viernes, 30 de septiembre de 2011

Que diez años no es nada

Hola a todos.
El tango Volver que con su inigualable voz y estilo cantaba Carlos Gardel lo llevamos en el corazón y en el recuerdo, supongo, todos los hombres de mi generación. Aficionados o no al tango lo oímos tantas veces que sin saber su letra al completo sí que tenemos estrofas que tarareamos una y otra vez casi sin querer. No sabemos de quien habla su autor, Alfredo le Pera, en este hermoso tango pero adivinamos que quien vuelve podemos ser cualquiera de nosotros. "Siempre se vuelve a su primer amor" y quien "adivina el parpadeo de las luces que a los lejos van marcando su retorno". La letra es una preciosidad de principio a fin porque canta al amor primero: "la quieta calle, donde el eco dijo tuya es mi vida, tuyo es mi querer, bajo el burlón mirar de las estrellas que con indiferencia, hoy me ve volver". Dice también la canción, y cantamos bajito, como con miedo, "que veinte años no es nada que febril la mirada errante en la sombra te busca y te nombra"...

Me ha dado hoy por este hermoso tango porque justo hace diez años que me dio un cacharrazo el corazón que casi no lo cuento: un infarto de miocardio agudo. Tal día como hoy de hace diez años estaba yo en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín atendido por cardiólogos y enfermeras y enfermeros (gracias a todos ellos) en la UVI después de colocarme un stent y de haber pasado la noche en urgencias. Y diez años no es nada, lo creo, pero son un montón. Muchos años que tengo que agradecer a la vida porque me han venido como regalo añadido en mi vivir. Y que sean muchos más, los míos, como los que deseo para todos ustedes.

P.S. Para oír la canción por el genial artista copia este enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=I5JQ1m3mxKw&feature=player_detailpage

Te deseo un buen día.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Los tembliques

Hola a todos.
Nuestros hermanos de la isla de El Hierro tienen razones suficientes para estar alarmados. Debo confesarles que un servidor si viviera en esa maravilla de isla estaría acojonado de verdad a cuenta de los continuos tembliques de la madre Tierra que pareciera que tiene hipo. Y más cuando nos dicen que esos movimientos telúricos son el avance de un posible volcán por el que asomará sus cuernos Belcebú un día de estos. Cuernos en forma de lavas, fumarolas y fuegos varios que arrasarán un cacho de la isla allí por donde se le ocurra reventar. Las noticias cada día son más alarmantes porque cada día nos acercamos un poco más a la erupción de magma y cenizas y gases que serán un espectáculo inolvidable para verlo -no lo dudo- pero que acogotarán a los que vivan de cerca este fenómeno de la Naturaleza.

Ante ello solo podemos pedir que no cause desgracias irremediables y que el temor se aparte pronto de los corazones de los herreños.

Iglesia de Valverde

A la puerta de la ermita

El Golfo. Frontera.

Brumas entre pinares

Atardecer en el Hierro

Te deseo un buen día.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Dichosa bandera

Hola a todos.
Soy de los que creen que las cosas inmateriales tienen alma y por tanto sentimientos. Sobre todo aquellas cosas que de por sí son insensibles hasta que son tocadas por un ser viviente. Pongamos por ejemplo el panal. "A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron..." etcétera. ¿No creen ustedes que nuestro panal de la fábula sentiría como un gustirrinín, algo distinto, pienso yo, a lo que sentía cada día, cuando las golosas moscas fueron a buscar la rica miel y presas de patas quedaron en él?

Estoy seguro, vamos, segurísimo, que cualquier bandera tiene alma de la que se vale para transmitir sentimientos. Pensemos en la bandera negra con la calavera y las dos tibias cruzadas. Esta bandera fue diseñada para llevar el miedo al buque enemigo a la vez que era un mensaje claro de hostilidad que partía del barco pirata: o te rindes tú, o te rindo yo, decía. Por tanto, a las banderas hay que tenerlas en cuenta y considerarlas por lo que valen y por lo que significan. A unos unen y aíslan a la par que los separan de los otros: es su misión. He leído en alguna parte que fueron creadas cuando los ejércitos no llevaban uniformes para que a su lado pudiera reagruparse los soldados de cada bando en guerra. No sé. Parece lógico.

