domingo, 30 de marzo de 2008

Crece un castillo





Hola a todos. Quizás al subir por la calle de Bravo Murillo en Las Palmas con dirección a la Plaza de Nuestra Señora del Pino has visto, al igual que yo, un castillo que crece. Me refiero a la antigua Casa Mata, hoy Castillo de Mata, que se eleva al pie del risco y que en su día sirvió para defender la muralla de la ciudad. El Castillo está siendo restaurado desde hace años por una escuela taller (según leo en la red), sin prisas pero sin pausas, y no tenía noticia de que iba a ser ampliado. Está creciendo con dirección a las casas del Risco por la calle Domingo Guerra del Río y a simple vista parece que quieren duplicar su anterior perímetro, y puede verse, por el color de las piedras, más obscuras las antiguas, la parte nueva y vieja de la construcción; por la parte de atrás -donde están las cuevas que fueron cobijo de los aborígenes y en mis tiempos eran llamadas 'cuevas del provecho'- están también trabajando si bien esta otra ampliación no parece del mismo estilo que el castillo. Espero ver la terminación de las obras y, según que uso se les den, poder gozar con ellas.






Escribo lo anterior porque espero que mis nietos, hoy pequeños, puedan leer estas mis impresiones pasados los años, y con ellas saber que en estos años de principio de siglo se hicieron estas obras de mejora y ampliación de un tesoro de la ciudad. Y también, y ahí las fotos, que algo más arriba, en el inicio de la carretera de Mata, que era la carretera que iba al norte de la isla, siguen estando ¿desde hace cuánto tiempo? unas pequeñas casas, con un frontis de pocos metros -una puerta y una ventana tan sólo- que forman un arcoiris. Estas casas las he visto desde siempre así que lo menos tienen medio siglo de existencia pero me pienso que muy bien pueden ser anteriores. ¿Cuántas historias ha cobijado? ¿Qué propició su construcción? ¿Crecieron juntas en el tiempo al barrio de San Antonio cercano y a los otros Riscos? ¿Cuánto durarán sin que la piqueta las haga desaparecer?


Son preguntas que me hago y que te traslado sin ánimo de preocuparte; así a lo mejor somos dos los que pensamos en lo mismo...


Te deseo un buen día.

sábado, 29 de marzo de 2008

Comidas de aúpa

Recetario de cocina saludable de Radio Ecca:



"... ponga agua fría en un caldero y añada, por este orden,
las batatas, las papas y el pescado; ponga el caldero al fuego
y cuando las papas estén cocidas, se escurre el agua
reservándola para amasar la pella de gofio..."



Hola a todos. Recuerdo que en el principio de la Cuaresma o por ahí en los Salesianos ponían un catafalco en la iglesia al pie del altar de María Auxiliadora que la verdad no sé si impresionaba o causaba curiosidad al niño que yo era. En la Semana Santa se acostumbraba a cubrir las imágenes con unos paños de color morado, y lo que era más sorprendente es que a los críos nos tenían dos o tres días sin casi poder hablar, jugando a los boliches en el patio y no al fútbol o a otros juegos de correr y gritar, y además, para llamarnos, en lugar de la campana de siempre hacían sonar una carraca que es algo que da vueltas al final de un palo y produce ruidos sordos. Se acostumbraba en estos años suprimir la carne en las comidas durante estos períodos de Cuaresma hasta el Domingo de Resurrección, supongo que un par de días a la semana, salvo que pudieras hacerte con la bula pagando el óbolo correspondiente.






Esta última costumbre -la de no comer carne- sigue como tradición al menos en el Viernes Santo día en que en la mayoría de las casas canarias se come pescado, y lo más probable es que el pescado se coma con un buen sancocho. En la azotea de casa de Yeya, mi suegra y bisabuela de la familia, acostumbramos a celebrar su onomástica, la Virgen de la Soledad, comiéndonos un apetitoso sancocho en el que no puede faltar por supuesto el rico cherne, las papas y la batata, el mojo picón y la pella de gofio, con unos vasos de vino. Se hace esta rica comida en Canarias como queda dicho sancochando papas, batatas y pescado y se amasa el gofio, y se sirve también si se desea una ensalada. Como no podía faltar este año el encuentro familiar con sancocho incluido, a él nos dedicamos el Viernes Santo pasado con profesionalidad de gourmets.





Tras leer hace poco "Memorias de un Noventón" de Domingo J. Navarro y en él la receta en verso de como hacer un puchero canario quedé con el regustillo de comerlo y acordamos el hacerlo en esta semana. Así que hoy nos volvimos a reunir, preparamos el rústico comedor en la azotea, Yeya se ocupó de mil amores junto a sus ayudantas de preparar el guiso, del que cuando ya estaba listo nos servimos en primer lugar una tacita de caldo con yerbahuerto como aperitivo, acompañado de chorizo y queso de oveja con pan bizcochado. El puchero canario no lleva como el sancocho pescado sino carnes de vaca y de pollo, que se trocean para ponerla en una olla grande con agua a la que se le añade batatas y papas,garbanzos, cebolla, una hoja de laurel, un poco de azafrán, y verduras en cantidad: calabaza, col, habichuelas, calabacín, piñas y zanahoria, y para terminar de dar gusto se añaden unas peras. De este rebotallo nace un suculento y aromático plato que casi no necesita del vino aunque éste también puede servirse para acompañarlo.




Lo dicho, a no perder el tiempo con comidas precocinadas ni cosas por el estilo, y rescatemos la cocina de nuestras abuelas que bien se lo merecen.

P.S. Pancho Guerra en su obra "Contribución al Léxico Popular de Gran Canaria" nos dice que el sancocho es "vianda soberana del mantel isleño, compuesta de un cherne salpreso y papas sancochadas, todo lo cual se rocía luego con mojo colorado", y del puchero que "es la comida rural o urbana de los días de fiesta grande, de la del patrono del pueblo. Se come con pan, al contrario de lo cotidiano, que se come con gofio".

Te deseo un buen día.

viernes, 28 de marzo de 2008

Biblioteca del Estado

Hola a todos. De vez en cuando la Arquitectura nos depara un grato sabor en la jungla de cemento en que se convierten la mayoría de las ciudades. Tenemos en Las Palmas de Gran Canaria un edificio armónico y singular, bello y sencillo, que en mi opinión merece ser reconocido. Está situado cerca del Parque de San Telmo y junto a la Avenida Marítima en un entorno adecuado para lucir su silueta. Me refiero al edificio de la Biblioteca Nacional, a la que últimamente acudo con alguna frecuencia para solicitar o devolver libros. Tiene el edificio dos escaleras y una rampa para acceder a lo que es como una terraza que da a la entrada principal en la primera planta. Ya en este punto, bien cuidado con alguna planta y bancos, se puede ver la avenida, con la escultura a la Vela Latina Canaria, y el mar al fondo con barcos fondeados en la bahía. El interior es funcional pero no frío debido seguramente a los grandes ventanales que, además de permitir la entrada de la luz, deja ver igualmente las palmeras y el mar. No se oyen ruidos molestos pese al continuo tráfico rodado de coches y camiones por lo que es lugar idóneo para la lectura y el estudio. De hecho siempre que voy veo a muchas personas, jóvenes en su mayoría en sus mesas de trabajo, muchas de ellas con pantallas de ordenador; también personas mayores leyendo la prensa diaria en una especie de salón alrededor del mostrador donde se atiende al público, de forma muy atenta por el personal encargado del mismo. En esta misma planta la sala dedicada a lectura para niños, está según la hora, con muchos pequeños lectores leyendo o viendo historias o cuentos.







Para solicitar los libros que busco en los últimos tiempos, de literatura canaria, subo a la planta superior donde está la sala dedicada a estos volúmenes. La escalera es amplia y cómoda, y también hay ascensor para ir de una planta a otra. La planta más baja, la menos uno, tiene un salón de actos en donde supongo tiene lugar las proyecciones de películas que están programadas. Leo que para la próxima semana y durante tres días pasarán las películas Huckleberry Finn, La Isla del Tesoro, y el Libro de la Selva en uno ciclo dedicado a los menores. Tiene igualmente otras actividades programadas para adultos, entre cine los martes, y para niños actividades varias los sábados a la mañana, con las que ofrecen una variada selección de temas para disfrutar.





