Hola a todos.
Se acabó lo que se daba. Iniesta marcó con un tiro cruzado y España se alzó con el triunfo en el Mundial más mundialista. El día después fue un jolgorio, con la gente de Madrid volcada para recibir a los campeones en unos actos que el país entero pudo ver por televisión. Más parecía que veníamos de descubrir América o de ganar la batalla de las Termópilas. Algunos medios han llamado héroes a los jugadores y hazaña y gesta al hecho de ganar (jugando) un partido de fútbol. En fin, si ello nos hace felices bienvenido sean todos estos piropos. Mi nieto Javi lo pasó estupendamente bien viendo el partido a ratos perdidos y yo también que ya es bastante. Y vimos, eso sí, el gol que dividía en dos la Historia Universal, la del antes y después del minuto 116; y quedó exultante y tranquilo mi nieto, pues todo había acabado.
Y ahora en el día después del día después del partido, con los ánimos sosegados, volvemos a la rutina. Y ello me permite repasar algunas de las noticias que habían pasado casi de puntillas por mi sensibilidad adormecida. Y me encuentro nuevamente, y me solivianto, y me cabreo, con la noticia de la mujer condenada a morir lapidada en Irán. Mujer de cuarenta y pocos años acusada de adulterio. Y pienso que a pesar de los avances de la Humanidad seguimos siendo, en el fondo, unos pobres primitivos.
Te deseo un buen día.
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