sábado, 17 de marzo de 2012

A caer de un burro

Hola a todos.

Decid vos, madre, a la yedra verde
que mire el árbol en que trepa:
si él se cae, ella se pierde. (*)

El señor Torriani, italiano él, estuvo por estos peñascos atlánticos, (a los que los antiguos llamaron islas Afortunadas y otras lindezas) allá por los años cercanos al 1600, mandado por el monarca español de entonces para hacer trabajos para la Corona. Nos dejó el bueno de don Leonardo, para deleite nuestro, su libro con título sonoro que dice Descripción e Historia del Reino de las Islas Canarias. En este su libro, entre cosas cosas interesantes, el ingeniero Torriani nos puso a los naturales del archipiélago canario a caer de un burro. Vean ustedes si no:

(...) además del defecto natural recibido por los isleños como por todos los demás, ellos, por la naturaleza de su lugar marítimo y por influencia de las estrellas (...) no son libres en general de algunas calumnias y vicios notables". (...) porque aquí faltan las primeras dos virtudes que adornan al hombre, es decir la Modestia y la Mansedumbre; también faltan las otras dos, perfectísimas, Vergüenza y Verdad, sus hijas, y reinan las ambiciones, las mentiras y el fingir, por maligna influencia del signo de Escorpión".

"Además de estos vicios, a cada una de estas islas se atribuyen otros vicios particulares. Los lanzaroteños son considerados asesinos; los de Fuerteventura, indolentes; los canarios, mentirosos; los de Tenerife, ingratos; los gomeros, traidores; los del Hierro, toscos; y los palmeros, vanidosos. También tienen facilidad para cualquier cosa y afición; pero son muy inconstantes, por fuerza de la triplicidad venérea y marcial".

O sea, me digo, que aquí no escapa ni el gato. Menos mal que para todos estos pensamientos del buen ingeniero éste se apoyaba en los signos del zodiaco y en los demás astros del cielo y por ello echaba la culpa a Venus y a Cupido, a Cáncer y Escorpión y Piscis, a la Luna y a Marte, a Ariete, León y Sagitario...

Queda claro, que el que no se consuela es porque no quiere.

(*) Canto a modo de endecha de los canarios antiguos.

Te deseo un buen día.

2 comentarios:

Francisco Espada dijo...

La verdad es que no ha dejado títere con cabeza. Seguramente le sucediera al ingeniero Torriani que veía la paja en el ojo ajeno; pero, sin espejo, no tenía cómo verse el propio.

Chelo dijo...

Pero vosotros no le habeis hecho ni caso ¿verdad? Un abrazo