lunes, 30 de junio de 2014

Paseo en Sevilla

A Francisco Espada. 
Para que los dolores se olviden de visitarle.

Hola a todos.
Nuestra estancia en Sevilla fue breve, de solo unos días, pero nos deparó oportunidades impagables de pasear por la ciudad en unos recorridos sin rumbo. Estábamos alojados en el hotel Giralda en la calle Sierra Nevada en un lugar que por céntrico era apropiado a nuestros deseos. A unos pocos pasos, todo. Teníamos los magníficos Jardines de Murillo y el coqueto Barrio de Santa Cruz como pasos obligados a sitios más distantes. En los Jardines nos parábamos a ver los grandes árboles, altos y distinguidos, mientras con paso lento íbamos por en medio de sus cuidados parterres. En el Barrio cruzábamos por sus calles estrechas recuerdos de épocas pasadas entre casas con comercios y bares y alguna que otra mezquita. Un día, sin buscarla dimos con la plaza pequeña y encantadora de la Santa Cruz y admiramos su cruz de hierro forjado en su pedestal. Otro día, mejor otra noche, nos acercamos a escuchar cantaores del más puro flamenco...

El Barrio nos llevaba a la Giralda y a la Catedral, monumentos religiosos de piedra labrada, amplios y elegantes. Los vimos solo por fuera y también por fuera estuvimos calculando lo inmenso que debe ser los Alcázares Reales. Los Jardines nos acercaban al Guadalquivir por donde la Torre del Oro que con su Museo Naval nos invitaba a subir a todo lo alto. Y a la Puerta de Jerez y a la Plaza de España. Dimos un día un paseo por el río en un barco fluvial que nos llevó abajo y arriba permitiéndonos ver las dos riberas con sus casas y palacios y, sobresaliendo por sobre todo, una torre nueva que ha resultado conflictiva por ser mucho más alta que la emblemática Giralda: la Torre Pelli.

Tuvimos calor en Sevilla. Y el calor nos dio por ir a la Maestranza a un bello desfile de carruajes con bríosos caballos que previamente habíamos visto en las calles en una majestuosa muestra de bien hacer y bien estar de damas y jinetes. Incluso volvimos a la Maestranza para 'gozar' de una corrida de toros (los pobres animales nos perdonen) de la que salimos sin terminar... Es, a fe nuestra, un preciosos espectáculo lleno de arte... que debiera desaparecer por siempre jamás.

Si calor padecimos (41º en una ocasión por el puente que nos llevaba al Barrio de Triana), calor gozamos por contra cuando nos vimos con nuestro buen amigo Francisco Espada. Calor humano que desprende la figura de Francisco que es amigo nuestro de la 'red' porque con su blog "En días de aplomo" nos obsequia casi a diario con sentidas poesías y otros apuntes en prosa. Vive Francisco Espada por donde se encuentra la basílica de Jesús del Gran Poder. Visitamos el templo y rezamos al Cristo en una mañana. Al día siguiente nos vimos en la Alameda de Santiago, cercana a la iglesia basílica, y como era de esperar nos dimos un caluroso abrazo previo al cortado y a la charla que compartimos.




 










Te deseo un buen día.

2 comentarios:

Marcos dijo...

Creo que me viy a imprimir tus entradas para llevarlas cuando haga un viaje por el sur, porque solamente siguiendote, ofereces un recorrido completisimo. Muchas gracias por compartir.

Felipe Tajafuerte dijo...

Me has recordado mi viaje a Sevilla, durante el cual yo sí vi por dentro la catedral y los Alcázares, y también mi encuentro con Francisco Espada en Madrid. Tengo pensado hacerle una visita en su ciudad pero no se cuando será. Un abrazo desde mi mejana