lunes, 25 de mayo de 2015

Ibiza - Pueblos

Hola a todos.
Partimos de excursión hacia el centro y norte de la isla. Visitamos tres pueblos. Ya habíamos advertido que las distintas localidades en Ibiza tienen nombres de santos o santas... y apellidos, así que no nos extrañó el saber que íbamos a Santa Gertrudis de Fruitera, a Sant Miquel de Balansat y a Santa Eularia des Riu habiendo pasado, para iniciar el viaje, por Sant Antoni de Portmany. Estupendo -nos dijimos- los santos están con nosotros y partimos deseosos de conocer las cosas variopintas y curiosas que íbamos a encontrar por donde fuéramos.

En San Antoni volvimos a ver de pasada el famoso huevo de Colón. Supimos que era de él porque en una abertura rectangular que tenía por donde debía estar su centro había una nave (carabela o nao) de las que acompañaron al Almirante en su viaje del Descubrimiento. No pudimos determinar si era la Niña, la Pinta o la Santa María pero si pudimos apreciar que la nave y el huevo en su conjunto hacían bonito en la rotonda.


En Santa Gertrudis encontramos una casa típica antigua. Las casas ibicencas son de una simplicidad encomiable. Al construirlas, la familia comienza con un cubo: cuatro paredes, suelo, y techo (con ligero desnivel para llevar el agua de lluvia al aljibe) y ahí se mete. Si la familia crece, un nuevo cubo se une al anterior y luego otro y otro si se hace necesario. Las casas (casi todas) van pintadas de blanco. Son una monada que no rompen el paisaje y son cómodas pues entre cubo y cubo va quedando un pequeño espacio que se acondiciona para patio-jardín.



También encontramos a un señor obispo con el pecho abierto seguramente para que los diocesanos pudieran entrar en su corazón.


En Sant Miquel pudimos ver unos olivos centenarios y un café y hotel del que nos llamó la atención su nombre: El guiri café. Es un pueblo al parecer muy frecuentado por turistas y de ahí el nombre. Tiene una sencilla iglesia blanca a la que un cura de hierro en la puerta parece invitar a entrar.
 



Santa Eularia está en la costa. Estuvimos en esta bonita localidad un buen rato esperando la hora del almuerzo. Tiene una calle principal (un bulevar, diríamos) en ligera pendiente que va desde el Ayuntamiento hasta la avenida de la playa. En el bulevard una fuente, y en la fuente unn "Fameliar Jugant" que según leemos en una placa "es un duende propio de Santa Eularia des Riu, capaz de grandes trabajos pero con apetito enorme... que le traerá suerte". No llegamos a saber a que apetito se refiere la inscripción pero de lo que quedamos convencidos es de que tiene unos atributos enormes el bicho...



También encontramos otros animales más comedidos: una familia canina que se solazaba al sol del mediodía justo en la confluencia del bulevar con la avenida.




Almorzamos en un restaurante junto al mar en una pequeña cala. Luego fuimos a un mercadillo hippy. Pero esta es ya otra historia.

Te deseo un buen día.


viernes, 15 de mayo de 2015

Ibiza - Isla recortada

Hola a todos.
La costa en Ibiza se nos presenta recortada como un encaje de novia sobre el azul del mar. Lo apreciamos a poco de nuestra llegada a la isla pero fue desde el avión, cuando volvíamos a casa, que pudimos ver sus entrantes y sus salientes allá abajo mientras el avión remontaba el vuelo. El recorte de sus costas y las montañas de poca altura (más bien colinas) son los distintivos de esta isla a la que habíamos llegado para unas cortas vacaciones con el Imserso. 
De hecho, quedamos instalados en el hotel Pinet en la cala que lleva el mismo nombre: Cala Pinet con una pequeña playa, un embarcadero y un chiringuito con sombrillas hechas con pencas de palmeras en el que faltaba un buen café. Si tenían para servir un rico licor ibicenco, de esos que decimos son digestivos... una delicia al paladar pues lo servían en un pequeñín vaso frío (con escarcha) que mantenía el dulzor y la fragancia del espirituoso brebaje. 



Desde aquí, desde el pequeño embarcadero, partimos el último día de nuestra estancia en la isla para, en un excursión de tres horas, ver desde fuera -desde el mar- sus costas a las que nos acercaban para luego retroceder de cada cala, de cada promontorio, de cada bahía, ensenada, cabo, cueva o islote, que encontrábamos en nuestro navegar, mientras las gaviotas alborozadas acompañaban nuestro alborozo de veterana gente que fuéramos de mar. 








Te deseo un buen día.