martes, 28 de febrero de 2012

Indignación y tristeza

Hola a todos.
En esta marea de la crisis galopante en la que nos ha tocado navegar contracorriente me ha llegado, como a otros muchos padres le llegó antes y a otros tantos les llegará no pasado mucho tiempo, la visión de la indignación y la tristeza retratada en la cara de una de mis hijas. Sabía ella que la iban a despedir de su trabajo. Por circunstancias que no voy a detallar. No era eso lo peor: lo que no sabía era la ruindad con que lo harían. La llamó el jefe -que es un mandado ya que no es el dueño (al parecer) de la empresa- y le hizo firmar unos documentos. Documentos preparados por otros mandados que tienen muy posiblemente la titulación de abogados y que están al servicio -vil metal- de los poderosos. Mi hija firmó, llorando, (muy mal hecho pues nunca debió hacer ninguna de las dos cosas) y aun necesitaba llorar cuando lo contaba en casa. Le acusaban en el documento de cosas que no había hecho para poderla despedir con la ley en la mano sin coste alguno, prometiendole, que de esta forma, la volverán a llamar cuando haya un nuevo trabajo para ella: en caso contrario no la llamarían nunca jamás.

Con la ley en la mano: ¡qué ironía! Con La ley de Reforma Laboral que nos ha traído el Partido Popular para generar empleo (eso sí, cuando la situación mejore, que nos dice el Presidente del Gobierno) y que deja indefensos a los pocos trabajadores que van quedando en este país. Ya no es bastante con mandar al paro a las jóvenes y a los jóvenes que tratan de encontrar un hueco en esta aperreada vida. Ya no es bastante con dejar sin empleo a tantas y tantos desgraciados. Ahora, con la bendición del Gobierno, el empresario puede menospreciar la inteligencia y humillar al empleado.

Llegó el paro a mi casa de la forma más cruel. Por ello he visto en la cara de mi hija indignación y tristeza. Como la habrán visto otros muchos padres y como la verán por desgracia otros muchos más.

Te deseo un buen día.

2 comentarios:

Francisco Espada dijo...

De estas y como estas nos quedan ver desfilar ante nuestros ojos un montón de casos. Cuanto peor está la economía más facilidades se les da a los empresarios para deshacer empleo y más serviles se prestan a humillar a los que aún tienen trabajo. ¡Dios nos de fuerzas para soportar todo lo que viene!

Chelo dijo...

Y que más nos espera? Nuestros jóvenes lo tiene mal esperemos que tengan fuerzas para seguir luchando.
Un abrazo para ti y otro para tuhija