Escribo lo anterior por el hecho de que en Gran Canaria, en mi isla, tenemos una bandera dichosa. (De la provincia oriental, pa'señalar).
O una dichosa bandera, vaya usted a saber. Me da que, como ser inanimado que es pero manufacturada por el Homo Sapiens que le ha bordado hasta un lindo escudo, debe sentir dicha por ser motivo de unión y de separación al mismo tiempo; que se sentirá dichosa de sentirse querida por unos y denostada por otros; que sentirá placer al ser izada por un partido (PP) que, casi, la hace suya, y dolor al ser arriada por el partido opositor (PSOE) que la guarda en un cajón bajo siete llaves; que se mueve con el aliento de los alisios y que puede caer provocando un lío de mil demonios en la carretera,
-opinan algunos-, cuando el viento dice ¡aquí estoy yo! y que ondea orgullosa siendo la más grande y de mástil más alto y esbelto del mundo mundial...

Es, debe ser, una bandera dichosa. Pero digo yo que es sobre todo una 'dichosa bandera' por haber venido a meter líos en el patio de vecinos que es el pueblo, que bastante tiene con preocuparse por otras cosas de más necesidad.

Te deseo un buen día.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El chicle

Hola a todos.
Odio el chicle. Lo odio. Me importa un comino lo que puedan ustedes pensar de mí y de mis fobias. Odio esa goma de mascar que imagino dulce al verla dando vueltas en la boca de algún congénere. Odio su blancura inmaculada que tomará el color negro de la maldad cuando, poco a poco, centímetro a centímetro, baldosa a baldosa, hueco a hueco, vaya colonizando sin tregua -sin prisas pero sin pausa- nuestras aceras, y nuestros parques y plazas, una vez haya roto su falsa amistad con los dientes que le han masticado y sea arrojado sin piedad al suelo. Me pone a parir sobre todo por el aspecto malévolo que toma su silueta. Cuando lo miro desde mi altura, me sonríe con desprecio. Si alguna vez lo piso ¡Dios me libre de volverlo a hacer en la vida! llevo conmigo sus carcajadas en las zuelas de mi zapato. Por todo ello lo odio. Perdonen ustedes mis sentimientos.

Te deseo un buen día.

martes, 13 de septiembre de 2011

Junto al mar

Hola a todos.
Cuando estuve en Las Canteras el mes pasado estuve leyendo una entretenida novela (novela negra me parece) de Antonio Muñoz Molina cuyo título es El invierno en Lisboa. Su acción transcurre entre San Sebastián, Berlín y Lisboa, y de las dos ciudades que tienen al mar como fiel compañero el autor da como unas pinceladas, sencillas y recatadas, mencionándolo: de San Sebastián dice: "Recuerdo las quintas abandonadas frente al mar, la isla y el faro en mitad de la bahía y las luces declinantes que la circundan de noche y se reflejan en el agua con un parpadeo como de estrellas submarinas". De Lisboa sólo unas líneas: "Pero ahora el invierno había ensombrecido las calles y las gaviotas volaban sobre los tejados y las estatuas a caballo como buscando refugio contra los temporales del mar".

Avanzando en la lectura parecía que el cuerpo me pedía con insistencia la inmersión en una novela del mar. Sólo del mar. Y entonces por asociación de ideas me vino a la memoria la obra de Hemingway que había leído hacía tanto tiempo y de la que tan sólo recordaba su título: El viejo y el mar. Y la busqué y la estoy leyendo con la atención debida, y la historia, que es subyugante, me ha atrapado desde los primeros renglones: "Era un viejo que pescaba solo en una barca en la corriente del Golfo y llevaba ochenta y cuatro días sin coger un pez. Durante los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado, los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao...".

Así que la novela, hasta donde he llegado, va narrando el día ochenta y cinco del viejo en el mar, solo en el mar con sus deseos y pensamientos. Sin compañía humana pero con la compañía de la barca, de las olas, del viento, de las nubes, de los peces voladores y de los dorados, de su cantimplora de agua... y del pez. Porque el viejo por fin ha conseguido trabar en el anzuelo del sedal un pez, dos pies más largo que su barca, con el que libra una batalla de constancia y paciencia.

Y así el pez en mi opinión es junto con el viejo y con el mar el protagonista de la historia, y por ello creo que el título del libro debiera llevar también su nombre: El viejo y el mar, y el pez. Hemingway nos cuenta: "El sedal se alzaba lenta y continuamente. Luego la superficie del mar se combó delante del bote y salió el pez. Surgió interminablemente y le manaba agua por los costados. Brillaba al sol y su cabeza y lomo eran de un púrpura oscuro, y al sol las franjas de sus costados lucían anchas y de un tenue color rojizo".

Tres interesantes personajes para una inmersión total.

Te deseo un buen día.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Pa'l Pino

Hola a todos.

La virgen, virgen del Pino
La virgen la más hermosa,
La virgen que tiene un niño
con su carita de rosa.