Las paredes exteriores de la Biblioteca están cubiertas de losas unas que pueden parecer piedra de arenisca con colores ocre, rojo y amarillo en la parta baja del edificio, y otras más claras de colores entre blancos y grises que causan buena sensación. Tiene forma como de proa de barco con una banda hacia la avenida y la otra a una calle o patio peatonal entre los edificios lo que le da un aspecto de ligereza. Está bien diseñado el edificio y muy bien situado por lo que es de agradecer a la firma de arquitectos, cuyo título figura en la entrada, Palerm & Tabares de Nava, S.L., y a las Autoridades competentes este buen regalo para la ciudad, que fue inaugurado hará unos cinco o seis años.

Te deseo un buen día.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Madrelola

Hola a todos: Ayer tropecé con mi primo Blas en la calle Juan Rejón en el Puerto. Bueno realmente es primo segundo pero el cariño es el mismo. Sigue viviendo por esta zona y junto a su hermana María y su tía Saloya, son la familia de gente de mi generación por parte de mi madre que viven en La Isleta. Por aquí cerquita, a un tiro de piedra de la Puntilla que es tanto como decir de la playa de las Canteras, tenía mi abuela, Madrelola, una casita de madera de las pocas que quedaban de tiempos anteriores. Era una casita pequeña con un pasillo central y dos habitaciones una a cada lado, con puerta y ventanas a la calle, cocina y retrete, una enredadera y unas piedras al fondo formando un muro que lindaba con las casas de atrás. Los tabiques interiores eran de madera al igual que las paredes exteriores; a éstas se le ponían sacos, o arpillera, con manos de cal blanca para darles consistencia. Un tronco en el techo servía para sostener la techumbre a dos aguas. No tenía luz eléctrica y tenían que alumbrarse con candiles o con carburo y al no estar enganchada a la red de alcantarillado tenía un pozo negro. Aquí sacó adelante mi abuela a sus hijas y a parte de sus nietos en una vivienda que comparada con las actuales, con agua caliente y fría y vitrocerámica y demás artilugios, no debía ser ser muy cómoda.



Madrelola no se preocupaba por ello, y si se preocupaba nunca se quejó al menos delante de mí. Era pobre y trabajó durante años como cocinera en casa de unos señores ingleses porque tenía muy buena mano para la cocina y así sacaba a su gente adelante. Era mujer elegante y conservó su belleza hasta la vejez. Yo iba a visitarla algunas veces y ella acostumbraba a venir a casa de mi madre los domingos en que nos hacía el puchero o la sopa o lo que fuera en aquellos años en que se comía carne solamente una vez en semana. Pasaba el día con nosotros y cuando regresaba a su casa, Sultán nuestro perrillo, la acompañaba hasta la parada trotando hasta que subía en la guagua. Tenía mi abuela manos de oro para hacer ganchillo. Sus últimos años los pasó en casa con nosotros, hija, nietos y biznietos, y pasaba horas sentada dándole a la aguja para hacer con el hilo verdaderas filigranas. Hacía paños a los que, poniéndole almidón para endurecerlos, le daba forma de volantes a los que llamábamos bailarinas. A Loli y a mí nos regaló una preciosa colcha de cama de matrimonio que conservamos, hecha poquito a poco, roseta a roseta hasta acabarla.



El ganchillo, conviene aclarar para la gente nueva, no es lo mismo que el bordado ni éste lo es del calado. El ganchillo se hace con una aguja terminada en un gancho con la que se va haciendo cadenetas hasta conseguir la pieza deseada, el bordado consiste en pasar hilos de diferentes colores haciendo puntadas en la tela hasta lograr cuadros de flores o de cualquier otro motivo decorativo, y el calado se hace sacando hebras de la tela que va cogida a un telar de madera dejando florituras en ella. Mi abuela era una artista haciendo ganchillo, te lo aseguro, y es una pena que estas artes se vayan perdiendo entre las nuevas generaciones, aunque en algunos municipios -tal el caso de la Villa de Ingenio- aún se conserva estas tradiciones de nuestra isla de Gran Canaria.





Te deseo un buen día.

lunes, 24 de marzo de 2008

Roquito y su abuelo

Hola a todos. En mi opinión Martín Fierro , gaucho de las tierras argentinas y uruguayas, bien podía haber sido el abuelo de Roquito. Este personaje literario del poeta José Hernández que, según me dice mi amiga 'wiki', es un poema épico popular, debió inspirar en más de un momento a mi compañero y amigo. Roquito podía en cualquier momento de la conversación salir con una sentencia o unos versos y empezar diciendo "como decía mi abuelo..." y te quedabas con ganas de saber si efectivamente su abuelo decía frases tan ingeniosas. Por ejemplo podía decir éste u otro poema:




Los hermanos sean unidos
pues ésa es la ley primera,
tengan unión verdadera,
en cualquier tiempo que sea,
pues si entre ellos pelean
los devoran los de ajuera.


A Roquito -Arencibia es su apellido materno y es como lo llamábamos- le conocí cuando empecé a trabajar en DISA y él llevaba ya algunos años. Aquellos años primeros parecía Roque una persona huraña, reservada, sin muchas ganas de conversación; le recuerdo calzando botas en lugar de zapatos sin tener yo idea del porqué de aquella costumbre. La imagen que de él tenía fue cambiando y con su corazón noble acabó siendo amigo de todos los compañeros. Luego los recuerdos se van haciendo más nítidos y lo veo en el bar Texa o en el bar Sol en Schamann, donde vivíamos, echándonos unos pizcos de ron antes del almuerzo como grandes hombres. En este tiempo me llamaba 'Padre Sosa' porque era cuando yo estaba en las Juventudes de Acción Católica haciendo apostolado. Y me parece que fue ayer cuando nos fuimos él y yo por Tamaraceite hasta la montaña de San Lorenzo, por medio de plataneras, donde casi nos perdemos a la vuelta. De este paseo son las fotos que publico una de Roquito junto a la Cruz en la montaña y otra en medio de unas ovejas, aquí al ladito de Las Palmas. En la oficina encendía con parsimonia su virginio, Mecánico blanco creo, y fumaba con deleite gastando más mechero que cigarrillo pues éste se le apagaba varias veces en el cenicero.





Era Roque dado a recordar sus años en el Colegio Arenas de Alcaravaneras donde se educó y al que tenía en mucho aprecio. Hombre recto, trabajador honrado, no concebía el trabajo mal hecho y se afanaba porque todos tuviéramos su punto de vista sobre esta cuestión. No fue muy asiduo a las salidas en grupo y eso que su gran afición es la música, siendo un tocador excelente de la guitarra con la que pasa horas enfrascado en perfeccionar su técnica. Algunas veces sí salió con el resto de compañeros cuando íbamos con las familias al campo. Había nacido tanto él como su esposa en el bello pueblo de Firgas y a éste iba con mucha frecuencia a visitar a su madre y familiares. Recuerdo, cuando con su cara hierática, me anunció que se casaba años después de la ley del divorcio. Quedé de una pieza. ¿Eran bromas suyas o había roto el matrimonio y se casaba por segunda vez? La solución era bien sencilla: iba a celebrar su bodas de plata y nos invitaba...

Poco antes de su jubilación entró como becario en la oficina un joven de nombre Amado y desde entonces y hasta hoy, Arencibia, que pasa con regularidad a visitar a viejos y nuevos compañeros, le dice aquello de la canción de la película Gilda: "Amado mío, te quiero tanto..." Para su jubilación tuvimos un almuerzo de despedida en un restaurante de Las Palmas al que no faltó nadie y le hicimos unos presentes en prueba de nuestro cariño. Dijo unas emocionadas palabras que no recuerdo pero que muy bien pudieron ser una de estas dos estrofas:

Aquí me pongo a cantar,
al compás de la vigüela
que al hombre que desvela
una pena extraordinaria,
como el ave solitaria
con el cantar se consuela.


Él anda siempre juyendo,
siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido,
como si juera maldito,
porque el ser gaucho... barajo!
el ser gaucho es un delito.

P.S. De la obra de José Hernández, Martín Fierro.


Te deseo un buen día.








domingo, 23 de marzo de 2008

Celebración entrañable

Hola a todos. Hoy Domingo de Resurrección hemos estado en una iglesia de barrio. Es una iglesia pequeña y humilde y el barrio está fuera del centro de Las Palmas aunque no muy lejos de la Catedral. Son casas de bloques construidas en la ladera junto a otras que ya estaban anteriormente de uno o de dos pisos y su iglesia está en lo que podríamos llamar calle principal. Hay cerca dos paradas de guaguas, de subida y de bajada, que comunica el barrio con la Plazuela y el paso de las guaguas se produce espaciado una de otra muchos minutos. Sus gentes, me pienso, es gente trabajadora venida a la ciudad como tantas otras en busca de un mejor porvenir o ya nacidas en el barrio hijos de la emigración interior campo ciudad.

