viernes, 30 de marzo de 2012

El volcán Teguseo

Hola a todos.
El ingeniero Torriani estuvo en la isla de La Palma cuando en 1585 un nuevo volcán hizo su aparición en la isla. Pudo por ello, seguramente, ver y sentir los efectos de un fenómeno geológico que debió ser sobrecogedor. Lo narra en uno de los capítulos de su libro (que ya he mencionado) Descripción de las islas del Reyno de Canarias. Traigo aquí algunos de sus párrafos y estoy seguro de que al leerlos convendrán ustedes conmigo en que el bueno del ingeniero echó mucha belleza al contar tal espectáculo.

"En esta isla de La Palma, en la parte de oeste-noroeste, en medio de ciertas montañas que, con suave pendiente hacia el mar, formaban un agradable anfiteatro, se hallaba una grande llanura, (...) adornada con algunos pinos muy altos y limpísimas aguas que, bajando de las alturas cercanas, descansaban allí, con mucho provecho del ganado".

“A 19 de mayo del año de 1585, este sitio comenzó a levantarse visiblemente en su centro, con un gran hoyo que, tragándose algunos de aquellos árboles y levantando otros consigo, mandaba fuera un gran ruido acompañado por un terrible terremoto”.

"Las altas cumbres se hendían y se hundían en la profundidad de aquel abismo que había originado la materia expulsada, y los lugares bajos quedaron altos. Los árboles más alejados estaban en parte sumergidos entre las piedras y las cenizas que llovían, y quedaban hechos pedazos por las grandísimas piedras que les caían encima; y era tan grande la cantidad de las piedras que salían fuera de la boca, que antes que volviesen abajo, con ser algunas de ellas tan grandes como cuatro bueyes juntos, parecían en lo alto muchedumbre de pajaritos".

(…) “Por algunas grietas que separan las dos piedras, como también en la base de las mismas, se veían dentro grandísimas llamas, que, serpenteando por lugares tortuosos, demostraban que al interior había un gran vacío, a manera de horno, llenado por un grandísimo incendio; porque, al voltear las llamas por dentro, sin asomar al exterior, se notaba que estaban empujadas en lo alto por otras infinitas y de mayor fuerza”.

(…) “Tomaban tan extrañas formas y movimientos que, además del intenso resplandor, que era causa que la noche competía con el día, parecía que había en el aire escuadrones que peleaban los unos contra los otros, en figuras repugnantes, a manera de fantasmas, serpientes, vigas, lanzas, cabras que saltaban; y todas las especies de fuegos espantosos y prodigiosos que se pueden producir en el orbe del aire, parecían que se habían reunido allí, para amenazar esta isla; además de una infinidad de otras cosas que, por más que curiosas, dejamos de decir”.

Como esta erupción del volcán Teguseo (así lo llamó Torriani) no se pudo filmar por razones obvias, aquí dejo un vídeo de youtube del volcán Teneguía de la dicha isla de La Palma. El siguiente volcán por aquí ha sido el de la isla de El Hierro, en en Mar de las Calmas.



Te deseo un buen día.

martes, 20 de marzo de 2012

Mujer trabajadora y con...

Hola a todos.

¿Qué hacer cuando tus hijos te necesitan,
tu jefe te agobia,
y tu marido re reclama?

Fabián Lomio recaló por estos peñascos atlánticos a los que llamamos Canarias después de cruzar el charco pues vino aquí desde su Buenos Aires natal. Llegó primero a la isla de Lanzarote en donde estuvo una temporada más o menos viviendo y trabajando en lo que pudo. Luego se vino a Gran Canaria y aquí lanzó el ancla que le tiene atado a la isla. Y que sea por muchos años, pienso yo. Porque Fabián está desarrollando acá con humildad, casi en silencio, con pasos quedos solo conocidos por sus amigos cercanos, una actividad intelectual para la que auguro venturosos tiempos. Porque Fabián es joven y tiene mucha andadura por delante. Lo suyo es el teatro. Y la lectura. Y con una cosa y la otra tiene la habilidad de coger una obra de autor consagrado y convertirla en una pieza teatral que gusta y que educa. Tal la novela de Galdós, Marianela, que convirtió en un interesante monólogo. En otras ocasiones, la obra es suya propia y los resultados son prometedores.



El pasado jueves tuve la suerte de asistir en la Sala Cuasquías de Las Palmas (teatro-bar cercano al Teatro Pérez Galdós con una interesante actividad cultura casi fija) a un bonito juego teatral.

Jugaba tal día Fabián con ventaja, porque unía alternándolos cuadros en vivo -monólogos de la Lupe que es la mujer trabajadora- con otros sketches previamente grabados en donde van apareciendo la compañera de trabajo de Lupe, la cuñada de Lupe, el marido de Lupe y el Jefe de Lupe. Cuatro personajes que viven a cuerpo de rey, al contrario que la Lupe. J
uego de cuadros o sketches, divertidos y con profundo mensaje, con motivo del día de la mujer trabajadora. Su título: Mujer trabajadora y con hijos.

