domingo, 23 de agosto de 2009

Playa de las Canteras

Hola a todos.

Estoy pasando unos días en la que es la mejor playa urbana del mundo y parte del extranjero. Les aseguro que no es amor de madre esta afirmación. En mi opinión poquitas playas (si hay alguna) se puede igualar a ésta. Situada a poniente de Las Palmas de Gran Canaria goza de un inmejorable clima que hace que el baño en el mar, el paseo por su orilla o por la avenida, la gimnasia de cada cual no importa edad ni condición, el descanso intelectual y físico, sean posible durante todo el año. A veces, el sol picón hace de las suyas con el beneplácito de quienes les gusta achicharrarse; otros días, aquellos días que yo prefiero, la 'panza de burro' hace de sombrilla y permite un hermoso bronceado sin quemaduras importantes; y los más, los vientos alisios soplan de mar a tierra refrescando los cuerpos.

Mi amor con Las Canteras viene de antiguo. Son más de cincuenta años que voy a ella con relativa frecuencia y siempre la encuentro dispuesta a recibirme como se recibe al mejor de los amigos. Y eso que no fui de niño sino que empecé a frecuentarla ya pasada la adolescencia. Pero no importa. Me recibe en sus arenas rubias como el primer día y deja que me solace dejando mi mente vagar sin preocupaciones. Las olas, en su infinito ir y venir con las subidas y bajadas de la marea, me acompañan, ora silenciosas ora con un suave murmullo para que les preste mi atención.

En estos días he visto un par de pequeñas gaviotas blancas revolotear y picar en el agua buscando comida. En la 'Peña la Vieja', por donde andamos, veo a jóvenes subir y lanzarse de cabeza a las olas en unas perfectas zambullidas. Con la marea baja, lucen preciosas las rocas desperdigadas por esta zona y la magnífica barra natural que convierte a una parte de la playa en una inmensa piscina de agua salada. Los niños pequeñajos buscan peces y cangrejos con sus cazamariposas mientras los mayores los contemplan con amor no disimulado. La tarde cae y con el trajín de la recogida de casi todos los bañistas (siempre quedan algunos para gozar de un baño nocturno) surge el trajín de los paseantes nocturnos por la avenida dispuestos a presenciar la puesta de sol que, con algo de suerte, mostrará la majestuosa montaña del Teide, casi al alcance de la mano, en Tenerife.






Te deseo un buen día.

1 comentario:

Perinqué dijo...

También es mi playa favorita,una verdadera joya.Me gusta cómo la ha descrito.Un saludo.