La placita delante de la iglesia es un triángulo sin vegetación alguna donde lo único que se ve es la falta de bancos donde sentarse. Suena la campana llamando a misa. La fachada de la iglesia tiene dos placas: una indicando que está bajo la advocación de la Virgen de Fátima y la otra dando horarios de misas y de asistencia parroquial; dentro es una nave con una puerta pequeña junto al altar que comunica con lo que debe ser la sacristía; enfrente una imagen de la Virgen con unas flores de plástico. En el altar a la izquierda Cristo Crucificado sobre una pared blanca y delante dos atriles para leer la palabra de Dios y la mesa para la Eucaristía. Un cirio pascual grande, cuatro pequeños y flores adornan el altar. Bancos en la iglesia para los fieles completan el mobiliario en una iglesia necesitada de urgentes arreglos.

En esta iglesia, humilde y pequeña, tuvo lugar la entrañable celebración del Bautismo de una pequeñina nieta de una prima nuestra durante la misa dominical, y no al final de ésta, en la que el sacerdote fue desgranando las promesas bautismales a las que respondían padres y padrinos. La niña fue acogida como un miembro más de la Iglesia, y más tarde fue ungida con el óleo sagrado y por último recibió las aguas del bautismo. Acompañaban a la pequeña padres y abuelos y otros familiares y además los fieles que asistían a la Santa Misa. En ésta, en el momento de la consagración suben al altar una veintena de niños y niñas que se sitúan alrededor del sacerdote quien luego, en el rezo del Padrenuestro, pide enlazar las manos formando un círculo alrededor del altar...

Te deseo un buen día.

sábado, 22 de marzo de 2008

Semana Santa en Las Palmas

Hola a todos. Nos disponemos a ir a algunas de las procesiones de Semana Santa que de acuerdo con la tradición se celebran en Las Palmas de Gran Canaria. Elegimos aquellas en que no habíamos estado anteriormente y que son el Viacrucis del Viernes Santo, de madugada, y la procesión de la Soledad de la Portería, y también a la procesión conocida aquí como de la Mantilla. Te invitamos a ir con nosotros a todas ellas.







Justo en el minuto en que el Jueves deja paso al Viernes Santo sale de la ermita del Espíritu Santo, fundada en el año 1615, la imagen de Cristo crucificado con un silencio total, imponente, de los fieles agrupados en la pequeña plaza y en las calles sólo roto por la voz del sacerdote. Sale a manos de ocho cofrades de la Cofradía del Santísimo Cristo del Buen Fin ya que la altura de la puerta de la ermita no permite sacarla sobre su trono.







Comienza el Viacrucis y dejando atrás la fuente y plaza comienza a bajar por la calle Doctor Chil haciendo paradas para el rezo de los misterios. La procesión va despacio por esta calle de la Vegueta antigua y vemos en algunos balcones de las casas colgaduras moradas. La noche es agradable con algo de viento pero sin frío.







Dejamos atrás el Palacio de Justicia y la iglesia matriz de San Agustín y subimos por la calle del Espíritu Santo. Entre uno y otro misterio sólo se oye el ruido de las pisadas y el desplazamiento del trono sobre la calzada. En cada misterio el oficiante dice una corta plática y rezamos el Padrenuestro y el Avemaría. En la obscuridad de la noche Cristo destaca contra la fachada de la Catedral. Cuatro cirios encendidos iluminan al Salvador.

Los cofrades portan candiles con velas encendidas. Sus ropas son de color rojo y alrededor del cuello un cordón dorado termina en un bordón. También es dorado el bordado de sus mangas con la Cruz y la Corona de Espinas. Sobre sus pechos una medalla ricamente trabajada como símbolo de la Cofadía. Me enseñan una y me hacen ver que tiene la Cruz y junto a ésta la lanza que perforó el costado de Cristo y el hisopo en el que Le dieron a beber vinagre en el Gólgota. Una paloma símbolo del Espíritu Santo vuela sobre la medalla. Y en sus manos las cruces que han ido retirando de las paredes en las paradas del Viacrucis.






Termina el Via Crucis sobre la dos de la madrugada. Los cofrades bajan del trono con mimo la imagen que, inclinada por un momento, parece va a caer al suelo. Se oye un suspiro cuando se recupera posición y pasa el susto, y dentro de la pequeñísima ermita, siempre cerrada, queda guardada la imagen del Cristo del Buen Fin hasta el próximo año.







A las once de la mañana del Viernes Santo sale desde la Catedral de Las Palmas la procesión de "La Mantilla" con los tronos del Crucificado y de la Dolorosa, mientras en el atrio del templo suena música religiosa.







Recorre las calles cercanas y termina en la puerta de la Catedral, en la Plaza de Santa Ana, frente al Ayuntamiento, y ante el Obispado.




Entran las imágenes mientras la Banda Municipal de Música interpreta la Marcha Fúnebre de Chopin.


Y ya dentro del Santo Templo el órgano de la Catedral suena acompañando a la Madre.









Ya en la noche del Viernes Santo, una vez finalizada la magna Procesión del Santo Entierro, sale de la iglesia de San Francisco la Virgen de la Soledad de la Portería en procesión de corta duración por las calles de Triana cercanas a la iglesia...






... donde queda el bello trono con la imagen de la Virgen vestida con traje de luto y pañuelo en mano por su Hijo Jesús.



Te deseo un buen día

jueves, 20 de marzo de 2008

Chris Botti, trompeta

Decía Alonso Quesada:



"En esta pobre ínsula, tal falta de centros artísticos, y tan nutrida de tabernas y timbas más o menos aristocráticas, los únicos lugares donde se rinde culto a las bellas manifestaciones del Arte y se discuten apasionadamente los altos problemas de la patria, son las barberías. Las barberías, en la ínsula, son una especie de Ateneos populares, donde se discute de política y estética a la par que se os pela y afeita como en cualquier peluquería de la Corte".



Hola a todos. En mi opinión, en estos años de principios del siglo siguiente a Alonso Quesada, la actividad cultural y lúdica en Las Palmas es cuando menos aceptable. Los centros principales que son el Teatro Pérez Galdós, el Teatro Cuyás y el Auditorio compiten por presentar una cartelera atractiva para el público, con el Festival de Música de Canarias, el Festival Internacional de Cine de Las Palmas, los festivales de Ópera y de Zarzuela, teatro y otros eventos, hasta el punto de que hemos podido leer en la prensa local la noticia de que debiera haber más coordinación entre los responsables de estos centros para no hacer coincidir fechas en las ofertas. El principal problema para nosotros, los de pocos teneres, que diría Pepe Monagas, es que los precios no se ajustan a los ingresos de nuestros atormentados bolsillos. Por ello, hasta ahora, mis visitas a estos centros de cultura han sido muy espaciadas y mucho me temo que tendrán que seguir igual.

Al Pérez Galdós una vez terminadas las obras de mejoras no he acudido aunque espero hacerlo próximamente. Al Cuyás en una sola ocasión, y en el Auditorio he estado últimamente en dos ocasiones ambas para escuchar conciertos de Jazz. El primero tuvo lugar en la sala San Borondón que me gustó mucho por ser una sala más bien pequeña, con unas mesas junto a los asientos y con la posibilidad de tomar alguna copa mientras se escucha la música, lo que hace que el acto pierda la solemnidad que suponemos a los conciertos. El segundo, del lunes día 10 de este mes, fue en la Sala Sinfónica y era un conjunto formado por seis artistas encabezados por Chris Botti, trompeta, actuando con él el guitarra, el batería, teclados, bajo y la voz de Sy Smith, bella mujer. Fueron dos horas en las que pudimos disfrutar de buena música para los que como a mí nos gusta el Jazz y las Baladas. Perfectos los componentes del grupo en sus actuaciones sobre todo cuando se disparan en solitario como es el caso del batería, o cuando suenan los acordes de piano o teclado electrónico, de la guitarra, del bajo o de la guitarra eléctrica, o de la trompeta con o sin sordina. Muy agradable Sy Smith con una actuación brillante pero muy corta a mi gusto que debiera haber prolongado algo más para deleitarnos con su cálida voz.



