domingo, 2 de agosto de 2009

Jesús Arencibia

Hola a todos.
Hace un par de días en un espacio radiofónico de la Clásica de RNE charlaban el presentador y la invitada sobre la posibilidad de seleccionar las cinco mejores obras de música, mientras iban poniendo magníficas composiciones de maestros inolvidables desde Scarlati hasta compositores del siglo XXI pasando por Bach, Wagner o Beethoven. Elegir cinco obras -vino a decir la experta en Arte y en Música- entre la enorme producción de magnífica música que se ha escrito es como elegir cinco gotas representativas del agua de todos los océanos del mundo.

Pensaba en ello hoy al decidirme a escribir mis impresiones sobre la pintura de Jesús Arencibia, y al tener que seleccionar unas fotos de su producción pictórica, me copio y pienso: Elegir entre su obra tres o cuatro fotos, es como elegir tres o cuatro gotas en el agua del Atlántico que nos rodea. Y aun cuando tengo conmigo la grata ayuda de un libro sobre la vida y obra del genial pintor me las veo y me las deseo para pergeñar estas líneas.

Este artista nacido en el barrio de Tamaraceite en Las Palmas, en 1911, llena con su obra casi la totalidad del siglo pasado en Gran Canaria. Con quince años pinta el que se cree su primer cuadro autodidacta "Almuerzo campestre" y, antes de asistir a la Escuela Luján Pérez pinta algún bodegón y paisajes varios. Conoce al pintor Néstor al que ve pintar temas botánicos relativos al Poema de la Tierra.

De su producción, lo que me era conocido eran los murales religiosos de las iglesias cercanas a mi domicilio: la de Santa Isabel de Hungría en Escaleritas, del año 1948, y la de los Dolores en Schamann de 1958-59. En iglesias pintó nueve murales en total y en organismos oficiales ocho, y además algunos en domicilios particulares. Para salvar mi desconocimiento de esta su obra gigantesca me propongo ir recorriendo los sitios en donde están los murales con la esperanza de ver al menos algunos de ellos.

Como había que empezar por algún sitio me fui al Hotel Santa Catalina y allí pude apreciar la decoración del comedor: los laterales de los arcos y las puertas con elementos vegetales propios de las islas; sobre los arcos parejas de hombre y mujer canarios, el hombre a un lado y la mujer al otro; y sobre los dinteles escenas de temática campesina: la recolectora de calabazas, los pastores con un rebaño y la imagen estupenda de los burros encabritados.
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Y en la rotonda, un tema por demás curioso: una reunión de brujas que emprenden el vuelo en sus escobas al oír el canto del gallo.



Te deseo un buen día.



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