El cuadro que más me gustó es aquel en el que Lupe se culpa, y porque se culpa, se azota. Y porque se culpa y se azota, se lamenta:

- Soy culpable por ser una madre desgraciada que no puede tomarse un día libre para cuidar de su hija enferma...

Y el lamento sigue por esto y por lo otro:

- Me he hecho cargo de la culpa de los días de lluvia que no podemos ir a la playa y no tener una actividad alternativa; de la falta de cerveza en la nevera, aunque yo no beba alcohol; de la monografía
sobre la vida de los cefalópodos que Pedrito tenía que presentar el lunes y NOS olvidamos de hacer el domingo...

Y puesta a culparse se queja hasta por tener que ir a mear, en el trabajo:

- Durante los nueves meses de embarazo fui acumulando culpa sobre culpa, y así, cuando llegué al noveno mes de gestación ya me sentía culpable en toda regla por pasar más tiempo en el baño orinando que en mi puesto de trabajo...

Y los espectadores, entre risas y sofocos por la risa, vamos sintiéndonos culpables con la Lupe por ser ésta, simplemente, una mujer trabajadora... y con hijos.


Hermi Horihuela (Lupe)




Te deseo un buen día.

sábado, 17 de marzo de 2012

A caer de un burro

Hola a todos.

Decid vos, madre, a la yedra verde
que mire el árbol en que trepa:
si él se cae, ella se pierde. (*)

El señor Torriani, italiano él, estuvo por estos peñascos atlánticos, (a los que los antiguos llamaron islas Afortunadas y otras lindezas) allá por los años cercanos al 1600, mandado por el monarca español de entonces para hacer trabajos para la Corona. Nos dejó el bueno de don Leonardo, para deleite nuestro, su libro con título sonoro que dice Descripción e Historia del Reino de las Islas Canarias. En este su libro, entre cosas cosas interesantes, el ingeniero Torriani nos puso a los naturales del archipiélago canario a caer de un burro. Vean ustedes si no:

(...) además del defecto natural recibido por los isleños como por todos los demás, ellos, por la naturaleza de su lugar marítimo y por influencia de las estrellas (...) no son libres en general de algunas calumnias y vicios notables". (...) porque aquí faltan las primeras dos virtudes que adornan al hombre, es decir la Modestia y la Mansedumbre; también faltan las otras dos, perfectísimas, Vergüenza y Verdad, sus hijas, y reinan las ambiciones, las mentiras y el fingir, por maligna influencia del signo de Escorpión".

"Además de estos vicios, a cada una de estas islas se atribuyen otros vicios particulares. Los lanzaroteños son considerados asesinos; los de Fuerteventura, indolentes; los canarios, mentirosos; los de Tenerife, ingratos; los gomeros, traidores; los del Hierro, toscos; y los palmeros, vanidosos. También tienen facilidad para cualquier cosa y afición; pero son muy inconstantes, por fuerza de la triplicidad venérea y marcial".

O sea, me digo, que aquí no escapa ni el gato. Menos mal que para todos estos pensamientos del buen ingeniero éste se apoyaba en los signos del zodiaco y en los demás astros del cielo y por ello echaba la culpa a Venus y a Cupido, a Cáncer y Escorpión y Piscis, a la Luna y a Marte, a Ariete, León y Sagitario...

Queda claro, que el que no se consuela es porque no quiere.

(*) Canto a modo de endecha de los canarios antiguos.

Te deseo un buen día.

martes, 13 de marzo de 2012

Cantos antiguos, de los aborígenes canarios


Hola a todos.

Leonardo Torriani nació en Cremona, Italia, en 1560 cuando en la península itálica el Renacimiento llevaba muchos años de florecido. Luego pasó Leonardo a España en tiempos de Felipe II invitado como ingeniero militar. Esto ocurrió en el 1583 y un año más tarde una cédula real lo envía a La Palma como ingeniero del Rey. Venía con la misión de proyectar y construir un muelle y un torreón en la isla después de ver y reconocer el lugar. Estuvo en la 'isla bonita' hasta 1586. Poco después volvería destinado a las Canarias.

En esta segunda etapa Torriani tuvo la misión de visitar todas las fortificaciones del archipiélago y de informar para su mejor defensa. Para ello el ingeniero levantó planos de las ciudades principales de las islas que hoy en día son un primor pues nos permiten conocer aquellos núcleos pequeños de población en los que se desenvolvía la vida de nuestros antepasados. Así podemos ver como era la ciudad de Las Palmas, por ejemplo, con el mar al naciente, las mesetas al poniente en donde se encontraba el castillo de San Francisco, y las dos murallas, uno al final del barrio de Vegueta y la otra en el de Triana que protegía a la ciudad de ataques indeseados; incluso nos es dado ver el barranco de Guiniguada que en aquel entonces podía ser considerado, tal vez, un río.

