Atrevida, indecorosa, despampanante, sin pudor... la Gala Drag del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria merece cuanto adjetivo queramos darle. Es transgresora y divertida, llena de glamour y de destape. Para unos será la cara del diablo, para otros la expresión de la libertad más exultante. Pícara y aviesa es la Gala, plataforma reivindicativa de derechos.
Tiene la Gala su público fiel que acude a cada convocatoria a pesar del tiempo. Este año una lluvia que duró tan sólo lo que se tarda en abrir los paraguas parecía querer deslucirla pero por supuesto no arredró a los miles de seguidores que esperaban el evento.
Al empezar, las luces del escenario acompañan a los grupos que con canciones canarias a ritmo de música alegre y bullanguera animan el ambiente:
Mariquilla el'Pino,
la de San José,
se quiere casar
sin saber coser.
Pobrecillo el novio,
¡ay! pobre Rafael;
pobrecillo el novio,
¡ay! pobre Rafael.
El carnaval de este año va, en Las Palmas, de Piratas en recuerdo de quienes quisieron invadirnos en tiempos de nuestros tatarabuelos, y no podía faltar el bajel que a nuestras islas traía a los bucaneros.
Ni tampoco el órgano con el que el capitán se acompañaba cantando a voz en grito la canción de Espronceda. Con cien cañones por banda / viento en popa a toda vela /no surca el mar sino vuela /mi velero bergantín...
Te deseo un buen día.
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