domingo, 14 de octubre de 2012

Santa Ana en Madeira

Hola a todos.
Nos cuentan que tiempos ha, en años en que Portugal y España estaban unidas y paseaban juntas por el mundo, un grupo de gallegos pasó a vivir en Madeira en busca de mejor fortuna. Los gallegos provenían de un pequeño pueblo en el que tenían como patrona a Santa Ana, la madre de la Virgen María; y a Santa Ana siguieron invocando favores en sus nuevas tierras insulares y al nuevo pueblo dieron también su nombre. Con el tiempo (por unión de las dos palabras) la localidad pasó a llamarse Santana que así es como la conocemos hoy. Y así es como la conocimos nosotros en nuestro recorrido por la preciosa isla. Está situada Santana en la parte noreste en el lado opuesto a Funchal. Más al norte y más al este quedaría la isla de Porto Santo que conseguimos vislumbrar desde uno de los miradores que encontramos en la gira. Santana viene siendo un pueblecito rural lleno de encanto por la armonía de sus colores y de sus montañas. Pero Santana es algo más por las pintorescas casas que conserva en recuerdo de tiempos pasados. Muy posiblemente ustedes las han visto en alguna lámina o en cualquier folleto que nos invita a visitar Madeira. Son las casas pequeñas, como de enanitos del bosque, con colores vivos que resaltan el color amarillento de la paja de la cubierta. Ésta, la cubierta, es a dos aguas, bien pronunciada, y tiene la particularidad -nos dicen- de que, a pesar de estar hecha solo con paja se mantiene totalmente impermeable. Uno queda en la duda y repregunta y casi que toca el techo buscando algún material que impida que el agua inunde la pequeña habitación en épocas de lluvia. Nos insisten en que no, en que es sólo paja bien trabajada, y que no hay truco, trampa ni cartón.

Por ello los habitantes de Santana y de Madeira toda, las mantienen como un tesoro del pasado y nos la muestran a nosotros, ávidos viajeros de cosas extrañas. Las casitas hoy en día tienen diversas funciones: oficina de información turística, de muestrario de artesanía, de pequeño taller de bordado... En ellas entramos casi, casi, de uno en uno y las admiramos con ternura.

P.S. En este día tuvimos la suerte inmensa de compartir la excursión con un grupo de siete españoles de la Península (de diferentes sitios de ella), todos familiares, con los que pasamos un magnífico día. En donde quiera que estén, para ellos, un caluroso saludo de los 'canarios'.








Te deseo un buen día.

4 comentarios:

Marcos dijo...

Preciosas. y sin goteras

Felipe Tajafuerte dijo...

En verdad que son bonitas esas casas. La patrona de Tudela también es Santa Ana y también se pronuncia Santana. Un saludo desde mi mejana

Chelo dijo...

Qué bonitas y que curioso lo de la paja
Gracias por traerlas. Un abrazo

Francisco Espada dijo...

Una reseña muy interesante y unas fotos preciosas. ¡Qué bonito es viajar!
Saludos