domingo, 4 de mayo de 2008

Día de la Madre




Hola a todos. En cuestión de gustos no hay nada escrito y así, durante un tiempo encontraba yo que Manolo Escobar no era santo de mi devoción con sus canciones que encontraba pueblerinas y que sonaba todo el día a través de la radio. Llegó un momento en que varió mi percepción de sus letras y música y pasé a ser un admirador de su trabajo. Posiblemente influyó en ello alguna canción en particular y quizás fuese la que dedicó a su madre con el título Madrecita Maria del Carmen:
Yo quisiera decirle a la gente
lo que mi alma siente
cuando pienso en ti:
Un amor que te besa en la frente,
dulce y sonriente,contento y feliz.
........

De rocío se llena las flores
que en la noche bella beben sin cesar.
Y mi alma se llena de amores
cuando pienso en ella
y empiezo a cantar.
......

y la copla, hecha golondrina,
se pone a volar.
Y en llegando hacia mi madre se reclina.
Y en sus brazos
de azucena y clavellina
es mi alma la que se pone a soñar.



Es esta una bella canción con música de pasodoble que vale para todas las madres llámense María del Carmen o simplemente mamá.



Naturalmente que hay cientos de canciones, poemas y poesías, y libros y cuadros dedicados a la Madre. Yo encontré esta bella poesía que me gustó mucho con la que quiero felicitar a todas las mamás del mundo.



Mi Viejita

Venga mi viejita, venga aquí, a mi lado,
Quiero que charlemos de cosas, de historias...
las tuyas, las mías, las bellas, las otras... las cosas del alma.
Observo tu pelo color gris plateado,
refleja los años, los años pasados…
Mira esas arrugas, testigos del tiempo...
cada una de ellas conoce su dueño...
dime, Viejecita, ¿cuál será la mía?
Sírvame otro mate, con esas manitas…
ellas son las mismas que me acariciaban...
las que me mecían, las que me abrigaban...
las que cocinaban la mejor comida…
y las que arreglaban mi ropa estropeada...
hoy están cansadas, y tímidamente recorren mi rostro,
que apenas distinguen tus pesados ojos...
esos ojos lindos, esos ojos puros...
llenos de esperanzas... colmados de asombro…

Ellos descubrían mi alma apenada,
mis luchas, secretos, angustias. Silencios.
Tú siempre supiste lenguajes del alma...
ése que hoy me sirve para hablar contigo...
el que siempre ayuda a decir las cosas que salen de adentro...
que vienen del cielo... que huelen a limpio... que saben a dulce...
Te veo encorvada, tu espalda pequeña,
tus hombros caídos, tu cintura breve,
el paso es más lento, y tu voz bajita…
¡pero eso qué importa, terminaste tu obra...
tiene treinta años...o quince o cincuenta...eso es lo que cuenta.
No... no apure su paso... hoy no es necesario...
Ya todo está hecho, la mesa está puesta... la ventana abierta...
¿Y sabe una cosa?... le traje unas rosas...
las que le gustaban... las rojas, las blancas,
tráigame un florero, en él las pondremos…
y cuando se sequen guárdelas con celo,
en aquel librito en donde guardaba las rosas del Viejo...
Vamos a la mesa, ya todos te esperan...
hoy eres la reina...del día la dueña
Como dueña eres de toda esa historia...
historia que todos también somos parte.
Todos los que estamos y los que se fueron...
Aquí está su copa...tómela en sus manos
y brinde conmigo, con ellos con todos…
Venga mi Viejita, siéntese a mi lado sigamos hablando...

En homenaje a una gran mujer que fue mi madre y es porque es mi ángel y para todas las madres
Colaboración de Susana Berberian
Argentina



Si tenemos una fiesta que puede ser de todos sin distinción de sexo, étnia, religión o circunstancias, es la del Día de la Madre. Si no contamos a Adán y Eva, creados por Dios, todos tenemos en común el ombligo y la muerte. El nacimiento y el fín de la vida. Porque todos hemos necesitado del cordón umbilical y del regazo amoroso del vientre de nuestra madre. Felicidades.




Te deseo un buen día.

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