Debo mencionar también en este blog las continuas muestras de arte que nos trae el CICCA, centro cultural de la Caja de Canarias, actualmente con una exposición de pinturas de Botero, artista de los grandes volúmenes en pintura y escultura, y el Centro Insular de Teatro con representaciones variadas como la de Piedra Pómez hace unas semanas en las que se agotaron las localidades por lo que no pude asistir.


O sea, que con mil euros más de pensión al mes, estaría todas las noches de belingo.



Te deseo un buen día.

martes, 18 de marzo de 2008

Lukini

Las cosas se hacen pero no se dicen.

Lukini

Hola a todos. A Lucas Segura lo tiene Dios en su regazo desde hace años. La Parca quiso llevarlo cuando aún era joven sin llegar a la edad de la jubilación dejando entre sus compañeros el vacío que deja un hombre bueno. Entró en DISA justo un mes más tarde de la fecha en que yo lo hice bien que él fue a trabajar en el almacén que tenía la empresa en Guanarteme y yo a las oficinas en Triana. Años después coincidimos y desde ese momento fue como un hermano que se preocupa por el otro más pequeño. Los más allegados le nombrábamos cariñosamente Lukini haciendo un diminutivo de su nombre de pila y él nos correspondía con su cariño enorme a la amistad. Porque Lucas era amigos de todos y a todos apreciaba con ese sentimiento que termina siendo mutuo. No era hombre de hablar mucho, escueto, ponderado, sin una palabra de reproche hacia nadie. Le gustaba las juergas y era un apasionado jugador de envite cuando el grupo de compañeros íbamos a almorzar a algún sitio y teníamos la partida de este juego canario de sobremesa. No mandaba en su equipo pero sabía las triquiñuelas necesarias para engañar a los componentes del equipo contrario, con las señas y los comentarios propios del juego para engatuzar al oponente y hacer que perdiera las piedras en liza. Cuando por los avatares del juego tenía que hacer el envite se subía a una silla y desde lo alto y con su voz no muy potente pero suficientemente expresiva decía: ¡Envío...! Y cuando se enchispaba un poco y llegaba la hora del canto, entonces, terminaba subiéndose a una mesa y con su canción preferida para estos casos cantaba "Amapolaaa, lindísima amapolaaa..."


Él y su mujer, Lolita, siendo muy jóvenes, aún de novios, comenzaron a ir a los bailes; recuerdo sus anécdotas de cuando iban a bailar a Telde entonces con medios de comunicación algo escasos. Donde no faltaban nunca era a los bailes del Mercantil; tanto en los Carnavales, como en Fin de Año y en la verbena de San Juan allí estaban Lucas y Lolita ocupando una mesa en el salón de baile para ellos y sus hijos y para cuantos amigos se acercaban a saludarles. Le gustaba el whiski con seven up que "está dulcito" y la botella, como su corazón, siempre estaba abierta para los demás. Bailaban ellos estupendamente con muchas horas de experiencia y aguantaban como nosotros, todo hay que decirlo, hasta el amanecer.





Tenía Lucas un don especial para estar en distintos grupos organizando tenderetes. Con uno de los grupos "los papapollos" alquilaron una casa en San Cristóbal para reunirse una vez en semana como si de un club social se tratara e iban a Maspalomas y comían pollo y papas en los chiringuitos de la playa. En otro grupo, éste de Alcaravaneras donde vivía, organizaba una excursión, y una comida anual otro día en la que no podía faltar la enorme tarta de aniversario. Siempre iba con la agenda llena de compromisos que atendía gustosamente. Cuando le hablábamos de estas trapisondas en las que estaba metido nos decía: "Las cosas se hacen pero no se dicen" quitándose importancia como que sus buenas acciones para él eran lo más natural del mundo.


Cuando enfermó y ya veía la muerte cercana decía a otro compañero: ¡Qué pena, con la cantidad de cosas que tengo por hacer!



Descansa en paz amigo Lucas, hasta siempre.







Te deseo un buen día.

lunes, 17 de marzo de 2008

No hay dos sin tres (2)

Hola a todos. Finalizamos en el Reina Sofía y Hugo y el 'Jefe' se despiden pues tienen un compromiso ineludible, y el resto de los componentes de la quedada nos vamos otra vez al CC El Muelle a reponer fuerzas. Tuve que irme a casa a recargar la batería de la cámara, y lo que son las cosas me quedé dormido como un tronco seguramente para recargar también mis neuronas. Tras la siesta voy en guagua hacia la Puntilla, en la playa de Las Canteras, y desde aquí caminando hacia el segundo punto de encuentro que es el Confital. La primera parte del camino, de unos veinte minutos, es una prolongación de la avenida de la playa con vueltas y revueltas siguiendo el trazado de las calas que el mar ha formado entre las rocas. Aprovecho para hacer unas fotos y sobre todo para admirar el paisaje que aunque visto anteriormente siempre resulta agradable. A la izquierda el mar y a la derecha casas terreras la mayoría, con otras más modernas y altas, entre las que está la del club Hespérides. Algunos restaurantes y tascas ofreciendo pescado como plato típico de la zona. Bajo las peñas en los entrantes del mar una pequeñísima playa ocupada por una pareja y un perro. Me acuerdo de Pancho ¿cómo le vendrá al perrito de Lule el traerlo aquí? Más allá una mujer sola sentada mirando al mar a estas horas de la tarde cuando el sol empieza a declinar. Veo una barca a lo lejos y obtengo la que para mí es la reina de mis fotos de hoy; me produce sensación de inmensidad y de paz verla en el mar en calma.



Llega un momento en que el paseo da paso a una carretera estrecha de tierra por la que algunos coches van y vienen teniendo que ceder el paso unos a otros. Otro cuarto de hora y estoy en el Confital sin ver por ningún lado al resto del grupo lo que me permite seguir haciendo fotografías en solitario de los surferos que intentan volar sobre las pequeñas olas, de las rocas que se adentran en el mar, de la espuma de las olas al llegar a la orilla, de alguna gaviota que me sobrevuela... y mientras, quedo a la espera de los amigos y de que el crepúsculo llegue y ver como se porta la puesta de sol.






Hay bastante gente en la playa. Un camino preparado por el Ayuntamiento de tablas y pequeñas plazas de pavimento hacen el recorrido fácil. En un punto un coche con dos altavoces enormes dan música gratuita para los que están junto a él y para los demás viandantes. Se ven vasos con bebidas y refrescos, y algún enyesque, y gente satisfecha después de pasar un día o unas horas junto al mar. Algunas madres cambian a los pequeños y un pequeño grupo de surferos dejan las tablas y se quitan sus trajes contra el frío y las aletas, y todo ello amontonado forma un bonito cuadro de colores. El sol va cayendo y mientras unos surferos salen llega otro y a aquella hora de la tarde se apresta a entrar en el mar. Sigo esperando y tirando alguna que otra foto a las nubes que no se abren para dejar pasar al sol y el frío se va haciendo notar. Llega por fin mi salvador en la figura de Waldo acompañado por Marimar y Miri y el calorcito del coche se agradece. Nos vamos con otros componentes del grupo y un ratito después damos por terminada la jornada.



Y como no hay dos sin tres, ya estoy esperando a la próxima quedada, la tercera para mí, para volver a pasar un día estupendo.



Te deseo un buen día.

domingo, 16 de marzo de 2008

No hay dos sin tres (1)



Hola a todos. Como no hay dos sin tres, a mi grupo de mayores y a la asociación de vecinos con los que me muevo para hacer excursiones, se une un tercer grupo (ya presentado hace un mes) de fervientes aficionados a la fotografía. Se trata del Gran Canaria Flicker Meeting cuyos componentes se entretienen en convocar una quedada mensual para ir en grupo a captar imágenes para la posteridad. Habíamos quedado hoy en el centro comercial El Muelle y allí fueron apareciendo todos, cada cual con sus máquinas correspondientes. El día sin excesivo sol y sin lluvia estaba espléndido para nuestra actividad, y más todavía seguramente, para los turistas del crucero "Thomson Destiny" atracado en el Santa Catalina que ya a estas horas hacían cola para coger la guagua turística en la que dar vueltas por Las Palmas. Con paso tranquilo, de paseo, nos movemos por este muelle haciendo fotos a cuanto flota en el agua de la bahía, desde el grandioso barco de pasaje que luce majestuoso con su color blanco atracado en el espigón lateral, hasta un remolcador color rojo fuerte y otro barco a la izquierda de color negro. Un caleidoscopio de colores a nuestra disposición.

