sábado, 29 de diciembre de 2012

Alrededor del viejo árbol

Hola a todos.
Alrededor del viejo árbol han hecho otra vez el tradicional Belén. Alrededor del viejo árbol los niños y las niñas, los papás y las mamás, los abuelos y las abuelas dan vueltas y vueltas tratando de encontrar entre las figuras del belén el misterio del Nacimiento del Hijo de Dios. Los papás, los niños y los abuelos miran, entre asombrados y extasiados, la representación. "¡Mira, el río!" dice la abuela señalando la cinta blanca del agua. "Oh, allí, allí, está la mujer tejiendo lana!" exclama la mamá apuntando una figurita encorvada. Los niños, hermano y hermana, buscan a los Reyes. Y los Reyes están un poco alejados y caminando en dirección contraria al Portal. "¿Por qué no los han puesto en dirección a dónde está el Niño Dios?" pregunta preocupado el padre. "Estará el Niño penado por haber hecho alguna travesura?" contesta la mamá quién echa en falta el estanque y a los patos. A ella, desde siempre, le han gustado los patos en el estanque, y queda pesarosa. Piensa que un Nacimiento sin patos es otra cosa. "No sé, se dice, es como si estuviera manco". Tampoco están los cerditos ni las gallinas ni el pavo. La mamá sigue disgustada pero el disgusto le dura bien poco, tan poco que enseguida se le va. Es que ha visto a los pastores y a las ovejas. Van -ellos sí- caminando despacito, pasito a pasito, camino del Portal por unas veredas abiertas entre las montañas. "¿Pero, dónde está el Ángel que anuncia a los pastores el Nacimiento del Niño Jesús?" pregunta calladamente, como para sí, la abuela. Y es que no lo ha visto. Porque el Ángel está en la entrada de la cueva en que ha nacido el Salvador. Y todavía aquí, a la cueva, no han llegado ni la abuela, ni el abuelo, ni el papá, ni la mamá, ni el niño, ni la niña... Siguen dando la vuelta despacito alrededor del viejo árbol y a quienes sí han visto es a los romanos. En sus grandes palacios. Y han visto como tratan de matar a los Santos Inocentes... Y los corazones de los niños, de los abuelos y de los papás se llenan de congoja y repudian la maldad de los soldados... Y han visto también al herrero golpeando el hierro sobre el yunque y a otro poniendo la herradura a un caballo. Y han visto las altas, altísimas palmeras, y las tuneras y los cardones y las aulagas. "Este año no han puesto la arena para el desierto" dice el papá a la mamá como con enojo. Como si ello fuera un fallo imperdonable. Ni tampoco las piedras volcánicas, ni los cercados plantados con alpiste o lentejas...

Ya por último, entre apretujones de la gente, llegan ante el recinto sagrado en el que está nacido el Niño Dios. Y la Virgen amorosa a su lado. y el Patriarca San José con su báculo. Al pronto no ven a la mula ni al buey y se sobresaltan. "¡Esto es cosa del Papa!", se dicen con desconsuelo. Abren los ojos como platos buscando a los queridos animales. "¡Si están!", dice el papá, que es el más alto y los ha visto primero. Y es verdad: solo que la mula, echada humildemente en el suelo, queda tapada por el Ángel, hermoso y grande, que está en la puerta anunciando el santo acontecimiento. Y el buey, humilde también en su rincón, queda tapado por las altos yerbajos secos. Y los niños y los abuelos y los papás, aplauden alborozados porque saben que los humildes animales dan aquí, un año más, a Jesús, su calor con sus alientos.





 




  Te deseo un buen día.      

