Según he ido avanzando en la lectura de La Iliada, que hago con lentitud y sosiego, he ido apreciando en casi todos los Cantos (o capítulos) las oraciones comparativas que me han ido saliendo al paso, preciosas todas ellas, que comienzan, casi siempre, con el adverbio comparativo como y en algunos casos con una expresión equivalente. Tenemos por ejemplo:
Como el perro que acosa con ágiles pies a un jabalí o a un león, le muerde por detrás, ya los muslos ya las nalgas, y observa si vuelve la cara; de igual modo perseguía Héctor a los melenudos aqueos, matando al que se rezagaba, y ellos huían espantados.
O esta otra:
Como el Céfiro cayendo sobre el mar encrespa las olas, y el ponto negrea, de semejante modo sentáronse en la llanura las hileras de aqueos y teucros.
Me gustan mucho estas oraciones. En mi opinión resultan un alarde de estilo del buen escritor que fue Homero, (a quien se atribuyen La Ilíada y La Odisea), quien en la primera recoge de los rapsodas el poema de los hechos de guerra en el último año del asedio a Troya. Veamos algunos de los comienzos:
Como un cazador azuza a los perros de blancos dientes contra un montaraz jabalí o contra un león, así...
Como los perros y los florecientes mozos cercan y embisten a un jabalí que sale de la espesa selva aguzando en sus corvas mandíbulas los blancos colmillos, y aunque la fiera cruja los dientes y aparezca terrible, resisten firmemente, así...
Como el hinchado torrente que acreció la lluvia de Zeus baja rebosante por los montes a la llanura, arrastra muchos pinos y encinas secas y arroja al mar gran cantidad de cieno, así...
Al encontrarme con una de estas frecuentes oraciones la leo, sigo con todo el párrafo en el que está hasta un punto y aparte, y entonces vuelvo atrás para saborearla. Como trato de saborear ahora y en esta vida todas las cosas buenas.
Te deseo un buen día, y una muy Feliz Navidad.
2 comentarios:
Una hermosa lectura; el clásico de los clásicos, el principio; aunque en la actualidad no tenga tantos lectores.
¡Feliz Navidad!
¡Hace ya tantos años que leí la Ilíada y la Odisea! Aproximadamente unos cincuenta.
Me has suscitado el deseo de volver a leer aquello de "Canta, oh musa, la cólera de Aquiles..."
Saludos
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