viernes, 15 de febrero de 2008

No sé si atreverme

Hola a todos. Cuando intento escribir de un tema serio y como en este caso de un hombre tan importante como Alfredo Kraus me entra desasosiego. Porque ¿qué puedo aportar yo a la memoria de este grancanario universal que mis posibles lectores no conozcan? Siendo mis conocimientos sobre su persona y su obra tan limitados, que seguramente caben en una sóla línea, no sé si atreverme a seguir o poner ya el saludo final que acostumbro a mis 'rollos'. Además si te entra el gusanillo de la curiosidad puedes pinchar como yo en mi amiga wiki y verás cuanta información obtienes.





Por otra parte si mi admiración por el tenor es sincera y disfruto oyendo sus canciones, ¿porqué no decir en agradecimiento lo que el corazón más que la cabeza me vaya indicando?. Tengo en mi casa unos pocos CDs de Alfredo Kraus, muchos menos de los que debiera, con canciones de ésas que a todos nos gustan, y también con romanzas del género chico español la Zarzuela; tal el caso de Doña Francisquita y Luisa Fernanda que como otras zarzuelas, más por desidia que por otra cosa, no vemos en el Pérez Galdós cuando la temporada se celebra en Las Palmas. También cuento con otro CD con arias de ópera aunque de esta disciplina conozco bien poco.





Con su voz armoniosa lleva a nuestros sentidos toda la melodía de canciones populares, que el pueblo llano ha hecho suyas porque del pueblo nacen. En Siboney o en Aquellos Ojos Verdes canta al amor; en Granada, Valencia o Islas Canarias canta a colectivos que se sienten identificados por estas canciones; en Lamento Borricano nos lleva más allá del Océano; en Amapola, Princesita o Ramona realza a la mujer. Todas estas canciones y cuantas más están en mis CDs me encantan, pero entre todas ellas hay una que no me canso de escuchar porque es tal la emoción que se desprende de ella, a lo mejor porque el tema así lo lleva, que siento que está cantada con el corazón. Me refiero a Alfonsina y el Mar con letra llena de desesperanza y no de alegría precisamente que termina siendo un canto a la vida.

Hicieron bien las Autoridades cuando lo decidieron, y los canarios todos debemos sentirnos orgullosos, de que el Auditorio de Las Palmas, en la Playa de las Canteras de la ciudad que le vió nacer, lleve el nombre de Alfredo Kraus, hombre universal con raices canarias, y ¡cómo no! la gran, estatua situada a los pies del Auditorio, grande porque grande era el hombre y el tenor, que su ciudad dedica a su hijo predilecto.

Te deseo un buen día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡COMO QUE NO SE ATREVE? LO HACE Y MUY BIEN! TODO LO QUE SE DIGA DEL PRINCIPE DE LOS TENORES ES POCO, TODO LO QUE SE CONOCE DE KRAUS NOS LLENA DE ADMIRACION EN TODO EL MUNDO! POR FAVOR, MI AMIGO, VEALO EN "LA COCTELERA/KRAUS" Y LE GARANTIZO TODAS LAS EMOCIONES HUMANAS!
CON TODO CARIÑO, DESDE MUY LEJOS!