Enfrente, más allá del faro que daba terminación al Santa Catalina, el Muelle Grande o del Generalísimo que ha perdido su estilizada figura. Antes era un largo muelle de tres kilómetros de longitud terminado en el faro y que visto desde la ciudad parecía estrecho. Ahora aparece como escondido con tantas cajas metálicas a las que llaman contenedores y que no contienen en mi opinión, al menos por fuera y apiladas, ninguna belleza. Me viene a la mente la belleza del Queen Mary atracado justo al final del muelle y de otros tantos barcos de la Cunard Line. Ahora a este Muelle Grande le han salido unas explanadas como si fueran verrugas que le afean y ya ha perdido hasta su expresivo nombre.

A la izquierda, llorando su pasado esplendor, el Muelle Pesquero recuerda mejores tiempos cuando el Puerto de la Luz era base de las flotas pesqueras en los caladeros canario-sahariano. ¡Ojos que te vieron dí! Eran otros tiempos cuando entraban las cajas de pescados y mariscos por este muelle como Pedro por su casa. Antes de esos años también tuvo su importancia, y no menor era la de las fábricas de pescado de Lloret y Llinares y de Hijos de Angel Ojeda que estaban donde hoy tiene su asiento el Auditorio. También está a nuestra vista la Dársena Comercial con el Silo de Cereales. Me viene a la mente nombres recientes de barcos de cabotaje: "Cala Bona" y "Cala Deya", y otros más antiguos: "Herbania" y "Paloma". Y por supuesto que me acuerdo de los esforzados hombres que hacían las cuadrillas en la carga blanca. Porque, sin contenedores, ni carretillas elevadoras, ni grúas, nuestros mayores cargaban los barcos llevando a hombros los fardos o los racimos de plátanos o las cajas de tomates para la exportación. ¿Para cuándo una estatua tan merecida a su esfuerzo continuado?

Con estos pensamientos nos llegó la hora de desplazarnos al Reina Sofía, hecho realidad gracias a la tenacidad de los hombres del Muelle de la Luz y de Las Palmas que parece no querer descansar en ampliar los atraques y los servicios. Este muelle sobrepasa sus buenos kilómetros al Grande y tiene un ancho apreciable a simple vista. Entramos en él en coche (a pie se haría interminable) y llegamos hasta un punto en que nos impiden seguir, justo al lado del gigante que vemos desde hace meses, una plataforma que hoy por fin me entero para que sirve: se trata del "Acergy Piper" que nos vino desde Noruega huyendo de los temporales del mar del Norte y que se dedica a la construcción de oleoductos marinos. Si de lejos parece enorme, de cerca parece algo imposible que pueda flotar; es como un barco pero no es un barco: es otra cosa. Lleno de grandes plumas para elevar pesos y bultos voluminosos, sus boyas, por ejemplo, son inmensas con decenas de ruedas de coches a su alrededor. De sus entrañas fluyen continuamente agua que cae al mar y que supongo es para refrigeración de sus potentes máquinas. Hacemos fotografías de este gigante y otras de la ciudad vista desde esta distancia y un grupito de nosotros nos llegamos hasta la punta del Reina Sofía donde el faro. Por cierto que en el recorrido por el dique vi placas con los nombres de los pueblos de Gran Canaria y de su patrona la Virgen del Pino y de las restantes islas del archipiélago canario incluyendo La Graciosa en los enormes bloques que forman el espigón.


Para mañana dejo las impresiones del resto del día, las fotos y el paseo por el Confital, que espero darán mucho juego para contar.


Te deseo un buen día.

sábado, 15 de marzo de 2008

Alonso Quesada

Hola a todos. En mi deseo de ir leyendo lo que distintos autores canarios han escrito sobre las costumbres y las cosas que preocupaban a nuestros mayores tomé prestado en la Biblioteca Insular uno de los tomos -el número cuatro, que es de prosa- de las obras completas de Alonso Quesada. Me dice el prólogo que "en este volumen se recopila la totalidad de las crónicas que Alonso Quesada publicó en la prensa de Las Palmas". Estas crónicas están escritas en un periodo de tiempo que va desde 1907 hasta 1924 en un estilo netamente periodístico ajustándose seguramente a una columna de diario. Va saltando de tema en tema sin rumbo fijo al parecer, como un bloger moderno, aunque en el libro están agrupados, y con ellos podemos hacernos una idea de como vivían nuestros abuelos en el primer cuarto del siglo pasado. No abunda en descripciones de la ciudad salvo quizás en lo referente a Vegueta, que describe como un barrio aristocrático con puertas y ventanas siempre cerradas, por el que nunca pasa nadie salvo cuando lo llevan en caja hacia el cementerio...


Se burla Quesada de muchos de los ciudadanos de entonces cargando las tintas en los que se sientan en el Casino a no hacer nada. Hace notar la parsimonia, la pachorra diríamos, de los canarios narrando conversaciones imaginarias en las que tras cada frase se produce una pausa. Es una crónica sin nombres propios porque lo mismo se refiere a don Fulano y a don Mengano como a don Antonio o a don Leopoldo, con una forma impersonal de nombrar a la gente como cuando empieza: "Este señor vecino nuestro está en la puerta de su casa con un pequeño envoltorio en la mano y el cubrepolvo sobre el brazo". Nos sitúa sin señalar. Es una escritura despreocupada como para no herir a nadie pero con mucho de mordacidad. Poco a poco con la lectura nos vamos haciendo una idea de aquella sociedad que vivía tranquila sin grandes sobresaltos y sin mayores entretenimientos.

Nombra Alonso Quesada a la Alameda, a Triana y al Puerto, los Riscos y Arenales y a poco más en lo que llevo leído del libro. Nombra las tartanas y el tranvía y como cosa curiosa cita la costumbre de hacer los entierros de noche. Habla del tiempo como si fuese el actual: no llueve, hace calor, hay tiempo de levante. Y tiene un capítulo dedicado a algo que ya parece historia: el de un hombre al que le sale un divieso en el cogote...



Tiene nuestro autor un paseo dedicado a su nombre junto al Club Natación Metropol. En este paseo hay dos bustos, rodeados de árboles y plantas, uno de San Juan Bosco colocado en el setenta y cinco aniversario de la llegada de los Salesianos a Las Palmas por ser el fundador de las escuelas salesianas; y el otro de Alonso Quesada, queriendo la Ciudad con éste, recordar a quien no sólo escribió las Crónicas sino también otros varios libros de poesía, teatro y narrativa entre los que se encuentran La Umbría y Smoking Room.


Te deseo un buen día.

viernes, 14 de marzo de 2008

Mi vecina

Hola a todos. Saco a pasear a Pancho al parque Buenavista y al regreso me cruzo con tres mujeres jóvenes y oigo decir a una de ellas: "¡Qué buen día, mira el cielo que despejado!", y yo pienso para mí que mejor tuviéramos un día con una lluvia ligera, de ésas que no mojan pero empapan, porque aunque no lo parezca aún estamos en invierno. Invierno que este año ha sido un desastre en las islas, sobre todo en las orientales como siempre, porque no ha caído ni gota. Allá por noviembre, en el otoño, hubo un buen chaparrón durante dos horas con lluvia de las que hacen historia y que provocó la rotura del 'puente' entre Schamann y Escaleritas, cortado al tráfico en parte desde entonces, y luego otro día hubo alerta por fuertes vientos -los colegios cerrados y los niños en casita- y sin más novedades otra vez enfilamos el verano.


Por las inmediaciones de casa vemos algunas veces paseando con su pareja o con su hija, y con un precioso perro blanco, a una dama que tenemos el gusto de contar como vecina. Se trata de doña María Cristina del Pino Segura dama que ha de contar con unos pocos años más que yo pero que con su trayectoria vital bien podría duplicarme la edad. Porque doña María Cristina, -nombre que a mis posibles lectores seguramente le dice bien poco-, era una magnífica artista en su profesión. Si digo que mi vecina es "Pinito del Oro" una luz se encenderá entre quienes lo lean y sean de mi generación y quizás a los más jóvenes también por haber oído hablar de ella a sus padres. Porque "Pinito del Oro" fue la indiscutible Reina del Circo con escalofriantes saltos en el trapecio, actuando sin red, hasta el punto de que Cecil B. de Mille, afamado director de cine la llamó para doblar a su actriz principal en la película "El Mayor Espectáculo del Mundo" haciendo las acrobacias que luego serían el deleite de millones de espectadores. Comenzó a trabajar en el circo siendo menor de edad y recorrió durante años España, Europa y América llevando el nombre de Gran Canaria con orgullo hasta su retirada en 1970 después de sufrir tres caídas casi mortales.



