lunes, 31 de mayo de 2010

Perdidos

Hola a todos.
Debo confesar que tengo un cacao mental de mucho cuidado. Achaco la culpa a los periódicos y a la política. Diariamente abro dos periódicos locales y uno nacional (en internet, puesto que la pensión no da para muchas alegrías) y leo noticias y comentarios que me van a llevar al garete. Me prometo cambiar de rumbo y seguir en televisión cualquier telenovela de amores y desamores que me enganchen y que me lleven a un atractivo sinvivir. Porque la vida real no hay quien la aguante: un juez suspendido, unos políticos imputados, el paro que sube, la bolsa que baja, la solidez del sistema financiero que se resquebraja, la intención de voto que cambia, el rey que se opera, una sesión del Congreso salvada por los pelos y, por si fuera poco, un espontáneo en Eurovisión. Esto, ya digo, no hay corazón sano que lo resista y ya me dirán ustedes cómo lo va a resistir el mío que ya está tocado. Así que me desengancharé de la prensa digital y me pasaré a Perdidos. ¿Qué ya terminó la serie? ¡No, por Dios! ¡Esto sí que es un mazazo fuerte para mi pobre corazón!

Te deseo un buen día.

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