jueves, 15 de agosto de 2013

A Coimbra

Hola a todos.
Los componentes de la Unidad Esculta del Grupo Camelot fueron a Coimbra acompañados por Ikki y Burbujas el día que tenían de 'salida' en el campamento. Nosotros habíamos ido unos días antes y nos alegró que ellos fueran pues sabíamos que lo iban a pasar bien y que la ciudad les iba a encantar. Tanto, al menos, como a nosotros nos gustó. Especialmente por el río Mondego, caudaloso y manso en su camino hacia el cercano Atlántico. Es este el mayor río de los que discurren enteramente por Portugal y habiendo nacido en la Sierra de la Estrella desemboca pasado Coimbra -ciudad a la que baña- en Figueira da Foz. Nos han dicho que no subieron en el barco que por el río ofrece un paseo de cerca de una hora para contemplar las dos riberas y los muelles que lo cruzan. No pudieron, pues la 'pela es la pela' y en donde no hay euros, estos no crecen. Nosotros sí que lo hicimos. Coincidimos con dos numerosos grupos de alumnos, posiblemente de preescolar. Los del primero grupo llegaban y los del otro subieron al barco encantados de la vida en compañía de las profesoras y madres que de ellos cuidaban. Había que ver las caras de los pequeñajos. Y lo bien que se portaban. Se asomaban por turno (con el cuidado de las señoritas) a la borda del barco. Seguramente sus caras eran tan radiantes como las nuestras por la excursión.

Habíamos venido a Coimbra por el fado. Por un lugar en donde pudiéramos escuchar fados en directo y lo encontramos en un callejón (o más bien conjunto de calles estrechas) que suben a partir de la calle peatonal. En el piso bajo de una casa, acondicionado para ofrecer actuaciones a turistas y locales, un grupo de tres hombres, universitarios, acariciaban las guitarras y entonaban las dulces canciones portuguesas envueltos en sus capas universitarias. Entre canción y canción unas someras explicaciones de la historia del fado y de la vieja Universidad de Coimbra. Un dato para la historia: solo hombres (males dijeron ellos) pueden pertenecer a los grupos cantores de fados de la Universidad. Cerca, una escultura de mujer con una talla de las de acarrear el agua; más abajo en un balcón, unos pantalones que sirven de maceteros; y un poco más allá, entre las casas, unos paraguas que decoran... y hasta una guitarra de Coimbra sobre un pedestal.

La calle peatonal va desde la Igreja Moisteiro da Santa Cruz  y la Cámara Municipal de Coimbra hasta el río. Es una calle cómoda con  comercios a ambos lados y en ella podemos ver a un pintor llevando al lienzo un trozo de lo que el está viendo, mientras que un músico toca con el violín agradables melodías. La Iglesia del Monasterio de la Santa Cruz tiene su fachada carcomida. Pensamos que las esculturas del frontis las hicieron con piedra de poca consistencia y el paso del tiempo y el agua y el viento se han ocupado de deteriorarlas. Casi al centro de la calle peatonal (por donde estaba el portal que llevaba a las callejuelas) otra iglesia, más pequeña y más antigua, románica nos parece, con un triple arco en su puerta principal,  parecía olvidada.







  





En lo más alto, los edificios de la vieja Universidad de Coimbra parecen proteger a la ciudad.

Te deseo un buen día. 

2 comentarios:

Marcos dijo...

Coimbra estudiantil, de alma juvenil, ... Era una de mis canciones favoritas.

Chelo dijo...

El verano pasado estuve por esas tierras este año nos fuimos un poco mas lejos.
Buena descripción la que haces.
Un abrazo.