Tuvo esta señora en la Avenida de Las Canteras, cerca de una pequeña plaza que lleva su nombre artístico, una sala de fiestas llamada igualmente "Pinito del Oro". Era la época dorada del turismo en Las Palmas cuando además de esta sala habían otras varias donde turistas y canarios íbamos a pasar ratos inolvidables de baile. Su sala nos acogió muchas veces en tardes de domingo, en los bailes de juventud, porque íbamos a ella por su estupenda pista para bailar, el trato amable de los camareros, el ambiente y los precios asequibles para nuestros bolsillos.

Tiempos para recordar.

P.S. Para conocer más de esta grancanaria de adopción en una hermosa entrevista pincha aquí.

Te deseo un buen día.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Elecciones generales

Hola a todos. ¡Vemería! Voté con todas mis fuerzas y tengo que ir al estelero porque tengo la muñeca esconchabá. Claro ZP tú no tienes la culpa porque creías que el plástico, o el metacrilato que le llaman, de las urnas era flojo además de transparente. Ah! pillín, lo que querías era quedarte con la fuerza de los caballeros Jedi y estar otros cuatro años en el machito. Bueno hombre, a mandar y a soportar a la oposición que para eso el otro partido grande quedó segundón, y aquí ya se sabe que sólo los primogénitos heredan las grandes herencias. Y no te olvides, porfa, de tu promesa de regalarnos cuatrocientos euros que no nos vienen nada mal, habida cuenta de como se han puesto los precios de la cesta de la comida. A este paso y como no me subas la pensión en igual porcentaje me estoy viendo otra vez a caldo de vergilla como en la posguerra. Claro que bien mirado esta promesa no la vi en ningún cartel de propaganda electoral con lo mono que hubiera quedado: "Tu voto bien vale 400€". Lo dicho, que la fuerza te acompañe.



Para mensaje el que vi en un cartel de un candidato al Senado, ya mayorcito el hombre, escrito no por éste, supongo, sino por un gracioso mensajero de la vox populi: "Como salga elegido cobraré un retiro que te cagas". El cartel colocado en un poste en una calle céntrica de Las Palmas me arrancó una sonrisa, me hizo pensar en algún chiste fácil para el blog, y luego consiguió que reflexionara sobre el grado de aceptación de los políticos entre el pueblo. Supongo que la mayoría de nosotros no tenemos ni repajolera idea del trabajo de estos señores, ¡si trabajan claro!, y sólo los conocemos por la imagen que nos dan en la tele (si son de los que salen) y por lo que nos cuentan los medios de comunicación. Y estos medios ya sabemos que arrastran la harina hacia su molino o la sardina hacia su brasero y de ellos lo mejor es no creer la mitad de lo que publican y poner en duda la otra mitad; con lo que nos quedamos en babia y la única referencia válida sería la trayectoria de los partidos políticos porque no tenemos otra alternativa. ¿Porque qué nos dice una cara sonriente en un cartel si no conocemos al candidato? ¿Cómo equivocarnos menos y conseguir el mejor gestor de la res pública? It's the question, que dirían los ingleses...



No faltó para nuestra desgracia la execrable mano terrorista segando la vida de un exconcejal y dejando una familia rota en Euskadi. ¡Allá arriba si que hay que tenerlos bien puesto para ser candidato primero y cargo público después!. Voy a mitad de lectura de un libro de algo más de 700 páginas de la trilogía Verdes Valles, Colinas Rojas, titulado este primero La Tierra Convulsa escrito por Ramiro Pinilla escritor vasco nacido en 1923, en donde se remonta a los orígenes 'antes del tiempo' "de un microcosmo realista y mágico que es el pueblo de Getxo... sobre la colisión entre un mundo que cambia y un pueblo que se resiste a todo cambio". Libro que leo con interés en tratar de descubrir el alma del 'problema' vasco, que por su complejidad mucho me temo no estará nunca a mi alcance.

Te deseo un buen día.

martes, 11 de marzo de 2008

Atapuerca y Antártida

Museo no es mausoleo: Museo es feria de la inteligencia

9º Manifiesto de "Gaceta de Arte"

Museo Elder



Edificios Elder y Miller, año 1920. Foto de la Fedac


Hola a todos. La tarde del domingo, en día de elecciones, se presenta algo fría así que decidimos ir a un sitio cerrado. Aprovechamos que en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en Las Palmas tiene una exposición titulada "Atapuerca y la evolución humana" y vamos a visitarla. Hacía unos años que no íbamos al museo, muy bien equipado en cuanto a curiosidades tecnológicas, y con un cine en pantalla gigante con proyección de documentales que son dignos de ver. La primera impresión ya en los pisos tres y dos donde se expone la muestra es de obscuridad que supongo obedece a un motivo estratégico para que el visitante se concentre en lo expuesto, pero a mí me hubiera gustado algo más de luz. Según el programa que nos entregan "... exposición itinerante de referencia sobre Atapuerca, creada por los investigadores para acercar a los ciudadanos uno de los proyectos científicos más relevantes en la historia de la ciencia en nuestro país".

Podemos encontrar entre otros objetos el cráneo y la primera reconstrucción de la cabeza del humano más antiguo hallado en Europa, de hace al menos 800.000 años, (como se ve algo más viejillo que yo), otro de 400.000 años, y un hacha de mano tallada en cuarcita roja, pieza de industria lítica hallada en la Sima de los Huesos. Los objetos mostrados están perfectamente identificados en paneles informativos y hay además fotografías de los doctores que trabajan en las simas de la excavación en las que pueden verse los distintos estratos en las paredes. Siguiendo con el programa de mano leemos "La mayor parte de los yacimientos prehistóricos, hablando en general, se sitúan en un momento concreto del tiempo geológico, o comprenden una época limitada... siempre representarán tan sólo una página arrancada de un capítulo del gran libro de la Historia del Hombre... En los yacimientos de la Sierra de Atapuerca se conservan muchas de esas páginas. Es posible estudiar en este rincón burgalés los cambios que en el último millón de años se ha producido... ". Una interesante muestra aún para los no doctos en la materia en el que podemos ver también el esqueleto de un Australopithecus encontrado en Etiopía en 1974, de Lucy, una joven de un metro de estatura y treinta kilos de peso, antecesora de nuestras jovencitas actuales.

Completamos nuestra visita al museo con el documental que proyectan en el cine sobre la Antártida con preciosas vistas de este continente helado en donde sólo el 2% es tierra sin hielo en verano. Vemos una especie de jet-foil moviéndose sobre la superficie helada y sentimos algo de mareo cuando nos parece estar a bordo de un helicóptero sobrevolando un glacial. Nos enteramos de los primeros exploradores en llegar al Polo Sur y de todos los que con curiosidad y valor se atreven a llegar a estas tierras. Vemos pingüinos sobre el hielo con paso torpe y ágiles nadadores bajo el mar en grandes cavernas, y focas que se alimentan de peces, y éstos que se alimentan de krill, y estos animalitos que se alimentan de algas en un ciclo que se repite de por vida.
Dejamos para otro día el volver, por la hora de cierre, para ver el planetario con pinturas de Morales y de Néstor en la cúpula según anuncia un cartel en la entrada al Museo.

P.S. Si quieres conocer más sobre Atapuerca pincha aquí.

Te deseo un buen día.

domingo, 9 de marzo de 2008

Santa María de Guía

"Agradece a la llama su luz,
pero no olvides el pie del candil
que constante y paciente
la sostiene en la sombra".

