lunes, 11 de febrero de 2008

Paseando a...

Hola a todos. Hace unos pocos años pude ver una película que para catalogarla diría yo simplemente que es humana. Se títula "Paseando a Miss Daisy" y la trama es la de una dama, con dinero suficiente, que contrata a un chófer para llevarla a recorrer diversas ciudades y en este contexto tiene lugar una conversación continuada entre ámbos que nos va descubriendo el carácter de los dos, con paisajes que van cambiando según se hace el recorrido. La dama en cuestión tiene una enfermedad terminal y quiere darse el gusto de este paseo y al final descubrimos... no, no te lo digo por si tienes oportunidad de verla. Cuento todo esto porque me he acordado de la historia mientras me ocupo de pasear a Mr. Pancho después de que al perrito le han puesto las vacunas correspondiente.


Así que ya me tienes paseando a... o a Pancho paseándome. De momento sólo en el parque de Buenavista cerca de casa, al que lo saco por la mañana cuando los miembros de la 'cofradía' se reunen cada uno con su perrito. Pancho se ha convertido en un precioso cachorro y es la atracción sobre todo de los niños, que se acercan con algo de miedo algunos, a acariciarlo aunque también los mayores se paran y lo acaricia mientras hacen algún comentario. Pancho va mirando a todas partes como queriendo descubrir el mundo y cuando otros perrillos se le acercan, sobre todo los mayores que él, queda quieto, a veces 'espatarrao', a ver que ocurre dejándose mimar. A veces son dos o tres animales los que vienen y entonces se forma una barahúnda de todos los demonios.







Este parque de Buenavista es ya algo viejo como lo demuestran los árboles, ya creciditos que en él dan sombra y sensación de estar en el campo. Hace años estuvo aquí el vivero municipal y ahora está como dividido en zonas bien delimitadas; en una parte del mismo se encuentra el campo de fútbol 'Pepe Goncálvez' y tras una zona de palmeras que sirve de paso a los grandes edificios que están al lado, viene otro lugar más abajo con una fuente. En este sitio se impartían clases de taichí y el rumor del agua y de las hojas de los árboles permitían la concentración. Sigue un solar preparado para el juego de petanca y el de parque infantil, y luego un poco de terreno con césped donde los perros se solazan y al lado, en alto, una cancha de tenis donde imparten clases sobre todo a niños. Siguen a continuación un patio cuadrangular y las canchas de futbito y baloncesto terminando en otro lugar que personas aparentemente sin techo han tomado como su hogar.


El parque está bien aprovechado por la gente de los alrededores, y de fuera. Desde pequeñines en cochitos de críos a cargo de las mamás o de las abuelas, hasta personas de noventa y tantos años que van a desentumecer los huesos al sol de la tarde, pasando por chavales a hacer deporte o niños en bici, o señoras con los auriculares puestos para entretenerse mientras caminan deportivamente o de forma pausada. En las canchas desde hace unos meses, los domingos por la mañana, se reúne un buen número de personas que a simple vista parecen ecuatorianos o de algún otro país latinoamericano, a jugar un partido de fútbol mientras sus compatriotas les aplauden a cada jugada. En fin un parque para todos.


Te deseo un buen día.

1 comentario:

Waldo dijo...

Una de las cosas que más me ha gustado de vivir en Escaleritas es ese Parque. Un parque que siempre lo he visto ahí, mutando con el paso del los años, pero que han permitido alagar mi vista desde las ventanas de casa.
De pequeño lo veia grandisimo, quedaba el vivero tan lejos que parecia que ibamos de excursion a escondernos del guardian.
Espero que siga ahi durante mucho tiempo.