viernes, 10 de abril de 2015

Sao Miguel - Furnas

Hola a todos.
Partimos de Ribeira Grande en dirección a Furnas. Por el camino nos acompañaban el verdor de los prados y de las montañas y las vacas que comían y rumiaban su comida y a saber qué pensamientos. En Furnas nos esperaban las fumarolas. Iba yo pensando que nosotros, los canarios, que presumimos de tener en Lanzarote las Montañas del Fuego en donde -en el islote de Hilario- podemos provocar algún géiser y quemar aulagas y preparar unas estupendas chuletas con el calor que desprende la Tierra, no estábamos preparados para ver el espectáculo que se nos avecinaba: la cantidad de grietas por donde el vapor de agua salía danzando como si los Atlantes estuvieran fumando allá abajo en el interior de la isla, y los pequeños conos que nos guardaban una sorpresa.



Si Lanzarote nos regala un paisaje lunar en sus Montañas del Fuego en donde es casi imposible ver vegetación, Sao Miguel nos hizo el regalo en Furnas de tener sus fumarolas cerca de un lago, de igual nombre, con árboles y verdes y flores por donde un grupo de airosos patos y unos gatos paseaban buscando comida tranquilamente.




Al rato Ruben nos llevó presuroso, pues había llegado el momento de la sorpresa. Unos hombres, armados con unos hierros como tenazas, fueron descubriendo los conos y sacando de su interior unos grandes calderos en donde, con el calor de la tierra volcánica, se habían guisado, en seis horas, -nos informó Ruben- sendos cocidos que estarían, según nos dijo, la mar de estupendos.




Estuvimos allí comentando las emociones, disfrutando del paisaje, fotografiando gatos y patos. Volvimos al coche y nos dejamos llevar sin saber la verdadera sorpresa que más adelante esperaba por nosotros. Tras un rato de marcha llegamos a un bar-restaurante en el Valle de Furnas. Desde este sitio podíamos ver las torres de la iglesia. Nos sirvieron tinto portugués y aguardamos. Cuando llegó el momento nos sirvieron, ¡oh, Virgencita de las Victorias! una bandeja linda con cocido humeante de uno de aquellos calderos...






Te deseo un buen día.

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