La isla toda de Gran Canaria va pa'l Pino en estos días. Celebramos la festividad de la Madre y Patrona nuestra y por ello nos vestimos de júbilo y alborozados cantamos las coplas que oímos cantar a nuestros mayores en su honor. El sábado fue la bajada de la Virgen, hoy tiene lugar la gran ofrenda y mañana será la procesión con la sagrada imagen por las calles de la villa mariana.

Esta es la parranda
que va pa' la fiesta
en la vida he visto
parranda como ésta.

Esta es la parranda
que va pa' Teror
en la vida he visto
parranda mejor.

El lunes subí acompañado de familiares aprovechando que habría poco ajetreo en el pueblo. La gua
gua nos llevó puntualmente en un día asocadito, sin calor ni frío y con cuatro gotas que no llegaron ni a mojar las cajas de los turrones preparados para las fiestas. Nos encaminamos a la Basílica y vimos llegar a un contigente de soldados con sus mandos al frente que llegaban caminando desde Arucas. Llegaban sudorosos y con el ánimo de entrar, por patrullas, a honrar a la Virgen. También entramos nosotros y la vimos sobre su trono repujado en plata y su manto colorado. Bella. Su cara atrae por la dulzura que desprende al igual que la cara pequeñita de su Hijo. Son dos caras preciosas que apenas asoman por entre el ropaje y nos transmiten seguridad y paz.

Dile a mi amante que venga
pa'dir a verte conmigo
y me diga que me quiere
y tú sirvas de testigo.

Hoy los romeros encaminarán sus pasos hacia Teror y harán frente al sofocante calor que nos anuncian. Las canciones y los frutos de las islas serán nuestras ofrendas y a nuestra Señora elevaremos nuestras súplicas. Es la tradición la que nos empuja y es la fe la que nos mueve.

¡Ay Teror! Teror, Teror,
¡Ay Teror! qué lindo estás,
qué bonita está la Virgen
en lo alto de su altar.

¡Ay Teror! Teror, Teror,
¡Ay Teror! qué lindo eres,
claveles, rosas, jazmines
jazmines, rosas y claveles.

P.S. Con especial cariño para Chelo, que ya vino, y para cuantos viniendo o sin venir quieran conocer a mi linda isla.

Dos. Pincha en el enlace. Podrás oír al gran cantante palmero Luis Morera, con bonitas fotos de Gran Canaria, en este vídeo que encontré en la red.


viernes, 2 de septiembre de 2011

Imagen de Santa Ana

Hola a todos.
La catedral de la diócesis canariensis tiene su asiento en el lado naciente de la señorial plaza que da empaque de gran ciudad a Las Palmas. Enfrente están las Casas Consistoriales y a los lados el
Palacio Episcopal y el Archivo Histórico y aquí estuvo la Audiencia, todo ello junto a otras casas de mucha solera. La plaza, que anteriormente tuvo los sonoros nombres de Plaza Mayor, de la Libertad y de la Constitución, lleva desde hace tiempo el nombre de Santa Ana, (como nosotros la hemos conocido desde la infancia), y a esta santa, madre de la Virgen María, está consagrada igualmente la Santa Iglesia Catedral Basílica, siendo al obispo Urquinaona a quien nos corresponde recordar con agradecimiento el haberla consagrado en honor de la Santa a finales de 1871. Si bien la devoción a Santa Ana en Las Palmas está, según leo, documentada desde mitad del siglo XVI en que la sacaban en procesión por los alrededores del primitivo templo.

La imagen de Santa Ana actual, de 1941, está colocada normalmente en lo alto del altar mayor a bastante altura del suelo por lo que sus facciones y sus contrastes no pueden apreciarse. En este verano sí hemos podido disfrutar viéndola cara a cara pues ha estado sobre un trono en una nave lateral de la catedral e incluso la llevaron en procesión por su plaza. Es una talla sobria y sencilla, sin concesión alguna a la beatitud de otras esculturas, como corresponde a la sencillez y sobriedad de la iglesia catedral que la acoge. Es de madera, de una sola pieza, de algo más de un metro de altura y representa a la Santa sentada con un libro o documento sobre sus rodillas, y a la Virgen María, adolescente, de pie a su lado, sosteniéndolo y seguramente leyendo en él.

No puedo aportar dato alguno del fervor que inspira Santa Ana en las gentes de mi ciudad e isla. No es santa a la que se atribuya milagro alguno, que yo sepa, y el hecho de contar con Nuestra Señora del Pino (la virgen la más hermosa, que dice la copla), en Teror, como Patrona de la isla debe ser causa posiblemente que la devoción a la Patrona de la Ciudad no sea tan grande como merecidamente le debiéramos tener.

Te deseo un buen día.