domingo, 14 de agosto de 2011

De noche en Las Canteras

Hola a todos.
Por la ventana entreabierta me llega el rumor del mar batiendo en la orilla. Es marea alta y las olas rompen en concierto de espuma y salitre removiendo las pequeñas piedras. Su ritmo es acompasado: dos olas suaves, y otra, la tercera, fuerte, semejan instrumentos de viento y de metal, que tuvieran sordina. Es medianoche y por esta parte de la playa donde está la Peña la Vieja la poca gente que pasa camina con andar suave no deja traslucir sus intenciones de sus palabras quedas. Pienso, y no creo equivocarme, que van en busca de algún local de nocturno pasatiempo.

En la tarde noche el paisaje ha cambiado en Las Canteras. Se han retirado a descansar los niños y los abuelos, aunque algunos quedan, y en la playa pueden verse tan solo a los recalcitrantes playeros. La luz del atardecer va tomando posesión del cielo con tonalidades distintas cada día en las puestas cambiantes del sol que la panza de burro, cuando la hay, deja tan solo entrever. En las terrazas y establecimientos comienzan a encender las luces. En la Avenida, personas de otros lugares -negros del África negra- van colocando en el suelo sus mercaderías: bustos de mujeres, antílopes y monos y otros trabajos en ébano se juntan con cuadros 'pintados' con finas arenas y con pulseras y abalorios. De Senegal o de Mali o de Dios sabe donde tratan de colocar sus obras hechas a mano entre los paseantes que se acercan, miran y regatean los precios.


En los restaurantes se ocupan de las cenas, y los camareros invitan a naturales y turistas a
entrar en ellos. De pronto, cuando parece que la obscuridad se adueñará del entorno, las bonitas luminarias van
encendiendo sus luces poco a poco como si fuegos de artificio se trataran. Las mareas, ajenas a las humanas
preocupaciones, siguen en su incesante juego de subidas y bajadas impulsadas por la luna y por La Puntilla, sentado en un banco frente a las terrazas de la zona, un hombre con aspecto melancólico arranca a su acordeón románticas canciones de siempre.

Te deseo un buen día.

1 comentario:

Francisco Espada dijo...

Yo también te deseo un buen día y te agradezco esta visión nocturna de Las Canteras.