martes, 25 de diciembre de 2012

El pastelón

Hola a todos.
Al llegar la Navidad las tradiciones se hacen un hueco en las casas y al igual que todos sacamos lo mejor de nosotros mismos para compartirlo con los demás así sacamos los mejores secretos culinarios para deleitar a quienes comparten con nosotros estas fiestas entrañables. Debo contarles para confirmar esta aseveración que en casa, es la abuela - o sea mi mujer- quien se ocupa de la cocina para agasajar a los hijos y a los nietos. Y prepara ¡vaya si prepara! cosas estupendas de comidas y de postres sin olvidarse de la decoración de la casa. Del baúl de las recetas saca cosas imprevistas unas y más o menos previsibles otras. Pero hay una que no puede faltar en Navidad pues ya es una tradición en nuestra casa. No puedo aventurarme a decir desde cuando tenemos la costumbre. Fue antes desde luego de nacer nuestros nietos que ya van para galletoncitos. O quizás desde antes de que nuestros hijos (casados) se casaran. O incluso antes de que tuvieran él y ella novia y novio formal. Pero lo que es imaginable es que el secreto del pastelón ha estado en la memoria de la abuela desde siempre, tal vez. No voy a darles yo la receta pues la desconozco. Pero como comensal asiduo a las cenas de Nochebuena y a la posterior comida de Navidad puedo atestiguar que  está de rico como para hacerle un monumento: a la abuela, claro está.

Dejemos que ella nos desvele el secreto:

Ingredientes para diez raciones:

*  base para una tarta de tres capas
*  7 hojas de lechuga
*  3 aguacates
*  1/2 kilos de gambas
*  3 huevos
*  1 cajita de huevo hilado para decorar
*  1 zanahoria grande
*  1 bote grande de mayonesa
*  salsa rosa (mayonesa con ketchup)

Se cuecen y se trocean las gambas, dejando unas pocas peladas y enteras para decorar; se hace la crema con mayonesa y un aguacate; se prepara la salsa rosa; se pican las lechugas al estilo juliana; se raya la zanahoria; se cuecen los huevos.

Se coloca una de las tres partes de la base; se cubre con la crema de aguacate; se le añade algo de lechuga, zanahoria, huevo picadito y las gambas troceadas y aguacate laminado; y se le pone unos montoncitos de salsa rosa. A continuación se pone la siguiente capa (número 2) y se vuelve a cubrir con los ingredientes aunque en este caso conviene poner  la salsa rosa al principio y los montoncitos del final que sean de aguacate. Se cierra con la última capa y a ésta (la tercena) la cubrimos con la salsa con que se cuente al final: de aguacate o la salsa rosa. Y se decora. Y se come. Y se relame uno los labios con gustirrinín. ¡Ah, y que no falte el vino blanco fresquito o un buen refresco: en Canarias el Clipper de fresa no está nada mal para la ocasión.


Y con esto y un bizcocho, deseo a todos FELICES FIESTAS DE NAVIDAD.

Te deseo un buen día.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Sandra

Hola a todos.
Sandra Santa Cruz es una artista con mayúscula. Lo suyo es el ballet aunque ignoro si lo llegó a practicar alguna vez en algún concierto. Porque lo suyo de verdad, según lo entiendo, es la enseñanza del ballet, lo que bien mirado tiene muchísimo mérito. Lleva Sandra con esto de la enseñanza la friolera de 23 años y está -como no podía ser menos por su dedicación y entrega- recogiendo cosechas abundantes de frutos frescos. Y por ello de vez en cuando, de tarde en tarde para mi gusto, nos deleita con un espectáculo fantástico protagonizado por sus alumnos, algunos grandes y los más pequeñitos. Anoche tuvimos la suerte de asistir a uno de ellos, en el Teatro Guiniguada de Las Palmas. Dos horas largas de ballet, de música y de complicidad entre actores y actrices con el público. No era para menos porque el teatro estaba lleno a reventar de mamás y de papás, de abuelas y de abuelos, y de muchos más familiares y amigos, que no queríamos perdernos las evoluciones de todos ellos sobre el escenario pero sobre todo la representación preciosa que de seguro nos iban a dar los más pequeños de las clases.



Con un buen programa de dos partes en el que no podía faltar la Obertura y Cascanueces fuimos pasando por cuadros magníficos llenos de ilusión con música de películas del genial Walt Disney. Aplaudidos a rabiar fueron los de los pescaditos debajo del mar con sus trajecitos reflectantes que, con la luz del teatro apagada, permitían que viéramos moverse con gracia mayúscula las cabezas y las colas de los pequeños peces, y, ¡cómo no! la representación de los 101 Dálmatas, pequeños y traviesos perritos que se movían por el escenario danzando a "cuatro patas" arragándose los unos de los otros por las colas y evolucionando con los acordes de la música; cuadro en el que no podían faltar los padres de los Dálmatas y la cruel Cruela Devil.




