Sentado en el sitio que me es habitual en la cocina para el desayuno miro hacia la solana en la que tenemos algunas flores y plantas. No muchas pues la solana, aunque grande, no permite poner todas las que quisiera. Dan las plantas una atmósfera de casa de campo o de casa terrera de mi infancia en que todas las casas tenían cantidad de macetas, latas y cajas de madera con plantas de estas mis islas afortunadas. Eran variadas y con nombres que a lo mejor no recogía el diccionario. Eran los nombres que les daba el pueblo. Ahora en la solana tenemos dos macetas quee trajimos del campo, de excursiones que hicimos por Santa Cristina, ese lugar precioso que está más arriba de Moya, rodeado de los verdes de los cercados, de las papas que están llamando a ser recogidas. Las macetas tienen lindas flores de mundo y, en una de ella, además, hay un periquito. A la flor de mundo se la conoce como hortensia en otros lugares. Al periquito, no sé como le llamarán. Tiene hojas verdes de tamaño mediano y unas flores de cinco pétalos de un color encarnado muy bonito. Quedan muy lindas las macetas en la solana, ya digo, y a mí me acompañan con su candor cada mañana.
Te deseo un buen día.
1 comentario:
Que bonita es la flor de mundo.......yo la tengo también y está preciosa, también tengo el periquito,y si, se puede decir que acompañan, claro que si, eso junto con los animalitos....para que hace falta más??????
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