martes, 27 de noviembre de 2007

Jardín Canario Viera y Clavijo



Hola a todos. Me llamo Ángel y estoy jubilado después de 51 años de trabajo, 49 en la misma empresa. Mi hijo Ángel (mi tocayo) me ha animado a tener mi blog en la red, igual que me había animado anteriormente a entrar en el amplio mundo de internet. A pesar de que mis dotes de escritor son tan exiguas que no llego ni a escribidor y acogiéndome a lo que alguien dijo de “que si sólo hablara quien supiera de que lo hacía el mundo sería un camposanto silencioso” voy a intentar escribir de lo que veo y siento de mi pequeño mundo.

Para empezar quiero contarles que ayer domingo fui con mi club de mayores a una excursión al interior de la isla de Gran Canaria. En un agradable recorrido llegamos a la Cruz de Tejeda, sitio obligado de parada de casi todas las salidas al campo que se hacen en la isla, por ser un enclave de impresionantes vistas. Fue un día magnífico de otoño, con algo de neblina, un poco de lluvia y algo de frío, estupendo para saborear el almuerzo y el baile. Por cierto que estaba tan rica la comida y tan amable el servicio dado por el personal que di las gracias de corazón a la responsable del Restaurante el Refugio.

Antes habíamos ido al Jardín Canario. Es éste una joya que tenemos los grancanarios, merced al Cabildo de la isla, a muy poca distancia del centro de la capital, Las Palmas de Gran Canaria, muy visitado por los amantes de la belleza y de la tranquilidad. En él podemos encontrar la flora autóctona de las islas canarias en un empeño loable por conservar lo que la Naturaleza nos ha dado y que el hombre poco a poco ha ido estropeando cuando no acabando con ello. Mis escasas dotes de narrador no me dan para describir como se merece este sitio. No es muy grande pero está muy bien concebido y mejor cuidado, con mucho cariño; nombré antes la tranquilidad y es ésta la sensación que siempre percibo cuando visito el Jardín.

Entramos en el Jardín Canario por la carretera de Tafira, muy cerca de la Universidad, y lo primero que encontramos es un busto de Viera y Clavijo, que da nombre al recinto, y una preciosa vista del conjunto desde lo alto. Por cuidadas escaleras de piedra bajamos la ladera, decidiendo entre diversos recorridos que se nos ofrecen, deteniéndonos cada poco tiempo para ver de cerca una flor o una planta, hasta llegar a la parte baja por la carretera del Dragonal. En el camino nos encontramos con la estatua del profesor Sventenius, trágicamente fallecido, impulsor de esta obra. Me prometo a mí mismo volver: en un día de lluvia fuerte para ver el agua cayendo por las rocas y caminos, y en un día de primavera para ver las plantas con su explosión de flores.

Si lees este comentario y estás interesado puedes visitar la página http://www.jardincanario.org/ donde encontrarás información puntual.

Que tengas un buen día.

1 comentario:

Waldo dijo...

Me alegra ver el nacimiento de este Blog. Sobretodo por venir de quien viene.
Por poder conocer cosas del señor Blogger "Pensionista por Jubilación" que no se sabe muy bien por qué, sin este blog, nunca me hubiese enterado.

Por ahora solo lo he visto por encima, pero ya esta en mi lista de cosas por Hacer. Ya se ha convertido en una de esas paginas de Internet que tengo que abrir todos los dias a ver que hay de nuevo.

No se cuanto tiempo durará este proyecto, pero sólo por lo que ya lleva escrito a día de hoy ha valido la pena.

Besitos