"Esta noche fusionaremos navidad con la fantasía de Disney. Deseamos compartir esa magia con todos ustedes y que disfruten de nuestro espectáculo." nos decía Sandra Santa Cruz en el programa de mano. Puedo decir con la boca llena (para algo soy abuelo de Miriam Fangpo, una de las lindas y pequeñas artistas), que Sandra consiguió con holgura su compromiso. A ella y al elenco al completo, y a todos los que hicieron posible el acto, les doy las más efusivas gracias.


Te deseo un buen día.    

viernes, 7 de diciembre de 2012

Las Palmas y los santos varones

Hola a todos.
Cayó en mis manos por casualidad un pequeño libro escrito por Horst Uden, ciudadano alemán nacido en Silesia en 1898, que lleva por título Bajo el Drago y tiene por subtítulo Leyendas y tradiciones de las Islas Canarias. Estas leyendas, cuentos, o relatos cortos, fueron escritas a finales de los años 30 del pasado siglo después de unos viajes que el autor realizó por el archipiélago. En uno de los cuentos que lleva por título "Al Cojo Pepe" pude leer este comienzo: "Entre la vieja fortaleza de piedra que lleva el nombre de Risco de San Nicolás y la catedral de dos torres, el signo distintivo del Real de Las Palmas, se extiende la oscura maraña de las estrechas callejuelas del puerto, que apenas dejan paso a un mulo cargado".

Al rato me encontré pensando -y aún no sé el porqué- que los Riscos de Las Palmas tienen todos nombres de santos: nombres de santos... varones. Y me puse a enumerarlos: más allá del Barranco de Guiniguada por donde estaban las carreteras que nos llevaban al Sur y al Centro de la isla -de Gran Canaria- tenemos los Riscos de San José, de San Juan, y de San Roque; por acá de tal Barranco tenemos los de San Nicolás, San Bernardo y San Lázaro; y un poco más hacia el Puerto, pasado el Barranquillo de Mata y el castillo de igual nombre por donde estaba la única carretera que durante muchos años nos llevaba al Norte tenemos el barrio de San Antonio, también en un risco.

Me dio entonces por seguir el inventario y me encuentro conque los varones santos se llevan la palma en Las Palmas. San Cristóbal es el barrio marinero por excelencia al que encontramos según entramos desde el Sur; a San Agustín, a San Francisco de Borja y a Santo Domingo de Guzmán los tenemos en sus iglesias respectivas por el señorial barrio de Vegueta; a San Antón, en su antigua ermita, justo detrás de la Catedral en dicho barrio; pasando al barrio comercial de Triana tenemos a San Pedro con una calle (al parecer por un antiguo convento), a San Francisco de Asís al que podemos venerar en su iglesia y que además cuenta con un castillo a su nombre, a San Telmo en la parroquia de San Bernardo... Y más allá, por fuera de la portada y hasta la Isleta- nos encontramos con las parroquias de San Pablo, de San José, de San Pedro, de San Pío X; y ya por otros barrios de la ciudad podemos encontrar las parroquias de San Antonio María Claret, de San Pedro de San José Bethencourt, de San Marcos Evangelista, de San Esteban Protomártir, de San Francisco de Sales, de San Vicente de Paúl, de San José Artesano, de San Francisco Javier, de San Gregorio Magno, de San Juan Bosco, y de San Lorenzo.

Y también tuvimos, y hoy no tenemos, una antigua ermita dedicada a San Sebastián.

Como vemos la lista de santos varones es extensa. Es natural pues la isla fue conquistada por los Reyes Católicos cuando ya habían venido misioneros mallorquines muchos años antes, y los colonos que vinieron en busca de tierras o trabajo se trajeron sus advocaciones preferidas. Y lo mismo hicieron los frailes que a la isla vinieron y en Las Palmas abrieron conventos.

Y aquí me tienen ustedes por culpa de la lectura del cuento titulado "Al Cojo Pepe" dándole vueltas al coco y sin quererlo ni beberlo con la obligación de saber el porqué de la preferencia de los habitantes de mi ciudad, desde los tiempos de la conquista hasta hoy, que ha hecho que tengamos en los altares nuestros a éstos y no a otros santos. Trataré de descifrar la parte oculta del misterio.


Retablo Iglesia de San Agustín


Iglesia de San Roque

Te deseo un buen día.