viernes, 23 de octubre de 2009

El Hierro - Regreso

Hola a todos.

Aún tengo en mi boca la sal del agua de las piscinas naturales del Pozo de las Calcosas y en mis retinas la bruma blanca que se extiende contra las montañas del Golfo y que propicia la lluvia horizontal que da vida a las fayas, el brezal y los pinos; conservo todavía, como si lo tuviera frente a mí, el color negro de las coladas y malpaises de lava que se extienden por la carretera negra que, en zigzag y en pendiente, nos lleva desde lo alto hasta la costa por en medio de precipicios; puedo sentir en mis labios la dulzura de la leche de oveja recién ordeñada, tibia y aromática; oigo las esquilas de los animales y sigo las cabriolas del perro pastor herreño que ayuda a la recogida del ganado; bebo con fruición el vino blanco seco de Villa Frontera, bien frío, que acompaña al puchero canario, exquisito de verduras y papas, carnes y garbanzos que me sirvieron justo ayer en el restaurante Casa Bilbo en Tigaday; sigo moviendo los pies, en un andar pausado aunque no cansino, subiendo y bajando las pendientes y las interminables escaleras de Valverde, en donde estuvimos perfectamente alojados en el hotel Boomerang; siento con fuerza en el corazón el ritmo de los tambores y de las chácaras de un pequeño grupo de bailadores que llevan a su patrona en procesión por el Mocanal y Guarazoca en la fiesta de la Virgen de la Peña: pequeño ejemplo de la fe de toda una isla que cada cuatro años hace de la bajada de la Virgen de los Reyes, desde su ermita allá por la dehesa comunal, una manifestación cariñosa donde la venerada imagen se da y se recibe, y que dura no menos de doce horas para un recorrido de tan sólo treinta kilómetros...

Pero vayamos por parte (como dicen que dijo el descuartizador de Londres). Nos fuimos al Hierro, la más pequeña de las siete islas grandes de Canarias, en excursión de pocos días con el Club de Mayores 'El Refugio'. Pero como quiera que nosotros, mi mujer y yo, no compartimos la opinión de que esta isla -El Hierro- se ve en tan sólo tres días, acudimos pertrechados para estar la semana bien completita. Así que guardo mis impresiones para contarlas con detenimiento en las próximas entradas. Que seguramente, tú, querido lector, convendrás conmigo, merecen la pena el compartirlas.
.








Te deseo un buen día.

No hay comentarios: