En la solana de casa tenemos unos tiestos con geranios, unas esparragueras, una yedra que apenas levanta de la maceta y, allá al fondo, tenemos, como si fuera la niña de la casa, una orquídea. La tenemos allí y no en el salón porque advertimos al poco de que nos la regalaran el pasado año que era en donde mejor crecía. El año pasado la orquídea nos la trajeron con flores. Luego quedó tan sólo con las hojas y con unas varas desnudas hacia lo alto. Ahora la hemos visto florecer. En las varas nacieron unas yemas chiquititas que fueron creciendo y ya, en los últimos días, un par de preciosas flores, de pétalos de color amarillo y lila, se abrieron. ¡Maravilla de la Naturaleza! Maravilla que se repite año tras año, sobre todo en la primavera que es cuando brota de nuevo la vida y que nosotros, acostumbrados al milagro, casi no le prestamos atención. Pienso que debiéramos observar y gozar de estas cosas pequeñas para aproximarnos a la obra infinitamente grande y hermosa de Dios.
Te deseo un buen día.
1 comentario:
El milagro de la naturaleza. Todos los años tirábamos la Flor de Pascua en cuanto acababa la Navidad y le caían las hojas. Un año se quedó la maceta olvidada, y luego ella sola volvió a renacer.
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