martes, 16 de octubre de 2012

Las cumbres en Madeira

Hola a todos.
Sabido es que el archipiélago de Madeiras (Madeiras, Porto Santo e Islas Desiertas) forma junto con los archipiélagos de Azores, Islas Salvajes, Canarias y Cabo Verde, y una parte costera de África, lo que conocemos como Macaronesia. Los archipiélagos, más o menos cercanos a las costas africanas, tienen un origen volcánico lo que unido a que en ellos la fauna y la flora tienen similitudes notables hace que el conjunto forme un super-archipiélago digno de estudio por científicos y curiosos. La laurisilvia, cubren buena parte de los montes de Madeira, Azores y Canarias siendo un recuerdo vivo de los bosques de la era terciaria que eran comunes en la cuenca mediterránea, y que desaparecieron con las glaciaciones.

No es extraño por tanto que en nuestra visita a Madeira, a sus cumbres, nos encontrasemos como en casa. La mayor altitud de esta isla (1862 metros en el Pico Ruivo) es casi igual a la mayor de nuestra Gran Canaria que cuenta con 1949. Y las montañas, y los barrancos, y la sensación de plenitud de la Naturaleza son iguales en una y en la otra. Bien es verdad que Madeira es más verde (lo digo con envidia sana y sincera). Gran Canaria es quizás más abrupta y con más contrastes. Con más secarrales, como le gusta apuntar a un 'amigo' tinerfeño. Así que Madeira se lleva el premio por su esplendor.

Pude comprobarlo en las tres excursiones que al interior de la isla hicimos. Cerca de Porto Moniz, las montañas eran redondeadas y con una vegetación tupida y como pegada al suelo; del punto en que estuvimos parados (a la vera de una pequeñísima ermita que da cara al mar) parten diariamente grupos de expedicionarios que se atreven, caminando cuatro horas, con la ruta de las 25 fuentes (levadas das 25 fontes), para la que se aconseja ir bien calzado. En la otra cumbre que estuvimos, a 1853 metros de altitud, la vegetación es distinta. Por toda la carretera de subida nos acompañaban miles y miles (millones, posiblemente) de eucaliptos, y de otros variados árboles. Nos dicen que en tiempos, cuando la isla recibió el nombre de Madeira, fue por la gran cantidad de madera que había en la isla entre la que no faltaba la de los árboles de cedro. Esta cumbre en la que estuvimos recibe el nombre de Eira do Serrado y desde ella las vistas son inmejorables.

Las islas de la Macaronésia son sin duda primas hermanas, a cual más bonita o interesante. Ya he tenido la fortuna de conocer Madeira a la que no me importaría volver. Y ya tengo el propósito de visitar los otros archipiélagos habitados, Azores y Cabo Verde, en los que nunca he estado.

Si lo hago, ya te contaré. Mientras y como siempre, te deseo un buen día.










Por si te interesa un hotel en las cumbres de Madeira (mejor en invierno, creo) mira aquí:

http://www.eiradoserrado.com/es/index.html

  

5 comentarios:

Francisco Espada dijo...

En esta entrada encuentro todo el sentido que antes no pude ver en que un isleño se desplazara a conocer las Azores. No sólo has disfrutado tu estancia allí, sino que ahora nos la das a conocer para nuestro disfrute.
Un abrazo

Pensionista Por Jubilación dijo...

Las Azores las tengo ahora más que nunca en cartera para ir a visitarlas. Esta vez ha sido Madeira a la que quisiera volver y, de paso, acercarme a Porto Santo. Un saludo, Ángel

Chelo dijo...

No me quieren acompañar a Madeira y es una de las islas que me gustaria concocer y después de leeer lo que cuentas más todavía.
Un abrazo

Guía isla Madeira dijo...

Hermoso archipiélago, la isla Madeira y Porto Santo. Recomiendo las levadas, caminos de senderismo con parajes únicos, vistas panorámicas extraordinarias. Un saludo.

Pensionista Por Jubilación dijo...

Cuando vuelva, que volveré, iré con botas apropiadas para senderismo. ¡Lo de las 25 fuentes no me lo quita nadie!