viernes, 9 de mayo de 2008

Museo de Néstor

Hola a todos. A medio camino entre la señorial Vegueta y el Puerto de la Luz y de Las Palmas está el Parque Doramas. Y en el parque como un candelero encendido de canariedad está el Pueblo Canario obra cuyo boceto es de Néstor Martín Fernández de la Torre y que llevaría a buen puerto su hermano Miguel. Néstor nació en Las Palmas en 1887 y estudió en los Jesuitas donde ya da muestras de su interés y capacidad por el dibujo, recibiendo las primeras clases de pintura en este colegio; después de pasar temporadas en Madrid y Barcelona y en el extranjero donde entró en contacto con las vanguardias del arte, y de hacer decorados y figurines para importantes obras teatrales y tras varias exposiciones en importantes capitales regresa a Las Palmas en el año 1930; pintor modernista, de regreso en Canarias concibe el Pueblo Canario y el Albergue de la Cruz de Tejeda y colabora con su hermano Miguel, arquitecto, en la decoración del Teatro Pérez Galdós en Las Palmas y del propio Albergue, hoy Parador, en un estilo que él denominará Tipismo intentando recuperar valores etnográficos de Gran Canaria.

El Pueblo Canario, al igual que el Parque Doramas, no es grande. Es un conjunto de edificios de dos plantas que recrea casas de Vegueta, con un patio irregular hacia donde abren un restaurante y algunas tiendas que venden productos para el recuerdo de los visitantes. Los domingos en la mañana tiene lugar en el recinto bailes de las islas que da al lugar, con presencia de turistas y naturales, un ambiente festivo; una pequeña escalera permite subir unos peldaños desde donde puede apreciarse el encanto de los trajes de los típicos, muchos de ellos, diseñados por el propio Néstor. Una ermita, en un lateral, y que es una réplica de la antigua ermita de Santa Catalina que estaba en esta zona, se utiliza actualmente para oficiar bodas. El piso del patio está decorado con losas separadas por piedras redondeadas y pequeñas, 'callaos' le llamamos, que le da un auténtico sabor canario. A este patio se abre el Museo.





Dos series de pinturas llaman nuestra atención en las pinturas de Néstor: el Poema del Mar y el Poema de la Tierra. Sobre todo a aquellos, que como yo, carecemos de los estudios necesarios para definir a una obra y que por lo tanto tenemos que dejarnos llevar por los sentimientos para disfrutarla. Son cuadros expresivos con figuras contorsionadas y mucha luz y color. Tuve en casa las ocho láminas del Poema del Mar, no sé si de un almanaque, con las que hice un bonito mural que me acompañó durante un tiempo. Son niños y peces que juegan. Peces pintados de los que tenemos en nuestras costas, en Las Canteras me dicen: dorada, lebrancho, vieja... no sé. En estos cuadros el artista nos da su visión de ocho momentos del Atlántico: Amanecer, Mediodía, Tarde y Noche; Bajamar, Pleamar, Mar en Borrasca y Mar en Reposo.


El Poema de la Tierra estuvo vetado a parte del público por ser considerado obsceno por las Autoridades de la época. Son figuras abrazadas, hombre y mujer, en actitud indecorosa para la moral de entonces, con fondo de plantas autóctonas, capa la reina, caladas, tuneras. Los ocho cuadros del Poema no están terminados porque Néstor murió antes de finalizarlos; en total eran los de Orto, Mediodía, Véspero y Noche, y los de las cuatro estaciones, Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Además de estos Poemas el museo cuenta con una amplia muestra de los temas tocados por el pintor: plantas canarias, visiones de Gran Canaria, cuadros que son bocetos para el Albergue de la Cruz de Tejeda en los que se aprecian los trajes típicos, retratos y cuadros de su juventud y decoración y vestuario para la representación de Don Giovanni .


Murió el pintor joven, a punto de cumplir 51 años, y nos dejó sin los Poemas del Aire y del Fuego con los que pretendía una correspondencia de los cuatro elementos, los cuatro momentos del día, las cuatro estaciones del año. Pese a ello es una delicia el visitar su genial obra en su museo. Con más de cincuenta años de existencia el Pueblo Canario, y el Museo, nos dan la oportunidad de pasar unas horas de agradable divertimento pudiendo, si se desea, recrearse en el entorno mientras una cerveza fría o un cortado ayudan a pasar la tarde. O a pensar en lo que fue el principio estético de Néstor: "Es necesario que hagamos de toda la vida una obra de arte".

Te deseo un buen día.

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