sábado, 3 de agosto de 2013

De lobatos y pavos reales

Hola a todos.
La pequeña manada de lobatos -tan solo seis integrantes- se disponen a ir a Viseu en compañía de los viejos lobos Burbu y Bagheera. Es el domingo por la tarde y se apetece el paseo así que nos invitamos a acompañarles durante una parte del camino. Dejamos atrás la verja que está junto al comedor al aire libre y por entre los grandes árboles tomamos una vereda que nos lleva hasta el puente de madera. Este puente es pequeño y bonito y es seguro que por debajo de él en invierno pasará un pequeño arroyo de aguas limpias y frías. Llegamos a la pequeña plaza en la que hay una fuente con un chorro continuo de agua y otra fuente con nombre de santo a la que hay que acceder bajando por unos pocos escalones. Aun estamos dentro del Parque Fontelo cuando de repente aparece un bello y arrogante pavo real; luego otro, y otro y otro hasta que el número de pavos y lobatos se igualan. Estos se entusiasman y revolotean más que las aves alrededor de ellas. Parece que quisieran cogerlas para abrazarlas y llevarlas con ellos de vuelta a casa.

Ya fuera del Parque empezamos a ver cosas interesantes de Viseu. El Portal de Fontelo, que es como un marco de piedra, es un gran pórtico que data del siglo XVI. Más adelante llegamos a un pequeño parque más interesante para los lobatos pues en el pueden -y deben- tocar las plantas que hay preparadas en cuatro parterres con las siguientes características: en un parterre plantas aromáticas, en otro plantas con flores de variados colores, en el tercero plantas de texturas distintas y en el cuarto arbustos de distintos portes. Con las plantas aromáticas, acariciándolas, pudieron los lobatos oler romero, lavanda, orégano y otras más de olores fuertes lo que les llenó de alegría. El parque aunque pequeño en lindo con una fuente que eleva hacia el cielo un único chorro de agua que luego al caer se esparce según la dirección del viento.

Seguimos con los lobatos y pasamos junto a la escultura dedicada a los Mortos da Grande Guerra y junto a la iglesia dedicada a San Antonio, patrono de Portugal. Tanto la escultura (soldado con ropa de campaña, botas y pesada capa, casco y fusil) y la iglesia, son dignas de ver. A los pibes, por supuesto, ni les iban ni les venían.










Subimos por las empinadas y estrechas callejuelas del antiguo barrio judío (Judiaira según leemos en una calle) y por aquí pudieron ver cosas más entretenidas como la Mujer de la Limpieza dentro de un escaparate y la colección de bragas que formando como una enorme pantalla cuelga entre las casas de ambos laterales de la calle por la que ascendemos. Arriba del todo, en la trasera de la catedral nos separamos. Los lobatos con sus viejos lobos siguieron su camino en busca de aventuras. Nosotros nos fuimos a lo nuestro y a seguir disfrutando de la tarde. 

Te deseo un buen día.

2 comentarios:

Marcos dijo...

Pareces el "Guardian de Leyenda".

Francisco Espada dijo...

¡Qué bien te lo pasas y cómo me alegro! Una bonita excursión muy bien mostrada en texto e imágenes.
Un abrazo.