Pero el bueno de don Leonardo no se contentó con los planos y las indicaciones propias de su profesión. Por el contrario, acompañó sus escritos con descripciones de la vida y costumbres que él veía y de aquellas cosas anteriores a él de las que le llegaban noticias, tanto por la descripción oral como por otro libro de otro autor anterior del que tuvo noticia.

Escribió Torriani la "Descripción e historia del reino de las Islas Canarias antes afortunadas, con el parecer de sus fortificaciones". Y en este libro, aparte de otras cosas sabrosas, nos da cuenta de haber encontrado en las islas de Gran Canaria y en la de La Gomera unas canciones, que eran como endechas castellanas: cantos antiguos de los aborígenes en la lengua bereber que en estas islas hablaban. Uno de estos cantos dice así:

Aicá Maragá, aititú aguahai
Maicá guere, demancihani
Neigá haruuti alemalai.

Dos traducciones se han hecho de este canto, bien distintas, que nos han llegado. La una dice:

¡Bienvenidos! Gente forastera mató
nuestra madre; pero ahora, hermano,
nos uniremos; si no, estaremos perdidos.

La otra traducción, que Torriani puso en italiano, y que luego pasó al castellano, es más romántica:

Si los delfines mueren de amores,
triste de mí, ¿qué harán los hombres
que tienen tiernos los corazones?

Y yo me digo: verdad que es bonita, ¿no es verdad?

Te deseo un buen día.

P.S. Fotografía tomada de la revista Mundo Guanche.

martes, 6 de marzo de 2012

De esclavos y otras cosas

Hola a todos.
Cuando leí la novela titulada La Cabaña del Tío Tom, y más tarde cuando vi la película basada en dicha historia, ni por asomo llegué a pensar que a lo mejor, (a lo peor diría yo), en mis antepasados habría algún tratante de esclavos.

Resulta, miren ustedes, que en las clases de Diplomatura de Estudios Canarios, en una clase de Historia de Canarias, nos reveló el 'profe' que hay documentos que dicen que en la ciudad en donde nací y vivo, (ya saben ustedes) se llegó a fletar algún barco para traer esclavos del África cercana para trabajar en las casi desérticas islas de Canaria, Titeroygatra y Erbani y en las otras del Atlántico señero.

O sea, ¡Jesús mío! pienso con horror, que había personas que, a lo mejor o a lo peor, eran antepasados míos y comerciaban con carne humana.

No aseguro que lo fueran porque consideren ustedes que cosas: todavía no sé si soy descendiente de los antiguos habitantes de la Gran Canaria (antes Canaria) o si mis mayores formaron parte de aquellos conquistadores y colonizadores que vinieron a mi isla en nombre de los Católicos Reyes, o de los que les siguieron en los reinados posteriores.

La duda me reconcome: ¿soy descendiente de los bereberes que vinieron de un pueblo del sur del Marruecos actual llamados canarii y que dieron nombre a Canaria y por extensión al archipiélago, o lo soy de los castellanos, o lusitanos, o andaluces, o tantos otros que vinieron de la Península Ibérica? La cosa tiene su miga pues según sea la contestación seré reo o no de aquel fletamiento de un barco negrero en la antigua Las Palmas. ¿Qué les parece? ¿No opinan que el asunto es suficientemente negro como para estar yo tan preocupado?

Con todo, te deseo, como siempre, un muy buen día.

jueves, 1 de marzo de 2012

¡Vámonos al cine!

Hola a todos.
Saben ustedes que yo voy muy poquitas veces al cine debido a que oigo pésimamente los diálogos de las películas. Voy, para mi pesar, tan sólo de vez en cuando. Por ello, al saber que daban una película nueva en blanco y negro, y muda, le dije a la parienta: '¡vámonos al cine!' confiando en atinar y pasarlo bien. Me ayudó también en la decisión los comentarios que había leído a favor del film, el hecho de que fuera galardonada con cinco estatuillas en la última gala de los premios Óscar, y sobre todo el haber escuchado en RNE unos fragmentos de la música de la película que me encantó.

Así que nos fuimos al cine a ver The Artist, película francesa en cuestión, en una sesión con muy poquito público. Y lo pasamos estupendamente bien. La trama de la historia narrada, que transcurre en los tiempos del tránsito del cine mudo al sonoro y que coincide con los de la Gran Depresión del 29, es quizás lo menos importante si bien está llevada de forma agradable y no cansina. Está, eso sí, finamente ambientada y con fotogramas suaves unos e impactantes otros que nos llevan de una escena a la siguiente con total naturalidad. Los primeros planos nos presentan las facciones del protagonista principal mostrando los distintos estados de ánimo a que le lleva las circunstancias que le toca vivir. Es un trabajo el de este actor, Jean Dujardin, perfectamente valorado y premiado. A mí me gustó también mucho el de su compañera en la escena, Bérénice Bejo, que sin embargo no consiguió Óscar alguno.

La Música, ya dije, me encantó. Y el perro... ¡Ah, el perro! El trabajo del chucho vale por toda la película. El animalito da calor y amor a raudales en cada una de las secuencias en que aparece.



Te deseo un buen día.