martes, 14 de agosto de 2012

El fuego

Hola a todos.
He estado tan solo durante unas vacaciones en La Gomera. Fueron unas vacaciones tranquilas y hermosas. Con esa hermosura que transmite la pequeña isla en cualquiera de los sitios por donde el visitante pase. Estuve con la familia en Chipude y en Valle Gran Rey, en San Sebastían y en Puerto Santiago, en Hermigua, en Alajeró y en Agulo. La isla es tan pequeña que es casi imposible no ir a todos los sitios. No fuimos, sin embargo, a Vallehermoso y nos perdimos -estoy seguro- un hermoso valle; tampoco fuimos por la costa a ver Los Órganos que sonarán con melodías inolvidable con los besos de los vientos. Subimos carreteras y bajamos barrancos recreando la vista con los Roques sagrados. Nos adentramos (un poco, nada más) en Garajonay, Parque Nacional. Lugar de belleza admirable. De esa belleza que nos brinda nuestra madre Naturaleza.

Cierro los ojos y veo los árboles centenarios de laurisilva, reducto de bosques que crecieron en Europa en épocas pretéritas. Siento el frescor del camino. La dulzura del sendero cuesta abajo. Pasamos junto a una fuente de agua limpia en nuestro camino a un pequeño restaurante en un lugar intrincado del bosque. Alrededor, varios animales: unos gatos, unos caballos, un perro. Y flores: flores sencillas, flores canarias. Con los ojos cerrados siento el alisio y oigo el silbo gomero y suenan las chácaras acompañando los cantos y los bailes de la isla hermana. Con los ojos cerrados, sueño.

Y en el sueño, que se torna espantoso, el verde de los árboles va trocando al amarillo y rojo del incendio. Las llamas prenden en los troncos y en las ramas. Y los engullen. Y los muerden y los abrazan con un abrazo de fuego. Y en el espanto de mi sueño, veo el negro de los humos que se elevan hacia el cielo y desparrama desesperanza por los campos y las casas de los labriegos. Negro humo, negro incendio.




Te deseo un buen día. Y deseo que el Hombre, en ningún sitio, sea causa de ningún incendio.    

5 comentarios:

Chelo dijo...

Estuve hace un año en la Gomera y cada vez que oigo lo del incendio me entra tristeza, enfado, rabia y no sé cuantas cosas más.
Tardaremos muchos años en volver a disfrutar de la isla, si es que se consigue recuperarla.
Un abrazo

Marcos dijo...

Yo no la conozco pero ten la seguridad que desde la península estamos con vosotros, pues con ello revivimos lo que ya hemos vivido en nuestras propias carnes, y es horroroso. Un abrazo.

Felipe Tajafuerte dijo...

Eres uno de los afortunados que han conocido la isla en su esplendor. Otros no vamos a tener ya esa oportunidad. Deseo fervientemente que llegue a recuperarse para otras generaciones. Un abrazo

Oti dijo...

Estuve en La Gomera poco tiempo después del último gran incendio en el que murieron, entre otros, el Gobernador Civil de Tenerife. Pasé por el sitio en que murieron. Tuvimos que dar la vuelta con el coche al no poder soportar lo que vimos.
Unos años después, la Naturaleza había vuelto a tomar el paisaje. Es como un milagro.
Por favor, no dejen de visitar La Gomera, es un lugar maravilloso.

Francisco Espada dijo...

No es fácil entender tanta desatención de las autoridades, tanta falta de medios, y tampoco lo retorcido de tantas mentes incendiarias que exterminan la naturaleza sin que les tiemble el alma. Lo más triste de todo es que la mayoría de los incendios son provocados. ¡Inadmisible!