jueves, 26 de marzo de 2015

Sao Miguel - Un paseo en compañia

Hola a todos.

Ruben llegó puntual a la hora prevista, a las nueve de la mañana. Se presentó: era nuestro guía primero para las excursiones concertada y nos iba a llevar a Sete Cidades donde los lagos esperaban por nuestra visita. “Primero daremos un paseo por Ponta Delgada -nos invitó Ruben- para que la conozcan un poco”, y, claro está, así hicimos. Para ello nos llevó en su minibús hacia la cercana avenida marítima de la que recorrimos un trecho hasta que quedó el vehículo aparcado en una calle empinada en la que sobre una plaza en alto vimos la iglesia de Sao Pedro. En el recorrido habíamos visto anteriormente a nuestra izquierda, de día, la de Sao Sebastiao, que había sido nuestro fanal de luz la tarde-noche de nuestra llegada.


A pie recorrimos luego la avenida marítima. Bajamos hasta los muelles y vimos barcos pequeños variados, uno de color negro que ofertaba la navegación para avistar ballenas. Habia por aquí muchos locales que nos ofertaban restauración y otras cosas. Vimos la terminal marítima que recibe y despide a quienes llegan o salen por mar y a los cruceristas que con regularidad llegan a alterar la vida de la pequeña urbe.

















Nuevamente en la avenida nos llamó la atención una tartana tirada por un caballo. Nos acercamos a la Puerta de Entrada a la Ciudad, compuesta por tres arcos y columnas,
restos de la antigua muralla. Como restos de ésta son también el castillo que en tiempos sirvió para repeler ataques de piratas. Hoy el Castillo tiene una obra escultórica, en alto relieve, en recuerdo de los caídos de la isla en la Gran Guerra, en 1914 a 1918, y en recuerdo asimismo de los marineros. Enfrente del castillo otro grupo escultórico, padres jóvenes con un niño pequeño, recuerda a los emigrantes.

Junto a éstos una plaza de planta cuadrada con un kiosko de la música alberga en dos de sus lados sendas iglesias: la de Sao José y la del Santo Cristo de los Milagros que, nos dicen, tiene un importante tesoro. En el mes de mayo, nos dice Ruben, en las fiestas principales de la isla en mayo, sacan la imagen del Santo Cristo a la plaza y alrededor de ésta muchos fieles pagan promesas o le piden favores caminando sobre sus rodillas.

Por aquí cerca están el teatro micaelense y la fábrica de cerveza Melo y Abreu, muestra de las pocas industrias conque cuenta Sao Miguel . Luego siguiendo este paseo acompañado por el joven guía estuvimos en el parque municipal Antonio Borges en el que grandes árboles nos dieron la bienvenida y poco a poco comenzamos el regreso hasta el coche caminando despacio por calles estrechas, plazas recoletas y algún que otro jardín que nos acompañaban en la quietud de la soleada mañana.



Te deseo un buen día.  

1 comentario:

Marcos dijo...

Cronista excepcional que nos desgajas tus escapadas con tal detalle que las vivimos contigo.