viernes, 22 de enero de 2010

Un minuto en suspenso

Hola a todos.
Ayer noche en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas actuó de forma magistral la Göteborg Symfoniker que es la Orquesta Nacional de Suecia. El público, que abarrotaba el local, consiguió con sus aplausos al final de cada concierto, tres propinas suculentas. Al término de una de las propinas, cuando todos los instrumentos callaron y todos los espectadores estábamos con los sentimientos a flor de piel, el director, Gustavo Dudamel, paró sus manos, quedó quieto durante un largo minuto o más, y en ese tiempo el silencio era tan denso que se podía mascar. Fue una comunión perfecta entre público y orquesta que estuvimos identificados plenamente durante todo el espectáculo musical.

Constaba el programa de dos partes. En la primera un concierto para orquesta del joven compositor Esteban Benzecry, portugués de nacimiento y que estudió composición en Argentina. Para su obra de esta noche, Rituales Amerindios, que es un canto al dios azteca del viento, al dios maya del agua y a dios inca del trueno, el compositor "toma raíces, ritmos y mitología como fuente de inspiración para desarrollar su propio lenguaje, como una especie de folclore imaginario". Le siguió el concierto para piano nº 4 de Rajmaninof con una estupenda interpretación del solista y de la orquesta. El público, atento y perseverante, consiguió con sus aplausos una propina excelente en forma de solo de piano con la que nos deleitó el pianista noruego Leif Ove Andsnes.

La segunda parte del programa, que es con la que más me identifiqué, fue la sinfonía nº 2 de Jean Sibelius. Naturalmente que no intentaré describirla. Consta de cuatro movimientos y en cada uno de ellos lo pasé estupendamente oyendo cuanto pude de cada grupo de instrumentos, y de los instrumentos solistas, sobre todo cuando tocan todos juntos consiguiendo elevar mis sentimientos.

Para terminar una propina estupenda. Esta magnífica orquesta nos deleitó tocando una música que cualquiera diría que no es 'clásica'. Fue la música brasileña de la melodía Tico Tico que llenó el Auditorio de una contagiosa alegría.

Escúchala si te apetece en esta estupenda interpretación a cuatro manos a la guitarra.



Te deseo un buen día.

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