domingo, 22 de abril de 2012

Miel en los labios

Hola a todos.




A la llegada del viaje tengo, aún y por mucho tiempo, la miel en los labios. Y no la miel de la Alcarria que para mi desconsuelo dejé sin comprar en Guadalajara en la fugaz visita a esta pequeña (me dicen) y encantadora ciudad. Claro que ustedes verán que es normal mi olvido porque estaba yo 'abobao' gozando de todo aquello que se me ofrecía a los sentidos. Empezando por el Palacio de los Duques del Infantado, hermoso edificio por fuera y por dentro, del gótico tardío rematado en estilo renacentista con miles de filigranas, en el que una interesante exposición (de la vida y de la muerte) nos dio ocasión de conocer parte del pasado de la región. 


Y siguiendo por la calle ancha y cómoda pese a su empinada pendiente que nos llevó hasta la iglesia de San Ginés por donde está la Diputación y un precioso y coqueto jardín con el sugerente nombre de Parque de la Concordia que se mandó construir en 1854, con una fuente y un quiosco para la música hoy en silencio. 


Habíamos dejado atrás el edificio del Ayuntamiento y otros con sugerentes fachadas que hacían del paseo un agradable ejercicio pese a la temperatura de 9º C,  no fría en exceso por ausencia de viento.


Estábamos finalizando casi el viaje que nos trajo por las Comunidades de Madrid, Castilla y León, y Castilla La Mancha. Habíamos visto sitios y ciudades nuevas para nosotros los isleños y nos íbamos con el corazón engrandecido. 


Y por todo ello brindamos. Y para constancia de ello, dejamos la correspondiente fotografía del momento.




Te deseo un buen día.

2 comentarios:

Felipe Tajafuerte dijo...

Me alegro que vuestro viaje haya sido enriquecedor. Un saludo

Francisco Espada dijo...

Se agradece este reportaje tuyo que me recuerda mi visita a Guadalajara en tiempo ya bastante remoto. Miel en los labios y gratos recuerdos en el corazón.
Un abrazo.