Rabindranath Tagore "Filósofo panteísta indio"


Hola a todos. En la autovía del norte a la altura de la ciudad de Guía pueden verse como centros decorativos de rotondas unas esculturas que me llaman la atención. Para hacer fotos de ellas nos vamos en la guagua Global y nos bajamos en la parada de La Atalaya justo donde comienza la montaña que Guía comparte con Gáldar. Regresamos caminando un poco trecho y nos encontramos con la primera rotonda y estatua, ésta de un agricultor con un racimo de plátanos al hombro, (horcón boy cantaría Arístides Moreno) con cachorro, camisa remangada y faja; a poca distancia otra escultura esta vez de una mujer con un cesto en la cabeza que se recorta contra el cielo o bien tiene como fondo la montaña. Son figuras entrañables de hombre y mujer del campo canario que justifican por si solas el que estas rotondas estén aquí en medio de lo que hace años era lugar privilegiado de plataneras que se extendían a lo largo y ancho de estos terrenos.



Después de disparar la cámara de fotos seguimos nuestro camino hasta la entrada al pueblo. Tomamos la carretera general que era paso obligado de los coches que seguían más hacia el norte, a Gáldar, Agaete o La Aldea; una vez construida la autovía esta carretera ha quedado como calle interior de Guía con tráfico poco denso. Paseamos por ella buscando otra estatua que habíamos entrevisto y efectivamente encontramos un precioso grupo escultórico como homenaje a los artesanos del queso, con una mujer sentada, ligeramente inclinada hacia delante, confeccionando con sus manos este rico alimento. Tomamos un 'cortado' en un bar y preguntamos al amable cantinero porque nos quedaba una cuarta escultura y con sus indicaciones a por ella fuimos recorriendo en su totalidad la carretera, -mientras con algo de frío propio del invierno y de la tarde fuimos buscando sin suerte donde comprar el rico queso de flor porque las tiendas donde hace años se podían adquirir o ya no existen o están cerradas-, hasta dar con otra rotonda, ésta ya en el límite del municipio y que siendo un recuerdo de los herreros y cuchilleros, es un hermoso cuchillo canario. Esta rotonda luce además como un preciosos jardín de cactus.



Me alegra ver como los valores de la tierra, que con orgullo debemos recordar y trasmitir, no son palabras vanas, y que hay ayuntamientos como el de esta ciudad de Santa María de Guía, que de forma magistral los muestra para regocijo nuestro y enseñanza para las futuras generaciones. Son piezas bien acabadas mostrando en las esculturas el atuendo característicos de los oficios que representan, y en el caso del cuchillo, con una maestría para mostrar mango y hoja de esta herramienta de nuestros mayores. Si vas por esta zona, amable lector, da un sosegado paseo, para del ajetreo de todos los días y admira estas obras de arte que seguramente te gustarán.


P.S. En un blog anterior pedía información sobre Juan de Quesada. Amablemente Vanita Peral (Iván para los amigos) me la ha facilitado y no sólo eso sino que me ha dado la dirección para poder saber de vida y milagros de personalidades canarias, lo que aprovecharé para ilustrarme algo en futuros escritos. (Si quieres saber sobre este grancanario puedes pinchar y leer el comentario en el blog de su mismo nombre). Gracias Iván.


Te deseo un buen día

viernes, 7 de marzo de 2008

Tarea postergada

"El corazón tiene sus razones
que la razón desconoce".
Pascal

Hola a todos.



Estimado Rodolfo: Sé que desde el lugar que ya ocupas junto a la derecha del Padre sabrás disculpar mi pereza en cumplimentar la última tarea que debí hacer justo al jubilarme. La falta de decisión y un estado de ánimo que no deseo para nadie ha hecho que hasta la fecha no te haya escrito esta carta, sincera y emocionada, para agradecer a la Empresa tantos años en los que me dio estabilidad laboral. Lo hago hoy por medio del blog porque considero que todos mis potenciales lectores tienen derecho a saber cuanto debo a la que fue para mí Escuela de Comercio y Universidad. Comencé a trabajar siendo un niño y me jubilé cuando peinaba canas y en todos estos años aprendí, no sólo los rudimentos de las labores administrativas y contabilidad sino, lo que es más importante, el valor de las cosas bien hechas y el valor añadido de la palabra dada. Porque DISA querido Rodolfo es una empresa ejemplar donde lo prometido se cumple a carta cabal y donde tu palabra, por poner un ejemplo, era plata de ley.



Recuerdo cuando entré en Triana de aprendiz y tuve que pegar, en los talonarios en los que se facturaban las cien pesetas del recambio del gas, un timbre de quince céntimos en cada hoja original. Y recuerdo pasar el paño a las mesas y cambiar el agua a las escupideras y poner tinta a los tinteros. Tú, algo mayor que yo, recordarás que en este tiempo no se había popularizado el bolígrafo y el uso de la pluma estilográfica era, según creo, poco frecuente. Aprendí a moverme en la ciudad fuera del casco Triana-Vegueta mientras iba cogiendo soltura con las máquinas de entonces. ¿Recuerdas aquella sumadora grandota en la que se anotaba los dígitos de las cantidades a sumar y luego se bajaba una palanca que tenía en la parte derecha, una y otra vez? ¿Y aquéllas máquinas calculadoras con tres juegos de numeración que tanto servía para multiplicar como para dividir? Para la multiplicación, en uno de los juegos, se ponían dígito a dígito mediante unas pequeñas piezas la cifra del multiplicando; con una manivela, también a la derecha (¡éramos todos diestros!) se iba dando vueltas, mientras la mano izquierda movía de unidades a decenas y centenas y hasta seis u ocho posiciones, hasta conseguir el multiplicador; y como por ensalmo salía el resultado. ¿Y para dividir? Pues lo mismo pero dando marcha atrás.







Recuerdo cuando de Triana nos mudamos a Tomás Morales al edificio que por su porte llamábamos 'piano de cola' cuando tenía un sólo piso de oficinas. Y luego a Juan XXIII. Y recuerdo el almacén de Guanarteme y la factoría de la Isleta. Y ¿cómo no? tengo viva la factoría de Salinetas que quizás fuera la niña de tus ojos. Construida ésta se acabó el trasiego de botellas de butano llenas y vacías desde y hacia Tenerife. Y el venir los bidones de 'rail' llenos de petróleo y gasolinas. Tengo presente el primer surtidor en la calle León y Castillo, junto a la Comandancia de Marina, y en la Alameda de Colón, y en Fernando Guanarteme. Luego vendrían las Estaciones de Servicios y las Agencias de Butano repartidas por toda Canarias cuya enumeración haría interminable este sencillo escrito. Y recuerdo perfectamente cuando tu señor padre, don José Rull, y don Ramón Biosca venían a Las Palmas y nos saludaban dándonos la mano a todos los oficinistas, ¡incluyéndome a mí que era un niño!.




Conocí a cientos de personas, en casi cincuenta años, relacionadas de una u otra forma con la Empresa; compañeros y amigos, compañeras y amigas; administrativos y choferes y peones. Sé que nombrar a alguno irá en detrimento de los demás pero voy a permitirme la travesura de citar a dos que sintetizan lo mejor encontrados en todos ellos. Ignacio Cortadellas y Joaquín Brugada. Don Ignacio fue como un padre para mí y me supo llevar encarrilado cuando lo necesitaba; hombre de gran corazón tenía subordinados fieles porque sabía ganárselos con sus buenas maneras; era afable y con un sentido de la responsabilidad no exento de un toque de 'dejar hacer'; de él se cuenta (cosa que ni afirmo ni desmiento) que al recibir un telegrama en sábado lo guardaba en un cajón diciendo: "Ya verás que disgusto me voy a llevar el lunes". Don Joaquín es el perfecto caballero que nos trataba con amabilidad exquisita siempre que íbamos a Tenerife, primero a Imeldo Serís y luego a la calle paralela a Avenida Tres de Mayo; nos daba el saludo y el agasajo que seguro querían darnos el resto de los compañeros de la isla hermana cuando íbamos por motivo de trabajo o por las fiestas de la patrona Santa Bárbara.

Querido Rodolfo deseo que estos mis sentimientos te lleguen hasta el lugar de privilegio en que ya estás donde seguro no habrá de importarte mi tuteo. En el recuerdo afectuoso, hasta siempre.


