aquello parecía la calima. ¡Vaya polvo, caballero! ¡Vaya polvajera! No se podía ni respirar. A las ocho de la tarde que comienza el pasacalles desde el Parque de San Telmo y a las once menos cuarto que recalamos allá por la Plaza las Ranas. Dos horas y tres cuartos, más lo que siguió, echando polvo y más polvo; hasta de gofio que lo ví yo con estos ojitos. Aquello debía ser el anuncio de la semana blanca que anuncia las agencias de viajes porque yo nunca había visto tanta gente de blanco, tan elegantes ellas y ellos con pamelas o sombreros, tan recubiertos de blanco. Y hasta el piso, usted, ya al final ni se veían los railes del tranvía que sacaron al sol hace unos años.


Foto de Andrés Cruz - La Provincia


A todo el zafarrancho se apuntó como siempre que hay una juerga colectiva la Banda de Agaete. Fuertes tíos con aguante porque a pesar del fino polvillo que se le metía a uno por nariz, boca y oídos todavía seguían con ganas de soplar a las tres horas y seguir tocando música de tenderete. Cómo se ve que están 'escopetíaos' con la fiesta de la Rama y cuanta otra fiesta aparezca en cualquier otro sitio lo que les hace tener pulmones grandes como la Catedral. Porque yo no aguantaba mucho y eso que en lugar de cantar como otras veces las canciones del repertorio, donde no podía faltar el himno del carnaval ni la turronera pon turrón ni los pasodobles ni me gusta la bandera con siete estrellas verdes ni... ¡qué sé yo!, me mantenía con la boquita cerrada porque al menor descuido un puñado de polvo lanzado con la mejor de las punterías se te metía justito hasta la garganta.



A veces en medio del jolgorio una serpiente de treinta o cuarenta anillos cogidos unos a otros por la cintura, a los que se les sumaba más si se terciaba, iba abriéndose paso entre la multitud contoneándose y bailando según la música que le llegaba que no siempre era la de la Banda. En un momento dado dos pedazos de criaturas de dos metros y pico bien despachados aparecieron en escena como diciendo "a ver quien consigue ponerme de blanco la cabeza"; en otra ocasión un muchacho quizá compadecido de mí me dice: "caballero hoy sí que le han echado muchos polvos" a lo que le que contesto que yo no estoy ya para estos trotes; de repente una voz que se convierte rápidamente en cientos grita "¡ea ea ea aquí no se pelea!, ¡ea ea ea aquí no se pelea!, por un conato de riña que no llega a mayores. Aparte de este incidente el comportamiento de la gente, con muchos jóvenes y no tan jóvenes, con talluditos y carrocillas como el que escribe, era ejemplar; cada uno aguanta el chaparrón como puede y con buena cara, y con tan buena cara le hace la puñeta al prójimo sin dejar de sonreir. Me parece a mí que es una forma bonita de hacer gamberradas sin que venga el guardia a jorobarte... que para algo estamos en carnavales. Y a eso de medianoche la gente sigue de blanco y empolvada por mitad de la Alameda y por toda la Plaza de Cairasco y calles Muro y Remedios y Plaza de las Ranas, cuando nos retiramos.

Te deseo un buen día.

martes, 5 de febrero de 2008

Huesca, Zagaroza y Teruel


Hola a todos. De pequeño me enseñaron en el colegio el nombre de las provincias del reino de Aragón. Eran, y siguen siendo, Huesca, Zaragoza y Teruel, por este orden seguramente porque así están de norte a sur en la Península. Hace unos días, al entretenerme escribiendo sobre Montull y Gargallo, escultor este último zaragozano, me encontré cuando buscaba información con la dirección blogdelmayor@hotmail.com que vino a ser un blog donde cuentan de los proyectos y ocupaciones de los mayores auspiciados por el Ayuntamiento de Zaragoza. Les envíe mi escrito con tan buena suerte que no sólo me leyeron sino que recibí una amable contestación.

Basílica del Pilar y río Ebro

Recordé entonces las veces que he visitado, pocas para mi gusto, estas tierras. En Zaragoza he estado dos o tres veces y recuerdo sobre todo la primera. Me llevaron en una de esas excursiones organizadas -la primera que hacía a Península- a esta ciudad, con visita a la Basilica del Pilar y a su plaza, y a la iglesia de la Seo que está justo al lado de la Basílica que según recuerdo era muy antigua. Estuvimos mi mujer y yo dentro de la Basílica admirándola y arrodillándonos ante la Pilarica, patrona de España, y nos mostraron cerca de la puerta principal una bomba caída en la guerra civil sin producir daños por intervención divina, nos dijeron, a esta preciosa catedral. Recuerdo de otro viaje, viniendo desde Teruel y por la tarde, el aspecto precioso de la Basílica con el sol dando en sus cúpulas que brillaban no sé si porque tienen algún material como azulejos o por alguna otra causa. Yendo por la autopista desde Tarragona veiamos a lo lejos unas montañas con el color muy obscuro casi negro. "Los Montes Negros" pensé en voz alta y el guía me corrigió diciendo "No, son los Monegros" y efectivamente era este paraje desértico que vimos desde la guagua y donde ahora parece existir el proyecto de hacer una ciudad turística y de ocio tipo Las Vegas. Pero lo más grandioso para mí fue el encontrarme con el río Ebro. Era Semana Santa y pasaba con mucha agua lo que era un espectáculo grandioso para un isleño sediento como yo.

