viernes, 24 de mayo de 2013

La escultura

Hola a todos.
Comoquiera que nuestro paisano Galdós tiene una escultura en Madrid no quisimos perdernos la ocasión de ir a cumplimentarle nuestros respetos. Así que nos fuimos al Retiro, entrando esta vez por la Puerta del Ángel Caído que está en las inmediaciones de la Estación de Atocha. Subimos por una calle con bastante pendiente, la Cuesta de Moyano, en la que sus casetas de libros usados estaban cerradas por la hora, salvo tres. En éstas nos entretuvimos y la suerte quiso que encontráramos a buen precio los dos tomos de una novela romántica, Los buscadores de conchas, en la que estábamos interesados.

Dentro del Parque seguimos ascendiendo por la misma pendiente pero ya con grandes árboles, seguramente centenarios, que nos proporcionaban agradable sombra, y además con la frescura que nos transmitía el cuidado césped en grandes parterres a ambos lados. Veíamos poca gente en estas primeras horas de la tarde: algún paseante despistado y algunos lectores tumbados leyendo sabe Dios que lecturas.

Fuente del Ángel Caído. Detalle.

La Rosaleda. Rincón.
Llegamos a la Fuente del Ángel Caído y nos dirigimos a la Rosaleda sabiendo que la escultura que buscábamos estaba cerca. La Rosaleda estaba preciosa. Cientos de rosas de vivos colores nos recibieron mostrando sus pétalos, abiertas al sol, agradecidas. Paseamos entre ellas tomando fotografías y seguimos hacia el sitio en que el plano del Parque nos indicaba que estaba la escultura del egregio escritor. Escultura de Victorio Macho inaugurada en enero de 1919. La encontramos en medio de una glorieta y un fervor casi religioso nos embargó. 

Galdós. Parque del Buen Retiro, Madrid
En esta escultura (al igual que en la que el mismo escultor hizo para su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, y que en la actualidad  está muy deteriorada por el salitre) Don Benito aparece recostado. Sus piernas cubiertas por una manta pues una manta usaba en su casa de Madrid en los largos y fríos inviernos alejado de los cálidos inviernos de su tierra. En su cara serena nos pareció ver sus ojos cerrados a la luz pues cerrados los tuvo en sus últimos años de vida, por la ceguera que padeció.

Galdós. Casa Museo. Las Palmas de Gran Canaria
Un buen rato estuvimos sentados en una cafetería cercana. El hombre que la atendía se entendía bien con los animales del parque: extendía su mano, con la palma hacia arriba con algunas semillas, y los pájaros venían a comerlas, y una ardilla sabedora ascendía por su pierna hasta más arriba de la rodilla -hasta el bolsillo del pantalón- en donde encontraba su golosina; luego se escapaba por el tronco de un árbol cercano buscando en donde comerla.

Ardilla merendando
Nos preguntamos que hubiera escrito don Benito de estas escenas matritenses. Sin duda, a él, le hubiera conmovido el corazón.

Te deseo un buen día.  

4 comentarios:

Francisco Espada dijo...

¡Qué buenos recuerdos me trae esta parcela de Madrid que describes. En la etapa predemocrática acudía a la cuesta de Moyano a comprar libros censurados de Alberti, Juan Goytisolo...

Don Benito se tapaba con una manta porque vivía humildemente a pesar de su vasta producción literaria. Hoy viviría con holgura y hablaría de los actuales Episodios Nacionales.

Un fuerte abrazo.

Chelo dijo...

Tú en Madrid y yo en la playa disfrutando del mar.
Ahora hacen unos dias ideales para pasear por el Retiro, me alegro que los disfrutases.
Un abrazo

Marcos dijo...

Seguimos el grato paseo de tu mano, mientras aprendemos.

Felipe Tajafuerte dijo...

Me han gustado tus vivencias en el parque del Retiro, y hasta el percibido el perfume de la rosaleda.Un saludo desde mi mejana