jueves, 26 de abril de 2012

Bizcochos borrachos

Hola a todos.
Nos marchamos de Guadalara llevándonos, además del grato recuerdo de la ciudad y de sus gentes paseando bien abrigados por la calle Mayor, unas cajas de bizcochos borrachos marca Hernando. Como no podía ser menos, al reclamo de los dulces en un escaparate ricamente decorado. Días antes habíamos estado en Ávila con un frío de muerte que sentimos tan pronto bajamos de la guagua junto a las murallas. Aquí hace frío, nos dicen, hasta en el verano y nos lo creemos. Un vientecillo revoltoso hacía que la baja temperatura la sintiéramos pegada a los pantalones con las perneras en pocos segundos semejando 'antoñitos en hielo' o calamares congelados. No nos amilanamos y recorremos la ciudad intramuros gozando de cada esquina, de cada esbozo, de cada rincón que las majestuosas murallas nos ofrecen. Entramos por la Puerta de San Vicente y al poco estábamos caminando por una calle antigua que nos conducía a la catedral. Nuestro gozo fue un pozo, pues no pudimos entrar en ésta para verla como era nuestro deseo.

Estuvimos, eso sí, en la iglesia del convento carmelita. Y en la capilla anexa a su iglesia erigida en donde nació la Santa de Ávila, Santa Teresa. De ésta podemos leer en unos mosaicos sus sentencias adorables:

"Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: sólo Dios basta".


"Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero".

En un cruce de calles estrechas, casi una plaza, encontramos una escultura del otro gran iluminado, San Juan de la Cruz, y sus bellos versos, en la pared, que lo acompañaban:


"Mil gracias derramando, paso por estos sotos con presura. Y yendolos mirando, con sola su figura vestidos los dejo de su hermosura". 


No nos resistimos a partir sin llevarnos dulces recuerdos. De aquí fueron con nosotros las Yemas de Santa Teresa de las que en casa, mientras escribo, saboreo con delectación un par de ellas. ¡Hummm, qué ricas!




Te deseo un buen día.  

2 comentarios:

Chelo dijo...

Espero hayais tenido un buen viaje de vuelta y esteis preparando el próximo.
Un saludo

Francisco Espada dijo...

Los famosos bizcochos borrachos... Viví en Madrid más de 20 años y estuve en Guadalajara en algunas ocasiones. Tu escrito me hace recordar aventuras remotas y en el paladar esos borrachos tan singulares.
Un abrazo.