En la Puntilla

Hola a todos.

En el muro en que empieza o termina, según se mire, la Playa de Las Canteras, en la zona conocida como La Puntilla hace varios años colocaron en una abertura abierta a propósito y resguardada por un cristal de la arena y el salitre, una pequeña imagen de la Virgen del Carmen. Mas allá vendrán las pequeñas caletas en las que vienen a morir las rocas. Y el Confital con sus piedras de algas calcáreas (el confite) que dejan el mar al descubierto en marea baja formando decenas de charcas y que cuenta con olas magníficas que aprovechan los winsurfistas para practicar el deporte del viento sobre una tabla. Los cientos de personas que diariamente visitan la playa para recorrer caminando, en viaje de ida y vuelta, sus muchos kilómetros hasta la CICER o hasta el Auditorio, llegan de regreso al muro de La Puntilla y se acercan a la Virgen para, con un beso o una caricia al cristal, saludarla.



Esta devoción es la que dio pie a que el pasado sábado llevaran a la imagen en un paseo por el mar bien cerquita de la orilla para que los fieles pudieran tocarla. No sé si la idea partió de los pescadores que tienen sus barcas aquí mismo o de algunos de los fervientes caminantes. La noticia había corrido como la pólvora y miles de devotos se llegaron hasta la playa vestidos de blanco -color de los marinos- para acompañar a la Virgen desde la Peña la Vieja, en su viaje de retorno, hasta su urna en el Muro. No faltaron los cantos canarios ni las guitarras ni los timples. Mientras una enorme multitud seguía desde la Avenida de Las Canteras la procesión marítima en un grato ambiente festivo.






El tiempo dirá si este acto es el principio de una larga tradición que vivirán nuestros nietos o si quedará tan sólo como una flor de un día. De momento dejemos constancia del hecho.

Te deseo un buen día.