¿Dónde se encuentra la belleza?
¿En las grandes cosas que, como las demás,
están condenadas a morir, o bien en las pequeñas
que, sin pretensiones, saben engastar en el intante
una gema de infinitud?
Muriel Barbery.
La elegancia del erizo.
Hola a todos.
Conseguí sin mucho trabajo, todo hay que decirlo, un nuevo libro sobre los porqués de los nombres de las calles en mi ciudad que es mucho más reciente, casi de ayer mismo, y da cuenta de muchas más calles que el del Cronista Navarro Ruiz si bien las referencias de cada una son más concisas y, diría yo, menos literarias. En este libro, La Ciudad y sus nombres, del periodista José Barrera Artiles puedo bucear como en los alrededores de La Barra en la playa y, a través de tanto personaje ahondar en la historia de Las Palmas capital.
Recordarás querido amigo que nombré al médico Juan Perdomo que dio nombre a la calle que lleva su apellido. Dije que era médico muy querido por la población y que vivió en tal calle, pero lo que no mencioné pues no lo sabía es que en 1790 se encontraba preso por la Inquisición y que, estando los otros dos galenos ausentes, la ciudad quedó por unos días sin asistencia médica alguna.
Encuentro en este libro referencias a tres de las cuatro calles que me faltaban y que son perpendiculares a Triana: Constantino, Arena, Travieso y Torres. Vayamos por partes tomando los apuntes del periodista.
Constantino fue uno de los defensores del Castillo de la Luz en el momento en que éste fue atacado por los piratas tanto los ingleses como Van der Doez en 1599. A su lado lucharon otros valerosos compañeros: Alonso Alvarado, Pamochamoso, Castrillo y el General Carvajal. Hermano de Constantino fue Bartolomé Cairasco de Figueroa, que cuenta con busto y plaza por las inmediaciones -lugar muy frecuentado- poeta, dramaturgo y músico, padre de la literatura canaria que bien merece un estudio sobre su obra.
El porqué del nombre de Torres a otra de las calles es incierto, nos dice José Barrera. Da tres posibilidades que analiza y al final se queda con la más verosímil otorgándola a Ciprián de Torres quien luchó valientemente durante la invasión de Van der Doez y fue el hombre que se lanzó al agua cuando el holandés se disponía a acercarse a tierra en una lancha. Sujetó al pirata y le asestó tres puñaladas que no acabó con la vida de éste por la cota de malla que vestía.
De Travieso nos dice, tomando referencia del cronista, que la ciudad se la concede al capitán Felipe Travieso, segundo jefe del batallón de voluntarios que tomó el nombre de Granadera Canaria. Copio aquí lo que dice la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria: "Aquí presentamos, a desarrollar a lo largo del año 2008 y comienzos del 2009, que cerraremos con el recuerdo, homenaje y conmemoración pública de la Granadera Canaria, aquel cuerpo de granaderos grancanarios que partió para participar gloriosamente en muchas de las acciones bélicas de la Guerra de Independencia un 5 de abril de 1809, a los acordes del himno compuesto para ellos por el maestro José Palomino y letra de José de Viera y Clavijo, tras ser solemnemente despedidos por la población en la Plaza de Santa Ana dos días antes".
En fin, cosas de invasiones y guerras. Queda pendiente la pequeña calle Arena. ¿Será un apellido como los nombres de sus hermanas o era que hasta aquí llegaba un trozo de arena de la costa a ella tan cercana en tiempos pasados? Continuará...
Te deseo un buen día.
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