Leo en estos días con sosiego un libro cuyo nombre es Rescatando la Memoria, Octavo Concurso de Relatos Cortos. Lo voy leyendo sin prisas, tal como hay que saborear los buenos recuerdos, quedándome con aquellas cosas entrañables que gracias al libro llego a conocer. En esta ocasión, (me pesa el no haber sabido de los siete concursos anteriores), los relatos que lo componen son veinticinco, y en este año y por primera vez se abrió a las restantes islas canarias, pues anteriormente sólo se convocaba en Gran Canaria. Esto ha sido un gran acierto porque, con más o menos fortuna, pero con toda el alma, estos aprendices de narradores, llevan (llevamos) al papel aquellas anécdotas o historias que han ido configurando en alguna medida nuestra forma de ser.
Al abrirse a las otras islas podemos lee un relato de Fuerteventura, centrado en el pueblo de Tetir y La Matilla, con andanzas y amores de una abuela que ¡cómo no! en su día fue joven. Y de Lanzarote, en la Vega de Máguez, pequeño valle del municipio de Haría, cuando esta isla canaria era una roca en ruinas, perdida en medio del Atlántico, con la desventura de la mujer y de las hijas del indiano que fue a Cuba pero que no regresó por fundar allá otra familia. O de la infancia en La Gomera de dos hermanas que narran como, por Todos los Santos, se hacía la matanza del cerdo que les ha dejado recuerdos que no olvidarán de por vida. Y el primer año de una maestra recién acabada su estudios a la que destinan a Santo Domingo en Garafía, La Palma, ¡en 1964! cuando viajar por esta isla era toda una odisea. Hecho en falta algún relato de El Hierro que es la única isla ausente porque también tenemos de Tenerife y, por supuesto de Gran Canaria.
De Tenerife contamos con un pequeño relato que narra las desventura de una niña que conoce a un galán y que éste la deja en estado, estando casado con otra, en aquellos tiempos no tan lejanos en que estas faltas no se perdonaban. Y de Gran Canaria los relatos son muchos más por aquello de que antes se había hecho la convocatoria sólo en esta isla. Nos volvemos a encontrar con historias llenas de sinceridad reflejando tiempos pasados; es como un caleidoscopio que nos permite ver un poquito de estas islas afortunadas, en tiempos no tan afortunados.
Por cierto, no te he dicho que mi humilde aportación narra las aventuras y desventuras de un grupo de cinco amigachos (yo entre ellos) que recorríamos carreteras y laderas, cruzábamos pedregosos barrancos y dormíamos bajo el cielo de nuestra isla, en aquellos tiempos en que la suma de los años de todos y cada uno de nosotros no bastaba para llegar al centenar.
P.S. Foto de la Fedac, tomateros y molinos en el Sur (Gran Canaria).
Los ocho concursos Rescatando la Memoria han sido convocados por el Excmo. Ayuntamiento de Arucas y Entidades de esta ciudad. Ya está en marcha el noveno: anímate a participar.
Te deseo un buen día. Feliz Navidad.
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