domingo, 26 de octubre de 2008

De vuelta en casa

Hola a todos. De vuelta en casa después de las merecidas vacaciones nos aprestamos para la rutina. ¡Hombre, no es lo mismo estar por ahí de belingo que currando! Ta'claro, no? Tampoco es que trabaje mucho, aunque mis obligaciones también las tengo para mejor pasar los días. Lo dice claro la iglesia: la pereza es la madre de todos los vicios. Así que manos a la obra, me puse sin dilación a escribir mis pequeños recuerdos de todo aquello que había visto en los viajes auxiliado por el buen número de fotografías. Me asalta la duda de que a lo mejor no conseguí traspasar mis sentimientos pero quiero creer que en alguien puedo haber dejado un poso de curiosidad por los lugares descritos con más o menos fortuna. Y tal vez tú mismo te estés planteando ahora ir a algún rincón perdido o a una ciudad cercana para conocerla y compartir con otros tus experiencias, tras haber leído mis comentarios. Si es así, me alegro.

Acabo con el rollo filosófico y te comento que el sábado de la pasada semana acudimos con la Asociación de Vecinos Peña la Vieja a una excursión por los altos de Guía y Moya (en la isla de Gran Canaria). ¡Cómo se nota que el otoño ya ha hecho acto de presencia en el verde de los campos, lindos por las lluvias caídas y por el frescor de las nubes bajas!. Es ésta una de las zonas más bonitas de la isla -todavía sin degradar en demasía- y a través de la carretera vamos viendo cientos de pequeños huertos con millos y papas plantados entre vegetación arbórea con lo que la sensación de bienestar en bastante alta. No falta en las montañas algún pequeño rebaño de ovejas y la ligera lluvia no hace más que ahondar en la belleza del paisaje bucólico. Recorremos la ruta subiendo por Montaña Alta y Fagagesto hasta muy cerca de Juncalillo y luego, en un cruce, giramos hacia Fontanales. En este lugar, más bello que otras veces por la lluvia y la bruma, tomamos un almuerzo, un calentito potaje de berros con gofio para espolvorearlo, o de verduras, que nos repone fuerzas junto con el pescado o carne compuesta del segundo plato. Luego a recorrer el sitio y a ver el agua corriendo por los cauces de la carretera.

Un ratito de baile en buena camaradería y, a media tarde, vuelta a casa que siempre se agradece.

Te deseo un buen día. Sé feliz.

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