martes, 15 de marzo de 2011

Grande, muy grande

Hola a todos.
Andalucía es grande, inmensa. Fue mi primera impresión cuando viajaba en la guagua que nos conducía desde el aeropuerto de Sevilla hacia Granada. Es enorme. Y no es que la compare con la superficie limitada de mi isla redonda en la que siempre estamos a un tiro del mar. Que lo es. Es que Andalucía es tan grande que en ella caben millones de olivos dispuestos en lineas como infantes preparados para ganar siempre la batalla por la excelencia del mejor aceite.


Al igual que están alineadas a la perfección las columnas levantadas por el hombre musulmán para honra de Alá en la Mezquita de Córdoba, rematada ésta, siglos después, (algunos creen que innecesariamente) por la catedral católica construida en su interior para alabanza de Cristo.
Y es grande porque contiene a las Alpujarras con barrancos majestuosos surcados por riachuelos y realzados por pueblos blancos como el de Lanjarón, a mitad de camino de la carretera llena de curvas, y por los de Pampaneira y Poqueira en la ruta del Mulhacén a poquitos metros de las cumbres nevadas. Como nevada estaba la Sierra que lleva este nombre y que podíamos ver y sentir desde Granada con el blanco manto como dama soberana de la región.

Y grande e inmensa es la Cueva de Nerja monumento de la Naturaleza escondida hasta hace poco más de medio siglo recelosa de que ojos humanos pudiera ver sus tesoros de estalagmitas y estalactitas. Y la Alhambra preciosa e inconmesurable, y las catedrales todas, como la de Málaga y la de Sevilla, con tesoros artísticos difíciles de ver en una sola visita.

Y, ¡Señor! ¡Señor! la Giralda y la Torre del Oro y las mansiones de la exposición universal de 1929 y la Plaza de España y el Parque de María Luisa que pudimos disfrutar en un paseo en tartana llevada por brioso caballo.

Y las playas de Cádiz y sus carnavales con sus chirigotas y sus pescaítos. Y los vinos de la región, como el de Jaén que tomamos en una terraza en una de sus calles empinadas junto a la catedral después de haber visitado los baños árabes.

Y la luminosidad de la iglesia de la Virgen del Rocío en Almonte junto a esta parte del Parque Nacional de Doñana en Huelva, vista a la caída de la tarde tratando de imaginar la grandiosidad de la presencia de un millón de fieles queriendo ver a la Virgen Blanca en su fiesta de mayo.

Inmensa y grande. Así es Andalucía. Espero volver a verla, sin olvidarme esta vez ¡ojalá! de Almería, tierra de invernaderos y de frutas y hortalizas sin par.

Te deseo un buen día.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estuve alla hace muchos años en la semana santa.Fue fantastica.Un día despues del almuerzo,comida y una pequeña botella vino,quería ir al hotel.No podía encontrar el hotel.Es verdad la ciudad es muy grande.Yo tendría ganas para ir de nuevo a Sevilla.Pero este año vamos a Mallorca.
Muchos saludos Christa

Francisco Espada dijo...

Me agrada que haya disfrutado de su viajes y le agradezco las cosas tan hermosas que dice de mi tierra. Un abrazo.

Felipe Tajafuerte dijo...

Yo también comencé a conocer Andalucía bastante tarde, hace unos doce años, y también me encantó. Aún me falta Huelva y Almería que espero culminar pronto.
Me alegro de que hayas disfrutado de tu viaje.
Un saludo

mayody dijo...

Hola Angel, me ha gustado mucho tu descrupción de esa ciudad que aún desconozco. Sin embargo mi madre también guarda un "enorme" recuerdo de ella.
Saludos desde León.