Te deseo un buen día.

jueves, 6 de marzo de 2008

Juan de Quesada



Hola a todos. En nuestro paseo del domingo, tras dejar atrás la fuente del Espíritu Santo, seguimos calle Castillo arriba. En el número 16 de esta calle, si no recuerdo mal, vivía un cliente de Cruz Mayor a quien yo llevaba las compras. Su casa era una de las señoriales de Vegueta y recuerdo que en ella tras un zaguán abierto, una puerta de madera daba a un hermoso patio (de esos que seguramente son llamados 'patio canario') con muchas plantas y flores y puertas de habitaciones dando al mismo. Por esta calle Castillo pasaban casi todos los coches que iban al sur o al centro de la isla, los primeros después de girar hacia la Portadilla de San José, y los otros siguiendo por Ramón y Cajal hasta dar con la carretera del centro. Paseamos tranquilamente y nos detenemos ante el edificio que fue Hospital de San Martín, construido entre los años 1775 y 1791 y que era un edificio monumental para la época; tiene una hermosa fachada con cinco arcos en la portada y estuvo prestando servicios hasta las últimas décadas del siglo pasado en que se construyeron los nuevos centros hospitalarios en Gran Canaria.



Seguimos con nuestro andar con la curiosidad de ver si continúa aún donde siempre el "Árbol Bonito"; tomamos el inicio de la carretera del centro donde casi nada ha cambiado hasta el punto de que, aún hoy a principio del siglo XXI, los postes de la luz siguen siendo de madera, y la pared en el margen izquierdo de subida es de piedras superpuestas; vemos obras de un nuevo edificio -que luego supimos estará dedicado a oficinas administrativas de la Universidad de Las Palmas- que ya veremos si no rompe el equilibrio arquitectónico de la zona. El árbol sigue estando espléndido a la vista y a su lado el colegio de las Salesianas y antes, justo al comienzo de la carretera, está la subida al Risco de San Juan.



Retrocedemos y tomamos la calle hacia San Roque y vemos allá arriba la "Casa de los Tres Picos" levantada en 1868 por un antiguo organista que tomó como modelo el órgano instalado en la catedral a principios del siglo XIX. Sigue estando el edificio del cine San Roque de nuestra juventud, bien que abandonado y tapiado en puertas y ventanas y sin la palmera que estaba justo delante, en la acera. Me entero de que la antigua ermita a este santo data de 1523 y estaba en terrenos de cultivo de la caña de azúcar.


Completamos el paseo volviendo por la calle Juan de Quesada que bordea el cauce cerrado del Guiniguada con árboles que podemos pensar son centenarios, de esos bellos ejemplares que vemos en las carreteras del interior de la isla. En esta calle hay edificios antiguos de bonitas fachadas como el que sirve de sede al Paraninfo de la Universidad y otros varios por los que parece no pasa el tiempo. Opino al igual que un lector de 'La Provincia', que leí buscando información sobre esta calle, que la misma debería ser peatonal pasando a ser Paseo de Juan de Quesada, con terrazas donde pasear y sentarse, aunque sólo sea por recordar aquella dulcería que había en la esquina con la calle Frías, ya desaparecida, en donde yo acostumbraba a comprar unos magníficos 'matahambre', dulces de masa dura con muchas pasas, que efectivamente quitaba a cualquiera las ganas de comer durante mucho rato.



Por cierto, ¿sabrías decirme quien fue o que hizo el ciudadano Juan de Quesada para merecer esta calle que desde hace tantos años lleva su nombre, ya que mi amiga 'wiki' no me da en este caso información alguna?


Te deseo un buen día.

martes, 4 de marzo de 2008

Una hermosa fuente





Hola a todos. Es la mañana del domingo y nos vamos Loli y yo partiendo de la calle Reloj, Espíritu Santo arriba hasta dar con la fuente del mismo nombre. La calle, en este tramo sólo para peatones, es un encanto porque es estrecha y con casas de la antigua Vegueta a ambos lados, diría yo que las mismas casas que construyeron los castellanos al incorporar Gran Canaria a la Corona de Castilla. Arriba, al fondo de la calle que parece se estrecha aún más, una alta palmera pone un contrapunto al colorido de las fachadas de las viviendas. Junto a la palmera, la fuente. Decía Domingo J. Navarro en sus Memorias: "Dando la vuelta a la encrucijada del Espíritu Santo se veía empotrada en la pared de la izquierda una desaseada fuente de tres caños con hedionda balsa de cantería. Toda la calle en contorno era un fangal, porque en aquella fuente se reunían a beber y lavarse casi todos los caballos del barrio de Vegueta". Esto que escribía del año mil ochocientos y tantos no tiene nada que ver con la fuente que yo conocí a mitad del siglo XX y que juraría que en nada ha cambiado hasta hoy. Venía yo como ya tengo dicho siendo un crío por esta zona y me encantaba el lugar, no sólo la fuente y la plaza sino el contorno formado por las calles y casas cercanas a la Catedral y este encanto no me ha defraudado al ser mayor. Es precioso el ver como las palomas beben y se mojan con el agua de la fuente y es una caricia para la vista la sencillez de la composición en piedra de los arcos y del templete bajo el que se encuentra el surtidor. De éste baja el agua a cuatro bocas de faunos que la dejan salir a las pilas de cantería, una en cada lado del cuadrado de la fuente, inaugurada en 1867 siendo su constructor Manuel Ponce de León. Y leo que el coste de esta obra se pagó con una suscripción popular.

Junto a la fuente está la ermita del Espíritu Santo, casi siempre cerrada, y que "con un edificio más propio de una zona rural que del mismo corazón de Vegueta, dada la enorme sencillez de sus líneas, se construyó en 1615", según reza la placa puesta por el Ayuntamiento. También dice esta placa que en la ermita "se venera la imagen del Cristo del Buen Fin cuya cofradía, instituida en 1941, y revestida de largas capas rojas saca en procesión de penitencia cada madrugada del Viernes Santo, constituyendo uno de los momentos más sugestivos de la Semana Santa". Procesión a la que haré lo posible por asistir. Completa el bien cuidado espacio un jardincillo en forma triangular donde además de la alta palmera hay otros árboles y plantas constituyendo el conjunto un deleite para los sentidos.

Te deseo un buen día.

lunes, 3 de marzo de 2008

Reunión familiar



Hola a todos. Las olas y las piedras juegan en Agaete un incesante juego a buscarse y esconderse al compás de las mareas; el agua al subir y bajar cubre a los callaos de la orilla como si les besara; algunos caracoles se dejan llevar por la subida o se agarran a las piedras para no ser arrastrados en la bajada. Cerca, el Dedo de Dios, roto por el vendaval, ha quedado en un muñón que sigue ahí bendiciendo a todas las criaturas y dándonos la bienvenida. El día, de este invierno que no ha sido, y próxima ya la Primavera, luce esplendoroso. Algunos bañistas se atreven con el agua que a estas fechas debe estar algo fría mientras otros se toman el sol.

Nos habíamos dado cita aquí en Las Nieves para celebrar... bueno, para reunirnos la familia. Y el restaurante elegido, "Ca´mi hermano", no podía tener nombre más apropiado para ello. Nos reunimos más de cuarenta familiares, desde una pequeñina aún sin dientes de leche, hasta los mayores cercanos a las nueve decenas de años de una vida plena. Hermanos, suegra, hijos y nietos, mujer, sobrinos, cuñadas, primos, todos dispuestos a pasar un rato agradable y a divertirnos de lo lindo.¡Hasta de Tenerife vinieron al jolgorio! Gracias Luzma. Contribuyó a pasarlo bien las variados platos que nos sirvieron en plan "picoteo" donde no podían faltar nuestras queridas 'papas arrugadas', queso, mejillones, pescado empanado, pulpo y langostinos, junto a los refrescos, cerveza y vino a gusto de cada cual.

Durante la comida, y gracias al super8 y a las modernas técnicas de ordenador, fueron proyectados unos cortos de película de 'cuando éramos más jóvenes'. Películas de hace cuarenta años, cuando aún la mayoría de los presentes no habían nacido, con escenas de la familia y vistas de Las Palmas y algunas de la isla que nos permitió vernos con la 'tira' de años menos. Mi hermana tuvo la ocurrencia de regalarme un leontina, precioso reloj de bolsillo que desde ahora llevaré con orgullo como algo inapreciable. Mis sobrinos siguiendo el ejemplo de su madre me regalaron un precioso cuadro al que ya encontré sitio en casa y un libro subtitulado la "Odisea de la Antártida" donde se narra la superación del hombre, que en forma individual o en grupo, siempre se crece ante la adversidad, y en cuya primera página leo esta entrañable dedicatoria: "Lo importante del viaje no es el destino: es el trayecto. Con cariño. Agaete 1/3/08".



En resumen un día estupendo, unas horas agradables, un encuentro para repetir ¿qué más podemos pedir? Gracias a todos.



Te deseo un buen día.