Río Ebro


En Teruel estuvimos en otro viaje desde Cuenca. Nos llevaron a Albarracín ciudad con calles muy empinadas donde todo es cuesta y en un restaurante de la localidad nos sirvieron de almuerzo un plato típico que son las migas. Migas de pan que según leo "son preparadas y comidas a las cinco de la mañana, antes de la salida del sol y con una fresca de mil demonios"; es un plato que puede llevar muchos "ingredientes y condimentos: algunas veces chorizo, otras tocino, otras los mismos riñones troceados, jamón, huevo, uvas... En fin un arco iris de sabores y aromas", como que era comida para el "pastor de tez morena, surcada por arrugas que marcan el trayecto de toda su vida al cocinarlas". Ya en la capital nos llevaron a ver la estatua de los Amantes de Teruel, Isabel y Juan Diego, muertos por amor y cuyas momias se conservan supuestamente en la iglesia de San Pedro, y también a ver la catedral y otros edificios de estilo mudéjar.

Es Huesca hemos estado dos veces. En la primera estuvimos en el Valle de Ordesa en Semana Santa con las cumbres de las montañas cubiertas de nieve que es cosa linda de ver. Recuerdo de este viaje haber puesto los calcetines frío como el hielo en la calefacción, en el hotel, por lo que terminaron medio 'chamuscaos'; además recuerdo la anécdota en Ordesa donde otra pareja y nosotros alquilamos sendos burros para llevar útiles de fotografías y a las parientas lo que impidió que llegáramos hasta las principales cascadas. No ocurrió lo mismo en el segundo viaje, éste con un campamento de scout en Bielsa, ya que entonces sí que llegamos hasta las preciosas cascadas del Valle, del que tenemos dos fotografías en el salón de casa, y que esta vez estaba sin nieve salvo unos pocos residuos en el Monte Perdido. Estuvimos quince días recorriendo la región y deteniéndonos en pueblos como Ainsa y Brotos todos ellos con un encanto peculiar.


Cascada Cola de Caballo en Ordesa






P.S. Lo entrecomillado copiado del libro "Guia de los platos tradicionales de España" de Rodrigo Mestre.


Te deseo un buen día.

lunes, 4 de febrero de 2008

Los Riscos desde la Catedral de Santa Ana

De los Cuentos Famosos de Pepe Monagas:

"El matrimonio Monagas-Soledad Santana fue a parar un tiempo a unos cuartitos mal empapelados de San Roque, por arriba del pilar. Compadre Monagas no se amañaba nada en el barrio de la casa de los Picos. Le encontraba algo finchadillo el tono, y en cuanto al caserío, falto de ese apretado de piña granada que tenía su San Nicolás querido. San Roque lucía lleno de clareas, como esas detanduras desapartadas y paletudas, que se desparraman en ciertas bocas. Pepe meditaba que a aquello le faltaban perros chimbos y japiantes; borrachos de media noche para el día, de estos que rezongan solos y solos ventilan la jumera; mestres y marinos de atrabancado andar y cachimba de garabato; turroneras escachadas; guardias y tartaneros; muchachitas, de amorenado garabato, yendo y viniendo por el enredijo empenicado de los chiquitos y apretados callejoncillos..."




Hola a todos. Deseoso de altas emociones subí hace unos días a la torre de la catedral de Las Palmas y la experiencia fue gratificante. Se ve desde arriba unas interesantes vistas de la parte vieja de la ciudad con Vegueta en primer término destacando no sólo la azotea de la propia catedral que aquí parece mayor sino las iglesias de los alrededores: San Agustín, San Francisco de Borja, Santo Domingo. También se distingue los Juzgados antiguos y un caserón que se correponde con el Museo Canario y ¡cómo no! se ve perfectamente la Plaza de Santa Ana con sus perros vigilantes, desde lo alto de tamaño de pulgas, y el Ayuntamiento revestido por obras. Casi no se divisan zonas verdes sino un mar de casas no sólo de Vegueta sino del otro barrio antiguo, Triana, y más al fondo más casas hasta llegar a las montañas de la Isleta. También se ve la Avenida Marítima que da paso al azul del mar con los barcos fondeados fuera de la bahía.



Hacia el otro lado los riscos. Pienso que es raro que estando la catedral bajo la advocación de Santa Ana, madre de la Virgen, los barrios antiguos de los riscos estén dedicados a santos varones, San José, San Juan, San Roque, San Nicolás, San Lázaro, y ninguno a alguna santa. Gracias que en la iglesia matriz de San Agustín (otro varón) tenemos a Santa Rita patrona de lo imposible - Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita- con una fervorosa feligresía que acude siempre confiada a pedir a la santa remedio para sus males. Los riscos son un abigarrado conjunto de casas de colorines con callejuelas que suben y se retuercen fruto de la inmigración de la gente del interior que en la capital busca mejores salidas y que han sido retratados por nuestra joya literaria, Pancho Guerra, en lo que no me cansaré de pensar y decir que retrata como ninguna otra el alma isleña y que son los Cuentos Famosos de Pepe Monagas. En estos riscos vivían pescadores que iban al banco canario-sahariano antes de que éste lo perdieramos; también era hogar de artesanos de los más diversos oficios.



Volviendo a lo alto de la catedral observo la decoración que adorna la cúpula y los ventanales. Hay unas ventanas redondas, que en la otra torre está ocupada por el reloj, pero son de cristal blanco y no de vidrieras. En la torre del reloj está igualmente el campanario y recuerdo que Camile Saint Saens, que estuvo unas temporadas en nuestra isla allá por Guía, escribió una partitura recreando el sonido de las campanas de la catedral. Una vez abajo, por la escalera de caracol y el ascensor instalado para acceder a la torre, me recreo también como si lo viera por primera vez con el pórtico de la catedral y sus puertas de madera labradas. Como no tengo erudición para hablarte de esta joya que es nuestra Catedral de Santa Ana pincha aquí si quieres recibir la información que yo no me atrevo a darte.

Te deso un buen día.